La siembra de tabaco y sus repercusiones en la vida de los sombrereños desde mediados de los años cincuenta a los ochenta del siglo XX .

 Este cultivo de plantación, que tuvo gran impulso con  la llegada  a comienzo del siglo XVIII de gran cantidad de canarios a estas tierras con la suficiente experiencia acumulada para gerenciar las haciendas  en dicho cultivo. Con el tiempo se convirtieron en propietarios de estas unidades de producción

José Manuel Aquino H
   

El  presente trabajo tiene como finalidad reconstruir un  proceso histórico de gran significación para  los sombrereños, cuando  se comienza  a desarrollar la siembra de tabaco a gran escala en las vegas del rio Guárico  de dicha población. Para este estudio se toma en cuenta el criterio de región histórica propuesto  por  el  historiador mexicano Luis González González y sus seguidores, en cuanto a la delimitación del territorio. Las regiones no tienen por qué estar encerradas en un marco geográfico homogéneo, por consiguiente  la extensión del mismo depende de la territorialidad y la forma  con que han interactuado  sus habitantes con los actores sociales tanto internos como externos, tomando en cuenta las características espaciales que están dadas por los diferentes hechos que hacen posible la existencia de una sociedad regional en un tiempo determinado, analizado desde una perspectiva trandisciplinaria, con el fin de favorecer la comparación con otras localidades desde la perspectiva  geohistórica, a partir de la relación hombre-medio y sociedad–naturaleza, desde la ocupación del espacio, a partir de  una dimensión epistémica enmarcada en la topofilogía; el afecto al lugar como eje de transformación y avance de los pueblos en la  búsqueda de bienestar.
      En tal sentido, la población de El Sombrero se conformó en la   margen izquierda del río Guárico, ocupada inicialmente  por aborígenes tamanacos, palenques y cumanagotos, dedicados a las actividades de caza, pesca y recolección de frutos, que luego del proceso  de conquista y colonización, un gran número de ellos   compartió estos espacios a mediados del siglo XVII con los españoles que se establecieron por esos predios, para la realización de actividades de ganadería y  agricultura que dieron lugar a la conformación de un asiento poblacional décadas  más tarde, conjuntamente con  negros libertos, zambos y mulatos (Armas Chitty). A partir de ese momento histórico las actividades económicas estarán siempre  enmarcadas dentro del ambiente  agropecuario, por tanto la relación hombre-medio y sociedad- naturaleza conformarán una caracterización que se abordará en el caso específico de este trabajo, el cultivo del tabaco, tomando en cuenta todos los elementos que intervienen en el desarrollo de las actividades realizadas por los actores  sociales y sus dimensiones en ese determinado tiempo histórico; no solo destacaremos las expectativas sino también la trascendencia para los sombrereños,  desde un ambiente transcomplejo en los ámbitos: local, regional,nacional y mundial.
    Desde esta perspectiva, la planta del tabaco originaria del continente americano consumida por los aborígenes antes del período colonial no solamente con fines recreativos o   embriagantes sino  también con fines  conmemorativos y  medicinales. Al ocupar los españoles estas tierras después de la llegada de Cristóbal Colón y específicamente expedicionarios como Américo Vespucio en su paso  por las islas  ubicadas en el golfo de Venezuela, comprobó la utilidad de esta planta, lo que motivó a que durante todo el siglo XVI se expandiera dicho cultivo por este continente, sino por otras partes del mundo hasta el punto de realizar leyes para el control de la siembra, la fabricación y el comercio de tabaco por las diferentes naciones y principalmente  en  las diferentes  colonias americanas  ocupadas por los europeos. En lo que respecta a la Capitanía General de Venezuela la siembra de este rubro se expandió por muchas zonas de las provincias entre ellas: Barinas, Maracaibo, Guayana y en muchos poblados  que dependían  administrativamente de la capital sede de la Capitanía General como las  esparcidas en los valles de Aragua, Orituco  y los poblados situados a las márgenes de las riberas del río Guárico  como Camatagua, Barbacoas  y  El Sombrero que contaba con tierras de vegas de excelente fertilidad y factores climáticos apropiados para el desarrollo apto  de plantaciones de calidad, lo cual generaba gran demanda, para ello se conjugaron deferentes factores en y para el éxito y expansión  de este cultivo de plantación, que tuvo gran impulso con  la llegada  a comienzo del siglo XVIII de gran cantidad de canarios a estas tierras con la suficiente experiencia acumulada para gerenciar las haciendas  en dicho cultivo. Con el tiempo se convirtieron en propietarios de estas unidades de producción por gran experiencia en estas labores en las distintas islas del otro lado del óceano Atlántico, unida a la cantidad de mano de obra barata que proporcionaba la organización social colonial conformada por mulatos, zambos, esclavos negros y libertos e indios. Por tanto, le dieron renombre al tabaco sombrereño por la calidad del producto, el cual era demandado por los pobladores de Calabozo, San Jaime y demás habitantes ubicados en las márgenes del río Apure que lo intercambiaron con ganado. ( Armas 1980).
