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Es navidad


FELIPE HERNÁNDEZ G.

La Navidad en Venezuela, al igual que en la mayoría de los países que la celebran, es motivo de encuentros familiares, brindis por la paz y la prosperidad, interpretación de música especial: -aguinaldos y gaitas, en nuestro país- y preparación de elaborados manjares y bebidas.

Infaltables en la Navidad, son las Misas de Aguinaldo, celebraciones Litúrgicas propias de la novena de Navidad celebradas entre el 16 y el 24 de diciembre, como característica propia de la iglesia venezolana, ya que en este período de espera penitente no se permiten cantos alegres dentro de las celebraciones, sin embargo solamente para Venezuela la Iglesia Católica ha hecho una excepción, principalmente por ser estos cantos una tradición de veneración al nacimiento de Jesucristo arraigada en los fieles por generaciones, permitiendo los cantos de aguinaldo como animación de la misa sustituyendo todos los cantos litúrgicos con su música habitual por aguinaldos. Como única condición, la iglesia impone que las misas de aguinaldo sean celebradas de madrugada o al despuntar el alba.

En las principales ciudades, las conmemoraciones religiosas se han ido reduciendo al recinto de las iglesias católicas, en las cuales se instalan elaborados pesebres y grandes arreglos de flores de Navidad y se celebran las misas dominicales y la misa de media noche el 24 de diciembre, con música de aguinaldos y fuegos artificiales. Los centros de compras, avenidas principales, plazas y zonas comerciales, son adornados con múltiples luces y grandes pinos artificiales profusamente decorados.

En lo que a Valle de la Pascua refiere, hoy la navidad tiene características diferentes a las de la ciudad bucólica de hace treinta o cuarenta años, solo se mantienen algunas tradiciones de otrora, otras se perdieron o fueron sustituidas por nuevas formas de expresión del regocijo popular.

Se fueron las patinatas en la Plaza Bolívar y en las calles del centro de la ciudad, así como las comparsas de muchachos de los diversos sectores que de madrugada se movilizaban para en grupos llegar a la plaza donde se confundían en actitud festiva. Hermosa tradición navideña que la delincuencia y la inseguridad despacharon a los anales del recuerdo que pervive en la mente de quienes la vivieron. Hoy la plaza ha perdido ese encanto y el temor acosa a quienes osan transitarla.

Las misas de aguinaldo se mantienen por la participación de las instituciones y algunas organizaciones públicas y privadas, entre ellas: Alcaldía, Concejo Municipal, Cuerpo de Bomberos, Contraloría, Circuito Penal, Prefectura, Instituciones de Educación Superior, La Feria de la Candelaria 2013, Sociedad Socorro Mutuo, Cámara de Comercio, Asociaciones Agrícolas, entre otras. La inseguridad le ha robado el público a esta tradicional actividad religiosa, aunque sigue manteniendo su fuerza expresiva de alegría y creatividad.  
En todas las iglesias católicas de Valle de la Pascua, una vez más, este 2012 se realizaron tan singulares misas, especialmente hermosas y magistrales fueron las de la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, oficiadas por el párroco Pedro Gijs, y en la Iglesia Santísima Trinidad de Guamachal, oficiadas por los padres Virgilio y Miguel Ángel.

Los fuegos artificiales de ayer: triquitraque, bengalas, luces de colores, estrellitas, salta pericos, cebollitas, entre otros, aunque prohibidos por las autoridades, han quedado para niños de corta edad, ante la potencia sonora y el poder destructivo de “artefactos” como los llamados fosforitos, tumba ranchos, mata suegras, cohetes y bim laden que contaminan y aturden a los ciudadanos, amén de las muchas víctimas, especialmente niños y jóvenes, que deja el uso irresponsable de dichos fuegos artificiales, sin contar el sufrimiento que padecen las pequeñas mascotas, especialmente los perros y los gatos.

Mucho del sabor de la navidad de antaño se ha perdido. La condición de pueblo permitía a sus habitantes conocerse, visitar y brindar con familiares y amigos en fiestas particulares o en locales como el Club de Leones y el hotel San Marco, con agrupaciones musicales locales o nacionales, como la Orquesta Los Melódicos de Renato Capriles, entre otras.

