Quebrar la olla
ILUSTRACIÓN: Dibujo publicado en una revista (¿El Disco Anaranjado?), patrocinada por una de las empresas petroleras asentadas en Venezuela en los años cincuenta (Véase la firma del dibujante). |
Por Adolfo Rodríguez
Sábado de pascuitas, dice Ramón de Jesús Ojeda Crusate que hoy es el día de “quebrar la perola” como dicen en Elorza, agregando que “ha concluido la veda y hay libertad religiosa para desatar las pasiones contenidas”. Se come “carne fresca” y “el que tiene su perola lista seguramente a esta hora se despachó”.
Comentando Baquero Nariño que “la abstinencia da más ganas” y que, por ello, “un segundo después de las 12 p.m. del sábado santo, al barajuste cimarronero en sabana abierta del “mocho viejo”, según el recordado llanerazo, Rubén Camejo, mi primo”
Ese “anhelado instante en que toca ejecutar el ritual para “quebrar la olla”, porque como manda el padrote Hugo Mantilla Trejos… ¡el caldo se está haciendo tajá! “ (Agrega el maestro Baquero Nariño).
Sábado Santo,, que el Padre Juan Antonio del Corral, por Chauaramas, consideraba el más grande porque Jesús lo ha pasado muerto en el sepulcro. Se bendice el agua usada con fines litúrgicos por los propios feligreses, se recoge 13 piedritas blancas, suenan tambores y fulías en algunas regiones y se "quiebra la olla" desde el mediodía, con sancocho de carne o cochino, y se desatan bailes de joropo, pasajes, pasodobles y danzas, con arpa, guitarrón, guitarra grande, violín o cuatro, sirviéndose de versos para sacar pareja, el sombrero en una estaca:
Pasó el aleluya/ cada quien coja la suya
Que, según don Félix León, por Zaraza se interpreta como que cada quien haga su oficio.
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El zamuro pica y juye
Y el mono quiere mamá
En el Paso de Arauquita
canta la guacharacá
en el valle de Caracas
suena la campana y da
y esta señorita pierde
si no echa una bailá.
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Mi madre murió en Caracas
Y mi padre en Barcelona
yo quedé solo en el mundo
por amar esta paloma.