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Particularidades en la conformación del núcleo poblacional en la Mesa de El Sombrero en 1725

Sus fundadores fueron mayormente pobladores provenientes de San Sebastián de los Reyes , que sometieron y esclavizaron a los aborígenes principalmente guamos y guaiqueries para luego desplegar actividades agrarias a gran escala, tanto en las haciendas para sembrar, cacao, caña de azúcar y tabaco;al igual que en los en los hatos con la cría de distintos ganados ( vacunos, caballar y mular).
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IMAGE Minube | Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Inmaculada de La Concepción de El Sombrero.

José Manuel Aquino G

La ocupación de los espacios para el establecimientos humanos, siempre tienen una intención, que debe ser estudiado desde la relación hombre-medio y sociedad-naturaleza a través del tiempo .Por tal motivo, el poblamiento en Venezuela durante el periodo colonial fue gradual y con distintas intensiones, por parte de los conquistadores hispanos, con el f in apropiarse inicialmente de los metales preciosos pertenecientes a las comunidades aborígenes de este continente, especialmente del oro y demás piedras de alto valor en el mercado. Un gran número de expedicionarios llegaron a esta parte del territorio americano con estos fines, originado por la fiebre del oro y plata de gran demanda en Europa, en tiempos de la fase mercantilista del modo de producción capitalista, impulsada por una acumulación originaria de capital. Nación que más tuviese ese preciado metal, no solamente era rico, sino también una gran potencia hegemónica por contar con cuantiosas riquezas.

Desde finales del siglo XV y mediados del siglo XVI, las provincias que se iban conformando por expedicionarios y colonos se apropiaron de de estas riquezas, al igual que las perlas. Por tanto, serán las zonas costeras e igualmente las islas que concentraron los núcleos poblacionales para ocuparse a estas actividades extractivas y pesqueras, hasta que el interés por la búsqueda de oro dejara de ser prioritario por no conseguir el potencial yacimientos esperados , al igual que la captura de las margaritas se fuesen agotando, por tanto, estos pueblos fueron perdiendo su importancia económica y estratégica a consecuencia de este factor antes descrito ; posteriormente se establecieron paulatinamente asentamientos urbanos en valles y terrazas, en territorios pertenecientes a esta jurisdicción político territorial a un ritmo, de acuerdo al interés del colonizador y sus descendientes por fomentar la siembra de rubros agrícolas como el café ,el cacao, el algodón y el tabaco, entre otros productos muy apetecidos, por su gran demanda mundial, al igual que la cría de ganado vacuno, mular y caballar con fines comerciales en momentos de la expansión del modelo capitalista, en tiempos de la primera revolución industrial Europa y la instalación de los ingenios azucareros en las islas del Caribe (Aquino,2022).

De esta manera se inicia el poblamiento de Coro, Maracaibo, Cumaná, La Asunción, Coche, Cubagua, Borburata entre otras poblaciones de importancia en la primera mitad del siglo XVI, para la búsqueda de oro y demás metales preciosos, pero cuando estas riquezas extractivas se acabaron, comienza la fundación de pueblos en toda la región costa montaña y centro de esta jurisdicción político territorial durante la segunda parte de esa centuria, para dedicarse a las actividades agrícolas. Será el régimen de encomiendas, el soporte para que a los colonos españoles, recibieran en carácter de tributarios a los aborígenes, con el fin de evangelizarlos, pero el verdadero interés de parte de estos ocupantes era obligarlos a realizar trabajos agotadores al servicio de los encomenderos, en las grandes extensiones de tierras que habían sido otorgadas por la corona españolas, a través de mercedes reales y composiciones de tierras,para cumplir las actividades de los cultivos del café, añil, tabaco, cacao y caña de azúcar en las haciendas y la ganadería en los hatos; creando de esta manera una nueva aristocracia territorial en esta jurisdicción político administrativa. Posteriormente fue incorporada la mano de obra esclava africana a realizar estas actividades ante la imposibilidad de estos nativos a cumplir con estos menesteres.

