La novela del dictador: Tirano banderas (1926)

Muchos cosas suceden en apenas dos días. La rebelión contra el tirano se inicia por una nimiedad: una mujer, doña Lupita, pide justicia al tirano Santos porque un militar no le pagó una cuenta y le rompió unas copas.


Edgardo Rafael Malaspina Guerra

I

Tirano Banderas (1926) de Ramón Valle-Inclán está escrita bajo los parámetros de la estética esperpéntica creado por el autor [1]. El dictador , Santos Banderas, gobierna en Santa Fe de Tierra Firme (Punta de las serpientes), un lugar ficticio. El lenguaje de la obra es un entramado de los diferentes giros vernáculos que tiene en español en cada país latinoamericano. Estos sugiere que el autócrata puede estar ubicado en cualquier sitio del subcontinente. El uso de diferentes monedas, costumbres, nombres personales y gustos gastronómicos refuerza la idea del dictador prototípico. La novela tiene párrafos homofóbicos y antisemitas.

II

Muchos cosas suceden en apenas dos días. La rebelión contra el tirano se inicia por una nimiedad: una mujer, doña Lupita, pide justicia al tirano Santos porque un militar no le pagó una cuenta y le rompió unas copas. El tirano promete aplicar todo el peso de la ley al infractor. El militar transgresor se pasa al bando opositor e inicia “una revolución”. Luego vienen muchos hechos signados por el resentimiento, la violencia, la depredación, el sicariato, el chamanismo , la delincuencia, la degeneración, el cinismo negro y la prostitución.

III

Santos es un indio en medio de criollos e inmigrantes. Es una víbora, cuyo veneno se disemina por todo el territorio para convertirlo en un Estado débil y fallido. Al ser derrocado es decapitado y descuartizado. Pero antes le quita la vida a su hija com en su tiempo lo hizo también el tirano Aguirre.

IV

Frases y párrafos:

1 Yo quiero apagar la guerra con un soplo, como quien apaga una vela.

2. El presente, todavía no es la Historia, y tiene caminos más realistas

3.¡El triunfo revolucionario traería el caos!

4—Las revoluciones, cuando triunfan, se hacen muy prudentes.

.—Pero hay un momento de crisis comercial: Los negocios: se resienten, oscilan las finanzas, el bandolerismo renace en los campos.

5. No se vende la conciencia, se vende la pluma.

6. Tirano Banderas estúvose mirando el cielo de estrellas: Amaba la noche y los astros: El arcano de bellos enigmas recogía el dolor de su alma tétrica: Sabía numerar el tiempo por las constelaciones: Con la matemática luminosa de las estrellas se maravillaba: La eternidad de las leyes siderales abría una coma religiosa en su estoica crueldad indiana.

7. Las antiguas colonias españolas, para volver a la ruta de su destino histórico, habrán de escuchar las voces de las civilizaciones originarias de América. Sólo así dejaremos algún día de ser una colonia espiritual del Viejo Continente. Y esa obligación redentora debe ser nuestra fe revolucionaria, ideal de justicia más fuerte que el sentimiento patriótico, porque es anhelo de solidaridad humana.

8. Mirar por la cultura es hacer patria.

9. La Diplomacia gusta de los aplazamientos, y de esa primera reunión no saldrá nada.

10. El riesgo no existe cuando se procede científicamente.

11. El deseo no basta, y debe ser acompañado de los hechos.

12. Hay leyes, hay gendarmería, hay presidios y, en últimas resultas, hay una bala.

13. Tirano Banderas os hace a todos espías.

14. El más ruin tiene una hora de ser santo.

15

He visto la pasión del justo y el escarnio de los gendarmes.

16

La llanura de esteros y médanos, cruzada de acequias y aleteos de aves acuáticas, dilatábase con encendidas manchas de toros y caballadas, entre prados y cañerías. La cúpula del cielo recogía los ecos de la vida en su vasto y sonoro silencio.

17

Tenía esclava la sonrisa y los ojos oblicuos de serpiente sabia.


Nota: [1] El esperpento es una técnica literaria creada por Ramón del Valle-Inclán la cual se distingue por examinar una deformación sistemática de la realidad, acentuando sus atributos grotescos e incoherentes ahí donde los animales y las cosas se humanizan mientras que los seres humanos se animalizan. “Es la pesadilla cómica. Deformación degradada de un hecho trágico. Deformación de las normas clásicas. Si respetas las normas nunca serás original”. (Jesús G. Maestro)


Edgardo Rafael Malaspina Guerra es médico e historiador guariqueño. Profesor titular jubilado de la Universidad Rómulo Gallegos (Venezuela)

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