El apellido Scott en Ortiz

Monumento en honor a Ezequiel Zamora, en Villa de Cura. Líder de la Federación que fue socio de Daniel Scott (Foto Diario El Siglo)

Los hermanos Scotto o, finalmente, Scott son dos figuras del acontecer local, regional y nacional que están vinculadas con el proceso político venezolano del siglo XIX. Personajes singulares, muy conocidos en la vieja San Luis del Rey de Villa de Cura.


Por José Obswaldo Pérez

Este apellido aparece en la geografía de Ortiz hacia finales del siglo XVIII, en la parroquia de San Francisco de Tiznados. Uno de sus miembro va a ser Anselmo Escoto (o Scott), vecino del lugar y uno de los implicados en las acciones revolucionarias de la Independencia de Venezuela. Además, Escoto fue uno de los remitentes de donativos en dinero y especies para las tropas que salían de esta zona a combatir a los realistas en 1811(Gaceta de Caracas, 3 de septiembre de 1811; p.4).

Desde tiempos tempranos este Escotto o Scott supuso que debía concurrir con sus aportes a la causa libertaria. Porque luego, con la fundación de la Republica y durante el gobierno del general José Antonio Páez (1831-1835), dos hermanos Scott poseyeron propiedades en San Francisco de Tiznados: Daniele Scotto y Geremi Scotto. Provenían de la Villa de San Luis del Rey de Cura; pero, eran originarios de la Isla de Cerdeña, península que, posteriormente, conformará el reino de Italia (Vannini de Gerulewicz, 2001; p.621). Eran hijos legítimos de Antoni Scotte y Paula Fracada.

Según la historiadora Vannini de Gerulewicz los hermanos Scotto emigraron a Venezuela, durante la primera oleada de extranjeros italianos que se refugiaron en el país, con el fin de “probar suerte en otras tierras” cuando emergía la naciente republica (ídem). Quizás amparados por la ley general de inmigración de 1837, la cual abrió las puertas para inmigrantes italianos y otras nacionalidades (Arráiz Lucca, 2007; p.29).

Los Scott en la historiografía venezolana

Los hermanos Scotto o, finalmente, Scott son dos figuras del acontecer local, regional y nacional que están vinculadas con el proceso político venezolano del siglo XIX. Personajes singulares, muy conocidos en la vieja San Luis del Rey de Villa de Cura. Hombres sencillos que, por tener méritos especiales, consignaron sus nombres en la historia, sobre todo por su hechos de vida diaria, ligados con su personalidad de comerciantes algo avaros en la posesión material, pródigos y galantes en cortesías y charlas.

En este sentido, el escritor e historiador Adolfo Rodríguez señala que Daniel Scotto fue socio de Ezequiel Zamora, en 1839, en actividades financieras y que este enseñaba el arte de bailar. Al respecto el autor apunta:

“Se inicia aquí en los asuntos mercantiles asociado a un profesor de baile de origen italiano, llamado Daniel Scotto o Scott, junto al cual hizo uso de la implacable Ley del 10 de abril de 1834, que, por propiciar la usura, era denunciada, entonces, por el naciente Partido Liberal y una intelectualidad justiciera de la época. Zamora condujo hasta el tribunal, al hacendado Mateo Zerpa, quien tuvo que cancelarle hasta con un siervo.”

Es de hacer notar que, en su momento, la sociedad Scotto y Zamora, como prestamistas (canastilleros, en viejo término de la época) y en cumplimiento de la repudiada ley de Quita y Espera, cobraron la deuda que el hacendado Mateo Cerpa tenía contraída con ellos, rematando a su favor las propiedades del deudor. Rodríguez recuerda que, en lo relativo a la ley y al futuro General del Pueblo Soberano, subyacía entre ambos una relación usurera, donde la avaricia prevalecía sobre la condición humana de ser un redentor de las clases desposeídas:

“Zamora es un pequeño comerciante, que comienza apenas como socio de Scotto, quien seguramente no es tampoco “un canastillero”. Lo cual significa que los dos no practiquen los métodos usureros de éstos: prestar a los “cosecheros”, e imponerles las condiciones de la Ley del 10 de abril. Y hasta llegar al caso de hacerles rematar sus haciendas. Y obtener en pago de deudas y también esclavos, como hizo Zamora el 7 de enero de 1841.” (Rodríguez, 1977, p.38).

Al igual que el historiador Rodríguez, Manuel Donís Ríos sintetiza esta secuencia que llevó a Zamora de dependiente a propietario de su pulpería situada en la calle Real de Villa de Cura, gracias a los beneficios vergonzosos de la Ley Quita y Espera del gobierno paecista:

“Una vez en Villa de Cura se hizo socio de la casa comercial de Daniel Scotto y como pequeño comerciante y prestamista que fue (llamados despectivamente, canastilleros), se ajustó –y saco beneficio– a las condiciones establecidas en la Ley de abril de 1834, la cual concedió el derecho a los acreedores de rematar las propiedades y bienes; incluyendo las deudas y esclavos de los deudores, para hacer efectivo el pago en caso de que éstos no cancelaran en el plazo establecido (…) La sociedad con Scotto se disolvió y el nuevo socio fue Gabriel Rodríguez. La Sociedad Rodríguez Zamora duró hasta marzo de 1844, año en que Ezequiel se independizó y montó negocio propio.” (Donís, 2007, p. 17).

