Babalawos ¿Sociedad secreta?

En este artículo, el antropólogo Diógenes Díaz analiza en profundidad la organización de los Babalawos, sacerdotes mayores del culto de Ifá dentro de la Santería, planteando la pregunta de que si constituyen una verdadera sociedad secreta.


Por Diógenes Díaz

Las religiones afroamericanas son tan complejas como la misma diversidad de manifestaciones dejadas por los africanos en esta tierra. Se vincula indistintamente su personalidad al trance o posesión, igual que definirlas como brujería o hechicería, para mencionar algunos calificativos, dejando de lado elementos que definen su complejidad; nos referimos al calendario de festividades, rituales de iniciación, liturgia, mitología, sistemas de adivinación y las jerarquías sacerdotales. Preferimos indagar sobre temáticas desconocidas en las religiones, para profundizar la compresión de ellas. Las estructuras jerárquicas y todo el enramado de conceptos que sostienen las prácticas rituales, para mencionar lo que ahora trataremos, dan cuenta de otra versión de estas religiones.

Nuestra maestra Michaelle Ascencio, nos permitió, con su trabajo “San Benito ¿Sociedad Secreta?”, tener una referencia teórica para comprender la sociedad de Babalawos.

“Ciertamente, encontramos en esta sociedad rituales de iniciación, la prueba del juramento, el mito o leyenda en que se apoya el secreto y la separación de los hombres de las mujeres” (Mackenezie, Norman. 1973)

Agregamos la reinterpretación de las estructuras de poder establecidas y aun permanentes en la sociedad tradicional yoruba. La importancia de los sacerdotes en las decisiones políticas de esa sociedad. Los cambios ocurridos de esa organización política vertical existente todavía en territorio yoruba, los cambios bruscos a consecuencia de la trata de esclavos y su redefinición en los llamados Cabildos de esclavos en Cuba colonial. Esta adaptación se manifiesta en la comunidad religiosa de tradición yoruba en el Caribe, en las funciones que cumple el Babalawo dentro de ella, ya descritas. En el desarrollo del articulo hablaremos de la sociedad de Babalawos como en un principio se estableció como sociedad secreta y esa continuidad le permitio mantenerse en el tiempo.

Ifá integro en Cuba el complejo religioso conocido como “Regla de Ocha” o “Santería”, nombre con que se identificó a la religión de los yorubas. El sistema adivinatorio de Ifá llegó al país por la memoria colectiva del esclavo y ha pasado a través del tiempo como un conocimiento transmitido en forma oral y práctica (Mola, Claudia.1994 .61).

En la estructura organizativa interna de la Santería se divide en el culto de los Orichas que comprende iniciaciones, sacrificios rito y ceremonias, oráculos de adivinación como el caracol y el coco, y el culto de Orúnmila- Ifá. Diferenciando las jerarquías sacerdotales, los Babalawos y sacerdotes mayores a los Iworos o santeros, Iyalochas para las mujeres y babalochas para los hombres. Como religión no tiene organización oficial ni reglamentos internos que establezcan una jerarquía universal sobre todos sus practicantes. Existe una jerarquía interna que se reduce a una distribución de poderes en los oficios ritualistas, esto para los dos sistemas fundamentalmente existentes.

Precisamente el tema por abordar en esta oportunidad, el culto de Ifá, como sistema adivinatorio; el Babalawo, sacerdote mayor y su organizacion, nos mostrará un elemento para comprender el culto a los Orichas, divinidades yorubas traídas por los esclavos a la Cuba colonial, desplazada por todo el Caribe y presente en Venezuela. Ifá representa el pensamiento filosófico por excelencia, sabiduría plena, centro de ideas cosmogónicas y cosmológicas, la visión del mundo, las normas éticas que rigen las relaciones sociales de los hombres. La concepción de la naturaleza, la vida y la muerte. Los preceptos orientadores de los hombres, su vida, simbólicamente se transmite por la vía de los ODU u ODUN, signos o letras descifradores del mundo, el bien y el mal. Básicamente son dieciséis, llamados Olodus o Meyis, nombrados a continuación en el orden jerárquico para los sacerdotes: Baba Ejiogbe, Oyekú, Iwori, Odí, Iroso, Ojuani, Obara, Okana, Ogundá, Osá, Iká, Otrupo, Otura, Irete, Oché, y Ofún, Asociado a cada signo hay un conjunto de versos y proverbios. Historias ilustrativas llamadas Pattakies, donde se recrea el mundo simbolizado en tramas protagonizadas por los dioses yorubas, animales o personas ligados al mismo signo. Ifá habla en metáfora y parábolas. Todo el bagaje de conceptos y consideraciones sobre la vida la encontramos en este sistema adivinatorio, su aprendizaje forma parte desde el mismo día de iniciación, la asimilación de todo su cuerpo literario desarrollado por las distintas ceremonias en que participan, son secretas, encuadran a la Sociedad de Babalawos en el tipo de sociedad herméticas y de exigente selectividad de sus miembros.

