Don Alí Almeida



POR DANIEL SCOTT| FOTOGRAFÍA GUARICOENLINIA.COM|

Este miércoles, nueve de junio, me amaneció demás de temprano con una triste noticia: "Murió Alí Almeida." Asi me lo dijeron, lacónicamente y en toda su desnudez. Yo a mi vez, comuniqué la noticia por mensaje de texto a todos los que pude, que fueron muchos, personas que lo admiraban. Muchos, muchos lo quisieron y quieren. Recuerdo que a varios de mis amigos les dije algo como: "Con la partida de Don Alí Almeida ya casi se extingue una vieja y veterana generación que hizo carrera en las letras, la poesía, la literatura y el periodismo regional." Triste epitafio colectivo, ahora lo veo así. Cuidado si esa generación ya no murió. Tomar conciencia de ello nos deja un mal sabor de boca. En efecto: personas como Parminio González Arzola, Miguel Quintana, Jesus Bandres, Victor Pérez Pérez, Alí Almeida, Antonio Scott Power y otros ilustres que se me escapan de la mente, pero a los que igual le rindo tributo, le dieron con su pluma maestra y aguda, identidad y rostro a las ideas, al civismo, a las posturas políticas y al terruño en general. De muchacho los solía ver a las puertas de "El Nacionalista", dialogando, discutiendo, soñando. Algunos se atacaban entre sí para luego amistarse otra vez. Es lo que me gustaba de esa generación ya ida. Y robando, parafraseando o torciendo un poco el pensamiento de nuestro querido Aquiles Nazoa, diría que Don Alí Almeida constituía un bello ornamento en la arquitectura espiritual del periodismo de San Juan de los Morros. Un caso aparte.



Lo recuerdo en sus columnas, foros, referencias personales y breves encuentros. Alguna vez me dedico de su puño y letra un libro de su autoría. Su trabajo es vasto, amplio, enriquecedor, quedandonos como punto de referencia. Y lo mas importante: Nos dejó una fracción de eternidad, porque la palabra escrita es la inmortalidad del intelecto. Siempre recordaba en sus columnas los cumpleaños de papá, periodista al igual que él. No se me olvida que en una punzada poetica y de nostálgia, escribio: "¿Cómo sería aquel San Juan de los Morros el 2 de Septiembre de 1912? Un pueblo hermoso, bucólico lleno de neblina por las mañanas y con mucho monte, por las cercanías de la casa donde nació Antonio, por allí en la calle Mariño, donde a mitad de la cuadra, en vía al mercado viejo de San Juan."  Y cuando a alguien que hoy no recuerdo, se le ocurrió tildar a Alicia Scott, hoy por hoy destacada y conocida personalidad y profesional de aquilatadas virtudes, de "desconocida", un Alí bueno, caballeroso y sensible replicó más o menos en estos términos: "Alicia Scott no es una desconocida por los lados de sus ancestros. Su bisabuelo Daniel Scott fue el fundador de Ariel, el primer periódico que circuló en San Juan de los Morros en 1922." Cuando le comenté ese incidente a Alicia Scott, me respondió: "El se porto maravillosamente conmigo."

Tuve el privilegio de ser maestro de ceremonias en un homenaje que se le hizo en la Alcaldia de Roscio. Creo que era el año 2005 o 2006. Nuestro cronista Argénis Ranuarez, quien siempre le profesó admiración y cariño entrañable, justipreció con dedicacion y verbo maestro la trayectoria y cualidades del querido amigo que se nos fue. Colocó la música que le gustaba. A la hora de escribir este artículo, conservo y observo en mi álbum una fotografía que me tomaron, en tal evento, a su lado. Pienso que uno se siente contagiado de dignidad cuando se está al junto de una persona digna. Muere el hombre digno, pero deja antes de partir caminos abiertos a las generaciones por venir. Son caminos de dignidad.

Y como decía un poeta anónimo, no preguntes "¿Cómo murió?" más bien pregunta "¿Cómo vivió?" Alí Almeida vivió como hombre sin tacha y buen profesional. ¿Que más se puede pedir? Se fue pero queda su ejemplo perfumando el presente y el futuro.

Don Alí Almeida: tus cenizas de hidalgo forman ahora parte del paisaje del Morro Mayor, el amado Paurario
14 Junio 2010
Artículo próximo Artículo previo