De esta manera, se fueron conformando los núcleos poblacionales ubicados en los diferentes valles de la región central de la provincia de Venezuela: Valencia, San Mateo, La Victoria, San Sebastián de los Reyes, con vocación agropecuaria, permitiendo incorporar gran cantidad de trabajadores a cumplir estas funciones del campo, motivado que al desregularse el sistema de encomiendas, los indios dejaron de ser los únicos que realizaban estas labores del agro. El proceso de colonización y vocación por la siembra en gran escala se acompañó por un proceso de integración cultural y cruce de la sangre blanca, india y negra. En consecuencia, durante ese tiempo histórico se aceleró el crecimiento de la población mestiza (Pardos, mulatos y zambos), los cuales se dedicaron mayormente a estas actividades agronómicas y participar en la conformación de los núcleos poblacionales en las distintas regiones del territorio venezolano para intensificar los cultivos de caña de azúcar, cacao, añil,tabaco, algodón muy demandados en el mercado europeo.

Durante el siglo XVII, se siguen fundando centros urbanos en la jurisdicción de la otrora Provincia de Caracas, principalmente en los valles del Orituco a partir de 1694, territorios pertenecientes a la entidad guariqueña, entre las cuales podemos citar los poblados de Altagracia de Orituco en , San Rafael de Orituco, Lezama y Macaira .Sus fundadores fueron mayormente pobladores provenientes de San Sebastián de los Reyes , que sometieron y esclavizaron a los aborígenes principalmente guamos y guaiqueries para luego desplegar actividades agrarias a gran escala, tanto en las haciendas para sembrar, cacao, caña de azúcar y tabaco ;al igual que en los en los hatos con la cría de distintos ganados ( vacunos, caballar y mular) . De la misma manera, se conformaron núcleos poblados, principalmente en la gran posesión del hato Paya, en las cercanías del rio que lleva este mismo nombre de dicho latifundio, del cual nacerá el pueblo de Ortiz, en el mismo año 1694, y por esa época se fundará Parapara, durante esa última década de esa centuria; mientras que a partir de la segunda década del siglo XVIII, en la región de los llanos altos de la Provincia de Caracas, específicamente hacia el sur, a las orillas del rio Guárico, se irán agrupando familias a dedicarse a las actividades agropecuarias y posteriormente conformaran los asentamientos poblacionales.

Bajo esta modalidad fundacional en esta región, específicamente a las orillas del rio Guárico, se van a dar los primeros pasos para el núcleo poblacional de Barbacoas en la segunda década del siglo XVIII, cuando el sacerdote Gerónimo Rebolledo en el año en el año 1717 ( Martì, 1998) , asentó varias familias aborígenes en su hato, marcando el inicio de esta comarca, que luego albergó a distintas castas que formaron la estructura social durante el periodo colonial para dedicarse a las actividades agropecuarias. Posteriormente se oficializa como pueblo constituido el 20 de mayo de 1738, por las autoridades del Cabildo de San Sebastián de los Reyes. En la otra margen de este largo riacho, se formó una localidad en la mesa de El Sombrero, que se caracteriza por tener un terreno elevado en una cima plana, apropiado para el establecimiento de una urbe , en un momento histórico en que las haciendas que estaban en sus inmediaciones realizaban una intensa actividad agropecuaria, cuyo producción estaba destinada al intercambio comercial con otras localidades (De Armas,1980, p.50 ), motivo por el cual albergaba un gran número de personas en su mayoría integrantes de las castas inferiores de la estructura social del periodo colonial ,para realizar las labores del campo, en una zona la alta fertilidad de sus suelos, permitieron tener cosechas abundantes, especialmente en la siembra de tabaco, lechosa, melón, frijoles, maíz ,yuca, caña de azúcar, plátanos entre otros rubros ( Martì,1998) ; al igual que la cría de los distintos ganados en hatos circundantes de esta parte de los llanos altos de la Provincia de Caracas.

