La Independencia como mitología

Para hacer cumplir la voluntad de Bolívar, Zamora, Padre, Hijo y Espíritu Santo

Manuel Caballero, historiador venezolano/Foto El Nacional
Por MANUEL CABALLERO |  EL UNIVERSAL
La mitología de la guerra de independencia en la Venezuela republicana posterior a 1830 y hasta nuestros días tiene caracteres menos políticos que fundacionales: los guerreros de la independencia, Bolívar en primer lugar, no crearon una nación ni un Estado, sino una cultura; no son guerreros victoriosos, sino nuestros primeros padres; no son hombres prestigiosos por sus hechos de armas y sus ideas, y ni siquiera son mitos, sino semidioses (y en el caso de Bolívar, un solo Dios). Trataremos en una primera parte de definir cuáles son los rasgos de esa mitología; y en una segunda, sus momentos más resaltantes.

Hay tres fases dominantes en la expansión de la mitología revolucionaria en la sociedad venezolana: el prestigio real de los libertadores, la mitología popular y el culto oficial.

Los estratos más bajos

En primer lugar, los libertadores venezolanos, una vez eliminada físicamente en el turbión de la Guerra a Muerte la élite social e intelectual, provinieron de los más bajos estratos de la sociedad: el mejor ejemplo posible es José Antonio Páez, de quien algún historiador mostraba el tremendo y súbito ascenso social y político diciendo que "había saltado de lavarle las patas al zambo Manuelote [capataz del hato donde trabajó] a la Presidencia de la República". El Libertador, que no pertenecía a esta clase sino que provenía de la antigua oligarquía "criolla", compensaba eso con el hecho de ser, además de un guerrero, un líder carismático como pocos en la historia de nuestro continente: Sarmiento, en su Facundo, le encuentra comparación, en ese terreno, sólo con José Gervasio Artigas, el héroe uruguayo. Las manifestaciones delirantes con que se le recibió en Caracas en 1827 dan la pauta del espontáneo fervor popular hacia su figura.

Pero a ese prestigio real, y sea esto dicho en segundo lugar, unen los héroes de la independencia (y en primerísimo y casi solitario lugar Bolívar) su carácter de mitos populares.

El culto oficial

Finalmente hay el culto oficial de los libertadores. Esa es una situación con partes iguales de espontaneidad y de inducción: los libertadores se admiraban a sí mismos por la gesta de su juventud, y concentraban esa admiración en quien los convirtió, de salteadores de caminos en Padres de la Patria. Y en cuanto a lo de inducción, los gobernantes venezolanos han seguido, incluso avant la lettre el consejo de Laureano Vallenilla Lanz a los historiadores argentinos: argentinizar "por el corazón" a las masas recién venidas, inculcándoles la religión patriótica.

Sobre la base del prestigio real de los libertadores, y de su transformación en mitos populares, los gobernantes venezolanos han ido formando la religión patriótica, en un país menos indiferente que indolente en materia religiosa. El culto a los libertadores, pero sobre todo a Bolívar se ha transformado en un fundamentalismo intolerante y fanático. Del desarrollo de este culto oficial señalaremos aquí varios momentos especialmente significativos.

1842. Está signado por la repatriación de los restos del Libertador a Caracas y sus impresionantes honras fúnebres.

La reconciliación

Por un lado, simbolizaba la reconciliación entre Páez y Bolívar, rematado todo eso con una tendencia que venía en Páez de mucho antes y que quedará plasmada en su autobiografía: su deseo de parecerse a Bolívar, de actuar como Bolívar, de ser visto como "el segundo Libertador".

1883. Aquí arranca el culto oficial a los libertadores y sobre todo a Bolívar: son los fastos del centenario de su nacimiento; es el bautismo institucional de la religión bolivariana. Y por aquello de Cuius regio, eius religio, es también la exaltación de Guzmán Blanco, como un hombre con los quilates del Libertador: la medalla conmemorativa presentaba en relieve los perfiles del Libertador y del Ilustre Americano.

