Las mujeres y el sexo casual

Nuevas investigaciones sugieren que las mujeres rechazan el sexo casual por una buena razon: sospechan que no van a disfrutarlo

Por Prodavinci | 10 de Abril, 2011
La psicóloga de la Universidad de Michigan Terri Conley escribió en un reciente artículo que “cuando a las mujeres se les presentan propuestas de alguien que equivale a seguridad y destreza sexual, estarán tan dispuestas a tener sexo casual como los hombres”. Sus estudios indican que la mujer, como el hombre, está motivada por la búsqueda del placer cuando entran en el área sexual. Es sólo que es menos probable que las mujeres queden satisfechas por un encuentro sexual corto y lo saben.

Esto, según la investigadora, no tiene nada que ver con la tesis conservadora Sexual Strategies Theory donde se sostiene que las mujeres deben ser exigentes con sus parejas sexuales porque buscan un hombre que esté dispuesto a quedarse con ellas y proveer apoyo durante la crianza de sus hijos. Ella apunta a un nuevo acercamiento llamado Pleasure Theory (teoría del placer) y afirma que “la búsqueda del placer es la fuerza central que motiva el comportamiento sexual” y que la reproducción es un subproducto de este esfuerzo. “Si los humanos tienen encuentros placenteros, suficientes casos de coitos vaginales terminarán asegurando la sobrevivencia de la especie”, dice. En otras palabras, las mujeres y los hombres solo quieren divertirse y la biología se ocupa del resto.

Los hombres casi pueden garantizarse el placer sexual si están con alguien que encuentran atractiva. Pero Conley cita a un nuevo descubrimiento de la socióloga Elizabeth Armstrong donde se encontró que “las mujeres sólo llegan al orgasmo 35% de las veces en el primer encuentro sexual” un número mucho menor comparado con los hombres. “La percepción de las mujeres es que es improbable que parejas sexuales casuales les garanticen placer”, dice Conley.

Conley también notó que las mujeres tienden a estar más preocupadas por agresiones sexuales, un miedo que hace los encuentros sexuales casuales más arriesgados. Sin embargo, cuando remueves la variable y le das la opción de un encuentro casual que será completamente seguro y placentero, son tan receptivas como los hombres.
domingo, abril 10, 2011

‘Copy’, ‘paste’ y plagio

Hoy, ni siquiera es necesario leer con cuidado lo que se copia y pega. Tan extendida es la costumbre, que las alarmas suenan desde hace una década: el plagio en Internet se ha vuelto un recurso desesperado entre los estudiantes y entre no pocos profesionales urgidos de resultados académicos. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros?

Oscar Callazos, escritor y periodista colombiano
Por Óscar Collazos |PRODAVINCI
La más sencilla definición de plagio dice que es “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Y eso es lo que Internet -dios y demonio de nuestra civilización- está facilitando: una más grande inclinación a la impostura y a la simulación. La biblioteca del mundo que se concentra y expone en la web es también una biblioteca expuesta al saqueo de simuladores grandes y pequeños.

Antes -no creo que todo tiempo pasado haya sido mejor- había que tomarse la molestia de ir a la biblioteca, buscar el tema, leer en las fuentes y reproducir con buena letra lo copiado. Aparecieron después las fotocopias y la posibilidad de burlar los derechos de autor, operación en la cual participaron educadores y educandos. Pero todavía se seguía leyendo y no era frecuente ni tan fácil presentar como propios textos de otros para beneficiarse en las pruebas académicas.

Hoy, ni siquiera es necesario leer con cuidado lo que se copia y pega. Tan extendida es la costumbre, que las alarmas suenan desde hace una década: el plagio en Internet se ha vuelto un recurso desesperado entre los estudiantes y entre no pocos profesionales urgidos de resultados académicos. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros?

Suelo empezar mis cursos diciendo que toda perfección me parece sospechosa; que desconfiaré de las coincidencias y que, casi por amor propio, seré implacable en la sanción del plagio. Les digo a mis alumnos que preferiría el método, digamos ecléctico, de copiar y pegar fragmentos de manera inteligente. Con este procedimiento se puede conseguir una pequeña obra propia, hecha con fragmentos ajenos.

Digo lo anterior en broma, pero también en serio. Como docente, aprecio el esfuerzo del estudiante que se toma la molestia de saber qué quiere escribir y decir, que “presta” pedazos de información y argumentación a otros y que, finalmente, mezcla en la batidora los ingredientes de su coctel. Si lo hacen numerosos artistas y les va bien en el mercado, ¿por qué no hacerlo en el aprendizaje de la escuela?
El plagio es otra cosa. Primero, es un autoengaño; segundo, es un intento de engatusar al docente; tercero, es un fraude, y, por último, quien comete fraude supone que quien recibe esa moneda falsa -el docente- es un tonto que nunca se dará cuenta de la estafa.