Toda esta actividad motivó a unos dueños de estos predios agropecuarios, donar lotes de terrenos para la conformación de un nuevo poblado, con la finalidad de albergar al gran número de personas que llegaban a estos predios a realizar las distintas actividades del campo. Miguel Reina, fue uno de los donantes, el 10 de marzo de 1725, con 62 solares, fecha que se inicia el poblamiento formal en la mesa del Sombrero ( Rodríguez, 1990 ); del mismo modo hace lo propio, el pardo Andrés Gomare, cediendo, 200 solares para que sea la sede de la futura Parroquia Eclesiástica, con la proposición expresa de sus otorgantes de esas tierras, que tuviese como patrona a Nuestra Señora Inmaculada de La Concepción (Martì, 1998). A partir de ese momento todos estos labriegos integrantes de las distintas castas que conformaron el estamento social durante el periodo colonial, iniciaron la construcción de sus residencias con el beneplácito de los potentados que tenían la mano de obra garantizada para la realizaciónde las actividades agropecuarias, en constante aumento como consecuencia, no solamente de la fertilidad de las tierras, sino también la calidad del tabaco, rubro muy sembrado en esta región en esos momentos, de gran demanda el mercado mundial durante esa época, lo que obligó posteriormente a la corona española,realizar restricciones a través de una empresa monopolizadora en 1753 en territorio venezolano, limitando su plantación y producción de esta hierba como fue la instalación del Estanco del Tabaco por el Valle del Orituco ( Calzadilla, 1999 ), para esta manera evitar el contrabando. A pesar de estos impedimentos los dueños de las haciendas y pequeños agricultores esta comarca, seguían cultivando y clasificando la picadura para el consumo local y regional de muy buena calidad a través del tiempo.

El obispo Mariano Martì en su visita pastoral a esta población en 1783, detallaba la vida de este esta comarca durante ese tiempo histórico. Estimaba este prelado una población para la época en 2100 personas, en la que habitaban un número considerable de pardos con mejor condición económica, ubicados al este de la iglesia de la comarca ; mientras que el resto se sus habitantes la conformaban, mulatos, zambos y negros libres de inferior condición social , se localizaban estos habitantes del lado oeste del templo, que antes de asentarse en ese espacio, merodeaban los alrededores de la mesa de El Sombrero, a diferencia del núcleo poblacional de la vecina Barbacoas , que estuvo habitada desde sus inicios por aborígenes (Martì,1998 ) ,para luego albergar todos los miembros del estamento social del periodo colonial, una vez conformada la comarca a dedicarse a las actividades agropecuarias. Entre tanto, muchos blancos residentes en la mesa de El Sombrero desde sus inicios, mayormente provenientes de las islas Canarias y su descendencia, dueños de las unidades de producción, moraban en sus haciendas o hatos aledaños al núcleo poblacional, hasta que se consolidara el núcleo poblacional años más tarde.

Entre los más importantes predios agropecuarios reseñados por la historiografía durante esos años de la conformación del núcleo poblacional, se encuentran Barrancas, cuyo dueño fue Francisco Irazábal, en esa unidad de producción vivió el Prócer de la independencia Julián Mellado Lineros, antes de alistarse en el ejercito Libertador ( Aquino, 2021 ) ; el Hato Corocito del terrateniente , pardo libre Andrés Gomare; Carrizalito , Hilario Rodríguez propietario pertenecieron a la nobleza territorial durante el periodo colonial, llamados también “ Los Amos del Valle”, descendientes del Márquez del Toro, familiares directos de la esposa del Libertador María Teresa Rodríguez del Toro; e igualmente emparentados con Francisco Letra, latifundista de la Hacienda El Hato, lugar donde acampó el Padre de la Patria Simón Bolívar y su tropa después de la Batalla del El Samán el 16 de febrero de 1818 ( Aquino Delgado ,1998).

El obispo Mariano Martí, en su informe referente a la visita pastoral a la población de El Sombrero en 1783, destaca la advocación vehemente de los habitantes a la imagen de Nuestra Señora Inmaculada Concepción, desde la conformación como Parroquia Eclesiástica, fue su patrona, contando para ello con un templo de pequeñas dimensiones, hecha de bahareque y tejas de una sola nave, incorporando un baptisterio. Dependió en ese tiempo de la Vicaría de San Sebastián de los Reyes que le concedió a partir de la década de los 40 del siglo XVIII, la oficialidad de Parroquia Eclesiástica, e igualmente contaba con un comisionado designado por el Cabildo Municipal de la misma villa sebastianera .Al igual describe este religioso en su visita pastoral a través de su informe, la estadía permanente de personas en esta comarca, no solamente para el trabajo en las actividades agropecuarias, sino también para realizar los intercambios comerciales, en la compra y venta de diversos productos.

