La vista del Obispo Mariano Martí a Valle de la Pacua
UNESR / CRONISTA DE VLP
El obispo Mariano Martí, nacido en España en 1721, doctor en Derecho Civil y Eclesiástico, presidió la Diócesis de Venezuela desde 1770 hasta el año de su muerte, ocurrida en Caracas en 1792. Entre 1772 y 1784 visitó casi todo el territorio de la Provincia de Caracas, inspeccionando personalmente las iglesias parroquiales, capillas, oratorios y conventos, en las ciudades, villas, pueblos, lugares, doctrinas, misiones, sitios, haciendas y hatos de Tierra Firme.
La larga visita del Obispo fue registrada en innumerables folios. Mariano Martí fue meticuloso y prolijo como un naturalista, antecesor de Alejandro de Humboldt, en su recorrido por la Venezuela pecaminosa de la segunda mitad del siglo XVIII, va describiendo el paisaje, los topónimos, los lugares y sitios por donde pasa, la estación del año, las clases sociales, así como el tipo de construcción y el estado y la dotación de las iglesias, capillas, oratorios y altares.
Día 9 de febrero de 1783, salimos del pueblo de Tucupido, a las tres y cuarto de la tarde, y llegamos a las nueve y cuarto al sitio nombrado el Valle de la Pascua, en la casa o hato de don Juan González Padrón, ocho leguas largas. En el camino no deja de haber algunas quebradas, que ahora están secas, y también hay algunas montañuelas o arboledas, que hacen algo penoso el camino. El día 10 de febrero de 1783, salimos de dicho Valle de la Pascua, o hato a las tres y media de la tarde, y llegamos a las ocho y tres cuartos de la noche a este pueblo de Chaguaramas, distante ocho leguas largas. El camino, llano y bueno. En el Valle de la Pascua, en el dicho hato o casa de González Padrón, en uno de sus aposentos, hay una Capilla con su altar, en donde no se ha celebrado Missa desde que murió el señor Madroñero (el obispo Diego A. Diez Madroñero, murió en Valencia en 1769), y servía para desde allí ministrar el Santíssimo Viático a los que viven inmediatos. Antes de llegar a este pueblo (Chaguaramas), como a unas tres leguas, poco más o menos, pasamos el sitio llamado La Tigrera, hato o casa de don Vicente Rodríguez Camejo, y en el corredor abajo hay una Capilla y altar en donde no se dice Missa desde que murió el señor Madroñero, y tal vez servirá para ministrar el Santíssimo Viático a los enfermos inmediatos. La capilla del Valle de la Pascua está cubierta de palma, pero la de La Tigrera está cubierta de teja como toda la casa. La del Valle de la Pascua es bajo la invocación de San Felipe Neri, y la de La Tigrera es bajo la invocación de San Antonio de Padua, pero el sitio de La Tigrera es o lo llaman de Santa Ana.
Desde el día 9 de febrero que sale de Tucupido hasta el día 14 de marzo de 1783, cuando abandona Chaguaramas con rumbo hacia el pueblo de Lezama en el Orituco, transcurren un mes y dos días, era pleno verano, al igual que en los demás pueblos y lugares de la Provincia de Venezuela que visitó, observó y corrigió los métodos empleados en la enseñanza de la doctrina cristiana, tanto en poblados criollos como en misiones y pueblos de adoctrinamiento. Fue riguroso y severo en la corrección de las distintas clases sociales: indios, pardos, negros y blancos. Aunque se dice que fue benigno en sus enmiendas, no vaciló en apelar al “brazo secular”, es decir, a la fuerza pública, y hasta a la cárcel, para someter a los incorregibles.
Bernardino Requena, blanco, soltero, vive mal con una mulata, hija de Joseph Matute, soltera. Ambos viven en el Valle de la Pascua, inmediatos, y ella y su padre viven en una tierra que el dicho Bernardino les dio, o les permitió que viviesen en dicha tierra, porque dichos padre e hija son unos pobres. En presencia de este Cura queda prevenido este Teniente de Justicia Mayor de mandar (para cuyo efecto está ya llamado) al dicho Requena que saque de sus tierras al dicho Joseph Matute y a su hija, y que sino la saca luego, los sacará el mismo Teniente.