    Es necesario resaltar  que la demanda  de tabaco a mediados del siglo XVIII se convirtió en un rubro muy apetecido   principalmente en Europa generando trabas para su libre producción  y comercio en un ambiente de complejidad dentro del sistema mercantilista. En esta dirección España realiza restricciones  no solamente en sus provincias sino también en sus colonias a pesar de proclamar el libre comercio con las reformas borbónicas impulsada por el Rey  Carlos III. Crea  el Estanco del tabaco,  un organismo que  se encargó en la Capitanía General de la “siembra, cosecha, preparación de la hoja, elaboración de cigarrillos, de chimó y de otros productos y también de la comercialización tanto interna como externa a manos del Estado  ocupante de este territorio “ (Calzadilla,1999 p. 115). 
   De la misma manera, una vez se reorientó el cultivo en zonas alejadas   y de difícil acceso para evitar el contrabando. Las zonas donde se estableció el Estanco del tabaco para la realización de  esta actividad  en la Provincia de Caracas, la Real Hacienda  autorizó los cultivos en los Valles de Aragua y en Orituco; mientras en las haciendas establecidas en  las adyacencias del río Guárico no contaron con autorización  para la  realización de esta actividad  a gran escala en esta macro región, lo que motivó a los hacendados  a dedicarse al cultivo de  otros rubros agrícolas  que le generasen   dividendos  en detrimento  de este rubro que les había dado bienestar económico  por décadas; mientras que los plantadores de la región de Orituco vieron incrementar sus ingresos y a su vez alcanzar un nivel de bienestar social y económico al instaurarse una intendecia del Estanco del tabaco en San Rafael de Orituco en 1778.
   En consecuencia de lo antes expuesto, los hacendados pequeños y medianos productores de este rubro ocupantes de estos predios aledaños al río Guárico se vieron limitados a cultivar  esta hojas para el consumo local debido al monopolio ejercido a finales del siglo XVIII por la administración colonial  a través esta intendencia hasta su abolición  en  marzo de 1833 después de haber obtenido la independencia. En la primera presidencia  de José Antonio Páez se decreta la libertad  para el  fomento del cultivo, la fabricación y comercialización del tabaco en todas sus denominaciones sin más restricciones lo que generaría posteriormente un  crecimiento efímero por la inestabilidad  social y política  en los siguientes años como consecuencia de los encuentros belicistas de la Guerra Federal, donde se libraron enfrentamientos entre liberales y conservadores por los alrededores  de la población de El Sombrero y zonas circunvecinas que generaron incendios y destrucción como  en 1859  incluyendo los predios agrícolas. En  el mes de septiembre de 1873, la historiografía reseña que la región sufrió  una tragedia natural por medio de  una  gran inundación del río Guárico,  después de tres días de abundantes lluvias que arrasa  con viviendas, animales y cosechas, siendo también una limitante para el cultivo y la producción del rubro señalado. Los datos reseñados por  el censo del Estado Guárico  en 1875, corrobora lo antes expuesto, donde se destaca la producción  de los siguientes rubros: caña de azúcar, maíz, frijoles, yuca destinados para el consumo  interno. Al igual que la producción de tabaco que cumplía los mismos fines que los rubros señalados con anterioridad,  situación que se mantenía  a comienzos del siglo XX, tal como lo describe  el empresario Dionisio Bolívar en su autobiografía que su padre comerciante establecido en el poblado recibía tabaco en rama de buena calidad procedente de haciendas, específicamente (Corral Viejo  y Guarumen) para   comercializarlas en  Calabozo y  San Fernando de Apure,  situación que se mantuvo hasta  mediados  plazo durante las primeras del siglo XX.