Tomando en cuenta el desarrollo histórico en sus primeros 75 años de existencia, desde la conformación del núcleo poblacional, podemos decir con propiedad que el poblamiento en la mesa de El Sombrero, fue producto de una necesidad de los propietarios en tener la fuerza de trabajo que andaba dispersa por esta región, para que de asentasen y laborasen en las actividades agropecuarias. Motivo por el cual, Reina y Gomare impulsaron el poblamiento de esta comarca con la donación de lotes de tierra. Caso contrario la Villa de Todos los Santos de Calabozo y las Misiones de nuestra Señora de los Ángeles y La Santísima Trinidad, que se fundaron bajo una política de poblamiento integral del gobierno colonial, de acuerdo a lo establecido en las disposiciones del Consejo de Indias y llevadas a cabo por los misioneros Capuchinos entre los años 1723 y 1724 ,para ubicar a las distintas comunidades aborígenes que vivían entre esta región y las márgenes del rio Orinoco, territorios más apartados pertenecientes a la Provincia de Caracas, dedicados a la caza, pesca, y recolección de frutos, a vivir una vida sedentaria ,basada en las costumbres del colonizador y fundar también un pueblo de españoles con el fin de darle apoyo a las misiones antes citadas ( Carrocera,1972 ) .

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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____________( 2021) , Julián Mellado Paladín de la independencia Venezolana https://fuegocotidiano.blogspot.com/2022/03/fray-salvador-de-cadiz-y-su-empeno-en.html.

Aquino D, Manuel (1989), Sitios Históricos de El Sombrero, Encuentro de Cronistas e Historiadores, Calabozo, Estado Guárico

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Martì, Mariano (1998) Documentos Relativos a su Visita Pastoral de la Diócesis de Caracas ( 1771-1784).Tomos I –II (3 3eic),Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.

Rodríguez, Adolfo (1994). El Estado Guárico: Orígenes Mundo y Gente., Comisión Regional del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, San Juan de los Morros.

* Docente e Historiador venezolano
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Fray Salvador de Cádiz y su empeño en fundar pueblos en la Mesa de Calabozo

Fray Salvador de Cádiz, no fue un religioso más que vino de la península ibérica solamente ha desarrollar su labor netamente misionera, en cuanto a cristianizar a los aborígenes, para deslastrarlos de sus creencias ancestrales ; sino también reducirlos en espacios donde podrían asentar poblados e imponerles nuevas formas de convivencia sedentaria a través de nuevos modos y relaciones de producción
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IMAGE Minube | Calabozo, una calle histórica de la ciudad.

José Manuel Aquino G

La fundación de pueblos durante el periodo colonial, en especial las localidades de los llanos de la otrora Provincia de Caracas, se conformaron de varias formas para el establecimiento de centros urbanos, en función la ocupación de las actividades económicas puestas en práctica en concordancias con las políticas de la corona española, principalmente en el siglo XVIII, bajo la dinastía de los borbones de ocupar espacios desolados con el propósito de preservarlos ante el asedio de piratas, contrabandistas y la apetencia de ingleses ,holandeses y franceses en invadir territorios tomados por los ibéricos después de 1492 . Durante diferentes periodos se buscó integrar principalmente las comunidades aborígenes con actividades productivos en condición de minusvalía. En la región centro norte costera de esta entidad provincial se fueron formando mayormente núcleos poblacionales por parte de los colonos peninsulares, tomando en cuenta el sistema de encomiendas en las cuales los aborígenes fueron sometidos en condición de servidumbre por parte del encomendero, para realizar las actividades productivas en las grandes extensiones de tierras otorgadas a estos ocupantes, a cambio de darles vivienda, vestido y alimentación e incorporarlos a los patrones de la cultura imperial en calidad de siervos.

