El inesperado Adiós de Felipe Hernández

El historiador y profesor universitario, José Manuel Aquino, recuerda la trayectoria vida del doctor Felipe Hernández González, Cronista Municipal de la Ciudad de Valle de la Pascua, recientemente fallecido en aquella localidad. En este artículo, Aquino repasa las dimensiones de este gran hombre de la cultura guariqueña desde su actuación como gremialista, docente e historiador reconocido.

In memoriam

Por José Manuel Aquino H.

El día sábado 3 de octubre de 2.020, en horas de la noche, las redes sociales estuvieron activas en el ambiente académico por la región llanera, con la noticia del deceso del insigne profesor universitario e historiador Doctor Felipe Hernández. La nota luctuosa fue difundida por el cronista de Ortiz, profesor Fernando Rodríguez Mirabal. A Felipe lo conocía desde su estancia en la ciudad de Valencia, cuando él cursaba estudios en la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo, a mediados del año 1.977, cuando quien escribe entró a cursar el tercer semestre en la especialidad de Ciencias Sociales en dicha institución. A partir de ese tiempo, comenzó un inquebrantable aprecio. Desde esa época se destacó por su alto grado de solidaridad con sus compañeros de curso y, especialmente, por el equipo de estudio integrado por Gloria Salinas, José la Gruta, Raúl Ruiz, Arturo Franceschi y Coromoto Domínguez. Demostrando no solamente su camaradería sino también el interés por la formación intelectual del colectivo. En los lugares de esparcimiento y en la biblioteca aportaba no solo sus conocimientos a cualquier otro estudiante que le solicitara su asesoría; también, de manera, desinteresada prestaba sus libros para cualquiera que los necesitase.

Por otra parte, debemos destacar la más firme disposición por obtener una buena formación; por eso, constantemente, lo encontrábamos participando en talleres y foros que el Departamento de Ciencias Sociales programaba, con el fin de despertar el interés del estudiantado en el mejor desarrollo de su consecución académica y es, precisamente, en esos encuentros en que Felipe asistía regularmente conjuntamente con su equipo de estudio y ocupaban los primeros puestos de los eventos cuando floreció la amistad; de ahí radica su éxito como buen estudiante, porque ese intercambio de ideas le permitía no solo orientarse sino también averiguar más de los temas tratados. Así que al concluir su período académico acumuló excelentes calificaciones y una preparación tanto académica como intelectual que le generaría posteriormente ser un eficiente catedrático y un destacado investigador en la rama de las Ciencias Sociales.

Una vez obtenido el título de Licenciado en Educación, Especialista en Ciencias Sociales, con un excelente promedio que le garantizó estar ubicado en el primer tercio de su promoción de 1.981, con la opción de quedarse laborando en la Facultad de Educación de la Universidad de Carabobo, decide volver a su terruño, porque siempre consideraba que en la entidad guariqueña había oportunidades para laborar en Educación Superior en algún momento; porque la economía estaba en expansión debido al aumento de la actividad agropecuaria, en esa parte de la región llanera a través de la siembra de maíz y sorgo y esta demandaba todo tipo de servicios y especialmente el educativo, necesario para impulsar el bienestar de los pobladores. Su primera experiencia docente la tuvo en la Escuela Granja de San José de Tiznados, para luego laborar en la instituciones de Educación Media, Diversificada y Profesional de su ciudad natal, Valle de la Pascua, donde demostró su alta capacidad en el desempeño de su actividad docente en esa modalidad educativa, que le permitió por su currículo ganar un concurso para trabajar a nivel universitario.

Es necesario señalar que en ese lapso de tiempo, mientras Felipe Hernández, trabajó en Educación Media, incursionó en la actividad gremial como miembro activo de la directiva del Colegio de Licenciados en Educación en el Estado Guárico, acompañando a la Licenciada Azucena López de Álvarez en la conducción de dicha organización a mediado de los años 80, destacando logros importantes en el mejoramiento de las condiciones laborales de sus colegas. En su gestión, también, se consiguió aumentar considerablemente el número de agremiados a dicha corporación en Valle de la Pascua e incorporarlos al seguro corporativo de asistencia médica que promocionaba dicha agrupación, demostrando de esta manera la alta capacidad de liderazgo y de convocatoria para el logro de los beneficios sociales de sus colegas de Educación Media.

Un nuevo reto para este destacado paladín de la educación guariqueña, a finales de la década de los años ochenta del pasado siglo, forma parte del cuerpo profesoral del Núcleo de la Universidad Simón Rodríguez. En esa institución de Educación Universitaria desarrolla toda su capacidad tanto intelectual como gerencial al servicio de la comunidad vallepascuense, destacándose por su alto nivel de eficiencia y eficacia en el aula, al igual que en la realización de cursos de extensión universitaria, lo que le permitió recorrer la región actualizando los conocimientos a los miembros del magisterio regional y al mismo tiempo realizó una amplia actividad investigativa, específicamente en la reconstrucción histórica regional y local, ascendiendo al escalafón de Profesor Titular, cumpliendo así con los estándares de un excelente profesor universitario a nivel de pregrado y postgrado mediante el cumplimiento de las actividades de docencia, extensión e investigación universitarias, su éxito de gestión radicó en su permanente interés por perfeccionar el conocimiento. Realiza estudios de maestría y doctorado con gran esfuerzo, al tener que trasladarse desde su localidad, a la capital de la República para cursar y obtener el grado académico de Magister y luego el de Doctor en Historia en la Universidad Santa María.

