Ideas y mentalidades en los dos primeros siglos de existencia de la Villa de todos los Santos de Calabozo
Para comprender el desarrollo histórico de la Ciudad de Calabozo, el historiador José Aquino nos aproxima a la relación hombre medio–sociedad-naturaleza, con el fin de entender las transformaciones de su espacio en los diferentes órdenes: económico, político, social y cultural a partir de desde su conformación como villa hasta el presente.
IMAGE | Casco Histórico de la Ciudad de Todos los Santo de Calabozo.
.José M Aquino H.
Estamos acercándonos a la celebración de los 300 años de la fundación de la ciudad de Calabozo. Por tal motivo, es necesario darle su importancia en cuanto a su desarrollo histórico y abordarlo para su estudio desde la relación, hombre medio –sociedad -naturaleza, con el fin de entender las transformaciones en los diferentes órdenes: económico, político, social y cultural a partir de desde su conformación como villa hasta el presente. Asimismo, tomando en cuenta la acción de sus pobladores en la búsqueda del anhelado bienestar, mediante un estudio de la historias de las mentalidades, como motor indispensables para comprender el grado de compromiso social en el largo transitar de las relaciones humanas y sus incidencias no solo desde la dimensión regional sino también su integración en el ámbito nacional y mundial. Todas estas consideraciones son necesarias acotarlas, más allá del análisis de las distintas corrientes historiográficas, con el fin darle una consideración científica desde una dimensión global. Examinando la actuación de las personas que asumieron un liderazgo en momentos trascendentales para colocar a la ciudad y sus habitantes en un centro de referencia obligado para la comprensión de los hechos históricos en las diferentes épocas.
En este sentido, es necesario considerar que antes de la llegada de los colonos españoles a la mesa de Calabozo y sus alrededores, estas tierras bajas y anegadizas, conformada con vegetación en gramíneas, acompañadas de ríos que van en dirección hacia el sur, para desembocar sus aguas al Apure y luego este espejo hídrico se traslada al Orinoco para descansar en el océano Atlántico. Por este territorio vivían y transitaban muchas comunidades aborígenes por esta red fluvial para aprovecharse de la pesca, la caza y la recolección de frutos de acuerdo a las condiciones de la temporada lluviosa o seca. Estas actividades de subsistencia se va intensificar en la la medida en que se acentúo el proceso de conquista y colonización en los territorio de la región costera y montañosa de las Provincias de Caracas, Barcelona y Cumaná, motivo por el cual, muchas comunidades autóctonas tuvieron que abandonar su territorio ancestral para no estar bajo dominio del colono español ,por tal motivo llegan a esta región en condiciones de seguir su vida nómada, a pesar que desde comienzos del siglo XVII, se fueron asentando los grandes hatos para la cría de ganado vacuno, mular, caballar y asnal. En estos territorios ubicados en los llanos de Calabozo, se encontraron familias apones, cumanagotos, guires, caribes y otomacos entre otras (Armas Chity,1970 p,24) ,procedentes de los llanos del Apure y Guayana en busca de alimentos para su subsistencia.
Esta realidad va a cambiar notoriamente a finales del siglo XVII, en lo concerniente a la fundación de pueblos, tanto en las zonas costeras del territorio de la provincias de Cumaná y Barcelona, al igual que la extensa y despoblada región de los llanos perteneciente a la jurisdicción de la entidad de Caracas. Apesar de contar con una actividad económica que se generaba en los hatos, los aborígenes andaban dispersos por ese territorio. Motivado a cambios en la política del gobierno español ,como consecuencia, en primer término , el incremento del contrabando ,el ataque de corsarios, piratas y bucaneros en zonas del litoral, así como la pretensión de Inglaterra y otras potencias europeas de ocupar territorios pertenecientes a esta colonia hispana .Esto asociado al interés de la nueva dinastía reinante en España ,los Borbones en realizar los cambios con el fin de obtener mejores ingresos a la corona por parte de sus súbditos en este lado del océano Atlántico a las actividades productivas ,ante el enorme gasto de de dinero en encuentros bélicos contra el gobierno inglés que dejó agotadas las arcas de la Corona. En consecuencia, el gobierno colonial que de antemano le había dado autorización a la congregación de los misioneros capuchinos en el año 1647, con su llegada a Cumaná después de no haber sido posible establecerse en la islas caribeña de Granada, con la finalidad de adoctrinar a los aborígenes a la fe católica y también cumplirían con la obligación de fundar pueblos o misiones e incorporarlos a un proceso de vida sedentaria como súbditos productivos para la realeza ibérica ,mediante oficios al servicio de la colectividad organizada.
