Las hermanas Cousin
Se trata de dos maestras particulares (...) Estas dos mujeres voluntariosas actuaban como una fuerza instituyente en la construcción escolar local. Sus espontáneos esfuerzos son representativos de esa sociedad que reconocía a la escuela como espacio fundamental para la adquisición de bienes culturales.
IMAGE JOSÉ DE PÁEZ (ATRIBUIDO) | TAROT DEL AMOR MESTIZO (1785). FUNDACIÓN EMPRESAS POLAR. 1994.
José Obswaldo Pérez
En un estudio aproximativo de las fuentes eclesiásticas de la Iglesia Parroquial Santa Rosa de Lima de Ortiz, en el Archivo Arzobispal de Caracas, nos encontramos con una relación del padre Francisco Javier y Castillo de 1813, con la noticia de dos mujeres blancas de nombre Amosina y Francisca Cosén [Cousin], quizás hermanas e hijas de Miguel Antonio Cousin Ibañez, un personaje de origen francés, natural de Pamplona, Reino de Navarra, España que llegó a Calabozo, para fines del siglo XVIII ocupando el cargo de Administrador de la Real Hacienda de aquella ciudad (Viso González, dixit). Allí casó con la calaboceña María de la Concepción Sabas Delgado y Silva, hija de Francisco Delgado y Álvarez y de Francisca Silveira Silva, descendiente de los fundadores de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, apellidos provenientes de Parapara y Ortiz (Loreto,1990;p.35).
En 1818, cuando la Campaña del Centro estaba en su mayor apogeo en los llanos de Caracas, un hijo de la pareja, José María Cousin Delgado, prócer de la Independencia, casó en la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Lima de Ortiz, con la orticeña Ruperta Silva Venero, hija de Ceferino Silva y de Ceferina Venero (Dávila,1924, T.I;pp.102-103 ). Igualmente, un nieto Elías Cousin Camacho, hijo del Alférez Miguel Cousin Delgado y de Rita Jovita Camacho, falleció en Ortiz, el primero de septiembre de 1861, a los 28 años de edad. Por lo tanto, había nacido en 1833.
De modo que estos aspectos filiales de esta familia calaboceña ubicados en el espacio orticeño demuestran que las hermanas Cousin y otros miembros vivieron en Ortiz –quizás huyendo de la innumerables atrocidades de Boves en Calabozo- y se dedicaron a enseñar niños del pueblo. Además, estos datos nos indican que, a pesar de la guerra, hubo mujeres que aprovecharon los momentos de tranquilidad procurados por el reposo de las armas para educar. Quizás obligadas por la propia necesidad material de ganarse un sustento a través de esta actividad. Se trata de dos maestras particulares para una educación particular y casi son anónimas a no ser por el registro de sus nombres. Apenas, en la relación referida por el párroco, se señalaba que tenían un número regular de estudiantes, entre 6 o 12 niños, que asistía a sus horas a la escuela.
Pero, estas dos mujeres voluntariosas actuaban como una fuerza instituyente en la construcción escolar local. Sus espontáneos esfuerzos son representativos de esa sociedad que reconocía a la escuela como espacio fundamental para la adquisición de bienes culturales, es decir, había conciencia social frente a determinada práctica, la cual era sentida como una necesidad útil a todos los ciudadanos, ya sea exigiendo su incorporación a la escuela o reclamando más escolaridad. En este sentido, el establecimiento de la escuela en Ortiz estará dado por el conjunto de individuos que participan de la institución escolar; especialmente, desde la propia sociedad y desde espacios particulares y privados.
Fuentes Consultadas
ARCHIVO ARZOBISPAL DE CARACAS. Sección Matrículas. Santa Rosa de Lima de Ortiz. Carpeta No. 37, f.331
DÁVILA VICENTE (1924). Diccionario Biográfico de Ilustres Próceres de la Independencia Suramericana. Tomo I. Caracas: Imprenta Bolívar.
LORETO LORETO, JESUS (1990). Linajes Calaboceños. Caracas: Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela,BANH
VISO GONZALEZ, Luis Eduardo.Algunas Familias de La Villa de Todos Los Santos de Calabozo. En