Educación e Historia

por José Obswaldo Pérez
La educación, dentro el devenir histórico, constituyen un fenómeno social enmarcado dentro de una relación sincrónica y discontinua del saber-poder, como proceso del pensamiento originadas de prácticas sociales[1]. Ambas categorías están fundamentadas en las teorías sobre historia epistemológica de las ciencias de Canguilhem y la historia del saber de Foucault. Presupuestos teóricos que nos acercan a una analogía entre la educación y la historia, a través del acontecimiento[2] y el análisis arqueológico como experiencia histórica; que,  a su vez,  plantean  una reescritura y una mirada retrospectiva, geometral y sistemática del hecho educativo a través de su producción historiográfica.

Entre esa relación de ciencia y  saber se recorre un dominio de cientificidad y un territorio arqueológico que busca una nueva vertiente epistemológica para abordar el objeto de estudio a través de lo que hoy llamamos Historia de la Educación como campo disciplinar. Pensando más allá de toda una vanidad de conocimientos, tal como Michel Serres lo ha señalado, después de la bomba nuclear de Hiroshima, la ciencia como fetiche benefactor del género humano se se derrumbó y “por primera vez quedaba cuestionada la ciencia: no era forzosamente productora de bienestar… fue el primer golpe al narcisismo científico[3].

La educación, como episteme del saber, constituye un discurso y un objeto que, según Foucault  conforma un pensamiento implícito en la sociedad, un pensamiento anónimo configurado a partir de ciertas reglas de formación y transformación, y que resulta condición de posibilidad tanto de una teoría como de una práctica o de una ciencia, en particular[4].

Comprender la educación como un fenómeno histórico es concebirla como una de las instituciones encargadas de la preservación de la conciencia social y cultural, por lo tanto, se le debe considerar inserta en la matriz referencial de los pueblos y sociedades. La educación – y debemos reiterarlo- es un hecho socialmente histórico y, como tal, los hechos sociales son en esencia el objeto de investigación de las Ciencias humanas. Es decir,  en la dialéctica del oficio de historiar, nada hay más importante  que el centro de la realidad social, materia prima sobre la cual el científico trabaja para construir los hechos u objetos de estudios[5]. La realidad social -expresada por la vía espiritual o material- son los elementos sobre los cuales actúa el investigador, cuando estos forman parte del entorno de una comunidad.

La educación, también como documento de reflexión y constitución orgánica de sistemas escolares,  no es solamente un espacio para el desarrollo sostenible del saber pedagógico sino que, más bien complementa la noción de sustentabilidad histórica[6]que, más allá de una apreciación semántica, está basada en la necesidad social de una conciencia sobre valores del pasado; es  decir,  un modelo de tipificaciones que justifiquen su institucionalidad a través del tiempo. Esto implica ver a la historia de la educación como una reactualización hermenéutica (interpretación) de las reliquias de su discurso, más allá del mero conocimiento filológico del significado del texto o los archivos estudiados.




Notas Bibliográficas

[1]VILLAMIZAR, CARLOS (2008,17 Abril).El papel de la historia de la educación en la construcción del objeto histórico "relación saber poder" en los subsistemas de Investigación de la universidad venezolana actual. ULA: Revista Evaluación e Investigación - Vol. 002, No. 001
[2] Acontecimiento es aquí definido como herramienta metodológica y crítica del análisis histórico de la arqueología. Ver  CASTRO, EDGARDO (2006).El vocabulario de Michel Foucault. Un recorrido alfabético por sus temas, conceptos y autores. Editorial Prometeo.
[3] SERRES, Michel. (1993) La Travesía de los Saberes. En: Revista de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Unaula Nro 13. Medellín, p. 22.
[4]Foucault, MICHEL (1969).La Arqueología del Saber. México: Siglo XXI Editores, p.322-3; ver también su trabajo El Sujeto y El Poder.
[5] BRADUEL, FERNAND (1970). La historia  y las Ciencias Sociales. España  Alianza Editorial
[6] El concepto es desarrollado por el autor como una tesis sobre la preservación de la memoria histórica y como un presupuesto complementario de la noción de desarrollo.

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