Esta congregación religiosa durante su estadía en territorio venezolano ,fundaron más de 200 misiones y villa, específicamente en las localidades de las extensas llanuras pertenecientes a la Provincia de Caracas, tuvo dificultades de toda índole para realizar su cometido, a través de 7 Etapas, desde 1658, hasta comienzo del siglo XIX, (Carrocera,1972).Siendo en el Ciclo cuarto, desde 1720 a 1745, cuando en ese lapso, se funda la villa de Todos Los Santos de Calabozo , a pesar de los intentos realizados en el Segundo periodo (1678 a 1702) en fundar una urbe en 1694, en ese mismo lugar, con el nombre de Jesús Nazareno de Calabozo, lo que motivó a realizar nuevas estrategias para fundar esta población. Será bajo las gestiones del religioso Fray Salvador de Cádiz, unas de los interesados en cumplir los compromisos adquiridos en cuanto a la reducción, población y evangelización, en sus informes desde 1718 hasta 1752, destacan su comportamiento por cumplir los acuerdos con la corona española, en la sedentarización de los aborígenes de este vasto territorio, durante las difíciles condiciones de las temporadas lluviosas por las inundaciones y los intensos días soleados en el periodo seco. Cabe señalar, que ante la imposibilidad de agrupar a los aborígenes traídos de las riveras del Orinoco y demás ríos tributarios, vio la necesidad de buscar los aliados para el cumplimiento de esta empresa. Pobladores que trabajaban en los hatos en su mayoría canarios, realizaban trabajos como: alarifes, herreros, mayordomos en dichas unidades productivas, con su colaboración buscaban a los los nativos que desertaban (Carrocera, 1972).
Del mismo modo, este sacerdote fue adquiriendo relevancia en su desempeño por cumplir con su misión, destacando no solamente en el buen trato con los aborígenes, de los cuales la historiografía da cuenta a través de los informes que realizaba a sus superiores provinciales, sino también, fue uno de los religiosos que se enfrentó a las autoridades militares contra los atropellos que se realizaban contra estos nativos. Motivo por el cual, solicitaron ante los entes de gobierno español, la propuesta de designación por parte de estos mismos misioneros los tenientes de Justicia Mayor. con la finalidad de no enturbiar el trabajo que estos religiosos estaban realizando en las comunidades. Del mismo modo, en su amplia trayectoria misional, discutía propuestas con el fin de fundar pueblos y misiones donde había resistencia de las comunidades para establecerse como pueblos de misión, es el caso específico con la intensión de crear una urbe para los colonos origen europeo por esta parte de los llanos de Provincia de Caracas . Sugirió de esta manera la propuesta de crear un pueblo de españoles, con la finalidad de darle estabilidad y apoyo a las misiones fundadas antes de haber establecido villas. Por tal consideración las misiones de los Ángeles y la Santísima Trinidad, se fundaron el 13 de abril de 1723, nueve meses antes que este fraile conjuntamente con Bartolomé de San de San Miguel, levantara el acta fundacional del citado pueblo de españoles en la mesa de Calabozo el 1 de febrero de 1724.
Esta acción no fue la única realizada en pro de la consolidación de estos pueblos de misión y la reducción de las comunidades aborígenes deambulando por distintos lugares de la jurisdicción, con el fin de sustituirle los patrones culturales ancestrales e incorporables nuevas formas de vida sedentaria para convertirse en unos verdaderos súbditos de la corona hispana integrados a las actividades de la realidad económica colonial, especialmente como mano de obra en la actividad productiva y disminuir el robo y abigeato muy común en estos espacios. Le tocó entonces reclamar con ímpetu desde 1741, ante las autoridades de la corona, los fines expansionistas de la congregación Jesuita, comanda por los Padres Bernardo Rotella y Josa Gumilla, al cruzar la margen izquierda del Rio Orinoco, donde habían sido autorizados los capuchinos desde 1658. También combatió las intensiones de los dueños de los hatos ubicados alrededor de la mesa de Calabozo y las dos misiones con la anuencia de un gobernador, al tratar de desconocer los permisos que le habían otorgado las autoridades reales a los pobladores en combinación con algunos gobernadores. Después de largos y tedioso Juicio, el Consejo de Indias les dio la razón a los misioneros y a sus habitantes, permitiendo acabar con la incertidumbre creada por los propietarios de no dejar instalar en esta parte de los llanos el asentamiento poblacional. Entre tanto Fray Salvador de Cádiz, siguió su actividad encomendada por todos los confines de la jurisdicción, fundando pueblos en dirección occidental a la villa San Carlos de Austria, al igual que urbes más allá de Araure y más hacia el noroccidente de San Felipe. Donde los reportes de los capuchinos resaltan la labor mediadora de tratar de rendir al insurrecto zambo Andresote ante de las autoridades (Carrocera, 1972) .Por último cabe destacar la sensibilidad social, para atender a sus compañeros religiosos en solicitar ante las autoridades religiosas y del gobierno colonial, un hospicio para tratar a los sacerdotes misioneros enfermos con avanzada edad. Así termina en 1752, la provechosa labor social de este religioso en cumplir fielmente con lo establecido en los acuerdos (Iglesia y Gobierno de España) para la fundación de pueblos en la provincia de Caracas, y en especial para los hijos de esta urbe villatosantina, motivando a los migrantes emprendedores, asentarse en estas tierras en la búsqueda del bienestar individual y familiar.
