Roscio, entre el verbo y la gracia chavista

Por Eduardo López Sandoval


Se usa el verbo sufrir porque esto es lo que se asoma de la presencia en un evento con los ribetes oficialistas con los que se promete un acto en la capital del Estado Guárico, en la sede de la capital del Municipio, -donde probablemente el Alcalde amaneció chavista, como suele amanecer algunos días de la luna nueva-, donde está la universidad menos universal y más vecinal del país, -que no sale del reducido vecindario ideológico, de una sola calle, llamado Poseso. Y están los viejos ranchones burocráticos de todos los ministerios, direcciones, prefecturas, superintendencias, presidencias, municipalidades, jefaturas, distritos, situados, coordinaciones, comandancias, patrullas, supervisiones, procuradurías, cámaras, consejos, concejos, despachos, defensorías, direcciones ejecutivas, juzgados. En este evento van a estar los sub-jefes de todos estos ranchones decimonónicos, los veedores, para ver que el jefe los vio, y para ver a los “veídos”. La razón o excusa del evento, tal día como hoy nació en tierras de San Francisco de Tiznados, Juan Germán Roscio. De seguidas una rigurosa crónica de lo sucedido. (Se colocará, así, entre paréntesis, nuestro parecer, usted, mi caro amigo, tome sus propias conclusiones. Tu posición debe y puede ser leída en estos espacios, manifiéstalo en Contactos).


En la entrada nos entregan un escrito que alude al evento, en su tercer párrafo, leo: “…hermosa campaña impulsada y promovida por el Parlamento Regional delEstado Guárico de su (SIC) Presidenta…”. Con esta palabra, Presidenta, propinada antes de sentarnos, se conjuga el verbo sufrir en primera persona. En el quinto párrafo se identifica al patriota con su nombre completo, Juan Germán Roscio Nieves. El apellido Nieves, -se me ocurre consolador, dado el desarrollo creciente del mencionado verbo-, ¿Será que van a reivindicar el ascendiente indígena Nieves del Precursor? Siempre se ha colocado detrás de la puerta del cuarto de atrás este hecho. En ese momento hice la fantasía de un acto revolucionario. Sólo fue eso, una fantasía. 9 am Hora para el cual fue convocado el evento. (Estaban sólo los funcionarios que asisten “para que los vean”, los“veídos”, todos contábamos con la llamada Hora Venezolana).

Aprovecho el consabido atropello, conformado con el desvergonzado uso de la palabra Presidenta, para tantear qué eran los que me rodeaban en el apretado público, ¿veedores o “veídos”?

A un lado me comentan de la Presidenta, -que en ese momento hablaba para las cámaras.
- Seguro que ella cuando pasaban lista en su escuela, y la nombraban, decía: presenta.

Al otro lado comentan:

- O si no asistía algún compañero decía: ausenta.

Risas. Saquen ustedes sus conclusiones.

10 am La hora Venezolana no funcionó. (Parece que, como el bájate de la mula del 10% de los contratos, la Hora Venezolana va a ser duplicada en este Poseso).
11:27 am Llegó el Gobernador. Todos se ponen de pié, yo lo hago porque pensé que se iban a cantar el himno, más no era nada. (Pregunto a todos los compañeros a mi alcance, en este calvario, nadie sabe. Me desplazo un poco más allá y un Historiador me dice que es por el “Protocolo del Respeto”. Me siento. No por ser irrespetuoso, por no ser protocolar).

11:31 am Comienza el acto. (Palabras protocolares de protocolo. La Presidenta… nosequémas… la Presidenta… El verbo sufrir se conjuga en plural. Pero no más de un diezmo del público tiene esos escuálidos sufrimientos).
11:33 am. Cantó una niña una canción venezolana. (Bella voz).
11:36 am. Pareja de adolescentes bailó joropo, vestidos de amarillo. (Excelentes. No hay espacio para el verbo de marras. A menos que el protocolo los hubiese presentado como una “adolescente, y una adolescenta”).