      A partir de 1915 la producción industrial del tabaco tiene nuevo impulso a través del empresario  Luis Bigott  quien había sido un simple  trabajador en una empresa artesanal, en la ciudad de Caracas  funda una pequeña empresa cigarrera denominada Cigarrera  Bigott en esta  misma localidad  con crecimiento vertiginoso por  su alta  demanda. Cinco años más tarde se convierte esta  en la principal industria de este ramo   e  impulsora  de la siembra de este cultivo en los Estados: Carabobo, Cojedes, Portuguesa y Barinas, durante esos tiempos, motivado principalmente  por  la  asociación  de esta empresa con la trasnacional “British American Tobacco  Company” que en la actualidad controla el 55 % de la producción mundial ( Wikipedia, 2012), que después de la primera Guerra Mundial desplegó  gran actividad  a nivel mundial hasta convertirse en una de las dos grandes multinacionales globales de este producto. Esta corporación aprovechó  realizar inversiones en  ese  momento histórico cuando la nación venezolana empezaba a florecer social y económicamente  con el auge  de la actividad petrolera.
    En la década de los años 40 la actividad agropecuaria en la población de El Sombrero solo  sufrió cambios puntuales con respecto  el aumento de la producción  con la llegada de nuevos implementos  para las labores de siembra como el tractor y sus  implementos (rastras y sembradoras) traídos a la zona por Ricardo Montilla Giménez  para la realización de siembras  en sus predios; igualmente otros dueños de hacienda fueron incorporando estos medios de trabajo, los cuales agilizaban las  labores  de siembra, afirmación expuesta con precisión por  el  extinto cronista de El Sombrero,  Manuel Aquino Delgado, en un conversatorio referente a personajes importantes de esa localidad y  también por haber sido testigo de aquel acontecimiento en momentos cuando se establecía la Compañía Creole Petroleum corporation para realizar exploraciones con resultados poco alentadores para la extracción de dicho bitumen.
    En lo que respecta a la década de los años cincuenta, es cuando comienza la siembra a gran escala del cultivo del tabaco en esta región .Esto se debe  a la conjugación de hechos que son necesarios reconstruir de manera integral. En primer término, tenemos la expansión del capital internacional de fortalecer la industrialización de diferentes productos, entre ellos el rubro objeto de este  estudio .Específicamente la transnacional Philip Morris fundada a finales del siglo XIX que crea unas filiales en muchos países por todo el mundo, para  cumplir con sus  fines de control de la producción mundial y aumento de sus ganancias  En nuestro país compra la Compañía Anónima Tabacalera Nacional ( CATANA) que había comenzado a operar  en 1953, para convertirse en la primera empresa en Latinoamérica en cumplir estos objetivos; realiza cuantiosas inversiones  con el fin de producir cigarrillos y demás productos; tanto para el consumo interno como externo. Otro aspecto importante que es necesario resaltar es el relativo al aumento de las extensiones del  cultivo, mediante  el aumento de cupos para que los agricultores  extendieran  su capacidad de siembra, por consiguiente, acuerda   también con la Banca Privada financiamiento, para que estos compraran insumos y maquinarias con el propósito de elevar la producción.
    Otro aspecto de resaltar fue la aceptación de parte de los propietarios de las haciendas de la zona, específicamente  Mack Lee Tocker,  oriundo de Los Estados Unidos de América, extrabajador de una de las industrias cigarreras antes señaladas, que compró una hacienda en las orillas del río Guárico por esos años e inició conjuntamente con  otros productores la siembra del rubro, entre  los cuales podemos citar a Iván Aranaga Henríquez, Daniel Scott Cuervo, Miguel Rodríguez Viso, José Maluenga ; luego se sumarian otros cultivadores con tanto éxito que los sembrados se extendieron por esta región geográfica, El Sombrero, Barbacoas,  Camatagua. Los productores se afiliaron inicialmente a La Unión Nacional de Cultivadores de Tabaco (UNCULTA) y luego en 1965 agricultores sombrereños fueron fundadores  de  otra asociación  denominada   “Asociación Venezolana  de Cultivadores de Tabaco”, (AVENCULTA) que se propuso entre sus fines el aumento  de la superficie sembrada de este  rubro.
    Es necesario señalar que el manejo de la siembra estuvo a cabo de un personal especializado de vital importancia para el fomento del cultivo. Los encargados de las siembras y demás trabajadores dedicados a este rubro en su gran mayoría inmigrantes canarios de gran experiencia en el trabajo agrícola en ese archipiélago español llegados al país como consecuencia de las diferentes crisis política y económica que atravesaban estos  en aquella región, las dos  guerras mundiales y la guerra civil española, que desembocaron en la larga dictadura de Francisco Franco. Las altas expectativas de trabajo y emprendimiento  que ofrecía principalmente  Venezuela, nación con altos ingresos provenientes del  petróleo en esa década exigía por la necesidad capital humano especializado no solamente industrial sino también agropecuario Impulsó a esta oleada masiva de personas.        
 
