La ratonera cubana

Los misterios que existen sobre la economía cubana, se van despejando

Un ciudadano lee un libro sobre la política económica de Cuba/AFP

Por JUAN VELARDE FUERTES

Los misterios que existen sobre la economía cubana, se van despejando. Conviene en este sentido tomar nota de un excelente artículo del profesor de la Universidad de La Habana, Pavel Vidal Alejandro, titulado «
El rompecabezas monetario y financiero cubano». Ha sido publicado por el Real Instituto Elcano (ARI 148/2010) el 15 de octubre de 2010. Basándose en Pavel Vidal Alejandro y en otro profesor de la Universidad de La Habana, Omar Everleny, en Le Monde de 28 de octubre viene sobre la economía cubana un artículo cuyo título es también muy significativo: «Le gouvernement cubain se tourne vers le secteur privé pour soulager l' Etat». Este alivio significa nada menos que dar la espalda al socialismo que intentó implantar Fidel Castro en la isla. La política económica cubana había dado ya más de un cambio, pero esta vez éste se debe, no ya al bloqueo por parte de Estados Unidos, sino, como señala en su artículo Pavel Vidal Alejandro, a que a la crisis de la balanza de pagos de 2008-2009 se ha agregado «un grupo de errores de la política económica», que se alzan sobre otro error muy serio: no haber tenido en cuenta «los costes y distorsiones de la dualidad monetaria», porque en Cuba circulan dos monedas: el peso cubano y el peso convertible, y ambos sobrevalorados respecto a sus cotizaciones en los mercados financieros mundiales.

Esto último es uno de los causantes de la crisis de la balanza de pagos, junto con que la temporada de huracanes obligó a aumentar las importaciones de alimentos y de materiales, para reparar las casas, a más de que la crisis económica general frena las exportaciones y dificulta la financiación procedente del exterior, pero sobre todo, dice Pavel Vidal, por la caída de la relación real de intercambio, nada menos que en un 31,6% «como consecuencia de la disminución del precio del níquel (cubano)… y del aumento del precio del petróleo y los alimentos», y esto último porque a pesar de existir, fruto de la reforma agraria castrista, tierras cultivables ociosas, Cuba importa el 80% de los alimentos que precisa.

Ayuda financiera exterior no es imaginable. Se ha esfumado la de la Unión Soviética. Su sustitución por Venezuela también se ha evaporado. Este último país se ha colocado en la cumbre mundial de los «índices miseria». En tasa anual, en el segundo trimestre de 2010 su PIB cae un 1,9%, Y se espera por los analistas que su descenso en 2010 sea de un 3,0% y en 2011 de un 2,1%: véase The Economist de 30 de octubre. Además, en septiembre de 2010 la inflación venezolana, en tasa anual, era del 28,5%. Como Cuba no pertenece ni al FMI ni al Banco Mundial, no puede pretender recibir un crédito de última instancia. Por eso el Banco Central se encuentra «sin reservas suficientes para respaldar los pasivos bancarios en pesos convertibles y en divisas», con lo que la banca cubana «ha congelado las cuentas en divisas de inversores y proveedores extranjeros». En suma, una típica crisis bancaria generada por una deuda externa insostenible.

Esto es lo que explica el conjunto de medidas anunciadas por la Gaceta Oficial cubana el 25 de octubre de 2010, que supone, al par, un durísimo plan de estabilización y un paso hacia un sistema de mercado. Lo primero con una contracción del gasto público reduciendo en 500.000 personas el empleo público lo que, de inmediato, calculo que sitúa la tasa del paro en un 10%, y con posibilidades de que aumente hasta un 20% por este motivo. También, con un aumento de los ingresos con un fuerte impuesto sobre la renta, muy progresivo: el límite exento se sitúa en una ganancia ¡anual! equivalente a 145 euros, y es de un 50% para los ingresos a partir de un equivalente —lo he confrontado en varias fuentes— a 1.450 euros de ingresos anuales. Añádanse las cuotas de la seguridad social, más unos importantes impuestos indirectos sobre el consumo, que recaen sobre unos ciudadanos depauperados.

Simultáneamente se da un paso hacia la economía de mercado en una relación de 178 subsectores productivos. Confirma todo esto el caos económico generado por el castrismo, que ni siquiera, con su tiranía fue capaz de eliminar la corrupción, porque en el índice de percepción de esta lacra para 2010 según Transparencia Internacional, fue en Cuba de 3,7, igual al de Brasil, Montenegro y Rumania. Este formidable freno al desarrollo y de impulso a la degradación, es otro fruto de Fidel Castro, que se agrega al desempleo, al hundimiento en la renta, a una presión fiscal intolerable y a una crisis financiera colosal.

