Mary Roach| Fotografía de Alexis Huaccho |Etiqueta Negra. No. 82
La vagina humana está habituada a los visitantes. Incluso el lenguaje ana-tómico le confiere a la vagina una hospitalidad interna al nombrar a la estructura de entrada «vestíbulo vaginal». Quítese el abrigo y espere un momento. En 1910, el ginecólogo Robert Latou Dickinson documentó la naturaleza maravillosamente complaciente de la vagina, para lo cual empleó sus propios dedos como herramienta de medida. La vagina de una mujer virgen mide «un dedo» y la de una mujer casada, «dos dedos enteros». Cuando la mujer comienza a tener hijos, su medida va de «tres dedos» a más, hasta llegar a la Paciente N° 163, cuyo vestíbulo (y salón) aparecen ilustrados en el Atlas de la anatomía sexual de Dickinson con toda la mano del médico introducida en ella.