Semblanzas /Lourdes Guillermina Castillo Mier y Terán “Doña Guillermina”

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Las primeras letras las aprende Lourdes Guillermina, de las enseñanzas de su mamá, quien junto a otros niños enseñaba en ese apartado lugar. A los siete años se mudan al pueblo más cercano: Guayabal; los caminos que unían esos lugares eran trochas con pasos de quebradas y ríos, los medios de movilización eran bestias (caballos, mulas) y una que otra carreta.


Por Fernando Rodríguez Mirabal (*)

En un mundo convulsionado por la I Guerra Mundial, en una Venezuela rural y pastoril y ya iniciada la dictadura Gomecista, en un pequeño rincón del Estado Guárico, más allá de Guayabal, pasando por Caño el Diablo, específicamente en el pueblo de Cazorla; en un hogar conformado por: Don Hermógenes Castillo y Doña Mercedes Mier y Terán de Castillo en un casita ubicada en un campo cercano al pueblo Cazorleño nace un 20 de enero de 1.915 una hermosa niña a quien le pusieron por nombre Lourdes Guillermina, la menor de cinco hermanos: Braulio, el mayor; Luis, padre del General Luís Hermógenes Castillo Castro, relevante figura, de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales; Mercedes Castillo de Arana y María Castillo de Jaspes.

Las primeras letras las aprende Lourdes Guillermina, de las enseñanzas de su mamá, quien junto a otros niños enseñaba en ese apartado lugar. A los siete años se mudan al pueblo más cercano: Guayabal; los caminos que unían esos lugares eran trochas con pasos de quebradas y ríos, los medios de movilización eran bestias (caballos, mulas) y una que otra carreta. Allí vivieron varios años, su padre se encontraba escondido y exilado por enemigo del régimen y gracias a un indulto otorgado por un General de apellido Jurado, lo libera y lo envía junto a sus familia a vivir a Mene, un pueblito del Estado Falcón, allí instala un pequeño comercio con venta de telas y víveres. Luís, uno de sus hermanos inicia estudios de contabilidad y ella aprende a cortar y coser trajes para damas y caballeros, a parte de trabajar en los oficios del hogar: cocinar, bordar y tejer a los veintiún años de edad se viene, junto a su hermano Braulio y sus padres a una siembra en Cantagallo, pero al poco tiempo se trasladan a vivir a San José de Tiznados con su hermano que lo designaron Prefecto de esa población por el entonces Gobernador del Estado Guárico, el Doctor Zamora.


Poco tiempo después se mudan a Valencia donde muere el Señor Hermógenes Castillo, su papá y allí nace su primera hija Dilia.


En el año 1.945, conoció al gran amor de su vida a Jesús María Camejo González, un hombre de tez morena y de mediana estatura, nativo de Río Chico, quien era Asistente de Farmacia y gran conocedor de Botánica, hoy medicina naturista; bohemio, complaciente, educado y de gran sensibilidad humana; se une a él y nacen sus primeros hijos los morochos: Socor y Gisela, el primero Técnico Agropecuario (jubilado) y la segunda Técnico en Seguros, residenciada en un gran caserón de la avenida Bolívar de Ortiz propiedad del señor Justo Flores. El señor Camejo fue perseguido por la Seguridad Nacional por su condición de adeco. Se va un tiempo a San Juan de los Morros, donde nace su hijo José Eusebio (el popular Camejito) hombre de una vida publica y política agitada: fue presidente de la Junta Comunal orticeña, dos veces Alcalde de Ortiz y Diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Guárico, llegando a ser su Presidente donde fue jubilado, incansable luchador social y muy arraigado al quehacer y el bienestar de su muy querido pueblo de Ortiz. Luego nace su hijo menor Pedro José.

Ya entrado los años 1.950 el Señor Camejo adquiere dos propiedades en su muy querido Ortiz, el cual tomó como su segunda cuna: una casita ubicada en la entrada de Bucaral, frente a la casa que fue propiedad de la familia Ruppert y diagonal a la casa del Señor Felipe Blanco, allí vivió hasta su muerte en compañía de su esposa y de sus hijos. También adquirió un lote de terrenos muy queridos por él, donde tenía sembrado árboles y plantas de todas las especies, ese sitio lo llamaba “E1 Riego” y también le decía: “Delicias”; allí tenía su consultorio naturalista y fundó una de las primeras galleras que se construyeron en Ortiz.

Doña Guillermina pierde a su muy querido Camejo un 2 1 de septiembre de 1.973, víctima de una debilidad coronaria.

Doña Guillermina ha sido siempre una mujer muy trabajadora y cristiana, elaboraba para la venta: hallacas, pan de horno, galletas, pan y su especialidad un dulce de ciruelas que envasa con su propia receta, el cual dura más de un año. Consiste en hacerlo, dice ella, bien cargado de azúcar y papelón con sus especies, luego lo envasa en un frasco el cual le cubre la parte bordial del mismo y sobre el dulce le coloca vela derretida (esperma) y luego lo tapa, lo que le permite la larga duración. Lo certificó ya que he saboreado ese exquisito dulce, en varias oportunidades.

Hoy Doña Guillermina se siente muy feliz y agradecida a Dios por su larga vida, su único problema son dolencias en ambas piernas, que le impiden caminar. Sus hijos están todos felizmente casados; tiene 32 nietos y 20 bisnietos. Cuando hablé con ella para solicitar su autorización para hacerle esta semblanza, la encontré leyendo sin lentes, el diario E1 Nacionalista y me dijo que le gustaba mucho leer: Ultimas Noticias, El Nacional y El Aragüeño, aparte de la Biblia, la cual lee todos los días.

Actualmente vive en su vieja casita de Malariología, ubicada en el callejón N° 03 de la Avenida Roberto Vargas, quien fue su gran amigo. Me dijo: esta casita me la dio Raúl Leoni, afirmando, ¡Qué Presidente más bueno! Entre sus grandes amigas recuerda a Rosita Vegas, quien fue como su hermana, a mi madre María José de Rodríguez, María de la Cruz de Sojo, entre otras.

El pasado 20 de enero, Doña Guillermina cumplió 92 años los cuales celebró en grande, en compañía de todos sus familiares y amigos.

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[*] Profesor jubilado. Autor de la columna Semblazas Orticeñas, que sale todos los viernes en el Diario El Nacionalista de San Juam de los Morros.Cronista Municipal de Ortiz.

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