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¿El Cristo de la Historia?

Por Daniel R Scott

TODAVÍA ESTÁ DE MODA la vieja costumbre de negar la existencia histórica de Jesús. Como dije esta tradición no es nueva: desde el siglo XVII no se ha hecho otra cosa que repetir como loros los mismos trillados argumentos. Sin embargo un estudio sincero y exhaustivo del tema nos lleva a la conclusión que no es tan sencillo descartar de plano lo que se ha venido a llamar "El Jesús de la Historia". A tal fin, nos limitaremos por ahora a estudiar brevemente las fuentes bibliográficas que nos dan razón de Jesús, a saber: los evangelios del Nuevo Testamento. Seremos breves.


La cantidad de manuscritos y su cercanía al original son sorprendentes. El Nuevo Testamento se preserva en 5.686 manuscritos que van desde el siglo II hasta el siglo XV. La cantidad de copias manuscritas es tal que permitiría reconstruir el original con exactitud. Dice un Diccionario Arqueológico: "El intervalo entre la composición original y la evidencia existente más antigua llega a ser tan pequeña como para ser de hecho insignificante." Acota John Montgomery: "Ser escépticos en cuanto al texto resultante de los libros del Nuevo Testamento es permitir que toda la antigüedad clásica caiga en la oscuridad, porque ningún otro documento del periodo antiguo está tan bien atestiguado bibliográficamente como el Nuevo Testamento." Veamos algunos ejemplos para ilustrar la frase citada.

La "Ilíada" de Homero fue redactada en el 800 antes de Cristo, pero la copia más antigua es del 400 después de Cristo. "Historia" de Heródoto fue redactado en el 400-420 antes de Cristo, pero la copia más antigua existente es del 900 después de Cristo. ¡Estamos hablando de 1350 años de intervalo! Y tan sólo existen 8 copias. El famoso "Comentario a la Guerra de las Galias." de Julio César fue compuesto entre el 100-44 antes de Cristo, pero la copia más antigua que se dispone es del 900 después de Cristo. ¡1000 años de intervalo!. Existen 7 obras de Sófocles, no obstante el manuscrito básico sobre el que se basan fue escrito 1400 años después de la muerte del poeta. Y nadie pone en duda la existencia del personaje.

En cambio, cuando se trata del Nuevo Testamento contamos 114 fragmentos, 200 libros, 325 Nuevos Testamentos completos escritos entre el 50-100 después de Cristo. ¡Juzga por ti mismo lector! La evidencia bibliográfica avala satisfactoriamente la existencia de un personaje singular llamado Jesús! "La cantidad de manuscritos disponibles del Nuevo Testamento es abrumadoramente mayor que aquella para cualquier otra obra de la literatura antigua" ( J Harold Greenle ) Fueron escritos mucho más cerca de la fecha del escrito original que en el caso de cualquier otra pieza de literatura antigua. A esta altura del artículo me entero de un hallazgo arqueológico consistente en un trozo de madera que grita su histórica antigüedad. Se trata de la inscripción que los verdugos colocaron sobre la cabeza de Cristo en la cruz: "Este es Jesús, Rey de los Judios." Cuando se comparan estas palabras con la inscripción latina sobre una losa hallada en la antigua ciudad de Cesárea donde aparece el nombre de Pilatos, nos encontramos que el estilo literario de ambos es el mismo: el utilizado cuando Jesús y Pilatos eran contemporáneos, estilo que desapareció con los siglos e imposible de falsificar en la Edad Media. ¿Qué más prueba se quiere del Jesús histórico?

Pero yo, en lo más intimo de mí ser, ¿qué creo? Pues a mí me interesa más el Cristo de la fe que el Cristo de la historia. ¿Qué utilidad puede prestar un Cristo histórico en el cual no se cree? ¿Cuántos de sus contemporáneos no le rechazaron y negaron hasta llevarlo a la cruz? Aún hoy, en el siglo XXI, hay muchos que con gusto lo volverían a crucificar. Me quedo con el Cristo de la fe. Como dijo muy acertadamente el filántropo y teólogo liberal Albert Schwizer: "Pero la verdad es que el Jesús que tiene significado para nuestra época y tiene el poder para ayudarla, no es el Jesús conocido históricamente, sino el Jesús resucitado espiritualmente en los seres humanos. Lo que conquista al mundo no es el Jesús de la Historia, sino el espíritu que sale de él y crea una nueva influencia y gobierno en el espíritu de los hombres."

16 Abril 2010

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