En este mismo orden, debemos tener en cuenta que una vez hecha la titánica labor de fundar la villa de Calabozo y sus misiones aledañas por estos frailes Cádiz y San Miguel en 1724, el comportamiento de los pioneros en asentarse en esta localidad villatodosantina es de suma importancia destacarlo. Aspiración natural de todos los migrantes en cuanto al beneficio social, al igual del progreso económico y cultural. Por tanto, nace como una necesidad sentida aspiración del bienestar en otras tierras. Porque donde estaban residiendo le había sido esquivo. En los documentos recopilados por los misioneros antes señalados en diferente cartas, tanto para las autoridades eclesiásticas, al igual para los jefes gobierno, resaltan la intensa labor de estos religiosos por promocionar los beneficios de llegar a esta mesa del bajo llano de la Provincia de Caracas ,en especial para personas pobres. En vista de que los españoles que trabajaban en los hatos, no estaban ganados para esta empresa, al igual que los negros libres, zambos y mulatos, que preferían estar viviendo dispersos en las extensas unidades de producción, de cuyos dueños en su mayoría vivían en la capital de la provincia de Caracas y sus adyacencias ( Castillo,1996).
Encontramos referencias en la obra del historiador Castillo Lara, al igual que otras fuentes documentales, la procedencia de las 12 familias pionera en la fundación de esta villa, venidas de distintas localidades ,entre los cuales podemos mencionar la procedencia de La Victoria, San Luis de Cura, al igual de Parapara , El Pao, San Carlos de Austria y hasta de Caracas en su mayoría blancos de orilla, canarios, al igual que algunos pardos , que aspiraban enrumbar sus vidas en esta localidad llanera fueron llegando al correr de los días, con la garantía de ser adjudicado el terreno para construir su vivienda y composiciones de tierras para dedicarse a la actividad agropecuaria. Todo estas esas condiciones fueron satisfactorias hasta que algunos propietarios de hatos, entre los cuales estaba el señor Diego Domínguez y otros hacendados en combinación con el gobernador, trataron de acabar con las fundaciones realizadas entre 1723 y 1724 por este comarca . Tras largos litigios se impuso la racionalidad y los nuevos colonos con la colaboración de los misioneros ya citados, Cádiz San Miguel y demás miembros del poder eclesiástico, que en todo momento apoyaron esta iniciativa contra esta nobleza territorial que argumentaba que el abastecimiento de carne para la ciudad de Caracas, estaba amenazado por parte de estos colonos que habían llegado a establecerse en estos predios.
A pesar de estos problemas con los hacendados, la comarca va adquiriendo relevancia en la actividad económica, social, política y cultural. Los colonos fueron venciendo las adversidades de las inclemencias del clima tanto en los periodos lluviosos como de verano, para realizar sus actividades productivas con éxito. Con una caracterización especial, desde el mismo momento en que llegaron estos emprendedores con un sentimiento de pertenencia para este espacio les trajo prosperidad a muchos de estos pioneros y a sus descendientes. Explorando o intensificando nuevas formas de comercio que le dará gran notoriedad a esta villatodosantina con repercusión en todo el radio de acción en cuanto a la integración de los espacios desolados al circuito económico colonial. Modelo planificado a comienzo del siglo XVIII, con la llegada de la dinastía Borbón al reinado español. Por tal motivo, La actividad agropecuaria integrada a la actividad comercial, potenciada una red fluvial que se podía acceder del rio Guárico al Apure, Orinoco y de allí al océano Atlántico, rindió frutos. En consecuencia, la Villa de Todos el Santos de Calabozo, tuvo un crecimiento vertiginoso, casi de la misma magnitud de San Carlos de Austria, no solo en el orden económico, sino también, social y cultural.
