Un abordaje para el estudio de la Educación en Ortiz

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Las comunidades que olvidan su historia, terminan por perder la personalidad colectiva y corren el riego de vegetar sin alma ni voluntad superadora para hacerse sentir en el concierto de la Patria.”

Luis Acosta Rodríguez , historiador y escritor orticeño

Por José Obswaldo Pérez

Desde la existencia de la humanidad existe el hecho educativo como un fenómeno consustancial a la naturaleza humana. La acción educativa siempre ha trascendido la actividad que estrictamente se realiza en las instituciones escolares. Es decir, hablar de educación exige hacerlo sobre fenómenos que van más allá del espacio escolar. La educación se ocupa de la preservación de una conciencia social y cultural, así como de la transmisión de una tradición informativa que supone la base de una civilización.


El presente diagnóstico empírico y documental tiene como objetivo principal generar una comunidad discursiva basado en el paradigma del saber pedagógico que emerge de la complejidad de las ciencias, el cual nos debe orientar a la búsqueda de una “historia de la educación”, preocupada por la evolución de hechos educativos e instituciones docentes y centrada inicialmente en temas de historia de la enseñanza e historia escolar: reseñas conmemorativas de efemérides institucionales, biografías de fundadores, directores, maestros.

Un examen de la Historia Social e Institucional de la Educación en Ortiz nos sumerge a una forma de epistemología histórica con base en la cual se busca traer a la visibilidad a la pedagogía y mostrar su existencia efectiva como saber pedagógico y como práctica pedagógica. Se trata de darle a la pedagogía nuevos presupuestos y, con base en ellos, ubicarla en un ámbito de saber que no se define bajo los parámetros tradicionales de ciencia. Entendida así, la pedagogía queda entonces en capacidad de reconstruir su identidad histórica y de reconocerse en y por medio de su propia historicidad.

Debo confesar primeramente que siento una fascinación por la historia de Ortiz. Una historia llena de eventos, pero sobre todo persuadido por aquello que incide en nuestra realidad. La población de Ortiz fue una de las ciudades del centro venezolano más beneficiadas por la economía ganadera y los cultivos de tabaco, añil y algodón, entre otros rubros del siglo XVIII y primeras décadas del siglo XIX. Pero, la importancia geoeconómica del nuevo Cantón, pese a la devastadora Guerra Federal que acabó con la producción ganadera y el comercio, se define en su proceso geohistórico como una zona de transición de influencia de dos centros urbanos: San Francisco y San José de Tiznados, cuyo carácter lo perfila como un verdadero centro económico, político y cultural, lo cual no impide que domine sobre los pueblos del área. La antigua urbe del siglo XIX, que en 1874 contaba con más 10.000 habitantes es, por esa razón, que desde 1872 alcanza su titulo formal de ciudad y el año siguiente se ve ya privilegiada con asumir la capitalidad del Estado Guárico. Un hecho que desde 1874 a 1881, la benefició con funciones administrativas y unas pocas obras públicas.

En la década de los setenta del siglo XIX, la ciudad de las Casas Muertas mantuvo la tasa de crecimiento demográfico interanual mayor de la entidad y un ritmo de crecimiento social y económico bastante sustentable. Pues bien, esta circunstancia de auge económico que incidió en este importante crecimiento demográfico va a significar para la ciudad de Ortiz, de tradición comercial y agrícola, su primer salto cualitativo a la condición de “encrucijada” de los llanos centrales, para utilizar una gráfica definición mía expresada en el folleto Orígenes Históricos del Pueblo de Ortiz.

De esta ciudad de fines del siglo XVIII y tres primeras décadas del siglo XIX hay mucho que investigar y conocer. Transformaciones en su estructura y organización urbana, primera expresión de su modernización, expansión del comercio e instalación en su seno de importantes casas comerciales, escuelas y medios de comunicación impresos que para finales de 1881 merma su desarrollo por los efectos de enfermedades endémicas. Aquella humilde ciudad de criadores, comerciantes y artesanos de la primera mitad del siglo XIX pasará a sufrir un cambio drástico y fundamental en su vida cotidiana.

Escribir sobre las instituciones educativas y su devenir histórico, constituye una crónica que se puede ubicar en el ámbito de la microhistoria, si se quiere la categorización del profesor mexicano Luís González González, cuando afirma, “que es la disciplina de las ciencias sociales encargada de estudiar todo lo relacionado con el terruño, la aldea, la parroquia, el municipio y la patria chica... Dentro del enorme universo del pasado historiable, es posible aislar la parcela que le corresponde a la microhistoria; es decir, el espacio, el tiempo, la gente, [ instituciones}, y las acciones que le preocupan”.

Establecidos los anteriores conceptos se pasa ahora al cuerpo central que comprende este escrito, cuyas preguntas nodales serian: ¿Que ha sido de la educación escolar en el municipio Ortiz y su proceso histórico de conformación? ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Que ha caracterizado sus etapas? ¿Cuales han sido sus fundamentos? ¿Que resultados ofrece a la comunidad local tal proceso?

Desde el punto de vista epistémico este ensayo busca desarrollar un enfoque institucionalista de la educación, que nos acerca a los procesos de escolarización, estructura y funcionamientos de los sistemas educativos nacionales en Venezuela y a la participación de corrientes ideológicas, religiosas, científicas, filosóficas y estrictamente educativas en la organización de nuestros aparatos escolares le daba y le da a esta primera aproximación, grandes posibilidades de desarrollo.

Se pretende desde la perspectiva del análisis hermenéutico un balance del proceso histórico de nuestra educación local. Esto implica la práctica constante de la crítica y la autocrítica, la formulación y reformulación de los conocimientos previamente ordenados sobre el tema educativo y sobre la detallada lista de eventos que definen el acontecer más general de la escuela pública local, como sus autores lo especifican, tiene además, la enorme ventaja para quienes abordamos la problemática de la educación venezolana desde una perspectiva histórico-social.

Por otro lado, el estudio de instituciones nos permite abordar los procesos académicos y administrativos que tuvieron lugar en aquellos centros educativos, así como reglamentación interna, financiamiento, planes de estudio, contenido de asignaturas, textos y otros recursos didácticos, grados académicos, estructura administrativa, personal docente y alumnado, régimen de evaluación, relaciones inter-institucionales, entre otros.


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