En busca de Bolívar

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La bibliografía sobre el prócer venezolano es ingente, a la medida de la importancia de su obra política y libertadora. Ospina no desdeña las fuentes clásicas y más ambiciosas.

por J. ERNESTO AYALA-DIP 
A la espera de la publicación de La serpiente sin ojos, con la que el escritor colombiano William Ospina cerrará una trilogía comenzada con Ursúa (2006) y continuada con El País de la Canela (Premio Rómulo Gallego, 2009), está ya en las librerías En busca de Bolívar, un libro en la línea ensayística que caracteriza una parte considerable de su obra. La bibliografía sobre el prócer venezolano es ingente, a la medida de la importancia de su obra política y libertadora. Ospina no desdeña las fuentes clásicas y más ambiciosas. Pero su Bolívar escapa a lo que se entiende generalmente por biografía. ¿Es, entonces, una novela disfrazada de biografía o viceversa? En el terreno de la ficción se tiene El general en su laberinto, de Gabriel García Márquez, novela que comprende la etapa final del libertador. (Se sabe, por cierto, que Álvaro Mutis estaba escribiendo una novela sobre Bolívar titulada El último rostro. Tal novela no la terminó pero llegó a manos del autor de Cien años de soledad. Después de leerla, García Márquez le pidió permiso a Mutis para acometer la empresa que éste no había finalizado). No sé si a William Ospina también le pasó por su cabeza la idea de una novela. Lo que sí es cierto es que en En busca de Bolívar hay como un interrogante, como el lúcido dibujo de un personaje que no se deja atrapar fácilmente, como si Ospina quisiera resguardarlo de la tentación de la hagiografía o de la torticera instrumentación ideológica de su pensamiento político. Decía García Márquez que ya estaba cansado del marmóreo endiosamiento del que había sido víctima Bolívar. Por ello acometió su novelización, su humanización. William Ospina escapa al patrón de biografista clásico. Quien escribe es como si fuera a la vez quien narra. El que escribe está en el presente de su biografiado, en su gloria libertadora, pero a la vez en el futuro de su doloroso fracaso político. Bolívar, el que vio en persona a Napoleón, el paradigma de guerrero visionario que admiró Byron, o el personaje histórico que desdeñó Karl Marx. Ellas son las facetas de un mismo y a veces insondable personaje legendario, tan en las Antípodas de su competidor en gestas libertadoras San Martín. No hay en el libro de Ospina ni una sola fecha. Una clara e inteligente transgresión del género. Las decepciones del alma del héroe incomprendido no tienen día y mes. Y apenas las tienen las victorias, sobre todo cuando éstas no conducen a la América sin fronteras que soñó Bolívar.

Fuente: El País de España

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