El diálogo que entabla el consultado con el sacerdote discurre en la estera perfilando la claridad del consejo de Orula. Existen otras letras, del resultado de la combinación de los Oddu básicos llamados omulu o compuestos. En su totalidad serían 256 signos fundamentales que contiene este sistema adivinatorio. En el esquema de sociedades secretas se encuentra un cuerpo de creencias que se convierten en la columna vertebral de la organización. El conocimiento de los ODDUN o letras de Ifá es obligación del sacerdote que se inicia, pertenecer a la Sociedad de Sacerdotes que rinde culto a Orula u manejan é interpretan Ifá.

“Es extraordinaria la fidelidad, a través del tiempo y del espacio de la memoria colectiva yoruba a sus tradiciones y concretamente a las técnicas, ritos y plegarias que se refieren a la adivinación. Esto se puede explicar por la larga e intensa disciplina de su aprendizaje ya que la formación de los profesionales de la adivinación, de los sacerdotes de ifá, como Abimbola recuerda, es un ejemplo supremo de sacrificio que muestra la capacidad casi ilimitada de la memoria humana” (Muñoz, Luís.1996:17)

Del panteón de dioses de la Santería o religión de los Orichas, hay una ligada al oráculo de Ifá, Orula u Orunmila, el benefactor de los hombres, consejero, sabio. El encargado de interpretar Ifá. Para la concepción de los creyentes, al nacer alguien, él se presenta ante el creador para saber su destino. Orula es testigo. Por tanto, está acreditado para orientar a los humanos con el fin de enfrentar la vida. Otra fundamentación estriba en que una vez concluida la obra de Dios, Olofi, sube al cielo cansado de trabajar en la creación, enviando posteriormente a Orula y a los otros Orichas para la tierra para encargarse de los problemas humanos. En cambio, al principio, el Oricha Changó, dios del trueno y el fuego, era encargado de interpretar Ifá, pero a consecuencia de sus permanentes batallas, como no tenía tiempo para consultar, le entregó los instrumentos de adivinación al viejo Orula. En otra versión, es Elegguá, dios de las encrucijadas y los caminos, que salva al pequeño Orula de la furia de su padre, quien ordenó matar a todos los varones, indignado porque Oggún, dios del hierro y la guerra, había cometido incesto con su madre. Orula es enterrado al pie de una Ceiba, diariamente Elegguá le llevaba alimento, fue salvado del castigo y con el tiempo perdonado por su padre. Su hermano Chango cortó de la Ceiba un tronco, hizo un tablero para adivinar entregándoselo a su hermano Orula, famoso adivino entre la gente. Los argumentos anteriores son resúmenes, forzados por razones de espacio, de historias contenidas en el oráculo de Ifá explicativas del rol ocupado por Orula, así como los otros Orichas, sus parentescos, personalidades, caprichos e inconformidades. Los dioses africanos son distintos a lo acostumbrado, ellos se humanizan, poseen sexo, conciben, viven y tienen debilidades. En analogía Ifá representaría la Biblia del cristiano o el Corán del musulmán. Cada elemento de ceremonia y los rituales de esta religión, su origen o esencia de la ceremonia, Ifá la explica. No sólo el campo de lo religioso, también las normas que rigen la vida profana de los creyentes de los Orichas.

Los humanos, para entablar diálogo con Ifá, se dirigen a los Babalawos, sacerdotes del culto, únicos autorizados para consultar con el oráculo de Ifá. Son los servidores de Orula, recibidos en una ceremonia de gran envergadura. Este sacerdote es fiel intérprete de la máxima unidad sagrada Ifá-Orula. Escogido y privilegiado por este dios entre los varones, ni siquiera los homosexuales. Los hombres seleccionados generalmente pasan por una ceremonia dirigida por Babalawos, llamada entrega de Mano de Orula o Awofaca para los hombres, donde la divinidad escogerá su futuro iniciado. En el caso de las mujeres reciben el ICOFA, representación de Orula, la mayor ceremonia de este culto para ellas, llegando al rango de Apetebí o ayudante de Orula. Las funciones de los sacerdotes están prescritas en Ifá. Su autoridad para salvar a una persona de muerte trágica o repentina, colocándole el Ildefá, pacto de Orula con la muerte, simbólicamente una pulsera de color amarillo y verde, colocado en la mano izquierda. Iniciando a otra persona, entregándole Elegguá, deidad principal acompañado de Oggún, Ochozi y Osun, en conjunto son llamados los guerreros, en resumen, se afirma que estos Orichas fueron iniciados en Ifá, por tanto, el Babalawo conoce enteramente sus secretos. Ejerciendo diversas funciones en la consagración de otra persona de su Oricha tutelar, sacarle el ángel de la guarda, el ebbó de entrada, la matanza de animales, la mencionada entrega de mano de Orula, consagrar otra persona como Babalawo, sobre las órdenes de Orula, cumpliendo el escogido los requisitos ya mencionados, agregándosele el de una conducta moral intachable, varón definido y hacer cotidiana. Volvemos a encontrar una característica de las sociedades secretas planteadas por MACKENZIE (1973); tienen criterios definidos para elegir los candidatos que admiten y para rechazar a otros, la mayoría de ellas son masculinas.