11:39 am. Pareja vestida de azul baila. Yo traigo un grito llanero que me salió del te quiero para cantarte Barinas. Instrumental. (Para ganar un concurso internacional de joropo, bello).
11:41 am. Una niña canta, “…la mujer que quiero tiene que ser…cielo y estrella…Venezuela”.(El verbo de marras no tiene conjugación).
11:46 am. El baile del Sebucán. “… y si nos equivocamos mal tejido quedará.
11:51 am. Un par de parejas bailan joropo. No recuerdo si vestidos de rojo.
11:56 am. Obra de teatro, la Negra Matea y el niño Simón en el cielo. (Una sarta de mentiras bien actuadas. Si me suministran el guión le escribimos la palabra SIC a una docena de imprecisiones históricas).
12:09 pm. Todos los actores le cantan de nuevo a Venezuela. “…la mujer que quiero tiene que ser…cielo y estrella…Venezuela”. Hermoso, repetido pero bien hecho en San Juan.

12:13 pm. El verbo de marras reaparece. De nuevo protocolo nos trae a la realidad, anuncian a la Presidenta, y Vicepresidenta. Y al Gobernador. El verbo cruje, pero soportable, venimos fortalecidos de joropo.
12:14 pm. Anuncian al Orador de Orden.

Dicen su nombre completo. Había oído en los corrillos, propios de este evento, que se nombró con su nombre de pila, y fue dicho con la confianza de nombrar al amigo, que pensé que se referían a un locutor, de famosa voz que responde a ese nombre común. Mas no fue así, sorpresa, el Porfirio es el alcalde de Calabozo.

El verbo de marras crujió los dientes de indiscutible triunfo. Este funcionario público que circunstancialmente ocupa el cargo de Alcalde del Municipio Francisco de Miranda, no tiene energía para leer, -menos para cumplir-, la ley llamada Constitución, que en su Artículo 178, nos dice; Son de a competencia del Municipio … en cuanto concierne a la vida local, en especial la ordenación y promoción del desarrollo económico y social, la dotación y prestación de los servicios públicos domiciliarios, la aplicación de la política referente a la materia inquilinaria con criterios de equidad, justicia …

Ordenación territorial y urbanística; patrimonio histórico; vivienda de interés social; turismo local; parques y jardines, plazas, balnearios y otros sitios de recreación; arquitectura civil, nomenclatura y ornato público… Vialidad urbana; circulación y ordenación del tránsito de vehículos y personas en las vías municipales; servicios de transporte público urbano de pasajeros y pasajeras…Espectáculos públicos y publicidad comercial, en cuanto concierne a los intereses y fines específicos municipales. (…).

Todos, absolutamente todos estos preceptos constitucionales, son ignorados por este Orador de Orden. ¿Qué nos puede orar? Tenemos con bastante, el peor gobierno municipal del Llano Venezolano. En Calabozo se desarrollan los tres gobiernos que son uno solo. Pero el que tenemos más cerca, quien más se destaca por su disfuncionalidad, está preparándose para orar.

Al anunciar el nombre del Alcalde, con patriótico esfuerzo se puso de pie, camino con revolucionario paso, y con un marxista empeño pasó su petrolero volumen por entre los veedores y “veídos”. En un tiempo que no medimos se acercó lo suficiente al estrado de oradores como para que reflexionara, sólo puede decir dos cosas, la verdad o la mentira. Reflexioné un poco más, no hay espacio para decir la verdad, que es el adalid del peor gobierno que se pueda ver en estas tierras llaneras. No. Viene una mentira. ¿Qué nos puede decir?
Tres metros faltaban para el micrófono. Suficiente para que lentamente saliera del alcance de la primera mentira, que seguro fue, me lo imagino, buenas tardes.

Eduardo López Sandoval es abogado e historiador de la Ciudad de Calabozo. Actualmente se desempeña como editor y director del portal Llanero Digital.net

Fuente: Llanero Digital.net
domingo, mayo 29, 2011

Crónica del archivo del Libertador

Bolívar de puño y letra, sin intermediarios, para que cada quien saque sus conclusiones


por ELÍAS PINO ITURRIETA | EL UNIVERSAL

El archivo debió incinerarse, de acuerdo con lo ordenado por su propietario, Simón Bolívar, en disposición testamentaria de 1830 que fue desobedecida por sus albaceas. La afortunada desobediencia permitió la conservación de un acopio de materiales esenciales para el entendimiento de Venezuela e Hispanoamérica toda, debido a que no solo contiene los papeles suscritos por el Libertador sino también documentos remitidos a su instancia por los personajes de entonces, venezolanos y extranjeros; y testimonios de diversa naturaleza -políticos, de batallas y escaramuzas, de contenido económico, de interés cultural, de la vida cotidiana... -, debido a los cuales se pueden desentrañar los enigmas de un proceso fundacional de la sociedad.