1930. En este año se conmemoraban cien años de la muerte del Libertador, y es normal que su culto alcanzara extremos paroxísticos; pero sería un error creer que de allí "arranca" una nueva etapa de la religión patriótica, pues su desarrollo avasallante es muy anterior.

La segunda independencia

Y lo es porque algunas de las ideas del Libertador expresadas a partir de Angostura, en la Constitución boliviana y al final de su vida, casaban con la justificación de la dictadura.

1936. A partir de este momento, es decir, a partir del momento en que el pueblo hace su ingreso en el teatro político, a veces a trancas y barrancas, la religión oficial se vuelve religión popular. Eso se da ampliando y profundizando los caracteres religiosos de lo que en un principio había sido una admiración popular por una figura carismática.

1945. De todas formas, se insistía en los aspectos más conservadores de la religión patriótica bolivariana. Pero a raíz del 18 de octubre se da un vuelco y se va a agitar esa religión no como algo otorgado sino impuesto por la voluntad popular: el gobierno del trienio será el de la "Segunda Independencia".

1983. El proceso anterior se va a desarrollar ya sin dique posible entre la fecha anterior y esta última.

1992. Todo esto va a tener como remate una consecuencia actual, presente: el 4 de febrero de 1992 un grupo militar se alzó no en nombre de principios políticos o filosóficos, no en función de un programa de gobierno, sino, dijeron, para hacer cumplir la voluntad de Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

hemeze@cantv.net
domingo, diciembre 12, 2010

La preeminencia del Humanismo y la Ética en la Historia de Vida (Carta abierta al Dr. Luis Enrique Gallardo)

Si me preguntarán cuáles fueron los principios que tamizaron esta historia, yo diría que humanismo y ética, por su carácter universal basado en la inclusión, promovida desde la lealtad como valor político, considerando el bien común como propósito; la tarea ardua de años tomó en cuenta la divergencia y la diversidad, la tolerancia y la moderación como principios impostergables de la justicia social, ese el perfil que yo tengo del profesor Gallardo.

Luis Enrique Gallardo, ex-rector de la Universidad
 Rómulo Gallegos
por Mariela Torres Pernalete
Dice la canción que 20 años no es nada, pero 30 pueden ser las bases para seguir con la esperanza y no perder la fe en las personas, en el ser humano que vive dentro de cada uno de nosotros. Por ello es que evoco tiempos pasados, cuando un grupo de jóvenes universitarios, de diferentes profesiones, tendencias políticas y edades, vinimos de muchas partes del país a estas tierras del Guárico a construir, aportar y consolidar un proyecto universitario: la UNERG. De este grupo de fundadores, muchos tuvimos la oportunidad de tener papeles estelares, pero en particular, quiero hacer referencia a un amigo oriundo de El Sombrero, criado en Calabozo, Rector de la UNERG y ahora candidato a la gobernación del estado Guárico, Luis Enrique Gallardo.

El profesor Gallardo así lo llamábamos, fue un líder que actuó con arrojo en la lucha gremial y académica, mismas que permitieron el afianzamiento de una universidad que nacía con muchas carencias, por nombrar una, sin sede propia. Haciendo un esfuerzo por resumir las acciones y procesos en las cuales realizó sus contribuciones, destaca, haber formado parte del grupo fundador de la Asociación de Profesores (APUNELLARG) de la cual llegó a ser Presidente, durante su gestión logró el reconocimiento de esta Asociación por la Federación de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV); actuando siempre en defensa de las reivindicaciones sociales y en pro de la consolidación de la carrera profesional de sus agremiados: contrato colectivo, seguro médico, comisión de clasificaciones de los profesores, casa del profesor universitario. En lo académico, recuerdo también su participación en las acciones que se desarrollaron para el inicio el inicio de las actividades de la entonces naciente universidad, así como también en la aprobación de las carreras por el Consejo Nacional de Universidades (CNU).Su actuación docente la transitó desde el diseño de programas de estudio, siendo fundador de la Cátedra de Cooperativismo; asesor de muchos trabajos de ascenso, tutor de tesis de grado y postgrado y dando permanente apoyo a la extensión universitaria, entre otras. En lo personal y como amigo dio muestras de un gran corazón, de una generosidad irreprochable, apoyando a las personas económicamente, moralmen-te, con sinceridad, sin esperar nada a cambio.