Fuente: Diario ABC de España
martes, noviembre 09, 2010

La última estación de Domingo Maza Zavala

"Él era una especie de hombre Banco Central", comentó Pompeyo Marquez. Tuvo que decidir entre estudiar derecho, medicina o economía.

El economista Domingo Maza Zavala
por Diego Aznar www.elmundo.com.ve
Tenía 88 años de edad recién cumplidos y una afilada puntería, tanto para los números que rigen la economía nacional, como para la política. Tirios y troyanos lo consideran uno de los más grandes y lúcidos economistas de Venezuela. Su nombre: Domingo Felipe Maza Zavala.

Ayer cambió de paisaje quien fuera director del Banco Central, una institución que él mismo representaba, defendía. Protegía su autonomía, aunque ya no estuviese dentro de ella, abogando siempre por la talla profesional de sus integrantes.

"Él era una especie de hombre Banco Central", comenta Pompeyo Márquez con enorme pesar, recordando a una figura que era referencia del saber venezolano no sólo en materia económica, sino política, cuyos comentarios llegaron a levantar aceptación y rechazo, pero siempre bajo el obligado respeto que infundía (e infunde) su trayectoria.

A pesar de los encontronazos que tuvo con el presidente Hugo Chávez este año, el mandatario lamentó su muerte en un contacto con Venezolana de Televisión. "Se nos marchó uno de los grandes venezolanos y pensadores del siglo XX", dijo.

El comunicado del Poder Ejecutivo indica que Maza Zavala "deja al país un legado que indiscutiblemente seguirá arrojando luces en el difícil camino de transformar la economía petrolera de Venezuela en una integral, tal y como siempre fue su aspiración".

Multifacético

Zavala era de hablar ronco, pausado y didáctico, no dejaba de mirar a los ojos cuando conversaba y explicaba sus opiniones, apoyándose en teorías aprendidas en los largos años de estudio en la Universidad Central de Venezuela, de la que egresó como licenciado en Ciencias Económicas y Sociales en 1949 en la Promoción Santos Michelena. También en la UCV obtuvo el doctorado en 1962. Para esa fecha acababa de salir por segunda vez de trabajar en el BCV, al que regresó el 1° de mayo de 1994 como director.

Pero no sólo de la economía vivió el hombre. Fue diputado del entonces Congreso de la República. De su actividad dentro del partido Movimiento Al Socialismo (MAS) lo recuerda Márquez, pero no tanto por político, sino por "décadas de una amistad muy especial que data desde 1946".

"Puedo decir con orgullo que fue uno de mis más destacados maestros", dijo el cofundador del MAS con una voz llena de congoja que intercalaba los recuerdos y las lágrimas. "Estuvimos juntos en muchas aventuras periodísticas, políticas. Compartimos un mismo pensamiento sobre Venezuela (?) Un hombre que deja una numerosa bibliografía para las nuevas generaciones, que serán permanente enseñanza no solo con el planteamiento de los problemas, sino con soluciones".

"Hablo con pesar sobre la desaparición física de un amigo, de un compañero, de un maestro. Lo último que hizo fue que antes de las elecciones me llevó con un grupo de economistas y montó una reunión para que yo fuera para hablarles de los pronósticos", recuerda Márquez.

El poeta economista

Maza Zavala no era solo hombre de números y teorías, sino también de palabras y poesías. Escribió un poema dedicado a la tragedia de Vargas titulado "Tres Rostros del Dolor", en el que dijo: "... desnuda la angustia en el rostro amanecido/ en el grito que anuda la garganta humedecida, el llanto de la noche que no cesa".

El texto pertenece al libro La Quinta Estación, escrito por el economista, cuyos padrinos fueron los poetas Luis Pastori y Carlos Gottberg. Este último comentó que para Maza Zavala la poesía no era un pasatiempo "ni un ejercicio criptográfico. Es, como diría Octavio Paz, 'religión secreta', más para religarse con lo humano."

El periodista José Gregorio Yépez le preguntó en una oportunidad si el nombre del libro era por aquello de la V República. "Noooo, jajaja", respondió él, "la quinta estación es la poesía".

En otra entrevista comparó a la economía con la poesía, por el hecho de que "trazar la ruta del desarrollo es trazar caminos de libertad que elevan la conciencia del ser humano".

El 11 de diciembre de 2005 el diario Panorama publicó un perfil en el que habla sobre sí mismo.

