El otro nacimiento de Roscio

Esta partida de nacimiento de nuestro ilustre guariqueño, en nada corresponde a la que se encuentra en los expedientes académicos del entonces estudiante de filosofía y derecho de la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela y que reposan en el Archivo General de esa casa de estudio.




José Obswaldo Pérez
Universidad Rómulo Gallegos

I

DON JOSÉ MARÍA MELÉNDEZ Y PEREIRA quizás tiene que ver con esta historia. En sus días de comandante, en el pueblo de San Francisco de Tiznados, había expedido una copia del acta de nacimiento de su cuñado Juan Germán Roscio, el eminente abogado y prócer guariqueño. El primer canciller de la República, quien dio piso ideológico a las revoluciones independentistas de Hispanoamérica y quien jugó un papel protagónico en la redacción del Acta de Independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811. Fue redactor de La Gazeta de Caracas y del Correo del Orinoco, jefe del ejecutivo durante la Primera República de Venezuela y vicepresidente de la Gran Colombia. Autor de la reconocida obra Triunfo de la libertad sobre el despotismo. 

Era 1889, finales de siglo, cuando ese mismo documento, que parece ser copia fiel, fue entregado por su nieto José María Meléndez-cuando se desempeñaba en el cargo de Jefe Civil del Distrito Ibarra de Ortiz- al general Francisco Esteban Ranjel y, este a su vez, se lo facilitó al historiador Manuel Landaeta Rosales, un coleccionista caraqueño quien se ocupó de recoger multitud de datos sobre variadísimos temas de nuestra historia cultural y política venezolana.

Esta partida de nacimiento de nuestro ilustre guariqueño, en nada corresponde a la que se encuentra en los expedientes académicos del entonces estudiante de filosofía y derecho de la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela y que reposan en el Archivo General de esa casa de estudio. Sin embargo, este documento circuló en el periódico caraqueño El Derecho, número 29 y 81, de 7 de octubre y 9 de diciembre de 1896 y posteriormente en el diario El Tiempo, también de Caracas , el 30 de octubre de 1911.

La noticia sobre la partida de nacimiento de Juan Germán Roscio tuvo cabida e interés en la comunidad intelectual de la época. Una razón fundamental esgrimida aún era la fecha del fallecimiento del patricio venezolano. Razón por la cual el historiador Landaeta Rosales salió al paso para aclarar las faltas que se estaban cometiendo en la opinión pública en general. Para dilucidar los errores escribe un trabajo titulado "Doctor Juan Germán Roscio, la verdadera fecha de su muerte"(1913), donde el investigador analiza el nacimiento y defunción del ilustre jurista guariqueño con unas correspondencias facilitadas por el historiador colombiano General Tulio Samper y Grau en 1910.

De allí la génesis del origen de la nueva partida de nacimiento del doctor Juan Germán Roscio, la cual el historiógrafo Landaeta Rosales publicó en medios de comunicación venezolanos y que dio paso a la primera biografía de nuestro insigne independentista. Por ella se comprueba que el prócer vio la luz primera en San Francisco de Tiznados y aclara que su fallecimiento ocurrió el 10 de marzo de 1821, según un documento del ministerio de Interior y Justicia de Colombia de la misma fecha. La causa de su fallecimiento fue "una fiebre pútrida" .

En aquel estudio biográfico, Landaeta Rosales revisa textos plagiados de imprecisiones como el de José Domingo Díaz, quien en su libro Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas, afirmaba que Roscio había nacido en Montalbán; también el de Felipe Larrazábal, en su Vida de Bolívar, quien asienta que Roscio murió el 13 de marzo de 1821, desliz que igualmente ratifica Ramón Azpurúa, quien en su obra Biografías de hombres notables de Hispanoamérica - publicada en cuatro tomos-, figura como nacido en Caracas, en 1769; y entre otros más, que por seguir el error de Azpurúa han asentado estos deslices históricos.