Toda esta historia tuvo su cobijo en un ambiente de disidencias, contradicciones, pero también de diálogo y consensos, recuerdo que su actitud democrática, proclive a la participación de las mayorías, sin importar su posición política, hizo posible que con el trabajo y el esfuerzo de otros protagonistas, también muy importantes , la utopía se convirtiera en una realidad que trajo dicha y prosperidad tanto a las familia unergista como a la comunidad sanjuanera, por cuanto a lo largo del camino, esta capital se convirtió en Ciudad Universitaria.

Si me preguntarán cuáles fueron los principios que tamizaron esta historia, yo diría que humanismo y ética, por su carácter universal basado en la inclusión, promovida desde la lealtad como valor político, considerando el bien común como propósito; la tarea ardua de años tomó en cuenta la divergencia y la diversidad, la tolerancia y la moderación como principios impostergables de la justicia social, ese el perfil que yo tengo del profesor Gallardo. En el año 2001 yo me fui a trabajar a México, él fue nombrado Rector de nuestra máxima Casa de Estudios, en relación a esta parte de la historia, creo que uno de los proyectos más importantes que se han desarrollado en esta gestión ha sido la diversificación de la oferta académica y la expansión de la cobertura, acciones que reafirman el carácter de bien público y social de la Educación Superior en la medida en que el acceso a ella sea un derecho real de todos los ciudadanos (as). Muchas son las críticas que también tiene este proyecto, no obstante , debo señalar que los proyectos sociales son responsabilidad de todos, que su pertinencia social y calidad depende del nivel de participación socialmente responsable de todos los miembros de la comunidad, de tal suerte que la educación que se imparta y se exija, cumpla con lo planteado en la Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior en América Latina y el Caribe ( 2008), es decir, encaminada a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades, principalmente mediante un planteamiento Ínter y transdiciplinario para analizar los problemas y las cuestiones planteadas...(sic). El fin es crear una sociedad formada por personas cultas, movidas por el amor hacia la humanidad y guiadas por la sabiduría. Esto reitero, es responsabilidad de todos.

Mi mensaje para el profesor Gallardo, se inicia con las sabias palabras de Mariano Picón Salas, "para quienes nacieron con apetito de historia, toda tierra es de sembradura y toda época se puede cargar de destino", esto es posible porque creemos en la gente, en la humanidad que hay en ella, su legajo profesor Gallardo, dio muestras de tolerancia y de conciencia, muchos de los que estamos presenciando y viviendo este momento histórico aspiramos que dirija los destinos del estado Guárico de una manera fidedigna, verídica, legal, con transparencia en el ejercicio del cargo. Con un equipo de gobierno que se caracterice por un adecuado nivel de coherencia, de interacción y de lealtad, pluralismo, inclusión, confianza, que entienda la crítica orientadora que alerta cuando hay desvíos en el camino y que surge de la participación ciudadana responsable, sin prepotencia y arrogancia de tal forma que, sobre la marcha se pueda enmendar de manera permanente el Plan de Batalla. El andamiaje de la gestión requiere, el fortalecimiento de la espiritualidad con el fin de potencializar los atributos, valores, principios y virtudes que son propias del ser humano; alejarse de los comentarios mal intencionados, de las mentiras, porque estos se erigen como obstáculos poderosos que ciegan e impiden comprender la realidad circundante; abrir esclusas para que fluyan y circulen de manera generosa las ideas y en consecuencia germinen proyectos comunes, inclusivos , justos y pertinentes, fortaleciendo de manera permanente una dialéctica entre lo individual y lo colectivo.

Esta es nuestra esperanza, nuestro anhelo, esperamos ver que su gestión como Gobernador del Guárico marque un hito en la historia de este hermoso Estado.

Un saludo fraterno y que Dios lo bendiga, Amiga Siempre.

