Carta al cristiano que sufre

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Por Daniel R Scott

Al cristiano la existencia le plantea graves problemas y dilemas. El que " no conoce a Dios" vive la vida sin tantas complicaciones teológicas pero el que hizo del cristianismo su estilo de vida no es así. Es decir, el cristiano se crea muchas expectativas con respecto a su porvenir, a como deberían ser las cosas en el futuro Podría decirse que se traza un mapa de su futuro según las pautas espirituales aprendidas y cree que tal mapa es infalible y jamás le dejará perdido en alguna región de la vida. Mejor sería decir que el cristiano, como redimidos por la sangre de Cristo, idealiza hasta el grado más utópico la vida. Y así, llenamos nuestra mente de modelos y esquemas que, aun cuando se inspiran en la Biblia y en nuestros ideales más sagrados y nobles, no dejan de ser en ocasiones cosas prefabricadas e hipotéticas susceptibles de que se cumplan o no.

Y así, con nuestro nuevo legalismo a cuesta, soñamos como tendrá que ser nuestra vida cristiana, como será nuestro entorno familiar, como han de comportarse los hijos y… al final nos damos cuenta que nada salió como nosotros planificamos: o salieron peores o mejores, pero nunca igual. Castillos hermosos construimos, sí, pero vemos que las bases para sustentarlos o eran muy débiles o no existían o simplemente Dios no quería que se aplicaran en ese momento concreto. Al fin y al cabo, Dios es soberano y actua como Él quiere. Quizá Dios quiere ver como nos comportamos y tratamos en medio del dolor, sin mencionar que el dolor puede dejarnos enseñanzas y dar frutos que de otra manera no se obtendrían. ¿O no te acuerdas que el cautiverio de la mujer holandesa Corrie Ten Boom dió origen a aquella maravillosa obra "El Refugio Secreto" que nos relata como cristianos devotos ocultaban en sus casas a judíos perseguidos durante la ocupación nazi? Una obra que el mundo conoció a través de la letra impresa y el cine pero que fue forjada antes entre el yunque y el martillo de los campos de concentración.

No quisiera subestimar el poder de Dios, pero a veces olvidamos que si bien es cierto que nosotros en lo personal somos redimidos por Cristo, la vida y el futuro a mediano y largo plazo en cambio no lo son. El mundo no ofrece seguridad a nadie. Puede que no sea la regla para el cristiano pero muchas veces sí la dolorosa excepción. No hay pacto confiable ni con el destino ni con la vida. Es mas mi hermano: la vida no es justa. En su corazón y esencia no lo es. La vida no fue justa, no lo es hoy ni mañana lo será. Al menos no en un mañana humano. No sé mucho sobre Apocalipsis pero sí sé que al final de los tiempos, cuando las fuerzas del bien derroten de una manera sobrenatural a las fuerzas del mal, entonces si imperará la justicia ( una justicia divina casi impuesta a la fuerza ) pero antes no. Y si lees la Biblia de principio a fin como sé muy bien que lo has hecho y lo haces, te darás cuentas que, ciertamente la vida no es justa y que siempre hay y habrá cientos de “JOBS” sufriendo las penas que según la lógica y los criterios humanos no nos merecemos.

¿Qué hacer entonces? Bueno, realmente no sé. Encomendarte a Dios entonces. Y meditar en un pensamiento que leí de un viejo libro en Julio de 1983 cuando confrontaba una crisis personal: “Lo que debe preocuparte ahora es la actitud que asumirás frente a los hechos que ocurran en tu vida. ¿Permitirás que las circunstancias fortuitas cambien totalmente el rumbo de tu existencia? Recuerda siempre que las cosas, intrínsecamente, tienen muy poca importancia y que lo que realmente vale es la actitud que adoptamos frente a ellas” (Braulio Pérez Marcio).

Así que hermano mío deja que la vida, por muy injusta y desconcertante que se te presente, SEA. Deja que la vida sea. Lo importante no es redimir la vida sino tu ACTITUD dijera el amigo Braulio arriba citado. Asume actitudes cristianas ante situaciones nada cristianas. Y también me gusta un verso que no es de las Escrituras pero que es la mejor actitud que podemos asumir cuando las cosas marchan mal: “Déjalo ser. Ya habrá una respuesta: deja que se produzca” (The Beatles)

6 mayo 2010

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