Identidad venezolana: entre la gloria y el ingenio

La idiosincrasia se reinventa todos los días, pero también tiene vestigios de la historia común que se ha escrito en los últimos dos siglos.


El prócer Francisco de Miranda | Archivo
Por Laura Weffer Cifuentes
Al avistar la caída de la piñata, la niña, astuta, extiende su falda debajo para recoger la mayor cantidad posible de juguetes y caramelos. Quién se iba a imaginar que esa escena, tan cotidiana y festiva, es el fiel reflejo de una de las principales características de los venezolanos. "Eso no es trampa. Eso demuestra capacidad para resolver problemas con agilidad. Es una expresión de la viveza criolla", señaló el psicólogo social Leoncio Barrios, que junto con otros especialistas reflexionó sobre los rasgos de la venezolanidad que se han preservado durante los 200 años que han transcurrido desde la declaración de la Independencia. 

Esa característica, que permite reaccionar de manera creativa ante situaciones difíciles, también es evidente, por ejemplo, en la celebración de las fiestas de san Pedro. De acuerdo con Barrios, el negro se viste de frac para pretender que es otra persona, pero también para mimetizarse con el ambiente. La psicóloga social María Teresa Urreiztieta definió esa maleabilidad como capacidad de adaptación, que "puede implicar rebelión o acomodo transitorio mientras se resuelve qué se va a hacer". Este rasgo de carácter se hizo patente en la cantidad de hombres que se sumaron ­con más incertidumbre que certeza­ a las luchas independentistas. "El venezolano es emprendedor, se atreve a explorar nuevos escenarios a ver cómo le va. Es posible que tarde en reaccionar, pero lo que sí es cierto es que nunca está conforme", indicó la académica. Ciudadanía con moral. El espíritu contestatario, que se traduce en una propensión a transgredir las normas, en algunas ocasiones puede conducir al venezolano por derroteros complicados. "Tenemos dificultad para que la legalidad impere con todas sus letras, para que la libertad sea el principio que rija nuestra vida. Para que la libertad sea efectiva, se requiere una división de poderes, un Estado que garantice el cumplimiento de la ley y una ciudadanía con moral, en la que cada individuo ha internalizado esos valores y organiza su vida con respecto a ellos. Eso no es otra cosa que lo que se llamaba virtud", indicó el investigador de la Universidad Católica Andrés Bello Tomás Straka. "Sentimos que nos falta un camino. De acuerdo con las circunstancias, hemos sido optimistas o pesimistas... Ha habido etapas, desde el mismo momento de la Independencia, en las que hemos sentido que la patria se ha ido al desaguadero. Allí están las tristes cartas de Bolívar en 1830. Desde siempre ha habido algún lamento". Para el investigador, las glorias militares del pasado se han convertido en un peso difícil de cargar para las generaciones siguientes. Son un compromiso de triunfo que aún hoy tiene sus consecuencias. "La gloria de los padres de la patria nos arropa de tal manera que somos unos pequeños bonsáis debajo de un gran árbol. Eso tiene implicaciones muy intensas en nuestra autoestima y por eso tenemos la convicción de que es necesario emprender grandes proyectos. Pero la verdad es que no tenemos por qué ganar la Batalla de Ayacucho para ser dignos de gloria. Una de las mayores pruebas de que la Independencia valió la pena es que no tenemos que volver a pelearla", afirmó. Risa salvadora. La falta de organización y planificación para el futuro es otro de los rasgos que han caracterizado históricamente a los venezolanos y que destacó Urreiztieta. Desde su punto de vista, la precariedad ha sido dominante y esto, a su vez, erosiona el sentido de la historia porque ésta no sólo es pasado sino también construcción de futuro. Los especialistas consultados coinciden en que más temprano que tarde surgen los optimistas. "Hay siempre quien piensa que no todo ha sido tan negativo y que el hecho de no haber alcanzado todas las metas no quiere decir que no hayamos avanzado. Siempre aparecen venezolanos dispuestos a dar lo mejor de sí para que el régimen de libertad y legalidad impere, contra toda dificultad. Hemos alcanzado logros que nos permiten confiar en la capacidad para resolver nuestros problemas", expresó Straka. Barrios subrayó el humor de los venezolanos como una forma de afrontar la realidad, una herencia de andaluces y africanos que poblaron el país durante la Colonia: "Sabemos sacarle partido a las situaciones con buen humor". Urreiztieta rescató la idea del encuentro de culturas y el nacimiento de una cultura híbrida, que hasta el día de hoy aún hace que en Venezuela las heridas sanen con carcajadas.

Fuente: El Nacional

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