La trascripción de la partida es la siguiente:

“En veinte y ocho de diciembre de mil setecientos sesenta y tres años, yo, el infrascrito, Cura R. de la Parroquia del SS Francisco de Tiznados y sus anexos, bauticé solemnemente, puse óleo y crisma, y di bendiciones según el RR a Juan Germán, párvulo, que nació el 15 de dicho mes, hijo legítimo de José Roscio y de doña Paula María de Nieves, blancos que viven en este pueblo; fueron sus padrinos don Agustín Espinosa de los Monteros y doña Luisa de Arana, a quienes advertí su obligación y espiritual parentesco; fueron testigos don Alonso de la Riva y Juan José Carrera, vecinos todos de esta feligresía .

«Presbítero Diego Báez «Es copia exacta — José María Meléndez . «Ortiz, noviembre 28 de 1896.»

II

DOÑA MERCEDES DE CORRO, de San Francisco de Tiznados, conservaba un recorte del artículo que reprodujo el diario El Universal de Caracas, en fecha de siete mayo de 1909, sobre la partida de bautismo de Juan Germán Roscio. El mismo que - con esquela de puño y letra- el escritor guariqueño Tito Sierra Santamaría copiará para su obra Sitios Históricos del estado Guárico (1975). "Cuestión discutible" dirá el escritor e historiador Adolfo Rodríguez en su ensayo Juan Germán Roscio, el máximo constituyentita de Venezuela (2006), quien sustenta que la mayoría de los biógrafos Roscio coinciden en señalar que su nacimiento ocurrió el 27 de mayo de 1763 .

En base a aquella nueva partida de bautismo, el doctor Juan Germán Roscio habría nacido en La Guamita de Paradero (lugar que corresponde hoy a la parroquia de San Lorenzo de Tiznados), perteneciente para la época a San Francisco de Tiznados, el 15 de diciembre de 1763. La fe de nacimiento la suscribe el presbítero Diego Báez de Simancas, quien fue párroco de la mencionada feligresía y propietario del Hato Mapurite o San Diego (sitio hoy ubicado en lo que ahora se llama el caserío Matafraile, vía Calabozo).

Roscio fue bautizado el 28 de diciembre de 1763, en la vieja Iglesia de San Francisco de Asís de Tiznados. Fueron sus padrinos: don Agustín de Espinosa de los Monteros y doña Luisa María de Arana (o Araña) y
los testigos fueron don Alonso de la Riva y Juan José Carrera. Todos propietarios de hatos. Agustín, dueño de Santa Bárbara y La Soledad; doña Luisa María, quizás familiar de Don Juan Feliciano de Arana, dueño de La Ceiba; Don Alonso, de Chirgua y Carrera, entre los dueños de Corozal. Todos estos personajes, en el momento de la guerra de la Independencia, estaban a favor de la causa del Rey y eran activistas contra causa de los patriotas.

Nada se sabe sobre la vida infantil del ilustre guariqueño. El historiador José Antonio Armas Chitty confesó que le habría gustado escribir sobre la niñez de Juan Germán Roscio. ¿Cómo se habría imaginado la infancia del pequeño prócer en la aldeana parroquia de San Francisco de Tiznados, rica en ganadería y extensiones de hatos? También la historiadora Irma Mendoza tenía entre sus proyectos escribir sobre esta parte de la vida del héroe independentista, especialmente con novedosos documentos y relatos suministrados por familiares de segunda esposa, doña Dolores Cuevas Afanador, que aún existen y viven en Ciudad Bolívar.

A penas los historiadores citan que los primeros años del joven Roscio transcurrieron en San Francisco de Tiznados, en donde su padre un oficial retirado de origen milanés, quien poseía un hato de ganado y su madre la mestiza Paula María Nieves, quienes le inculcaron amar la tierra venezolana conviviendo estrechamente con ella, en los hatos ganaderos de su familia. Se supone que aprendió allí las primeras letras, juntos a otros hermanos como Juan Crisóstomo, José Félix, Félix Matías y Paula María Roscio Nieves .


III

¿QUIÉN FUE JOSÉ MARÍA MELÉNDEZ Y PEREIRA? Presumimos que era nativo de Villa de Cura, de linaje español y que se había establecido en San Francisco de Tiznados a finales del siglo XVIII, con parientes dedicados a la ganadería.