Con esta caracterización las localidades ubicadas en la parte noroeste de los llanos altos de esa jurisdicción provincial, fueron fundándose a raíz de la conformación de los hatos y haciendas que contaban con grupos de aborígenes en condición de encomendados, a los que se les fueron agregando a mano de obra para las labores a agrícolas a los zambos, mulatos, pardos, negros esclavos y libertos, que luego formarían las parroquias eclesiásticas para convertirse en pueblos bajo la egida de las autoridades civiles y militares de esta jurisdicción caraqueña. Después de la Fundación de San Sebastián de los Reyes en 1585, de inicia el poblamiento de San Rafael de Orituco en 1670, seis años más tardes Altagracia de Orituco en 1676, luego Lezama por 1688 y posteriormente Macaira a finales del siglo XVIII. Posteriormente por ese mismo periodo, de los grades hatos se fueron estableciendo los pequeños centros poblados en los llanos centrales, bajo el amparo de las parroquias eclesiásticas; al tiempo nacerá Ortiz conformada por los blancos: peninsulares, de orilla y criollos, además de los aborígenes y los demás de estratos sociales que conformaban la estructura social durante el periodo colonial, dedicadas a las actividades agropecuarias en la denominada región o Partido de Paya, al igual que Parapara que también se fundó por ese mismo lapso de tiempo. Mientras que en los extensos llanos bajos de esta entidad provincial estaban despobladas, con una actividad floreciente de la cría de bovinos, equinos, mulares y asnos, y una gran cantidad de indígenas que transitaban por estos espacios, para aprovecharse de la pesca, caza y recolección de frutos en cierta época del año.

Por tanto, en estos llanos bajos de Calabozo, van entrar en las políticas de poblamiento en la Provincia de Caracas, impulsadas por la corona Española a mediados del siglo XVII, al igual que las jurisdicciones de Cumaná y Guayana. Serán los misioneros capuchinos en su mayoría provenientes de Andalucía, quienes realizarán una intensa labor no solamente en el adoctrinamiento religioso a los aborígenes, sino también, de cambiarles las formas de vida errante, con el establecimiento de misiones y villas, donde aprenderían una nuevas formas de convivencia, mediante la sustitución de la cultura ancestral por una impuesta por estos colonos europeos. Fray Salvador de Cádiz, religioso que durante su estancia en estas jurisdicción, va cumplir con estos acuerdos entre las autoridades monárquicas y eclesiásticas, a través de su manera particular de ver la realidad para encausarlos a través de los cambios, mediante su desempeño gerencial en la fundación de pueblos de misiones y villas en la jurisdicción asignada a estos misioneros desde 1658, por parte de las autoridades coloniales.

Fray Salvador de Cádiz, no fue un religioso más que vino de la península ibérica solamente ha desarrollar su labor netamente misionera, en cuanto a cristianizar a los aborígenes, para deslastrarlos de sus creencias ancestrales ; sino también reducirlos en espacios donde podrían asentar poblados e imponerles nuevas formas de convivencia sedentaria a través de nuevos modos y relaciones de producción, por tal motivo, aparece realizando estas actividades en esta extensa jurisdicción provincial como fundador de misiones y villas , desde su llegada en 1718, junto al Ándalus Fray Miguel Olivares (Carrocera,1972).Ocupando los cargos de Prefecto y Procurador, permitiendo de esta manera, organizar los distintos poblados de nativos errantes con la denominación de pueblos misión y villas para los españoles con el único propósito de darle apoyo a las comunidades aborígenes que con anterioridad habían instaurado un poblado en 1694 y habían fracasado. Por tal motivo, este religioso junto a los demás miembros de su congregación piadosa, emprenden un nuevo proyecto poblacional, caso particular en la región de los llanos bajos, en las riveras del rio Guárico, con el establecimiento de las Misiones de La Santísima Trinidad y los Ángeles, al igual que la urbe de Calabozo entre los años 1723 y 1724.

El contexto histórico donde se desenvuelve el proceso de fundación de los citados centros urbanos, no solamente estaba el interés de poblar esa región anegadiza en casi mitad del año, sino también planificar y desplegar actividades productivas que le generaran dividendos a las debilidades arcas de la corona española, mediante impuestos tanto en la península como en las posesiones coloniales de ultramar y de esta manera subsanar las deudas ocasionadas por los gastos de guerra contra Inglaterra a la llegada de la nueva dinastía reinante en España, a comienzos del siglo XVIII; en consecuencia, la monarquía adoptó prácticas de corte liberal, con el propósito de mejorar la recaudación de la Real Hacienda, al igual que combatir el contrabando que impedían tener un mayor control de la evasión fiscal por parte del gobierno provincial a instancias de los intereses del imperio peninsular.