         
    Es necesario señalar que las expectativas de consolidación del bienestar económico y social de estos migrantes como en lo personal y familiar, se vieron  recompensados porque un gran número de estos  se convirtieron en propietarios de muchas haciendas, diversificaron más tarde  sus actividades agropecuarias con  el cultivo de melón y  tomate que permitió apuntalar a la región como centro agrícola para el consumo nacional e internacional. Estas  actividades fomentaron la migración  interna de personas de otros estados del país. Hasta el punto que  a comienzo de la década de los ochenta personas  provenientes de las comunidades aborígenes  de los estados Amazonas y Apure llegaron a la región para la realización de las actividades agrícolas en carácter de obreros. Con lo señalado anteriormente  se lograron los fines y propósitos de las transnacionales en este tiempo histórico: aumentaron la producción y consolidaron la industria cigarrera en este enclave para seguir produciendo  acumulación de capital.
  En este sentido el auge y consolidación promovió  el  crecimiento de la actividad financiera, comercial y de servicios del ramo agropecuario   no  solamente en El Sombrero sino también en el sur de Aragua. También se fortaleció el sincretismo cultural  de gran importancia para los pueblos, tanto para  sombrereños y canarios residentes por el intercambio de tradiciones y costumbres de los pueblos, no solamente del aspecto agrícola sino también  el gastronómico, religioso, deportivo entre otros aspectos.
  Por tanto, esta reconstrucción de ese período histórico es necesario para establecer de manera concreta la relación hombre medio desde la intervención del espacio y tiempo, tomando en cuenta  las intenciones de los actores intervinientes tanto internos como externos desde una perspectiva global y ser agente de cambio usando a través del  afecto al lugar  como categoría epistemológica en  este ensayo.




REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ARCILA, E. 1973.  Economía Colonial de Venezuela. Caracas, ARCILA, E.: Historia de un Monopolio. El Estanco del Tabaco en Venezuela
ARELLANO, A. 1960. Breve historia de Venezuela, Venezolana. Caracas,
BRITO, F. 1974 Historia social y económica de Venezuela. 1492-1958. Caracas,
Bolívar Dionisio. 1978. De  Cero a Ocho Cifras. Caracas.

De Armas Chitty. 1982. Historia del Estado Guárico. Ediciones de la Presidencia de la República.

DEPONS, F. 1961 Viaje a la parte oriental de Tierra Firme en la América Meridional. Caracas, Venezuela.

Fundación Bigott. 1960, Biografía de Luis Bigott, Caracas Venezuela.

IZARD, M. 1962.  "La Agricultura Venezolana en una época de transición", fundación John Boulton, Caracas, Venezuela.

Venezuela, Dirección de Estadísticas, 1875. Apunte estadístico del Estado Guárico. Banco Central de Venezuela.

Tal vez te interesen estas entradas