Fuente: Diario El Nacionalista, San Juan de los Morros, jueves 03 de Diciembre de 2010

Mariela Torres Pernalete es profesora titular, jubilada de la Universidad Rómulo Gallegos. Asesora y Miembro Fundador de la Unión Latinoamericana de Extensión. Experta en Servicio social, México. Su último libro publicado: Responsabilidad Social de la Universidad: Retos y Perspectivas, PAIDOS, Tramas Sociales, 2010.


sábado, diciembre 04, 2010

Un festín de secretos

Los documentos de Wikileaks muestran lo graves que son las amenazas y el escaso control que tiene Occidente. Pero queda por responder una pregunta: ¿Cómo ejercer la labor diplomática en estas condiciones?


Un festín de secretos- Enrique Flores
por TIMOTHY GARTON ASH
Es el sueño del historiador. Es la pesadilla del diplomático. Aquí están, al alcance de todo el mundo, las confidencias de amigos, aliados y rivales, aderezadas con las opiniones francas, a veces brillantes, de diplomáticos estadounidenses. Durante las dos próximas semanas, los lectores de periódicos de todo el mundo van a disfrutar de un banquete con numerosos platos sacados de la historia del presente.

Lo normal es que el historiador tenga que esperar 20 o 30 años para encontrar esos tesoros. En este caso, los cables más recientes tienen poco más de 30 semanas de antigüedad. Y en conjunto forman un auténtico tesoro. Son más de 250.000 documentos. La mayoría de los que he visto, en mis incursiones en una base de datos que ha creado The Guardian para buscarlos, tienen más de 1.000 palabras de extensión. Si esa muestra es representativa, debe de haber un total de al menos 250 millones de palabras, tal vez hasta 500 millones. Como saben bien los acostumbrados a investigar en archivos, cuando se tiene acceso a un gran volumen de documentos -ya sean cartas de un novelista, papeles de un ministerio o cables diplomáticos, aunque gran parte de ese material sea rutinario e incluso, en parte, por eso-, es más fácil comprender a fondo al sujeto de nuestra investigación. Con una inmersión prolongada, uno se hace una idea bastante clara de sus prioridades, su carácter y sus pautas de pensamiento.

Este material consiste, en su mayor parte, en informes políticos de nivel medio y alto enviados desde todo el mundo, además de las instrucciones de Washington. Es importante recordar que no figuran secretos de las máximas categorías: NODIS (acceso exclusivo para el presidente, secretario de Estado, jefe de misión), ROGER, EXDIS, DOCKLAMP (mensajes secretos entre los consejeros de Defensa y el Servicio de Inteligencia de la Defensa). Aun así, lo que tenemos es un verdadero festín.

No es extraño que el Departamento de Estado haya puesto el grito en el cielo. Sin embargo, por lo que he visto, los profesionales del servicio exterior de Estados Unidos tienen pocas cosas de las que avergonzarse. Es verdad que se perciben ciertos tejemanejes marginales, sobre todo en los años de Bush y la "guerra contra el terror". Necesitamos preguntas y respuestas concretas. Ahora bien, en su mayor parte, lo que nos encontramos aquí es a unos diplomáticos que hacen el trabajo que les corresponde: averiguar qué está ocurriendo en los lugares en los que están destinados y trabajar para promover los intereses de su país y las políticas de su Gobierno.

Es más, mi opinión del Departamento de Estado ha mejorado bastante. En los últimos años, he tenido la impresión de que el servicio exterior estadounidense dejaba bastante que desear, me parecía casposo y decepcionante, en especial al compararlo con otras ramas de la Administración más sólidas como el Pentágono y el Tesoro. Pero lo que tenemos ahora ante nosotros es un trabajo de primera categoría.

El hombre que en la actualidad ocupa el máximo puesto de la carrera diplomática estadounidense, William Burns, aportó desde Rusia un relato de lo más entretenido -casi digno de Evelyn Waugh- sobre una enloquecida boda daguestaní a la que asistió el mafioso presidente de Chechenia, que bailó en ella "con su pistola automática chapada en oro metida en la parte posterior de sus vaqueros".

