Los pasos de la Reedificación
LA NUEVA IGLESIA se construyó en el centro de la población, con el frente destinado a la plaza y la calle principal. Era el primer punto urbano que, con el tiempo, se fue extendiendo con sus espacios cuadriculados, hacia el oeste y sur de la población. Su construcción se inició a finales del siglo XVIII, tan pronto los orticeños fueron autorizados por el Obispo Mariano Martí. De esta fecha se comenzó un proceso de reestructuración urbanística en Ortiz, bajo el estilo hispánico. Todos los rastros del núcleo inicial del primitivo caserío desaparecen sin dejar huellas. De allí que se empieza una estabilización urbanística con el surgimiento de casas solariegas, con techo de tejas, amplios ventanales y fuerte construcciones de mampostería, cuyas tapias abarcan hasta tres solares[1].
Uno de los artífices de este desarrollo urbanístico va a ser el prebístero bachiller Don Francisco Javier García Castillo, cura párroco de Ortiz y Clérigo domiciliario del Arzobispado de Caracas, nombrado el 11 de febrero de 1789; pero, tomó posesión de la parroquia a principios del mes de abril de 1789. El nuevo párroco, según el historiador Oldman Botello, Cronista de Maracay, va a llevar a cabo una obra de civilización a la parroquia Santa Rosa de Lima, especialmente en la reparación y construcción del nuevo templo de Ortiz. Además, el párroco fomentará la edificación de “varias casas de tejas” para contribuir en el poblamiento de la comunidad[2].
De acuerdo con documentos de la Iglesia, en febrero de 1810, García Castillo daba cuenta sobre “un hermoso templo” que habían levantado los habitantes y su párroco de aquella población. Dice, también, que a sus espesas se construyó “un puente de cal y canto y madera con terraplén y empedrado (...) para transitar una quebrada que corre por el centro de el”. Igualmente, comenta el prelado que en el sitio de Paya Abajo, se fabricó una capilla para facilitar a los vecinos de esa localidad la frecuencia del Santo Sacrificio de la Misa[3].
Precisamente, el Padre José Ayala dejó escrito en su relación de 1844, que ya existía " una nueva iglesia de una sola nave construida de paredes y rafa, un techo de obra limpia, con bautisterio, coro, sacristía y campanario con sus dos campanas útiles"[4].
De este modo, se proyectó la Iglesia Santa Rosa de Lima. En un principio, se había pensado de tres naves; pero, primero, se construyó la nave central, con techo de madera, teja y piso enladrillado. En efecto, más tarde, el gobierno nacional mediante un decreto de fecha del 26 de mayo de 1866, había aprobado auxiliar a la fábrica con cuatro mil bolívares[5] para culminar con las infraestructuras que aún faltaban.
Estos recursos no se cristalizaron sino un año después. En otra resolución de 18 de mayo de 1867, el Gobierno ordena la erección del templo, a petición de las autoridades locales; y, para tal fin, se designó una partida presupuestaria de Bs. 4.000 para el acometimiento de la obra que estaba a la disposición del Concejo Municipal y del párroco Juan Bautista Franceschini.
Dice el decreto:
“Por disposición del Consejero de la Presidencia de la República, se auxilia la fabrica de la Iglesia de Ortiz (Estado Guzmán Blanco), en la cantidad de cuatro mil bolívares (Bs.4.000, 00) que será entregada, por una sola vez, con cargo al ramo de obras públicas, al Venerable Cura párroco de aquella iglesia, señor Prebístero Juan B. Franceschini” [6]
No obstante, las promesas políticas sobre la construcción del nuevo templo terminaron siendo vanas. Diversos factores se habían opuesto a ese anhelo colectivo. Fue años más tarde, cuando el General Joaquín Crespo Torres, ordenó la reedificación del actual templo, admiración hoy de feligreses y turistas. En 1885, el gobierno nacional mandó hacer la proyección de la iglesia de Ortiz, la cual realizó el arquitecto Juan Hurtado Manrique[7] y con él, como asistente, su discípulo Alejandro Chataing.
Es por ello que, en enero de 1886, la Junta de Fomento, bajo la presidencia del presbítero Juan Bautista Franceschini, se dedicó con esfuerzo rescatar la iglesia, la cual se hallaba en "desmejoradas" condiciones por la "presión del tiempo". Dicha Junta, además, se encargó de recolectar fondos entre los vecinos, con lo cual reunió un total de 500 pesos que, en gran parte, ayudaron para comenzar la recuperación del templo.