Allí, en aquel pueblito agropecuario, Meléndez y Pereira contrae matrimonio con doña Paula María Roscio Nieves, hermana del doctor Juan Germán Roscio. Esta pareja trae al mundo a Hemenelgido Meléndez Roscio, quien en 1874 ocupó el cargo de secretario de la jefatura civil de San Francisco de Tiznados , que a juicio del periodista e historiador Oldman Botello, tenía buena caligrafía.

Más tarde, Hemenelgido Meléndez casó con su prima Belén Meléndez y que, a su vez, son padres del comerciante orticeño José María Meléndez Meléndez.

Este José María, que lleva los nombres de su abuelo, contrajo nupcias en febrero de 1903 con la joven Socorro Berroterán Ramos, hija del comerciante don Esteban Berroterán y Socorro Ramos . Entre los firmante de la acta del matrimonio civil se haya como testigo a la señorita Beatriz Rodríguez, que posteriormente ocupara el cargo de maestra y será el personaje literario de la señorita Berenice en la novela Casas Muertas.

Los Meléndez y Pereira (o Meléndez Pereira) son de Villa de Cura, parientes del general Ezequiel Zamora. Vinculados con los Pereira de aquella ciudad, con extensiones de su segundo apellido en Parapara y San Francisco de Tiznados, donde se habían establecido como criadores de ganados. Parientes, también, eran del general José de los Santos Pereira, padre del periodista y escritor Ismael Pereira Álvarez, quien residió en Ortiz y ejerció la docencia. Personaje de quien escribí en mi tesis grado para optar el título de licenciado en comunicación social en la Universidad Central de Venezuela.

Una hermana del comandante José María, Ángela Meléndez Pereira (su otro hermano fue Domingo Antonio) casó con el villacurano don José Aranguren y son los padres de María Salomé Aranguren Meléndez, quien contrajo matrimonio con don Juan Paúl, caraqueño establecido en Villa de Cura. Una hija de esta pareja, se casará con el músico e intelectual Tomás Federico Rodríguez, oriundo de Cagua y establecido en Ortiz, mediado de los años 70 del siglo XIX.

IV
Cuando celebramos el bicentenario de nuestra gesta de la Independencia Americana, Juan Germán Roscio no es solamente una figura política, ciudadana y civilista en la historia de Venezuela. Es, también, la fiel expresión de nuestro mestizaje y cosmovisión étnica de nuestras raíces de nacionalidad. Su condición de "pardo", lo llevó superar diversos sinsabores a causa de los prejuicios de clase que existían en aquella época.

Juan Germán Roscio pertenece, también, a ese estadio de civilización natural que Alejandro de Humbold bautizó, en el pueblo de Ortiz, como una nueva neotenia denominada “llaneros” en el año de 1800. De esta Venezuela, con sus orígenes hundidos en los encantos legendarios, con su trayectoria plena de acciones heroicas y con su constelación de hombres de lucha y pensamiento, Roscio ocupa un lugar prominente en nuestra historia local, regional y nacional.


Bibliografía Consultada


ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA (1913). Boletín de historia y antigüedades. Colombia: Imprenta Nacional. Bogotá,
BOTELLO, OLDMAN (1998).Los Tiznados: orígenes de San Francisco y San José de Tiznados. Caracas: Imprenta del Congreso Nacional
CONCEJO MUNICIPAL DE ROSCIO (1903). Actas de Matrimonio.
DE ARMAS CHITTY, JOSÉ ANTONIO (1993).La independencia de Venezuela. Caracas,
DE GERULEWICZ, MARISA VANNINI (1966). Italia y los italianos en la historia y en la cultura de Venezuela, Caracas
DÍAZ SÁNCHEZ, RAMÓN (1989) La historia y sus historias. Caracas:
LANDAETA ROSALES, MANUEL (1911). Doctor Juan Germán Roscio. Caracas: El Tiempo de Caracas, número 353S.
RODRÍGUEZ, ADOLFO (2005). La llamada del fuego: vida, pasión y mito de Ezequiel Zamora. Caracas,
RODRÍGUEZ, ADOLFO (2006). Juan Germán Roscio. El máximo constituyentita de Venezuela,
sábado, marzo 19, 2011

Una cayena roja en la tumba de Lina Ron

Su error fatal fue decir que ella obedecía a dos líderes, Chávez y Diosdado. Lina no tenía por  qué conocer la patología mental de los tiranos

"Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a empezar siempre".
André Gide.


