Golpe de Estado en Venezuela

Contra Maduro y sus secuaces se deben aplicar sanciones que los afecten personalmente, no solo en Estados Unidos, en donde muchos han escondido sus "ingresos" de la corrupción. Y, por supuesto: la Organización de Estados Americanos debe expulsar a Venezuela de su seno. Este régimen no merece ningún reconocimiento internacional.


Por Uta Thofern
Así es pues, como se escenifica la asfixia pública de una democracia. Durante un año y casi tres meses, el mundo ha presenciado cómo el régimen chavista estrangula, lentamente, al Parlamento libremente elegido. Ahora, el Tribunal Supremo de Justicia le arrebató oficialmente los poderes a los diputados elegidos, poniendo así fin a la democracia venezolana.

Justo un día antes, la Organización de Estados Americanos (OEA), al fin mayoritariamente, convocó a la dirigencia venezolana a dar una solución común a la crisis política, económica y humanitaria en el marco de la OEA. Una exclusión inmediata de Venezuela fue rechazada, incluso por Estados Unidos, por considerarla demasiada drástica, y porque la mayoría de países americanos quería intentarlo, una vez más, por medios diplomáticos.
Pero para los chavistas del círculo del presidente Maduro la diplomacia no es, evidentemente, más que una señal de debilidad. Al fin y al cabo, poco antes de la reunión de la OEA, el mismo Maduro logró que el Tribunal Supremo le concediera otros poderes en los ámbitos penal, militar y político, además de otros diversos poderes especiales, al tiempo que le quitó la inmunidad a los diputados de la oposición parlamentaria, que posee una mayoría de dos tercios. Quién no teme ninguna consecuencia por tales medidas, está dispuesto a ir más allá.

En el mismo tono del aspirante turco a autócrata Erdogan, el jefe de Estado venezolano neutraliza sistemáticamente toda oposición y, como consecuencia, destruye por completo la democracia. Pero a diferencia de Erdogan, Maduro tiene muchos menos seguidores y no posee un as bajo la manga, como ser miembro de la OTAN.

Pero este llamado socialista tiene un arma mucho más devastadora: la miseria de su pueblo. Venezuela lleva meses sufriendo una creciente escasez de alimentos y medicinas. Y ahora, el país más rico en petróleo del mundo se está quedando sin gasolina.

Los panaderos son detenidos porque, presuntamente, hornean caros pasteles en lugar del necesario pan, mientras aguardan desesperados el reparto de harina. Decenas de miles de venezolanos ya han huido a Colombia, y la miseria ha llevado a muchas mujeres a prostituirse en Brasil.

Las parejas jóvenes se hacen esterilizar porque no hay condones en el mercado y alimentar a un hijo saldría muy caro. Los pacientes con cáncer no pueden ser tratados, y en Venezuela los antibióticos básicos son difíciles de conseguir. Estas son semblanzas de un país que hasta los años ochenta era uno de los más ricos de América Latina.

El error de no haber utilizado esa riqueza petrolera para construir una economía autosostenible fue lo que, en última instancia, facilitó la llegada de los chavistas al poder. Pero estos utilizaron, a su vez, el auge petrolero del nuevo siglo para repartirlo entre ellos y enriquecerse personalmente, por lo que Venezuela se enfrenta ahora a un desastre aún mayor.

Ante tal situación nadie va a querer aplicar sanciones económicas a Venezuela, y Maduro lo sabe. El hombre que durante meses se negó a reconocer la crisis humanitaria en su país, pidió ayuda a Naciones Unidas, hace unos días, debido a la "guerra económica contra Venezuela".

La comunidad internacional debe ayudar y ayudará. Sin embargo, bajo estrictas condiciones. Los envíos no deben caer en manos estatales, sino que deben ser distribuidos bajo supervisión de la ONU.

Contra Maduro y sus secuaces se deben aplicar sanciones que los afecten personalmente, no solo en Estados Unidos, en donde muchos han escondido sus "ingresos" de la corrupción. Y, por supuesto: la Organización de Estados Americanos debe expulsar a Venezuela de su seno. Este régimen no merece ningún reconocimiento internacional.


