El parto de la Princesa de Parma

El príncipe de Asturias Carlos Antonio de Borbón y su prima la princesa de Parma, María Luisa de Borbón . | En las imágenes los principes retratados el mismo año de su boda por ANTÓN RAPHAEL MENGS. MUSEO DEL PRADO, MADRID


En 1780 las autoridades calaboceñas celebraron el parto de la princesa de Parma, y en consecuencia el nacimiento del infante Carlos Antonio Eusebio, en un sencillo programa en el que se realizó las acostumbradas rogativas y el Te Deum y tres noches de luminarias.


Por José Obswaldo Pérez

El nacimiento del infante Carlos Domingo Eusebio de Borbón y Borbón, el quinto hijo de la princesa de Parma, María Luisa de Borbón y del príncipe de Asturias Carlos Antonio de Borbón, fue celebrado seis meses después por las autoridades coloniales de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, durante tres días de conmemoración en torno a la familia real.


El 23 de agosto de 1780 , una comunicación del Teniente de Justicia de esta ciudad Manuel de Therreros al Gobernador y Capitán General de la Provincia de Caracas y Venezuela comprueba el festejo del “más feliz y dichoso parto” y del  recién nacido miembro de la realeza, a quien calificaba como “un robusto infante” (Carrasquel, 1946; p.168).


El niño bautizado como Carlos Domingo Eusebio- y con otros nombres más como vieja costumbre real- había nacido en El Pardo, en la ciudad de Madrid, el cinco de marzo de 1780 y fue apadrinado por su abuelo paterno, el Rey Carlos III, llamado El Político, rey de España entre 1759 y 1788. Su noticia de tal alumbramiento se expandió a ultramar a cada una de las partes del reino, y en especial a Venezuela, donde ciudades coloniales con sus autoridades civiles y religiosas impusieron esta celebración excepcional como una ceremonia que rendía una fidelidad al rey lejano (Montilla Azuaje, 2011; pp.63-65).


Therreros participa que la celebración en la Villa de Calabozo se hizo con un  sencillo y tradicional ritual civil y religioso. Las autoridades se reunieron en Cabildo y aprobaron tres días festivos. Estos fueron el día 15,16 y 17 de agosto de ese año. Fueron tres días de iluminarias. Es decir, la propulsión de fuegos artificiales y salvas de cañón. El último día, el religioso, culminó con un Te Deum, donde se cantó y se ofició una misa con “ostenta y solemnidad que este país permite”.(ídem,p.169).

El niño Carlos Domingo Eusebio sólo vivió tres años, falleció en Aranjuez (Madrid), el  11 de agosto de 1783 y recibió el título de Caballero de la Orden del Toisón de Oro, y fue sepultado en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial.

*Periodista e historiador venezolano

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