Lina Ron, fallecida dirigente popular del chavismo
por Rafael Poledo
Lina era de los Ron del valle del Uñare. Una familia de los llanos orientales que ha dado a la república personalidades de peso, políticamente diversas, pues Ron los hubo y los hay adecos, perezjimenistas, copeyanos, urredistas y chavistas cual Lina. Se distinguieron y distinguen por su energía y su temperamento emotivo, aunque Lina merece atención especial, porque en su caso hubo un factor de resentimiento que no debería mirarse con la superficialidad que nuestra clase media pasa sobre los temas importantes.

Hablo de la clase media porque ella es la base de toda sociedad funcional. Los ricos no. Esos están ocupados rindiendo sus reales y no tienen tiempo para la patria. Los pobres tampoco. Esos no pueden pensar sino en qué van a comer hoy y para conseguirlo son capaces de venderle el alma al Diablo. La clase media, en cambio, es la cantera modesta y fecunda de donde salen los intelectuales, los políticos, los profesionales, los sacerdotes, los artistas, los técnicos, los factores reales de toda sociedad. Una sociedad funcional tiene una ancha clase media. Estábamos ampliando ese segmento cuando el impacto dinerario de los años setenta destruyó la moral pública y personal de los venezolanos y ahí se perdió la república. Chávez, siguiendo el plan de Fidel Castro, ha ido destruyendo esa clase media. Quiere sólo un proletariado envilecido por el hambre, que por un plato de comida le entregue su voluntad y su vida.

Lina Ron venía de esa clase media con formación moral y cívica, que en provincia es donde mejor se da. Su familia era copeyana -como la de Chávez- y ella misma era activista socialcristiana. En la vida de Lina pasó algo que le cambió el rumbo. Su temperamento exaltado y generoso le hizo creer en la utopía revolucionaria promovida por un sociópata capaz de decirle a cada uno la mentira que podía conmoverlo y creer él mismo esa mentira. A esa mentira se inmoló Lina Ron.

El final de su vida fue desgraciado para esa idealista de la violencia. El líder a quien había idealizado, el que la usó para amedrentar a sus adversarios y después lloró lágrimas de cocodrilo sobre su tumba, ordenó apresarla para luego hacerle la merced de la libertad condicional, pero manteniéndola con la cabulla corta. Es el destino de esos combatientes abnegados el que una vez usados se les elimine, en algunos casos físicamente. Lina se había dejado arrastrar por su personaje, el de brazo armado y lengua sucia de su líder. En esa dinámica, se le fue de las manos al comandante. Pero su error fatal fue decir que ella obedecía a dos líderes, Chávez y Diosdado. Lina no tenía por qué conocer la patología mental de los tiranos. No había hecho esos estudios ni tenía esa experiencia. Su ingenua declaración abonó los chismes sobre el peligroso crecimiento de Diosdado que la inteligencia cubana destilaba en las orejas de Chávez. Se ordenó destruirlo. Para eso era necesario amarrar a Lina, la única líder popular venezolana capaz de reunir una poblada no más con sonar el cacho.


Por cierto que a Lina jamás le hablé ni por teléfono. Su columna la trajo Francisco Orta, nuestro chavista, Jefe de Redacción de "El Nuevo País", otro que en estos días se murió de tristeza. Ella me escribió algunas cartas, como aquella donde me pedía permiso para contestar ataques de la columnista Patricia Poleo, quien en la vida privada es una de mis dos hijas. Le dije que en mis periódicos quien sea atacado tiene para su defensa derecho a espacio y ubicación mejores que las del ataque. Por elemental decencia. Si no hay chavistas escribiendo es porque esa gente no abunda en razones que pueda exponer ni se puede exponer a una discusión sobre razones. Lina sí escribió con razones, aunque fueran de esas que la razón no entiende.