Desgajado en tres piezas por sus allegados y esparcido en diferentes latitudes, el archivo comienza a tomar un solo cuerpo a partir de 1872, cuando el presidente Guzmán Blanco ordena la publicación de las Memorias de O'Leary; y se puede considerar como un conjunto más coherente a partir de 1883, cuando es adquirido en buena parte por el gobierno nacional y comienza su consulta gracias a la célebre recopilación de Blanco y Azpurúa. En 1914 compra el Gobierno el resto de los papeles del archivo, para que se encargue de su organización y custodia la Academia Nacional de la Historia. En 1921 se traslada a los espacios de la Casa Natal del Libertador, como parte del museo del grande hombre y como posibilidad de investigación. Después, en 1938, queda bajo la responsabilidad de la Sociedad Bolivariana recién creada por el presidente López Contreras.

Descuido

La Sociedad Bolivariana comienza la publicación de los Escritos del Libertador, extraídos del monumental archivo, pero descuida aspectos esenciales de su obligación. Las dificultades con las que tropiezan entonces los investigadores para el examen de las fuentes, inaccesibles generalmente; y evidentes fallas en el cuidado y mantenimiento de la documentación, aconsejan la búsqueda de un destino más confiable para los papeles. De allí la disposición del gobierno del presidente Caldera, expresada en decreto de enero de 1999, de trasladar la guarda y custodia del Archivo de Libertador a la Academia Nacional de la Historia. La Academia hace entonces un diagnóstico de repositorio y recopila evidencias sobre el peligro de creciente deterioro o desaparición física que amenaza a los testimonios, debido a la ausencia de previsiones mínimas de archivística y a la carencia de lugares adecuados para el resguardo.

Respaldo

Con la ayuda del Banco Venezolano de Crédito, la Academia Nacional de la Historia crea un espacio especialmente pensado para la preservación de los preciosos materiales. En mayo de 2000 inaugura la nueva sede del Archivo del Libertador con celosa curaduría, dotada de equipos de última tecnología para la preservación de los documentos, con una bóveda de seguridad para la custodia, con oficina para la preparación de ediciones y con sala de lectura para los usuarios. Debido a la calidad de los testimonios, pero también a su puntillosa conservación, en 1997 la UNESCO incluye los papeles de Bolívar en el repertorio de bienes susceptibles de considerarse como Patrimonio de la Humanidad y como parte de la Memoria del Mundo. Ya entonces la Academia ha continuado la edición de los Escritos del Libertador, hasta llegar al tomo XXXIII, y emprende el proceso de análisis de las copias de los documentos que guarda en microfilms, con el objeto de evitar su deterioro y de ponerlos al servicio de los estudiosos. Está en ese trance cuando la sorprende un decreto del presidente Chávez, que ordena el traslado del repositorio al Archivo General de la Nación. En junio de 2010 se cumple la disposición, mientras los nuevos custodios dejan constancia de cómo lo recibieron completo en su contenido y en perfecto estado de conservación.

En marcha

Hoy, con la colaboración del Bolivarium de la USB, que manejó la parte técnica y la actualización de los índices, la Academia pone en marcha el Portal del Archivo del Libertador. Se trata de la fijación de más de 60.000 imágenes individuales del repositorio, digitalizadas a la perfección, con el apoyo de un índice actualizado y con un sistema de búsquedas directas a través de las cuales toparán los usuarios sin escollo ni intermediario lo que deseen topar: elementos geográficos referidos en la documentación, fechas y lugares de cada correspondencia, identificación de destinatarios y localización inmediata de todos los asuntos de que versan los textos en su integridad, sin ningún tipo de recortes y sin interferencias anacrónicas. Bolívar para todos, en suma y de veras. Bolívar de puño y letra, sin intermediarios, para que cada quien saque y ventile sus conclusiones, si le parece. Gracias a la compañía de auxilios modernísimos, el inédito encuentro puede convertirse en diálogo abierto e infinito. De nuevo se incumple el testamento del Libertador, que condenó sus papeles a la hoguera, pero se le hace un servicio trascendental a la sociedad que nació de sus esfuerzos durante la Independencia que ahora celebra su bicentenario.