En 1847, el general Carlos Luis Castelli, uno de los próceres libertadores de Venezuela, era- ad honorem- Cónsul del Rey de Cerdeña en Venezuela y testimoniaba el primero de abril de ese año, en un documento histórico escrito de puño y letra, sobre el listado de varios ciudadanos originarios de la península italiana, súbditos a su majestad, residenciados en el país. Y, entre los mencionados que se encontraban, estaban los hermanos Scotto (Vannini de Gerulewicz, o.cit).

El primero de los Scotto o Scott, Daniel, no sólo se destacó como maestro de baile y comerciante sino que también fue político, desempeñándose como concejal del Concejo Municipal de Villa de Cura, en 1845. En esta ciudad casó in articulo mortis el 3 de octubre de 1855, con Guadalupe Bolívar, hija natural de Isabel Bolívar. Fueron testigos del acto nupcial el doctor Matías González Méndez y Josefa Guerrero. Son los padres de Antonio Scott Bolívar, casado con Sofía Gutiérrez y con quien procrea a Antonio, Félix Manuel, Andrés Rafael, Daniel Ramón, Carmen y Ana Teresa Scott Gutiérrez (Scott, o.cit; p.25). El cuarto hijo de los Scott Gutiérrez, Daniel Ramón, contrajo matrimonio en segundas nupcias con la orticeña Dolores Marsella Franceschini, hija de Ramón Marsella y de Bárbara Franceschini Zumbado . Siendo los progenitores de Marcial Scott Marsella.

Mientras, Andrés Jeremías Scotte (o Scott) casó y se veló en la Iglesia Parroquial de San Luis del Rey de Villa de Cura, el 30 de agosto de 1848, con la señorita y educadora Rosaura Meléndez, hija natural de María Sinforosa Meléndez , al parecer vinculada con los Meléndez de Tiznados y Ortiz. La boda fue oficiada por el párroco Juan Baustista Obregón y fueron testigos del acto Joaquín Jaén, Rosaura Celis y Laureano Seijas.

De este matrimonio fueron hijos suyos: Samuel Ramón del Carmen, nacido en Villa de Cura, el 25 de agosto de 1855 y tuvo como padrinos a los tíos Manuel y Virginia Meléndez; Francisco, Andrés y Daniel Scott Meléndez. El primero, Samuel Ramón vive en Ortiz, en 1874, cuando era capital del Guárico, y su población transcendía las fronteras por su apogeo cultural y político. Así lo demuestra un documento del 11 de abril de 1874, el cual suscribe junto a otros vecinos de la localidad, pidiendo a la Legislatura Nacional una reforma a la Constitución promovida por el general Antonio Guzmán Blanco, la cual fue promulgada el 27 de mayo de 1874 (Arráez Luccca, 2007; p.89). Igualmente, su hermano Francisco Scott Meléndez casó en la Iglesia Parroquial Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 24 de junio de 1871, con Inés Rodríguez Ávila, hija legítima de Pedro Pablo Rodríguez y doña Bárbara Ávila. Fueron testigos del acto Enrique Briceño y Melicia Trujillo.

Para ese año de su matrimonio con Rosaura Meléndez, este Jeremías Scott había comprado en San Francisco de Tiznados, un hato a don Francisco Monroy- oriundo de Calabozo-, latifundio que contenía “más de cuatro mil reses, 400 bestias caballares y 80 burros aproximadamente” (Botello, 2004; p.34).

En nuestra historia familiar, oía de nuestros mayores que hacia la década de los 40 del siglo veinte, un Francisco Scott poseía tierras en Ortiz, cerca de Guesipo y se hizo compadre de mi abuela María Esperanza Pérez Salvatierra, junto con la pariente Narcisa Pérez, tía de mi abuela, por “echarle el agua” al tío Epifanio de los Reyes Pérez, el popular “reyito” que aún vive con nosotros.

Bibliografía consultada


BOTELLO, OLDMAN (1998).Los Tiznados: orígenes de San Francisco y San José de Tiznados. Caracas: Congreso de la República. Ediciones de la Cámara de Diputados.

BOTELLO, OLDMAN (2004). El linaje Fuentes Ceballos de Landazuri de Villa de Cura y sus entronques. Trabajo de incorporación como Miembro de Número del Instituto Venezolano de Genealogía. Serie Cuadernos de Genealogía.

DONÍS, MANUEL (2007). Ezequiel Zamora. Caracas: Biblioteca Biográfica Venezolana.

RODRÍGUEZ, ADOLFO (1977). Ezequiel Zamora. Caracas: Ministerio de Educación.

SCOTT, DANIEL (2012). Remembranza de familia. San Juan de los Morros: Ediciones El Perro y la Rana.

VANNINI DE GERULEWICZ, MARISA (2001). La primera inmigración italiana en Venezuela: alineación de los derechos humanos, historia de un reiterado atropello. Caracas: Revista Tierra Firme, No.76, año 19, Vol.XIX; pp.619-630.

VILORIA VERA, ENRIQUE (2020, 25 de octubre). Ezequiel Zamora: De huérfano menesteroso a boyante pulpero. La Patilla. https://www.lapatilla.com/2020/10/25/ezequiel-zamora-de-huerfano-menesteroso-a-boyante-pulpero-por-enrique-viloria-vera/

José Obswaldo Pérez es periodista, docente universitario e historiador venezolano. Editor de la Revista Fuego Cotidiano

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