La clase media arriba mencionada debería meditar sobre la rebeldía de Lina Ron, arquetipo de un segmento determinante en la sociedad venezolana. Salirse del lugar común y el comentario ligero de quienes sólo quieren pasarlo bien. Hacerlo hasta en el nivel académico, para ayudar a pensar a los estudiantes atosigados de doctrinas darwinistas. Lina Ron fue un fenómeno sociológico alimentado en la torpeza de las clases dirigentes. Un vocero de quienes hablan a gritos porque de otra manera no los oyen. La Acción Democrática de Betancourt les escuchaba y los interpretaba. Después vino la Acción Democrática de las dirigentes femeninas que parecían muestrarios de marcas, de los dirigentes juveniles que viajaban con viático y querida, de los traficantes que arrullaban a los dirigentes con la turbina de sus jets -¿sabía usted que en el partido del pueblo había un jet set? Un partido excluyente y fatuo, esnobista y ridículo -valga la redundancia-, ausente de la realidad social, insensible para oír crecer la hierba, cuyos dirigentes se dejaron arrastrar por sus mujeres codiciosas a su vez manejadas por los traficantes que a los políticos les hicieron la fama de ladrones, se enriquecieron -ellos sí- a su sombra y los abandonaron apenas sintieron el olor de la fritanga.

A Lina Ron la adversé con firmeza, pero nunca la encontré despreciable ni repugnante, como sí me lo fueron las dirigentes femeninas adecas y copeyanas que traficaron a sus partidos, y cuando Chávez soltó el primer eructo se borraron del panorama.

Con todo respeto dejo en la tumba de Lina Ron una cayena roja de las que amorosamente cultivo en mi pequeño jardín de expatriado. ©

Fuente: Revista Zeta (Venezuela) 11 de Marzo de 2011


sábado, marzo 12, 2011

Arisela Medina, mujer e historiadora en Vicerrectorado

María Arisela Medina, nueva Vicerrectora
Académica de la UNERG
Por José Obswaldo Pérez
María Arisela Medina se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Vicerrectora Académica de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG). Un hecho, sin duda plausible, que enarbola la luchas de las mujeres por ocupar espacios en el ámbito académico y de gobierno en nuestro propio campus universitario.

Esta calaboceña, docente, mujer sensible, egresada de la Universidad de los Andes (Mérida), como licenciada en Historia cuenta con dos doctorados, uno sobre Ciencias de la Educación, otorgado por la UNERG y otro en Educación, mención Currículo,  conferido por la Universidad de Panamá y un postdoctorado en el Epistemología de la Ciencia, otorgado por la Universidad Pedagógica Libertador, Upel.

Además, es paleógrafa, con cursos de mejoramiento en el Archivo General de la Nación. Fue, hasta hace poco, Directora de Cultura  de la UNERG y está ligada a los estudios de investigación popular de los llanos venezolanos, donde ha desarrollado trabajos en tópicos como la música y el folklor.

En el área  docente, es profesora de metodología histórica y  Fuentes de Estudios para la  Historia en el Programa de Historia, del área de Humanidades, Letras y Artes,  así como se ha desempeñado en las unidades curriculares  de Historia de la Cultura Venezolana en el Programa de Educación Integral del área de Educación de dicha casa de estudio.

Medina tiene el reto de promover, desde el despacho académico, las reformas tendientes a la construcción de una nueva arquitectura curricular enmarcada en los planes de desarrollo del Gobierno nacional- especialmente el Plan Simón Bolívar 2007- 2013; en mejorar la calidad académica docente y estudiantil y colocar a la Universidad Rómulo Gallegos en la palestra publica: como hacedora de realidades y sueños.

Tendrá, además,  un papel protagónico, en estrecha colaboración con el rector Ramón Galindo; primordialmente, en impulsar las políticas internas de la universidad, en los valores de corresponsabilidad, socialismo, inclusión, participación y  liderazgo constructivo, que son componentes fundamentales de la Universidad Rómulo Gallegos, en el marco de una nueva redefinición de la educación universitaria.

Entre otros aspectos, la doctora Arisela Medina  gozará la oportunidad de llevar a cabo la continuidad de una serie de planes y proyectos de la gestión del exrector Luis Enrique Gallardo, enmarcados en fortalecer las labores de  investigación y extensión; por supuesto, con la coordinación, supervisión, control y evaluación de  los profesores, alumnos,  empleados y obreros para  dignificar  la excelencia académica de nuestra Alma Mater .


miércoles, marzo 02, 2011
← Newer Older →