eliaspinoitu@hotmail.com

Fuente: El Universal
domingo, mayo 22, 2011

Historias de sábanas


La segunda la cuenta Luz Mery Holguín. Su casa estaba en el patio principal del Centro de Desarrollo Cultural de Moravia. Es sobre sus recetas de cocina predilectas: "Los frijoles con coles. Me quedan ricos. Los hago con un guiso que les gusta mucho a mis hijos. Mi guiso es especial. Licúo ajo, cebollas y cominos. Les echo caldo de sustancia, sal al gusto, y el toque personal y ya. El día de cumpleaños en la casa, yo hago un almuerzo especial a cada uno. Lo que más les gusta: A Steven le gusta el arroz chino. A Íngrid le gusta ensalada de piña con salsa de champiñones. A Luis lo mismo. A Albeiro le gusta sancocho de gallina. A Deyanira le hago lo mismo que a Íngrid. Solo mi madre se acuerda de mi cumpleaños".

Son historias escritas sobre sábanas. Las vi extendidas en alambres, como si se estuvieran secando a sol, entre las ruinas de lo que alguna vez fue el barrio. Muy cerca se alzan los muros del Centro de Desarrollo Cultural, la entidad que promovió este bello experimento. Las historias las escribieron Elena, Aurora, Patricia, Deyanira, Libia, y Luz Mery, seis amas de casa que hablaron largamente con la artista Elizabeth Mejía. Ella las llama las conversadoras. Cuando vio las casas destruidas, Elizabeth pensó que no estaban muertas, que se habían ido con las mujeres y las familias que las habitaban, y se puso a buscarlas. Después de hablar con ellas, juntas cortaron las telas, las cosieron y estamparon las historias en los tejidos. No olvidaron ningún detalle: ni siquiera las almohaditas de abrazar, ni las fundas de almohada. Elizabeth diseñó una caja para guardarlas cuando fueran descolgadas de los alambres. Las pequeñas historias ondearon bajo el viento, en medio de los solares y las casas demolidas. Los alambres con la ropa extendida se volvieron lazos de afecto y las sábanas blancas, páginas de papel con la memoria escrita del barrio, que ahora está desapareciendo.

Leí todas las historias. Me gustaron por su sencillez y por su hondura. Algunas, como la lista de mercado de Elena, son cuadros vivos de la vida de nuestros barrios. Otras, como la de Deyanira Jiménez, parece un álbum de familia: "Tuve 18 hijos. Tengo 11 vivos. Estos son sus nombres. ¿Cuál le parece más bonito? ¿Cuál le digo primero? ¿El de los hombres o el de las mujeres? Primero voy a decirle el de los hombres: Óscar de Jesús, Luis Albeiro, Wilson de Jesús, todos son de Jesús, ja, ja, ja? (?) Sigamos con las mujeres. Son seis?". La de Pilar Salamanca es singular: la historia de un oficio que está desapareciendo: "Hace 25 años soy lavandera. Mi proceso de lavado: La primera parte es con el detergente en polvo y el cepillo. Se estrega a mano. La segunda es en la lavadora y con el suavizante. No es lo mismo lavar ropa de color que lavar la ropa blanca. Muy importante al secarla no retorcerla muy húmeda. Colgarla y saberla moldear, para que no se quiten los dobleces naturales de las ropas. Hay una ropa para el sol y otra para la sombra".

El Centro de Desarrollo Cultural de Moravia compró un juego de ropa de cama a cada una de las conversadoras. "Todas muy contentas, me contaron qué harán con los 600 mil pesos que se ganaron" dice Elizabeth Mejía. "Patricia, que vende lotería en el Parque de Berrío, se comprará una nevera. Mery comprará su vestido de novia, porque irá al altar con su marido después de casi 20 años de convivencia. Deyanira se comprará una nueva cama y un colchón, porque tiene más de 70 años, y se está haciendo diálisis. Aurora desenterrará los restos de su hijo. Libia le dará el dinero a su madre, que vive a orillas de un río en Chocó, y las aguas se llevaron su casa. Elena pagará algunas deudas muy atrasadas, para poder ir de nuevo, cada tanto, a vender su ropa de modista y sus arepas en Pavarandosito".


Fuente: El Colombiano
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