Es necesario señalar asimismo que este docente también sobresalió en el campo de la gerencia universitaria al desempeñar con acierto la Dirección del núcleo en la institución mencionada durante el lapso establecido, cuando pudo demostrar su capacidad administrativa al valorar principalmente al personal del centro educativo, dando óptimos resultados de su gestión, a través de su marcado liderazgo que permitió llevar a feliz término una excelente planificación, organización, control y dirección de las actividades académicas.

Es importante hacer referencia de manera precisa y explícita de su gran labor investigativa en la reconstrucción de los procesos históricos, desde la matria o patria chica parafraseando al historiador mexicano Luis González. Es la microhistoria de su localidad el interés de este historiador, en indagar la relación temporoespacial mediante su excelente manejo de categorías para presentar los hechos desde una visión de totalidad, al estudiar los momentos del acontecer regional, local y parroquial. En sus escritos está reflejado su estilo de concebir la memoria colectiva de los pueblos, justificando debidamente la importancia del tema a tratar, acompañado siempre de un tratamiento en el buen uso de los tipos de fuentes, en cada una de las particularidades de estudio con el fin de analizar o rehacer el hecho dentro de un contexto espacial. Todas estas consideraciones antes señaladas fueron tomadas en cuenta a la hora de la designar cronista de la ciudad, por parte de la Cámara Municipal del municipio Leonardo Infante, por muerte del doctor Luis Fernando Melo, que antes había relevado al presbítero Rafael Ángel Chacín Soto.

Ante esta designación, como buen llanero de tener la responsabilidad al asumir todos los compromisos que se le presenten, se dedica a cumplir sus funciones como cronista de la entidad municipal, tal como lo estipula la Ordenanza Municipal y los estatutos que rigen la Asociación de Cronistas de Venezuela del cual era miembro activo. Le imprime su estilo personal al cumplir sus funciones inherentes a tal designación, que consiste no solamente en investigar, sino también en recabar, registrar y publicar los hechos y procesos de ese espacio, al igual que ser un celoso guardián en la preservación de la memoria colectiva y del patrimonio cultural de la localidad.

Todas estas disposiciones las cumplió a cabalidad, dejando honda huella en el acontecer historiográfico de las parroquias, la localidad y la región. Su libro Valle de la Pascua, en los llanos del Guárico (1725-2000), es una lectura obligada para conocer la historia de la ciudad llamada por los poetas la princesa del llano. Del mismo modo, la obra titulada Espino y Parmana (Crónicas y Apostillas).También debemos destacar las innumerables trabajos de investigación presentados en los diferentes encuentros de Historia Regional y Local en la Entidad guariqueña y en otros estados del país, en representación del Municipio Leonardo Infante.

De igual manera, gran cantidad de sus trabajos se encuentran insertos en los distintos portales de internet especializados en temas históricos, en el estado Guárico, entre los que se destaca el de Historiografías y Fuego Cotidiano y también aparecen en el diario digital Notipascua, sin dejar de mencionar que en su red social facebook se podrá comprobar la calidad de sus investigaciones con lenguaje sencillo los hechos históricos, aportando de esta manera con su conocimiento e integridad en el ejercicio de la escritura, calificativos expresados por el cronista, Alberto Pérez Larrarte en un encuentro de Historiadores en la ciudad de Barinas, en diciembre de 2.008 titulada: Ponencia para un libro de Felipe Hernández.

Es un serio revés para el haber historiográfico venezolano y la cultura guariqueña este inesperado adiós de Felipe Hernández, tal como lo expresara el Doctor Adolfo Rodríguez al conocer la noticia, pero su obra estará para ser estudiada y difundida a profundidad, tanto en su labor como docente como también en la de sus investigaciones históricas. Por tanto, es un paradigma a seguir para las nuevas generaciones por su entrega, sencillez y vocación de servicio para la cultura guariqueña. Por tal motivo, los próximos encuentros de Historia Regional de Historia deben ser propicios para estudiar su legado y trascendencia para la actividad académica a nivel regional y nacional.

Adelfo Morillo escribe en una de las páginas de la bitacora Calabozo tierra de dios Platón en el Diálogo Simposion, El Banquete, hace hablar a Sócrates, su maestro y a Alcibíades también discípulo de Sócrates, y sendos discursos expresan el invalorable tesoro de la amistad, vaya esta memoria de tiempos griegos, para enaltecer al amigo que se ha ido…

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