Muchos de primeros pobladores de esta villa y sus descendientes pudieron ver que su migración les rindió benefició individuales y colectivos en medio siglo. Su urbanismo al estilo colonial andaluz en las principales calles de la urbe, es la muestra de la forma de vida de estos grandes propietarios y comerciantes, que tenían un mercado seguro, no solamente en los valles de Aragua y las islas del caribes para sus caballos, mulas, asnos; animales necesarios para las actividades de carga en los ingenios azucareros que habían proliferado durante todo el siglo XVIII. También aportarían las carnes de vacunos para la alimentación de la región centro -norte de la Provincia de Caracas. Alejandro Humboldt, es uno de cronistas que detalla el desarrollo de la vida realizadas por los calaboceños en su viaje por estas tierras, al igual que mostró la desigualdad social imperante al comienzo del siglo XIX, la pobreza de indios, zambos, negros y mulatos. En contrastes con la bonanza de los hacendados y comerciantes que buscaron expandir sus espacios ocupando territorios del otro lado del rio Apure.
Por tanto, esta urbe recibiría la distinción de Villa Eximida en 1774, poseer el privilegio de usar un Escudo de Armas, Picota y Horca, 2 Alcaldes y 6 Regidores, y tener gobierno local, para no depender de la municipalidad de San Sebastián de los Reyes. Es necesario resaltar también la importancia del gobierno español con esta ciudad por ser lugar estratégico para la actividad comercial. A mediados de ese mismo siglo XVIII, se creó una factoría de la Compañía Guipuzcoana, con el fin de controlar el contrabando y asegurar la producción para el gobierno colonial, de esta manera se trató de ejercer un estricto monopolio comercial que motivó grandes protestas en la localidad como en toda la Provincia. Desde el mismo momento de su fundación, la localidad calaboceña vio aumentar su población, en vista al dinamismo de su actividad agropecuaria, en tal sentido, vio incrementar la cantidad de fieles cristianos para el servicio religioso en especial en sector este de la villa, creando un nuevo urbanismo y una parroquia eclesiástica: Nuestra de las Mercedes a finales del siglo XVIII, edificando posteriormente su templo con estilo artístico bien definido. De igual manera, se empieza a proyectar otra iglesia a instancias de sus devotos, especialmente por el señor Demetrio Montiel, durante ese periodo de tiempo.
El vertiginoso ascenso económico, social y cultural, se verá truncado en momentos en que se empiezan a dar los gritos de emancipación, la mayoría de las fuerzas vivas se entusiasmaron por instaurar un sistema republicano, ser los responsables de su propio destino, por tanto, no seguir siendo súbditos de la realeza española. Siempre interesados porque su localidad estuviese bien representada por los mejores personalidades, postula al eminente abogado Juan Germán Roscio ,nacido en San Francisco de Tiznados, cerca de esta tierras, para que sea su representante como diputado en las deliberaciones del Congreso el 5 de julio de 1811,que declara la independiente del gobierno español. Desde las autoridades civiles como los miembros del poder municipal, se aventuran a esta empresa, al igual que una parte de la institución militar, como el teniente de Justicia Mayo y un grueso de soldados, los Regidores y gran parte de la colectividad de esta villa, ven con beneplácito ser considerados ciudadanos con todos sus derechos y deberes, tal como lo establece los postulados de la Revolución Francesa: igualad, libertad y fraternidad.
Esta posición de la mayoría de ciudadanos de esta, villatodosantina, se verían envuelto en el proceso de guerra de independencia, de graves consecuencias para esta comunidad que junto a Chaguaramas, bastiones patriotas a comienzo de la reyerta por esta entidad guariqueña. Con saldo nefasto a partir del mes de mayo de 1812, con la incursión del jefe realista Eusebio Antoñanzas por Calabozo y sus alrededores, luego vendrían las crueldades de José Tomas Boves y su sed de venganza contra los patriotas locales, muchos de sus principales líderes militares independentistas mueren tras sus envestidas y atrocidades, dando un duro golpe a las aspiraciones del ejército republicano hasta finales de 1813. Apellidos de familia que comulgaban con esta causa, como los hermanos Parpacen en que varios de ellos perecieron en la contienda emancipadora; otros tuvieron ir rumbo a los llanos apureños, allí encontramos a calaboceños luchando contra los defensores del Rey, muchos de ellos la historiografía hacen mención, que siguieron a los orticeños hermanos Mujica que residían en esta villa, el caso de Diego Parpacen, mientras existen otros próceres que han sufrido un olvido historiográfico, como son los casos del General Pedro Pérez, Manuel Figueredo, Fernando Pérez entre otros, sacrificaron sus vidas por la instauración de la República ,libre y soberana.