No existe organización institucional en este culto, la circunstancia histórica no lo permitió. Existe un orden jerárquico, por familias sagradas, relación de iniciado, más adelante lo tocaremos. Otros, por una mayor profundidad de este sistema de adivinación y alcance por ceremonias después de hacerse Babalawo, serian: Primero, el Babalawo, aquel consagrado al culto de ifá-orumila. El Babalawo consagrado que recibe cuchillo o kuanaldo, autorización para matanza de animales de cuatro patas. El Babalawo consagrado y con kuanaldo, recibiendo a Olofi, llega a la mayor consagración Omo-Odu. Por último, existe el Oluo Babalawo, punto polémico entre nuestros informantes, algunos afirman que es un Babalawo con su Oricha tutelar consagrado y su ceremonia de Ifá, otros hablan de aquel Babalawo que consagra otro hombre como Babalawo, recibe el nombre de Oluo, quienes lo colocan en la primera clasificación ya descrita. En fin, el orden mencionado es respetado por la mayoría, agregándole el factor de tiempo de consagración de mucho peso entre estos sacerdotes. Propio de las sociedades secretas, casi todas ellas tienen una estructura pronunciadamente jerarquizada y un complicado sistema de rangos que van consiguiendo sucesivamente sus miembros para pasar de novicio a dignatario. Muy importante son las iniciaciones, los neófitos simbólicamente mueren y resucitan, para establecer una línea divisoria de quienes son iniciados y quienes no pertenecen a ella. Esta experiencia de iniciación es estrictamente secreta, por tanto, incomunicable para los desconocidos.

“Los sacerdotes de Ifá o babalawos son, por su parte objeto de ceremonias iniciáticas particulares en los secretos de su culto. A medida que se avanza en los niveles iniciáticos, los secretos son más rigurosamente conservados por sus integrantes, siendo también su número más reducido.” (López, Rafael.1978:53)

La organización de los Babalawos se desprende de una adaptación de los linajes antiguos que sobreviven en la Cuba colonial. No existen iglesias o templos especiales para rendir culto a Orula. Cada casa de un sacerdote es un lugar sagrado. Entre estos sacerdotes se establece una parentela entre el Babalawo que consagra a otro, en binomio Padrino- Ahijado. Recibe el nombre de ahijado el que “recibe a Orula”, el que “hace Ifá”, “tiene hecho Ifá”, tomando la investidura de esta jerarquía sacerdotal. El oficiante principal de la ceremonia de 7 días de aprendizaje es su futuro padrino. Pero este padrino debe tener su propio padrino. Este ahijado. El Babalawo recién consagrado que tomamos como ego, quien consagró a su padrino es su abuelo de Ifá, se desprende una “consanguinidad” sagrada, repartida entre hermanos, tíos, sobrinos, etc. Quien ocupó el segundo lugar en la consagración del Babalawo, se denomina Oyubbona. Demos un ejemplo. El Awo ni orunmila de Carlos Hecker- Ogunda Biode en Ifá, su padrino es Francisco Henríquez-Irete Batrupo en Ifá, su Oyubbona es el popular “Masuo”, Osa di en Ifá. El Oba fue José Andrés, Colá Babaeyobe, y sus hermanos son Luís Marcano Irete Kután y Juan Carlos Ramos Otura Aira. Su abuelo de seria Juan Lecler Ogunda Kete y su bisabuelo Joaquin Salazar osalofabeyo. Como podemos notar, hay un nombre agregado por el signo de nacimiento, es una identificación como Babalawo.

Ahora bien, esta estructura básica ha sido cambiada por distintos factores que retroceden lo que en un principio era lo que destacamos como sociedad secreta, se perdió la rigidez en la selección de los iniciados, se divulga por distintos medios los secretos y ceremoniales principales, por otro lado, la violación de normas éticas y la ruptura de la relación Padrino-ahijado genera una crisis necesaria para repensar hoy sobre el culto de Ifa.

La condición de sociedad secreta como esquema permitió en las peores circunstancias históricas la continuidad del culto de ifa y la subsistencia de los Babalawos como jerarquía sacerdotal, garantía de la conservación de los preceptos fundamentales de esta religión. Es hora de detenerse como comunidad religiosa de iniciar una urgente defensa de este legado espiritual.


Bibliografía

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Diógenes Díaz es antropólogo, activista y académico afrovenezolano. Profesor de la Universidad de Carabobo, integrante de la Red Afrodescendientes de Venezuela y de la Alianza Regional de Afrodescendientes de América y el Caribe. Posee un Doctorado de Ciencias Sociales mención Estudios Culturales (Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Carabobo, Venezuela). Desarrolló la primera tesis académica sobre la Santería (regla de Ocha e Ifa) en Venezuela. Ha escrito artículos y ofrecido conferencias sobre la Afrovenezolanidad, la descolonización y el concepto de afroepistemología.

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