La idiosincrasia se reinventa todos los días, pero también tiene vestigios de la historia común que se ha escrito en los últimos dos siglos.
El prócer Francisco de Miranda | Archivo |
Por Laura Weffer Cifuentes
Al avistar la caída de la piñata, la niña, astuta, extiende su falda debajo para recoger la mayor cantidad posible de juguetes y caramelos. Quién se iba a imaginar que esa escena, tan cotidiana y festiva, es el fiel reflejo de una de las principales características de los venezolanos. "Eso no es trampa. Eso demuestra capacidad para resolver problemas con agilidad. Es una expresión de la viveza criolla", señaló el psicólogo social Leoncio Barrios, que junto con otros especialistas reflexionó sobre los rasgos de la venezolanidad que se han preservado durante los 200 años que han transcurrido desde la declaración de la Independencia.
Fuente: El Nacional