El lugar del nacimiento

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Juan German Roscio nació en el hato de la familia, en una zona aledaña de la Parroquia San Francisco de Tiznados. La posesión estaba ubicada geográficamente en un sitio llamado La Guamita- aún hoy es un viejo topónimo-, a unos cinco kilómetros de la referida comunidad.


Por José Obswaldo Pérez


Una documentación judicial ubicada en el Archivo Principal de San Juan de los Morros nos permite valorizar con nuevas miradas la trama social sobre los títulos de propiedad de La Guamita, el lugar donde nació Juan Germán Roscio. Especialmente porque este expediente nos ha permitido no solamente hacer un análisis documental sobre dicha posesión-un fundo dedicado a la cría de ganado vacuno y caballar fundado en el siglo XVIII-, sino que también desentraña aspectos de la vida de los herederos, registro que en octubre de 1960, el historiador José Antonio Armas Chitty dio con este legajo compuesto de varios folios.
Este bien fue adquirido por don Juan José Roscio, en el tiempo de sus vínculos comerciales con hacendados de la zona. Estaba ubicado al norte de San Francisco de Tiznados, uno 5 kilómetros del pueblo (Botello, 1998; p.95). Constaba de tres leguas de tierra determinadas por los linderos que se especificaban de  la siguiente manera: Norte: Paso Real de Quebrada Grande, Loma Alta de la Batea, Portachuelo de la Guayabita, Salto de Coronado, Salto Hicotea, al Salto de Palambra. Sur: Paso Real de Changuango, a Boca de La Ceiba. Naciente: Boca del Sapito, Agua Arriba del Río Mapire hasta el Paso Real de Quebrada Grande. Poniente: Cerrito del Obispo, Ojo de Agua, al Paso del Changuango.
La posesión estaba ubicada geográficamente en un sitio llamado La Guamita, aún hoy es un viejo topónimo en la Parroquia de San Francisco de Tiznados, municipio Ortiz. Su nombre corresponde al diminutivo de Guama, según nos ha explicado el acucioso investigador don Arturo Álvarez D´ Armas, autor del trabajo Apuntes sobre el Estudio de la Toponimia Africana en Venezuela, donde expone que el vocablo guama proviene de Couama , el cual “es una fibra producida en Segal y en la zona del Cauca (Colombia). Guama es apellido. En Brasil, en la ciudad de Belém do Pará, existe un río y un suburbio con el nombre de Guamá” (1981; p. 12). El nombre del lugar deriva del fruto del guamo y es un fitotopónimo de la familia de las leguminosas Inga sp, un árbol inerte, coposo y ramoso.
Al morir la viuda doña Paula María de Nieves, ésta autorizó a su yerno Juan José Meléndez y Pereira “para hacer las competentes particiones” de sus bienes a sus hijos herederos. Sin embargo, no fue necesario realizar el reparto por cuanto los sucesores masculinos decidieron donar sus derechos a su hermana doña Paula María Roscio Nieves. Argumentaban Juan Germán y José Félix Roscio, entre otras cosas, que doña Paula era su única hermana, la cual estaba carga de hijos y, principalmente, porque ellos habían disfrutado de aquel bien. El traspaso y la donación se realizó en 1803, tal como lo explica en la certificación expedida el 12 de octubre de 1819 por el Teniente Coronel de las Reales Ejecitos y Comandante Militar del Pueblo de San Francisco de Tiznados, don Julián Nieves.
Además, este hecho lo corrobora la propia Paula quien dice que la herencia fue otorgada antes de la insurrección independentista. Contaba con varias piezas de esclavos, algunos fueron utilizados por el general realista José Tomas Boves para incorporarlos a su ejército. Cuenta doña Paula María Roscio que tres de ellos, dos habían  sido separados de la milicia por inválidos y se mantenía vivos; mientras otro había muerto en batalla. Así lo testifica más tarde su hija, en un documento “… Desde que mi madre falleció, he mantenido y mantengo en mi poder las piezas de esclavos que esta dejo, sosteniéndolos con mí agencias tanto estos como como lo que se han procreado después…”
En  el Registro Subalterno de Villa de Cura, se localizan venta de esclavos de dicha Paula hacia 1844 y 1845. En un testimonio, la hija de los Roscio solicitaba escritura de venta de un esclavo llamado Marcos, “mi criadito” que vende a don Ascensión Arana, un vecino de San Francisco de Tiznados, en 150 pesos.
En aquel hato, el viejo don José Roscio contrajo nupcias con doña Paula María Nieves, mestiza,  natural de La Victoria e hija de don Juan Pablo Nieves quien era dueño de extensas tierras en la región tiznaeña. Paula María “por descender de india, acarreó a su hijo [Juan Germán Roscio] el inconveniente para su ingreso al Colegio de Abogados” (Rodríguez, 1981). Allí, también, nacieron sus seis hijos. Sin embargo, a partir de 1836, la hacienda fue heredada por doña Juliana Meléndez de Yánez y sus sucesores. Juliana y sus hijos, entre ellos Encarnación Yánez Meléndez, estaban a cargo de la administración de fundo.
El 26 de julio de 1865, Alejandro Yánez Meléndez, hijo de Juliana, representado a su madre antepone un escrito ante el Juez Departamental de Ortiz, Buenaventura Martínez     Monasterio, donde solicitaba “instruir una justificación de testigos” para aclarar los linderos de la hacienda que erróneamente fueron omitidos en los testimonios de 1819. En el documento se pide a los evacuados a declarar sobre tres puntos fundamentares:1) los orígenes familiares de doña Juliana, 2) constar la herencia de aquel bien, 3) manifestar si los tíos de doña Juliana, cedieron su parte de la herencia a su madre.
Para esta oportunidad, el juez aprobó evacuar las pruebas, donde testifican como testigos Juan José Delgado, mayor de 77 años de edad; Ramón Acuña, mayor de 45 años; Tiburcio González, de 55 años; Domingo Carruido, de 45 años  y Crisóstomo Jiménez, de 60 años. Todos vecinos de Distrito Santa Catalina de Sena de Parapara. Los cuatro primeros eran labradores mientras el último era de profesión criador, quienes bajo juramento reconocieron los respectivos linderos de la posesión.
Los últimos herederos de la Guamita fueron los hermanos Encarnación y Alejandro Yánez Meléndez, al parecer los dos únicos hijos de doña Juliana. Encarnación fue agricultor y funcionario público; fue miembro de la Junta Parroquial de San Francisco de Tiznados. Contrajo matrimonio en la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 28 de noviembre de 1866, con Josefa Romero Báez, hija de Tomás Romero y de Juana Báez. Fueron testigos de la boda Evangelista y Eduviges Romero. Mientras Alejandro esposo en 1870 con Dolores Romero Báez, con descendencia.

Bibliografía
ARCHIVO PRINCIPAL DE SAN JUAN DE LOS MORROS.
ÁLVAREZ D’ ARMAS, ARTURO (1981). Apuntes sobre el Estudio de la Toponimia Africana en Venezuela. San Juan de los Morros:
PARRA MARQUEZ, HECTOR (1971). El  Dr. Juan German Roscio. En; Boletín de la Academia Nacional de la Historia: Volumen 54, Números 213-216, p.30.
BOTELLO, OLDMAN (1998). Los Tiznados. Orígenes de San Francisco y San José de Tiznados. Caracas: Congreso de la Republica. Ediciones de la Cámara de Diputados.
RODRÍGUEZ, ADOLFO (1982). Juan German Roscio. El guariqueño universal 1763-1821.San Juan de los Morros: Publicación auspiciada por la Sociedad Bolivariana del Estado Guárico.


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