Uta Thofern es editora jefe del servicio latinoamericano de Deustche Welle.
jueves, marzo 30, 2017

Los antecedentes del golpe de Maduro

Los presidentes electos por el voto popular en Perú y Uruguay desbandaron al poder legislativo cuando éste se les volvió en contra. En Venezuela, un Tribunal Supremo de Justicia que responde al régimen de Nicolás Maduro asumió este miércoles las competencias de la Asamblea Nacional

Por Infobae America

El 5 de abril de 1992 el gobierno de Alberto Fujimori, en Perú, disolvió el parlamento con el respaldo de las Fuerzas Armadas y desencadenó un golpe de Estado que lo mantuvo en el poder hasta el año 2000, el antecedente más reciente en la región del avance de los poderes Ejecutivo y Judicial sobre el legislativo como estaría ocurriendo en Venezuela tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo, de asumir las competencias de la Asamblea Nacional.

Fujimori había llegado democráticamente a la presidencia del Perú en 1990, cuando obtuvo un triunfo contundente sobre el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, pero no logró constituir una mayoría fuerte en el Parlamento.

Enfrentado a la guerrilla de Sendero Luminoso, Fujimori pidió poderes especiales al Congreso, pero el poder legislativo se los negó y la Cámara de Senadores incluso comenzó a investigar sus presuntas violaciones de derechos humanos.

Citando la "actitud irresponsable y negativa de los parlamentarios que pretenden maniatar al jefe de Estado", según consigna El Mundo, Fujimori disolvió el Congreso de la República, apoyado tanto por las Fuerzas Armadas como por su popularidad frente a los peruanos.

"Tal es el caso de la promulgación de la Ley N° 25397, denominada Ley de Control Parlamentario sobre los actos normativos del Presidente de la República que pretende maniatar a éste, recortándole atribuciones elementales para gobernar", dijo el mandatario en el discurso en el que justificó su medida.

En el "Fujimorazo" no sólo se disolvió el Parlamento, sino que también se intervino la justicia, el Consejo Nacional de la Magistratura, la Contraloría General y el Tribunal de Garantías Constitucionales, según recuerda El Comercio. También se ejerció una fuerte presión sobre los medios comunicación.

El presidente lideró entonces el autodenominado "Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional" bajo el silencio de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que no se pronunció ni movilizó para activar la Carta Democrática.

El Congreso continuó reuniéndose en secreto hasta que en 1993 fue reformado en una sola cámara y en el marco de la nueva Constitución impulsada por Fujimori.

El golpe de Bordaberry

Más extremo, en 1973 el entonces presidente constitucional de Uruguay, Juan María Bordaberry, dio un golpe Estado con apoyo del Ejército y disolvió también el Parlamento mediante el decreto N° 464/973.

"La acción delictiva de la conspiración contra la Patria, coaligada con la complacencia de grupos políticos sin sentido nacional, se halla inserta en las propias instituciones, para así presentarse encubierta como una actividad formalmente legal", justificó en ese momento antes de reemplazar el Congreso con un Consejo de Estado designado por él mismo.

Bordaberry no sólo disolvió el Parlamento, también suprimió las libertades civiles, desbandó las organizaciones sociales y prohibió a los partidos políticos.

Pero no se quedó allí: suprimió las libertades civiles, desbandó las organizaciones sociales y disolvió a los partidos políticos, "sin cabida en el Uruguay del futuro", según un comunicado de las Fuerzas Armadas sobre el mandatario.

Para 1976 los militares que lo habían apoyado y que habían ocupado diversas áreas del gobierno consideraron que su planteo era impracticable y decidieron destituirlo, poniendo fin a su gobierno de tres años, según destaca El País.

José Manuel Celis... Cronista popular


Por Felipe Hernández G.
UNESR-Cronista de Valle del Municipio Infante – Valle de la Pascua
felipehernandez457@yahoo.com

El profesor José Manuel Celis Pereira nació en Valle de la Pascua el 24 de marzo de 1944; el mismo terruño desde donde el 08 de marzo del 2011 partió a otras dimensiones, cuando contaba con 67 años de edad. Estuvo casado con la maestra Caridad Rojas, con quien procreó a sus hijos, José Manuel, Manuel Alejandro, Maira y otros.