Ricardo Núñez Gómez, joven periodista y educador cumanés residenciado en Ortiz - por iniciativa del gobierno de Antonio Guzmán Blanco, quien promovía la educación gratuita-, daba cuenta del mal estado en que se encontraba el templo orticeño, en el periódico El Indicador de Villa de Cura. Sin duda, aquellas notas periodísticas motivaron al presidente de la República, el general Joaquín Crespo Torres se comprometiera - durante una visita al pueblo de Ortiz, el 13 de mayo de 1886- a emprender “… toda su ascendente en la administración actual de país, para que el Tesoro Nacional erogase inmediatamente la cantidad de mil pesos, como contingente (...) a la reedificación del templo de esta ciudad".
Dice Núñez Gómez, en otro artículo publicado en El Progreso de Calabozo que, para junio de ese año, el gobierno ya había desembolsado los mil pesos prometidos y los mismos habían ingresado a la tesorería de la Junta Inspectora de la Fabrica de la Iglesia.
El 8 de diciembre de 1896, el presbítero Franceschini señala - en una carta dirigida al MOP-, los adelantos de la reedificación, mencionando que faltaba el techado y que los trabajos se habían interrumpidos desde 1895. "En esta obra se ha invertido (aproximadamente, hasta el último del mes próximo pasado) veinticinco mil pesos o sean cien mil bolívares", apunta el emprendedor sacerdote.
Más adelante el párroco destaca que " para poner este edificio a punto de techarlo, falta pues, concluir el presbiterio y cuatro columna con cinco arcos por cada lado de la nave del centro", acota.
Se desprende en la misma misiva del Padre Franceschini que el edificio se había principiado a construir en el mes de julio de 1886. A finales de 1888 estaba terminado todo el frente y casi todas las paredes laterales de la nave derecha e izquierda, siguiendo el plano del ingeniero Hurtado Manrique. Hurtado Manrique concibió la obra en el denominado estilo neoclásico y según la tradición, el diseño era una replica de una Basílica de Roma. Lamentablemente, Hurtado Manrique murió antes de culminar la iglesia, quedando construida parcialmente.
Uno de los artífices de este desarrollo urbanístico va a ser el prebístero bachiller Don Francisco Javier García Castillo, cura párroco de Ortiz y Clérigo domiciliario del Arzobispado de Caracas, nombrado el 11 de febrero de 1789; pero, tomó posesión de la parroquia a principios del mes de abril de 1789. El nuevo párroco, según el historiador Oldman Botello, Cronista de Maracay, va a llevar a cabo una obra de civilización a la parroquia Santa Rosa de Lima, especialmente en la reparación y construcción del nuevo templo de Ortiz. Además, el párroco fomentará la edificación de “varias casas de tejas” para contribuir en el poblamiento de la comunidad[2].
De acuerdo con documentos de la Iglesia, en febrero de 1810, García Castillo daba cuenta sobre “un hermoso templo” que habían levantado los habitantes y su párroco de aquella población. Dice, también, que a sus espesas se construyó “un puente de cal y canto y madera con terraplén y empedrado (...) para transitar una quebrada que corre por el centro de el”. Igualmente, comenta el prelado que en el sitio de Paya Abajo, se fabricó una capilla para facilitar a los vecinos de esa localidad la frecuencia del Santo Sacrificio de la Misa[3].
Precisamente, el Padre José Ayala dejó escrito en su relación de 1844, que ya existía " una nueva iglesia de una sola nave construida de paredes y rafa, un techo de obra limpia, con bautisterio, coro, sacristía y campanario con sus dos campanas útiles"[4].
De este modo, se proyectó la Iglesia Santa Rosa de Lima. En un principio, se había pensado de tres naves; pero, primero, se construyó la nave central, con techo de madera, teja y piso enladrillado. En efecto, más tarde, el gobierno nacional mediante un decreto de fecha del 26 de mayo de 1866, había aprobado auxiliar a la fábrica con cuatro mil bolívares[5] para culminar con las infraestructuras que aún faltaban.
Estos recursos no se cristalizaron sino un año después. En otra resolución de 18 de mayo de 1867, el Gobierno ordena la erección del templo, a petición de las autoridades locales; y, para tal fin, se designó una partida presupuestaria de Bs. 4.000 para el acometimiento de la obra que estaba a la disposición del Concejo Municipal y del párroco Juan Bautista Franceschini.
