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La hora del Ángelus

— Infundid, Señor, vuestra gracia en nuestras almas, para que, pues hemos creído la Encarnación de vuestro Hijo y Señor nuestro Jesucristo anunciad…

Bajo el ocaso de las estrellas

por José Obswaldo Pérez AQUELLA NOCHE el cielo anunciaba tempestad. No había estrellas. Era 1910. El suceso del Halley había pasado desapercibido…

ENTIERROS DE MUERTOS VIVOS

- Es mejor morir, Ángela, que mal está sufriendo. No te voy a llevar a casa; sé que eres mi esposa, pero tendré que hacerlo, no valdrán tus quejidos;…