Los análisis de Burns sobre la política rusa son perspicaces. Como lo son los informes de sus colegas en Berlín, París y Londres. En un cable enviado en 2008 desde Berlín, se compara el Gobierno de la gran coalición de democristianos y socialdemócratas con "la típica pareja que se odia pero permanece casada por los hijos". Desde París se envía una divertidísima descripción de los numeritos de Nicolas (y Carla) Sarkozy. Y a los británicos nos vendría bien examinar nuestra obsesión neurótica por la llamada "relación especial" con Washington con la misma frialdad y la misma falta de sentimentalismo que se advierten en los cables confidenciales de la Embajada de Estados Unidos en Londres.

Por suerte, también encontramos indicios ocasionales de que el Foreign Office (Ministerio de Exteriores británico) defiende nuestros valores. Según un informe de 2008, un alto diplomático británico, Mariot Leslie, "dijo con gran franqueza que HMG [el Gobierno de su Majestad] se oponía a algunas de las cosas que hace el USG [el Gobierno de Estados Unidos] (por ejemplo, las rendiciones) y que, por consiguiente, tiene algunos límites".

Es muy preocupante encontrar cables con la firma de Hillary Clinton que parecen indicar que se pide a los diplomáticos normales y corrientes que hagan cosas que parecen más propias de espías de base, como rebuscar hasta descubrir los datos biométricos y de tarjetas de crédito de altos funcionarios de la ONU. Es urgente que Foggy Bottom (la sede del Departamento de Estado) aclare exactamente quién recibía instrucciones de hacer qué de acuerdo con estas Directivas sobre espionaje personal.

Más en general, lo que se observa en este tráfico de mensajes diplomáticos es hasta qué punto la seguridad y la lucha antiterrorista han penetrado en todos los aspectos de la política exterior estadounidense en los últimos 10 años. Pero también se ve lo graves que son las amenazas y el escaso control que tiene Occidente. Hay informaciones demoledoras sobre el programa nuclear iraní y el grado de miedo que provoca, no solo en Israel, sino sobre todo entre los árabes ("Cortad la cabeza de la serpiente", instó el rey saudí a los estadounidenses, según un embajador suyo); la vulnerabilidad del arsenal nuclear paquistaní frente a islamistas descontrolados; la inmensidad de la anarquía y la corrupción en Afganistán (un dirigente afgano saca millones de dólares del país en efectivo); Al Qaeda en Yemen; e historias reales del poder de las mafias rusas junto a las que la última novela de John Le Carré parece casi tímida.

Existe un genuino interés del público por conocer estas cosas. The Guardian, The New York Times, EL PAÍS y otros medios de comunicación responsables se han esforzado al máximo para intentar garantizar que los datos que publiquen no supongan un riesgo para nadie. Deberíamos exigir a Wikileaks que haga lo mismo.

Sin embargo, queda por responder una pregunta. ¿Cómo es posible ejercer la labor diplomática en estas condiciones? No cabe duda de que tiene razón el portavoz del Departamento de Estado al decir que las revelaciones "van a crear tensión en las relaciones entre nuestros diplomáticos y nuestros amigos de todo el mundo". El temor a las filtraciones ya está haciendo que sea más difícil gobernar. Un profesor amigo mío que trabajó en el Departamento de Estado durante el mandato de Bush me ha contado que en una ocasión sugirió escribir una nota en la que hacía preguntas fundamentales sobre la política de Estados Unidos en Irak. "Ni se te ocurra", le advirtieron, porque seguro que aparecía en The New York Times del día siguiente.

La gente está interesada en comprender cómo funciona el mundo y qué cosas se hacen en nuestro nombre. La gente está interesada por los manejos confidenciales de la política exterior. Y los dos intereses se contraponen.

De una cosa estoy seguro: el Gobierno de Estados Unidos debe de estar lamentando y revisando con urgencia su extraña decisión de colocar todo ese volumen de correspondencia diplomática reciente en un sistema de ordenadores militares tan seguro que un chico de 22 años podría descargarlo y pasarlo a un CD de Lady Gaga. ¿No les parece gagá?


Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Su último libro es Facts are Subversive: Political Writing from a Decade Without a Name. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Fuente: El País.com
martes, noviembre 30, 2010
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