Cuba “descubre” a los Beatles
- "La Habana necesitaba un lugar como este", dijo Ernesto Juan Castellanos, director artístico del nuevo club que pertenece al Ministerio de Cultura.
- Funcionarios culturales de la isla en las décadas de 1960 y 1970 consideraban que la música en inglés era "diversionismo ideológico". The Beatles no escapó a la censura
Infolatam/Reuters
En Cuba, donde la música de la banda de rock británica The Beatles estuvo prohibida por años, un club nocturno propiedad del Gobierno comunista está reivindicando al mítico grupo y borrando antiguos tabúes ideológicos, dijeron directivos y clientes.
Caricaturas y fotos de los músicos británicos y letras de canciones de la banda decoran las paredes azules del club estatal “Submarino Amarillo” en un céntrico barrio de La Habana.
Un televisor transmite vídeos del grupo que ganó fanáticos en todo el mundo con temas como “Hey Jude”, “Imagine” o “Love” y grupos cubanos en vivo cantan las canciones.
“La Habana necesitaba un lugar como este”, dijo aReuters Ernesto Juan Castellanos, director artístico del nuevo club que pertenece al Ministerio de Cultura, donde no se escucha ni salsa ni reggaeton.
Funcionarios culturales de la isla en las décadas de 1960 y 1970 consideraban que la música en inglés era “diversionismo ideológico”. The Beatles no escapó a la censura.
“Al tener de manera oficial un lugar, donde los Beatles pasaron de ser prohibidos a obligatorios, ya es una cosa que la gente se ve atraída a venir”, agregó Castellanos, que ha organizado eventos teóricos y escrito libros sobre The Beatles.
Castellanos aludió a la censura que sufrió la banda en el pasado, cuando férreos controles intentaron evitar la circulación de sus discos y medios estatales prohibieron su difusión.
El escenario varió luego. En el año 2000, el propio ex presidente cubano Fidel Castro asistió a la inauguración de una estatua de John Lennon en un parque de La Habana, a pocos metros de donde está ahora situado el “Submarino Amarillo”.
“(Al inaugurar la estatua) fue una forma de decir ‘lo sentimos’, ‘las cosas van a cambiar’, y las cosas obviamente han cambiado, ya tenemos un centro oficial del Ministerio de Cultura”, dijo entusiasmado Castellanos a Reuters.
Ahora el club está atrayendo a nostálgicos que una vez debieron escuchar en secreto a la legendaria banda.
Extranjeros, jóvenes cubanos y hasta algunos emigrantes se reencuentran con el país y aplauden la apertura del “Submarino Amarillo”.