El profesor José Manuel Celis fue hijo de Esther Antonio Celis y Yolanda Pereira. Hermano de las maestras Alicia, Yajaira, Omaira Celis Pereira, entre otros. Sus primeros estudios los realizó en su ciudad natal en el Grupo Escolar “Rafael González Udis”, luego la secundaria la cursó en el Liceo “José Gil Fortoul”. Su vocación la encausó hacia la docencia, lo que le llevó a desempeñarse como profesor “de historia, que aprendió en la escuela de la vida y en las numerosas lecturas que realizó” (E. Malaspina dixit) y de otras materias, en los pueblos de El Sombrero (Liceo “Alberto Isaac Padra”), en Valle de la Pascua (Colegio “Juan Germán Roscio”) y en Las Mercedes del Llano (Liceo “Pedro Itriago Chacín”).

En el Colegio “Juan Germán Roscio”, institución fundada y dirigida por el siempre caritativo, afable y gratamente recordado padre Rafael Chacín Soto, supo ganarse el aprecio y la confianza no sólo del citado Padre Chacín, sino además de los profesores Alnardo Salazar Olivieri, Aníbal Matute, Eney y Rafael “Lito” Silveira, Samuel Mejías, Iván Ferrer, Guillermo Aragort, entre otros meritorios educadores que también laboraron en ese histórico colegio.

Miembro de la Sociedad Socorro Mutuo, fue cronista popular y escribía en los diarios locales, El Nacionalista, Jornada y otros periódicos. El único libro que escribió fue el poemario:Hojas al viento, en el que relata la existencia y todas sus circunstancias posibles, alegres y tristes, a través del prisma del recuerdo y la nostalgia. Por otro lado, define acertadamente la poesía como la mejor forma de expresión para quien ama la vida y todas las cosas que la rodean, y remata: “La poesía es el lenguaje del alma, sobre todo de un alma romántica y soñadora como la mía”.
Siempre apoyó fervorosamente las iniciativas culturales y folclóricas que se emprendieron en el municipio Leonardo Infante y en otros pueblos del oriente del Guárico, se recuerda su consecuente estímulo al Festival Nacional “Panoja de Oro”, al Festival Nacional Folclórico Infantil “Cantaclaro”, entre otros eventos culturales.

En ocasión de su fallecimiento, el doctor Edgardo Malaspina, quien fue su alumno en Las Mercedes del Llano, escribió lo siguiente: “... gran amigo de Las Mercedes, fue docente por largo tiempo en nuestro pueblo, hizo muchos amigos y participó activamente en los festivales de música criolla. Su infaltable presencia en nuestros eventos culturales para apoyarnos con su experiencia y capacidad organizativa, nos hizo considerarlo, sencillamente, como un mercedense más”.

Celis afirmaba que el nombre de su poemario significaba que el viento los llevaría a otros derroteros. Unos versos de su poema “Cuando caiga la tarde”, bien pudieran servirle de epitafio:

Yo me quiero morir cuando caiga la tarde
en la quietud dormida de una tarde serena,
al arrullo del canto del pájaro en su nido,
a la sombra de un árbol de ramas florecidas
donde a mi oído apenas llegue el rumor del viento,
trayéndome el sonido de olas en la playa
o el lejano rumor de lluvia en los tejados
o el ruido cantarino de la brisa que peina
esa grama encendida de mi llano infinito.

Para la posteridad quedan sus escritos dispersos en distintos periódicos o en manos de particulares... Los que le conocimos, le recordamos en sus sitios predilectos, junto con el maestro Juvenal Bolívar en la esquina de la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria, frente a la plaza Bolívar, o en la puerta de la Sociedad Socorro Mutuo junto al también recordado sastre, don Gustavo “Gustavito” González...

El Prof. Celis fue un docente dinámico, de verbo fácil y siempre presto a establecer el mejor contacto con el alumnado. El 09 de marzo de 2016, el Prof. Samuel Mejías escribió lo siguiente: “Recordado amigo, el tiempo ha transcurrido rápidamente desde tú partida, siempre recordamos tus ocurrencias y verdades, ya que fuiste una persona directa, eso demuestra que dejaste huellas que el inexorable tiempo no podrá borrar”.


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