Joseph Fernández, blanco, casado, vive mal con una samba que tiene en su casa del Socorro, distante de acá como unas veinte leguas. Queda prevenido este Teniente de Justicia Mayor de sacar de la casa de dicho Fernández, y sus contornos a la dicha samba, y será conveniente ponerla acá en este pueblo (Chaguaramas) en alguna casa honrada y la mantengan.
Andrés Arévalo, mestizo o mulato, soltero, vive mal con Francisca Arévalo, su prima hermana, soltera. Ambos viven en el Valle de la Pascua, en casas inmediatas, como a distancia de unas tres o cuatro cuadras. Queda prevenido este Teniente, en presencia de este Cura, de quitar de esta jurisdicción o Parroquia al dicho Andrés y de ponerlo en la cárcel, siempre que volviere sin ser casado con otra mujer o sin traer dispensa, que será difícil conseguirla, para casarse con la dicha Francisca.
Las autoridades de Chaguaramas responsables de cumplir las instrucciones dadas por el obispo Martí, en su visita, eran: cura Joseph Antonio Cabrera, teniente justicia mayor, don Nicolás Arzola y juez de llanos, don Nicolás Gutiérrez.
De la visita del obispo Martí, la decisión más importante, fue la creación de la nueva Parroquia o Curato del Valle de la Pascua:
He concedido licencia para que con motivo de ministrar el Viático a los enfermos de una legua, se celebre Missa en los Oratorios del Valle de la Pascua y de La Tigrera…, y también para el mismo fin del Viático en los Oratorios de Belén y de Santa Juana, que todos son de esta Parroquia… Conviene que en el dicho Valle de la Pascua se erija una nueva Parroquia, y para esto tiene don Ilario tomada la razón y noticias convenientes.
Vinieron luego las diligencias de mensura y trámites, en los cuales intervinieron representantes del Rey Carlos III de Borbón, del Obispo, proceso que concluye el 10 de febrero de 1785, cuando comienza solemnemente el Curato de Nuestra Señora de la Candelaria del Valle de la Pascua. Don Nicolás Casimiro de Arzola y Betancourt, Teniente Justicia Mayor de Chaguaramas, representa al gobernador Manuel González de Navarra en el acto de creación del Curato, el cual constituye el acto oficial del nacimiento de Valle de la Pascua como pueblo. El primer párroco designado para conducir los destinos del nuevo curato, fue el presbítero Domingo Lander.
LA CALLE MARTÍ
El obispo Mariano Martí es recordado en Valle de la Pascua, a través de la eponimía de la Calle Martí, calle de corta extensión, apenas tres cuadras, localizada en la urbanización Guamachal. En sentido Norte-Sur, nace en las inmediaciones de la calle Los Pinos, frente a la vivienda de doña Rosa Padrón de Pérez (Familia Pérez Padrón) y finaliza en la avenida Circunvalación, al frente de la entrada principal del Instituto Universitario de Tecnología de Los Llanos.
REFERENCIAS
DE ARMAS CHITTY, J. A. (1979). Historia del Guárico 1532-1800. Tomo I. San Juan de los Morros: Universidad Rómulo Gallegos. p. 156.
HERNÁNDEZ G. Felipe. (2006): Historia de Valle de la Pascua. En los Llanos del Guárico. 1725-2000. Caracas: Tipografía de Miguel Ángel García e hijo. p. 164.
MARÍN, Carlos Alfredo. (2010): “La visita del Obispo. La Venezuela pecaminosa de don Mariano Martí”. Memorias de Venezuela Nº 13. Caracas: Ministerio del PPP la Cultura / Centro Nacional de Historia. Abril 2010. p. 15.
MARTÍ, Mariano. (1998): Documentos Relativos a su Visita Pastoral de la Diócesis de Caracas. Tomo II. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. Tercera Edición. pp. 488-494.
En Valle de la Pascua, a los dieciséis días del mes de julio de 2011.