"He trabajado como corresponsal, reportero, redactor de mesa y columnista. También fui editor de la revista Élite de Caracas y fundé el periódico El Venezolano en 1961, que fue prohibido por el Gobierno de entonces por razones políticas, porque era de izquierda, bueno mejor dicho, de izquierda avanzada."

Confiesa en el artículo que tanteó la idea de dedicarse al derecho y a la medicina, pero terminó en economía porque le atraían los problemas sociales, agregando que fue la mejor decisión que pudo tomar porque pensaba que hubiese sido mal abogado, mal médico, pero "no creo que haya sido tan mal economista".

Lamentablemente, Maza Zavala no podrá comentarnos de nuevo sus proyecciones de oráculo económico sobre los índices de inflación, PIB y masa laboral del año, que si no eran exactas resultaban indispensables para el análisis.

Aun así, sus textos, estudios y legado seguirán siendo la referencia para los más expertos, la voz ronca de un maestro capaz de mezclar nociones de la economía, la política y la poesía en opiniones certeras y, a veces punzantes.
lunes, noviembre 08, 2010

El Congo

Fuego Cotidiano ofrece el primer capitulo de la novela El sueño del celta, del escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, la cual describe una aventura existencial, en la que la oscuridad del alma humana aparece en su estado más puro y, por tanto, más enfangado. La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916.


La novela mayor de
Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa
I

Cuando abrieron la puerta de la celda, con el chorro de luz y un golpe de viento entró también el ruido de la calle que los muros de piedra apagaban y Roger se despertó, asustado. Pestañeando, confuso todavía, luchando por serenarse, divisó, recostada en el vano de la puerta, la silueta del sheriff. Su cara flácida, de rubios bigotes y ojillos maledicentes, lo contemplaba con la antipatía que nunca había tratado de disimular. He aquí alguien que sufriría si el Gobierno inglés le concedía el pedido de clemencia.

-Visita -murmuró el sheriff, sin quitarle los ojos de encima.

Se puso de pie, frotándose los brazos. ¿Cuánto había dormido? Uno de los suplicios de Pentonville Prison era no saber la hora. En la cárcel de Brixton y en la Torre de Londres escuchaba las campanadas que marcaban las medias horas y las horas; aquí, las espesas paredes no dejaban llegar al interior de la prisión el revuelo de las campanas de las iglesias de Caledonian Road ni el bullicio del mercado de Islington y los guardias apostados en la puerta cumplían estrictamente la orden de no dirigirle la palabra. El sheriff le puso las esposas y le indicó que saliera delante de él. ¿Le traería su abogado alguna buena noticia? ¿Se habría reunido el gabinete y tomado una decisión? Acaso la mirada del sheriff, más cargada que nunca del disgusto que le inspiraba, se debía a que le habían conmutado la pena. Iba caminando por el largo pasillo de ladrillos rojos ennegrecidos por la suciedad, entre las puertas metálicas de las celdas y unos muros descoloridos en los que cada veinte o veinticinco pasos había una alta ventana enrejada por la que alcanzaba a divisar un pedacito de cielo grisáceo. ¿Por qué tenía tanto frío? Era julio, el corazón del verano, no había razón para ese hielo que le erizaba la piel.

Al entrar al estrecho locutorio de las visitas, se afligió. Quien lo esperaba allí no era su abogado, maître George Gavan Duffy, sino uno de sus ayudantes, un joven rubio y desencajado, de pómulos salientes, vestido como un petimetre, a quien había visto durante los cuatro días del juicio llevando y trayendo papeles a los abogados de la defensa. ¿Por qué maître Gavan Duffy, en vez de venir en persona, mandaba a uno de sus pasantes?

El joven le echó una mirada fría. En sus pupilas había enojo y asco. ¿Qué le ocurría a este imbécil? «Me mira como si yo fuera una alimaña», pensó Roger.

-¿Alguna novedad?

El joven negó con la cabeza. Tomó aire antes de hablar:

-Sobre el pedido de indulto, todavía -murmuró, con sequedad, haciendo una mueca que lo desencajaba aún más-. Hay que esperar que se reúna el Consejo de Ministros.

A Roger le molestaba la presencia del sheriff y del otro guardia en el pequeño locutorio. Aunque permanecían silenciosos e inmóviles, sabía que estaban pendientes de todo lo que decían. Esa idea le oprimía el pecho y dificultaba su respiración.

-Pero, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos -añadió el joven rubio, pestañeando por primera vez y abriendo y cerrando la boca con exageración-, todo se ha vuelto ahora más difícil.

Para seguir leyendo este capitulo baje el archivo
domingo, noviembre 07, 2010
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