Profesor Titular. UNESR
felipehernandez56@yahoo.es
Honrado. Muy honrado me siento de hablarles en la mañana de hoy de la doctora Irma Mendoza. Agradezco a los intelectuales Arturo Álvarez D’Armas y Jeroh Juan Montilla por escoger mi nombre para que les presentara desde mi perspectiva, una semblanza de esta gentil y noble dama.
Inicio mi disertación diciendo, que:
Hablar de Irma Marina Mendoza pone en aprietos al más avisado. No hay, en efecto, ocurrencia más difícil que hablar de las cosas valiosas cuando por el trato cotidiano y permanente se han hecho tan familiares que las consideramos consustanciadas con nosotros. Para ponderar el valor del pan, de la sal, del agua y de la luz, es necesario alejarse un tanto y sentir su separación. Tal sucedió con Irma: llegamos a catar su calidad humana y profesoral cuando El Supremo solicitó su presencia y ella tomó la decisión de ausentarse de las ringleras docentes e históricas por las que siempre transitó.