Sin embargo, mucho de la navidad queda todavía, además de los grupos de aguinaldo, para compartir hemos ganado los intercambios de regalo y los amigos secretos, tan populares en muchos hogares y en instituciones públicas y privadas. Un indicio, de que el fervor por la navidad se ha tornado en una actividad económica, son la celebración del día de Santa Bárbara, los estrenos, el espíritu de la navidad, el Niño Jesús y los Reyes Magos, los regalos, junto con el árbol de navidad y San Nicolás o Santa, que han desplazado al tradicional Pesebre, aunque se mantiene el Nacimiento, cuyas benefactoras son fundamentalmente las instituciones educativas, que como actividad pedagógica realizada por alumnos y maestros, promueven en las escuelas, con entusiasmo, gran creatividad y esfuerzo.

En la gastronomía navideña, a pesar de lo costoso de sus ingredientes, la hallaca es la reina del plato navideño, al que se suman como infaltables integrantes, la ensalada de gallina, el pan de jamón y el pernil horneado y/o el asado negro, así como el dulce de lechosa, la torta negra y el panetone.

En Navidad al igual que en el resto del país, Valle de la Pascua se viste de fiesta y se engalana con su mejor ambiente, es época de sabor y festejo, de reuniones y encuentros, de calidez y felicidad, y se adecúa a los tiempos que vivimos, porque lo que se ha ido pervive en el recuerdo.


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Las mil y una historias


Por Adolfo Rodríguez 


Todo hace presumir que cuanto colma la paciencia de Andrés Oppenheimer en su libro !Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro (Bogotá, 2010), no es más que esa larga tradición discursiva que  distrae de la realidad y pospone, hasta más nunca, las alternativas para un desarrollo autosostenido y sustentable. Esa manipulación del pasado  a la medida del prestidigitador de turno y que, en América Latina, según dicho autor, retarda el acceso a la  economía del conocimiento y su mascaron de alta tecnología  (software y patentes de industria). La nueva tierra prometida que, de acuerdo a sus reportajes y entrevistas,  subyuga, por igual, al  este y al oeste, norte y sur, izquierdas y derechas, socialistas y capitalistas, democracias y dictaduras. Considerando Oppenheimer que un llamado al futuro desoído en la casi total vastedad hemisférica, con excepción de Chile y Brasil. Recomendando, a quienes resuelvan alcanzarlos, proveerse de “una dosis de humildad para darse cuenta acerca de la verdadera posición” en que se encuentran nuestras “grandes universidades y centros de investigación en el contexto mundial”  Sus modelos óptimos, a su entender, la China comunista y Corea del Sur, entre otros. Despliega información acerca de rankings  publicados  en el Suplemento de Educación Superior del Times de Londres o en China, que exhiben, según aquél, cómo de un total de 200 universidades, apenas la UNAM de México figura en el puesto 190. Destacando, el otro, solamente la de Sao Paulo y la UBA argentina, en el numeral 140.  Rezago que atribuye al prurito atascador de preferir el pasado antes que el presente.  Acotando que países con éxitos en el desarrollo sugerido, como  India y otras zonas asiáticos, poseyendo “historias milenarias”, no las  magnifican, ya que de un millón doscientos y pico mil estudiantes cursando ingeniería en China, sólo 16.300 lo hacen  en  historia y  1.520 en filosofía. Que, en mi parecer, no implica ignorancia por parte de aquella juventud orientada a la ciencia y la tecnología, en cuanto al poderoso patrimonio  étnico y natural que los circunda. Si no que éste opera de manera implícita, insinuándose desde el hogar y emanando de cada cosa, palabra, compostura,  adscribiendo, de buen grado, casi siempre, a cuantos las rozan. Saberes y sensaciones que infiltran los más soberbios revestimientos. El mismo Openheimer  historiza y hasta apela al recurso emocional, al sugerir, en la búsqueda de las alternativas postuladas, paranoias que remiten a  dogmatismos históricamente recurrentes. Su experticia, a través de un largo periplo mundial,  la condensa en 400 páginas, de las cuales cuarenta son para referencias bibliográficas y acerca del modo de insertarse en una onda, que, según cifras que suministra, generan el setenta por ciento del producto mundial bruto, en términos de servicios y patentes industriales, frente al decreciente valor de las materias primas. Las claves finales de su propuesta son: educación como “tarea de todos” (programa brasilero), conceptualizar el desarrollo a partir de un PIB educativo, invertir en educación preescolar, capacitar y mejorar el estatus social de los maestros, incentivarlos salarialmente, propiciar pactos de buena voluntad entre actores nacionales (por más que se tuerzan la vista), estimular praxis hogareñas en función educativa, superar el  aislamiento, captar inversionistas de alta tecnología, edificar una “educación internacional”, etc. Estrategias que, a mi parecer,  serán cada vez más pertinentes, válidas, funcionales y atractivas, si se inscriben en los intransferibles marcos culturales de cada país.