Dice el decreto:
“Por disposición del Consejero de la Presidencia de la República, se auxilia la fabrica de la Iglesia de Ortiz (Estado Guzmán Blanco), en la cantidad de cuatro mil bolívares (Bs.4.000, 00) que será entregada, por una sola vez, con cargo al ramo de obras públicas, al Venerable Cura párroco de aquella iglesia, señor Prebístero Juan B. Franceschini” [6]
No obstante, las promesas políticas sobre la construcción del nuevo templo terminaron siendo vanas. Diversos factores se habían opuesto a ese anhelo colectivo. Fue años más tarde, cuando el General Joaquín Crespo Torres, ordenó la reedificación del actual templo, admiración hoy de feligreses y turistas. En 1885, el gobierno nacional mandó hacer la proyección de la iglesia de Ortiz, la cual realizó el arquitecto Juan Hurtado Manrique[7] y con él, como asistente, su discípulo Alejandro Chataing.
Es por ello que, en enero de 1886, la Junta de Fomento, bajo la presidencia del presbítero Juan Bautista Franceschini, se dedicó con esfuerzo rescatar la iglesia, la cual se hallaba en "desmejoradas" condiciones por la "presión del tiempo". Dicha Junta, además, se encargó de recolectar fondos entre los vecinos, con lo cual reunió un total de 500 pesos que, en gran parte, ayudaron para comenzar la recuperación del templo.
Ricardo Núñez Gómez, joven periodista y educador cumanés residenciado en Ortiz - por iniciativa del gobierno de Antonio Guzmán Blanco, quien promovía la educación gratuita-, daba cuenta del mal estado en que se encontraba el templo orticeño, en el periódico El Indicador de Villa de Cura. Sin duda, aquellas notas periodísticas motivaron al presidente de la República, el general Joaquín Crespo Torres se comprometiera - durante una visita al pueblo de Ortiz, el 13 de mayo de 1886- a emprender “… toda su ascendente en la administración actual de país, para que el Tesoro Nacional erogase inmediatamente la cantidad de mil pesos, como contingente (...) a la reedificación del templo de esta ciudad".
Dice Núñez Gómez, en otro artículo publicado en El Progreso de Calabozo que, para junio de ese año, el gobierno ya había desembolsado los mil pesos prometidos y los mismos habían ingresado a la tesorería de la Junta Inspectora de la Fabrica de la Iglesia.
El 8 de diciembre de 1896, el presbítero Franceschini señala - en una carta dirigida al MOP-, los adelantos de la reedificación, mencionando que faltaba el techado y que los trabajos se habían interrumpidos desde 1895. "En esta obra se ha invertido (aproximadamente, hasta el último del mes próximo pasado) veinticinco mil pesos o sean cien mil bolívares", apunta el emprendedor sacerdote.
Más adelante el párroco destaca que " para poner este edificio a punto de techarlo, falta pues, concluir el presbiterio y cuatro columna con cinco arcos por cada lado de la nave del centro", acota.
Se desprende en la misma misiva del Padre Franceschini que el edificio se había principiado a construir en el mes de julio de 1886. A finales de 1888 estaba terminado todo el frente y casi todas las paredes laterales de la nave derecha e izquierda, siguiendo el plano del ingeniero Hurtado Manrique. Hurtado Manrique concibió la obra en el denominado estilo neoclásico y según la tradición, el diseño era una replica de una Basílica de Roma. Lamentablemente, Hurtado Manrique murió antes de culminar la iglesia, quedando construida parcialmente.
Para principios de 1893, durante una inspección de los trabajos de construcción, los ingenieros Jesús Muñoz Tebar y Mister Block examinaron y aprobaron la obra por su solidez y clase de material usado en ella. En la fábrica se había invertido aproximadamente 25.000 pesos o sea, 100 Mil.
NOTAS
[1] RODRIGUEZ DELLAN, E (1974): Dinámica Geográfica de un Pueblo. Contribución al estudio de la Evolución Urbana de Ortiz. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Mimeografiado pp. 19-20
[2] BOTELLO, ODMAN (2005): El Padre Francisco García Castillo: Un civilizador en Ortiz. Siglo XVIII-XIV. Ortiz: Encuentro de Historiadores y Cronistas de Ortiz
[3] MARCO DORTA, ENRIQUE (1967). Materiales para la Historia de la Cultura en Venezuela 1523-1828. Caracas-Madrid., p 547
[4] ACHIVO ARZOBISPAL DE CARACAS. Inventario de la Iglesia de Ortiz. Sección Parroquia y Matrícula, Ortiz.
[5] ARCHIVO DEL CONGRESO NACIONAL. Tomo 12, p 600. No. 3628
[6] Ídem, tomo 4, p592.No.1585.
[7] Nació en Caracas el 23 de Enero de 1837 y murió en la misma ciudad el 17.7.1896. Fue un destacado arquitecto venezolano, quien estuvo involucrado en importantes proyectos arquitectónicos desarrollados en diferentes regiones del país, entre mediados y fines del siglo XIX. Fueron sus padres Nepomuceno Hurtado y Soledad Manrique.