Entrando en el periodo republicano en 1830, después del fallido intento del Libertador Simón Bolívar de formar la Gran Colombia, los hombres y mujeres de esta villa, les tocó seguir con la larga tarea de la reconstrucción social, económica y cultural bajo el manto de un orden constitucional que privilegiaba con derechos a los que tenían bienes de fortuna. Dentro de un ambiente marcado por la inestabilidad política, muchos militares siguieron inicialmente al general José Antonio Páez, como hombre fuerte de los gobiernos pertenecientes a la oligarquía conservadora, pero se agarbaron los problemas sociales a consecuencia de las leyes de que beneficiaban a los grandes hacendados y al sector comercial en detrimento a la masa campesina que había luchado por la independencia, endeudada y arruinada al igual que a pequeños ganaderos por la Ley de Espera y Quita, ocasionando grandes revueltas rurales. Uno de esos insurrectos por esta localidad guariqueña en 1845, fue Pedro Aquino, que reclamó el desamparo gubernamental y aspiración de una mejor sociedad inclusiva. (Pérez, José, 2007).
En el año 1848, después de una reforma territorial pasa a ser capital de Provincia, que le va a dar no solo una significación política, sino que también va a recuperar el empuje económico a través de la ganadería de importancia y el comercio perturbados por la guerra de independencia. Luego vendrán los tiempos de la Guerra Federal, donde los Calaboceños tuvieron un rol importante, con la llegada de Guzmán Blanco al poder. Uno de sus más connotados seguidores Pedro Bermúdez Cuasin, fue gobernador en esta entidad durante la llegada al poder del referido Ilustre Americano, luego estuvo encargado del gobierno en el Estado Carabobo, durante el Periodo de gobierno llamado Septenio. Calabozo en ese lapso pierde su estatus de capital 1874, pero lo retoma en 1888 .Es en ese último cuarto del siglo XIX, cuando esta comarca mantiene su importancia económica y comercial, para adquirir una relevancia social y cultural, gracias al trabajo de sus habitantes, a pesar de momentos críticos de la agitación política por las constantes pugnas entre los partidarios del liberalismo amarillo y los caudillos locales, durante ese periodo de tiempo. Calabozo en esa última década de ese siglo, siempre estuvo en ese periodo bajo los fundamentos del pensamiento positivista, destinado a desarrollar bajo el lema del orden y progreso un nivel científico, artístico y cultural de calidad. Teniendo instituciones como un Colegio de Primera Categoría con grado universitario, una Escuela Episcopal, Colegio Nacional de Niñas, periódicos para cumplir con los requerimientos sociales, gracias a gran cantidad de médicos, abogados, educadores, intelectuales ,escritores, como :Tomás Domínguez, Francisco Monroy, Narciso López Camacho, Luis Sanojo, Francisco Lazo Martí entre otros dando a esta localidad una relevancia en este mundo de las ideas y vinculada al mundo académico para cerrar con broche de oro estos 200 años.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
De Armas Chitty. (1982).Historia del Estado Guárico. Ediciones de la Presidencia de la República
_____________.(1978),Historia del Guárico(1807-1874).San Juan de los Morros. Impreso en los Talleres de Gráfico los Morros. Tomo II.
Carrocera, Buenaventura, ( 1972).Misión de los Capuchinos en los Llanos de Caracas. Tomos I y II, Fuente para la Historia Colonial. Academia Nacional de la Historia, Caracas
Castillo Lara, (1996), Villa de Todos los Santos de Calabozo. El derecho de existir bajo el sol. Ediciones Fundación Carlos del Pozo, Calabozo, Estado Guárico.
Pérez José O. (2007), Manuel Aquino. https://fuegocotidiano.blogspot.com/2007/05/manuel-aquino-delgado.html .
Rodríguez, Adolfo (1994). El Estado Guárico: Orígenes Mundo y Gente., Comisión Regional del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, San Juan de los Morros
*Docente e historiador venezolan