Esto motivo a las autoridades provinciales y a los misioneros capuchinos, impulsar sus políticas de poblamiento en la mesa de Calabozo, proyectando un asentamiento urbano en las adyacencias del rio Guárico, con el fin de reducir a los aborígenes que deambulaban por todo extenso territorio realizando sus actividades de pesca y recolección de frutos silvestres durante ciertas épocas del año, en espacios donde se habían instalados hatos a comienzos del siglo XVI, en su mayoría pertenecientes a las grandes familias que formaron en ese tiempo, la nobleza territorial a instancias de la corona española como premio por sus servicios prestados, a los primeros conquistadores y colonos, mediante mercedes reales y composiciones de tierra. El lugar seleccionado por los padres misioneros, contaba con las condiciones geofísicas para realizar todo tipo de actividades agropecuarias con el fin de estabilizar a un numeroso contingente de indios pertenecientes a las distintas comunidades originarias de este continente americano.

Es necesario resaltar los intentos, de Fray Salvador de Cádiz, al igual que el otro compañero religioso Bartolomé de San Miguel, en establecer los núcleos poblacionales en la mesa de Calaboceña, ante el fracaso de fundar en esos predios el poblado de Jesús Nazareno de Calabozo,durante el año 1694, por parte de esta congregación mística durante la Segunda Etapa, comprendida entre 1678 y 1702 ,en la cual encontraron grandes dificultades para el establecimiento de villas por estos llanos bajos de la provincia caraqueña ( Carrocera,1972).Entre los obstáculos presentados se encuentran enfrentamiento entre las distintas comunidades aborígenes, incomodidad para realizar una vida sedentaria entre otras razones que obligaron a estos nativos a desertar y seguir realizando las mismas actividades tradicionales, dedicarse a la pesca y recolección de frutos silvestres. Ante esta situación en común acuerdo con las autoridades civiles, planifican una nueva estrategia con el fin de poblar estas estepas. Llegan a la conclusión de que el establecimiento de pueblos de indios debe estar acompañado de villas para los españoles y las demás castas con el fin de que estas urbes apoyen a la consolidación de los pueblos de misión.

Es a partir de 1720, cuando se comienzan a dar los preparativos para fundar pueblos de misión en los llanos bajos de esta Provincia de Caracas, previa autorización de las autoridades civiles y militares con el fin de reunir el mayor número de colaboradores para convencer y trasladar comunidades aborígenes: caribes, güires apones, atapaimas, amaibas, entre otros grupos (De Armas, 1982). Contando también un nuevo contingente de sacerdotes misioneros provenientes de la península ibérica para realizar las actividades propuestas. Es en abril de 1723, cuando se instalan dos pueblos de misiones: del lado este de la meseta calaboceña, con el nombre de los Nuestra Señora de los Ángeles y al oeste de la planicie la poblada de la Santísima Trinidad y en el Primero de febrero de 1724, la villa de españoles Todos los Santos de Calabozo.

Bajo la tutela de este religioso, que desplegó una intensa labor con el fin de organizar estos centros urbanos de gran importancia para región durante ese tiempo histórico, cercadas estas localidades por una red hidrográfica (Guárico, Orituco, Tiznados, Apure), navegable durante la mayor parte del año, tuvo el apoyo de las autoridades de gobierno de la Provincia de Caracas, que siempre le dieron la razón en cualquier pedimento, caso particular con la propuesta de designación de los Tenientes Justicia de Mayor por parte de las autoridades religiosas, con el propósito de conocer la reputación del candidato y no entorpecer la labor fundacional, pedimento fue aceptado; pero este sacerdote y los demás presbíteros encargados siempre mantuvieron dispuestos a consolidar estas comunidades, al igual que les autorizaran la residencia de artesanos para que adiestraran a las comunidades aborígenes en los pueblos de misiones a las distintas actividades, petición que fue parcialmente concedida ,autorizando a hombres casados con familia y no solteros, en vista de que estaban prohibidos la convivencia de los blancos y las demás castas en los poblados de misiones, por tal motivo, fue entusiasta defensor de los pobladores ante las apetencias de los dueños de los hatos circunvecinos en querer desconocer la instalación de estos centros urbanos en la mesa de Calabozo, tras un largo litigio que al final las autoridades de justicia le dieron la razón, por cuanto las políticas de estado y leyes establecidas estaban en consonancia con la creación de pueblos y misiones en lugares deshabitados (Castillo,1996).