Henrique Avril: El fotógrafo de la misión del mapa nacional (año 1901)


Don Luis Avril perteneció al movimiento impreso de Barinas en el siglo XIX, y trabajó para el general Ezequiel Zamora en los inicios de la Guerra Federal en 1859, como su consejero político le dio la idea y le diseñó el sistema de trincheras que hicieron posible el triunfo de Zamora en la batalla de Santa Inés.

 POR FELIPE HERNÁNDEZ G
Considerado el primer reportero gráfico y corresponsal viajero de Venezuela, el fotógrafo Henrique Avril nació en Libertad de Barinas, estado Barinas en 1866, fue hijo del francés Emilio Avril y de María Bauden, dama de origen suizo. Su abuelo, Luis Avril, vino de Francia a Venezuela cuando Napoleón III restableció el imperio francés en 1852.
Don Luis Avril perteneció al movimiento impreso de Barinas en el siglo XIX, y trabajó para el general Ezequiel Zamora en los inicios de la Guerra Federal en 1859, como su consejero político le dio la idea y le diseñó el sistema de trincheras que hicieron posible el triunfo de Zamora en la batalla de Santa Inés.
Al mismo tiempo, Henrique tenía dos tíos, Felipe (quien fundó la Sociedad Francesa de Fotografía en 1851) y Edward quien como fotógrafo participó en una exposición organizada por la asociación. Estos dos familiares son los que involucran al joven Henrique en la fotografía, cuando su padre lo envía a París para realizar estudios que se desconoce si llegó a culminar.
Henrique Avril publicó sus primeros trabajos en la revista Photo–Gazelle de la cual recibe sus primeros reconocimientos. También trabajó para su hermano Emilio en la revista capitalina “El Cojo Ilustrado”, donde publicó su extenso trabajo durante veintitrés años. Aquí publica aproximadamente trescientas veintitrés imágenes, entre las cuales se encuentran varias pictografías.
Interesado en conocer el territorio nacional, recorrió los veinte estados del país, registrando en su lente los inicios del desarrollo de las ciudades, costumbres, personajes y paisajes. En este vasto trabajo artístico, Avril capturó imágenes por el Centro, el Llano y el Oriente del país, ganando el título de “Primer Reportero Gráfico de Venezuela”.
A raíz de la desaparición de “El Cojo Ilustrado”, Avril siguió ejerciendo su labor reporteril en la revista de “Actualidades” de don Rómulo Gallegos y en “El Nuevo Diario”.
En 1901, el presidente Cipriano Castro creó La Misión del Mapa Nacional, para levantar los planos y mapas geofísicos de las pequeñas localidades de Venezuela. Como director de dicha Misión, el presidente Castro designó al ingeniero Santiago Aguerrevere y entre los funcionarios que la integraron estuvo el fotógrafo Henrique Avril, quien entre los años 1902 y 1906, en cumplimiento de las obligaciones propias de su trabajo, visitó algunas localidades de la Sección Guárico del Gran Estado Miranda.
La obra de Henrique Abril constituye un importante legado a la posteridad, de la cual se conservan en archivos de la capital de la República y en archivos particulares, muchos testimonios fotográficos del paisaje y de los pueblos del Guárico, especialmente de: Altagracia de Orituco, Tucupido, Valle de la Pascua, Zaraza, Santa María de Ipire, vistas de los ríos Orituco y Unare, y el pueblo de El Chaparro en el estado Anzoátegui, entre otras poblaciones. Las fotografías del Guárico corresponden al período 1902-1906.
Henrique Avril murió en Puerto Cabello, el 27 de junio de 1950 a los 84 años.