La memoria de Cumbito

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Por José Obswaldo Pérez

Recoger la historia de los pueblos debe ser un acto de justicia. Nada más cruel es encontrarse a comunidades sin memoria histórica. Sin saber de dónde vienen y quiénes son, y hacia dónde van. Se trata de un encuentro consigo mismo, con nuestra memoria de pueblo que viene a designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por entroncar con su pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto.

Un aporte al gentilicio orticeño es el folleto publicado por el profesor Fernando Rodríguez Mirabal, actual cronista municipal de Ortiz, intitulado Cumbito, su historia y genealogía. Se trata de una crónica de algunas familias cumbiteses arraigadas en ese pequeño vecindario orticeño. El trabajo fue promocionado por la familia Vilera, quienes se han propuesto a recuperar y preservar las tradiciones del lugar. Todo bajo la excusa celebración de rendirle tributo a la Santísima Virgen del Carmen, quienes han escogido como patrona de aquellas tierras.

Cumbito es un caserío rico en tradiciones e historias. Aún se mantienen las costumbres del llano. Pero los cambios tecnológicos han hecho mucho más para mejorar la vida de los lugareños. Nuevas vías de comunicación, nuevas técnicas de cultivos y ganadería; cercas alambradas, corrales, lagunas, hacen de aquellas tierras de labranzas un lugar de contrates.

De cumbito, también, se tienen otros aportes como los del investigador de culturas africanas Arturo Álvarez D’ Amas quien ha dado en el origen toponímico del lugar. O las mías propias que he hecho sobre esta zona en el contexto del desarrollo histórico de Ortiz. También, en esta localidad, se halla un conjunto de festividades y bailes que fueron declarados Patrimonio Nacional por el Instituto de Patrimonio Histórico de la Nación, en el 2005.

Enhorabuena este aporte de Fernando Rodríguez. Allí estuvimos acompañándolo en la presentación del folleto, en la casa de los hermanos Vilera, en el Fundo La Ceiba, donde fue bautizado con flores y agua bendita por el párroco de Ortiz, Vladimir Pérez. Me acompañó el exdiputado José Camejo Castillo, quien ahora anda metido en buscar los remiendos de la historia local. Tertulia placentera amenizada por copleros de la zona, cerveza y comida para un rato de amenas conversaciones con los coterráneos del lugar. Todos los vecinos e invitados de otras partes montamos nuestro cumbito, que en palabra africana más o menos quiere decir que motamos nuestro bullicio, entre baile, música y aguardiente.