Esa no fue la única controversia que tuvo por estos llanos bajos de esta provincia caraqueña, en la que Fray Salvador de Cádiz estuvo actuando en defensa de los intereses, tanto de la orden misionera al que representaba, como de los aborígenes sometidos a su dominio, para darle educación , enseñarles a una nueva convivencia a través de unas nuevas formas de producción tal como estaban estipulados los acuerdos del poder eclesiástico y la monarquía española , mantuvo unas largas disputas con los misioneros de orden Jesuita y las autoridades del gobierno de las provincias de Guayana y Cumaná a partir de 1736 con las pretensiones de estos de ocupar espacios pertenecientes de la provincia de Caracas, para la reducción de los indios que transitaban el rio Orinoco , competencias que habían sido otorgadas con anterioridad a los misioneros Capuchinos desde 1758, por parte de las autoridades monárquicas, para que adoctrinaran a los aborígenes y fundaran pueblos en esa espaciosa jurisdicción (Aquino,202).

Este misionero, durante su larga estadía por 34 años en esta otrora provincia de Caracas, adoctrinando los nativos fundando pueblos, tanto en los llanos, como en lugres de la región montañosa pertenecientes al sistema de la Costa, cumplió con los fines y propósitos estipulados en los acuerdos de la Iglesia Católica en cristianizar a los indios a los que catalogaban de infieles, y al gobierno español, ávido de obtener beneficios económicos, con la producción agropecuaria y el comercio de parte de sus colonos, se vieron reflejados en un aumento de los distintos rubros y bienestar para los hacendados en detrimento de los demás sectores sociales, sumidos en la explotación y aprovechamiento de fuerza de trabajo.

De igual manera, este religioso con su empeño de instaurar una relación hombre- medio, sociedad –naturaleza ,para intervenir el espacio de la mesa de Calabozo, encerrada en una red fluvial, estratégica para intensificar la navegación, con el fin de establecer núcleos urbanos con vocación agropecuaria, vio cristalizar su empeño conjuntamente con los demás sacerdotes de su compañía, lograr construir un polo de crecimiento económico aprovechando las capacidades de emprendimiento de sus primeros colonos, casi al mismo nivel que San Carlos de Austria ( Brizuela, 2013), en un periodo de tiempo relativamente más corto que esta villa fundada en 1678, ubicada en las cercanías del rio Cojedes. Incorporando mano la de obra de esos indios cristianizados, a los que convirtieron en la mano de obra barata para la acumulación de capital de los dueños de hatos y haciendas y rendirle beneficios al gobierno español para consolidar no solamente la integración y control territorial, sino también generar ingresos a la Real Hacienda, a través de impuestos a sus súbditos. En consecuencia, se instala una factoría de la Compañía Guipuzcoana en la Villa de Todos los Santos de Calabozo, unos lustros después de su fundación, para controlar la gran actividad comercial. Finalmente 1752 termina su labor misionera, de fundar pueblos por toda la provincia de Caracas, de las cuales la historiografía de cuenta, en sus largos años de recorrer en esta jurisdicción cumpliendo esta misión. Terminando también en ese mismo lapso, a las autoridades de la Diócesis Caracas, la administración eclesiástica en la Mesa de Calabozo, para luego viajar a la península Ibérica a la edad de 69 años, a continuar con su actividad sacerdotal. Cumpliendo de esta manera los compromisos adquiridos al llegar a estas tierras americanas de mantener la hegemonía imperial .

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Brizuela, Jean Carlos (2013) La villa de San Carlos de Austria en las relaciones históricos- geográficas e informes misioneros (siglos VII y XVIII) Aspectos para su estudio http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-94962013000100007.

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* Docente e Historiador venezolano