Es posible que existan docentes tontos (o perezosos y negligentes) y estudiantes más listos que ellos, pero lo que no se puede olvidar es que Internet ofrece herramientas para cometer “crímenes” y también para investigarlos. Y no existe ningún “crimen” de lesa honestidad más fácil de investigar que un plagio en la red. Para detectarlos, basta copiar una frase del texto y llevarla a un buen motor de búsqueda.

La explicación más fácil de esta mala costumbre lleva a decir que los jóvenes no han sido educados en el respeto a valores como la honradez, por ejemplo. Que en nuestra sociedad, entre personas llamadas a ser ejemplo de transparencia, se cometen grandes estafas a la comunidad; que hay fraudes en la justicia y en los negocios, acciones repugnantes en los gobernantes y… en fin, que el mundo en que vivimos no es el más limpio de los mundos y, menos, un mundo que pueda servir de espejo a los jóvenes.

No pretendo ser predicador ni vaticinar que, por el camino de la impostura y el fraude, un joven de ahora será dentro de poco un profesional inescrupuloso que “copiará y pegará” conductas ajenas. Quiero señalar, simplemente, que las costumbres reprobables tienden a empeorar y a convertirse en faltas leves cuando no tienen la sanción oportuna.

salypicante@gmail.com

FUENTE: eltiempo.com

Óscar Collazos (Bahía Solano, 1942), es un escritor, periodista, ensayista y crítico literario colombiano.
jueves, abril 07, 2011

Puepe, rastrojos de historia

Foto de Wikimedia Commons 
Por José Obswaldo Pérez
Puepe debe su nombre al topónimo de una quebrada. Al parecer es voz indígena (caribe) que, según Oldman Botello, significa conuco viejo, rastrojo. Desde el punto de vista geo histórico, Puepe fue un importante caserío del municipio Ortiz, núcleo inicial del poblamiento humano  que dio origen, composición y fundación del pueblo de Santa Rosa de Lima de Ortiz en el siglo XVIII.

Las primeras familias – descendientes de los primeros conquistadores y pobladores de la Provincia de Caracas- se establecieron allí. Y, en ese sitio, se introdujo las primeras crías de ganado vacuno en los llanos de Guárico.

Puepe fue otra de las posesiones o partidos de Ortiz, como lo fue Las Cañadas, San Antonio y Tiznados. En los viejos documentos, se le denomina Valle de Puepe y comprendía dos leguas de tierra.

Esta posesión fue otorgada en composición por Real Cedula del Rey a sus primeros fundadores y adjudicadas más tarde a doña Inés María Loreto de Silva y Quijano- conocida simplemente como doña Inés de Silva-. Una encomendera, dueña de tierras desde el Valle de Caracas, Aragua y Guárico; ganadera y propietaria de esclavos.

Doña Inés María de Silva fue hija legítima de  Capitán don Luis José Loreto de Silva y Ramírez de León y de doña María Quijano y Rodríguez Méndez del Toro. Había nacido en Caracas en 1664 y falleció en la misma localidad,  el 27 de enero de 1742[1].  Casó el 11 de julio de 1677[2] con Fernando Manuel de Tovar  y  Pacheco Maldonado[3]. Tovar y Pacheco era viudo de doña Mariana Mijares de Solorzano y Hurtado de Monasterio, con quien había heredado como dote de su mujer el Hato La Montuosa, en Tiznados[4].

En un expediente de 1741, relativo a la composición pedida por Doña Inés María de Silva de dos posesiones de tierras nombradas Puepe y La Montuosa, jurisdicción de San Sebastián de los Reyes, se señala a Puepe como “antigua posesión que sus abuelos y demás accendientes an tenido”,[5] lo cual se deduce que estas tierras habían pertenecido al Capitán Bernabé Loreto de Silva, Maestre Campo, Alcalde Ordinario de Caracas y Capitán General de la Provincia de Venezuela.

Puepe  es un caserío de historias y leyendas. De aquellos relatos como la de Los Encarbonados, llamado a un grupo de hombre que debieron su nombre a la circunstancia de andar con el rostro cubierto de hollín, para no ser reconocidos. También los llamaban pueperos, por ser, en su mayor parte,  oriundos de Puepe[6].


Fuentes

[1]Su partida de defunción se encuentra en el archivo de la catedral, Libro 15 de entierros, folio 170. Ver LLORÉNS CASANI, MILAGRO SONIA Y OTROS (2001). Genealogía de familias venezolanas: Volumen 2, p. 224
[2] Libro 3 de matrimonios, folio 56
[3] CAPRILES, ALEJANDRO MARIO (1967). Coronas de Castilla en Venezuela, p.195
[4] ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. Sección Civil. Tomo 304, Expediente No. 4, Año 1741
[5] Ob.cit
[6] MACHADO, JOSÉ EUSTAQUIO (1919).Cancionero popular venezolano: cantares y corridos, galerones glosas: con varias notas geográficas, históricas y lingüísticas, para explicar o aclarar el texto. (Contribución al folklore venezolano.) Caracas: Emp. El Cojo, p. 31
lunes, abril 04, 2011
← Newer Older →