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viernes, enero 12, 2018

Recordando a la maestra Juana Josefa Vargas… a propósito del Día del Maestro

Durante el gobierno del general Isaías Medina Angarita, la FVM encaminó sus labores hacia la modernización de la educación y las mejoras de las condiciones de los educadores y reconoció la importancia de su labor decretando la celebración del Día del Maestro el 15 de Enero de cada año.

Por Felipe Hernández G.*



Venezuela celebra el 15 de enero el Día Nacional del Maestro, decretado por el general Isaías Medina Angarita (1941--18.10.1945) en reconocimiento a las luchas iniciadas por los maestros venezolanos el 15 de enero de 1932, cuando en plena dictadura gomecista, un grupo de educadores conformaron una asociación para defender los derechos laborales de los maestros y mejorar la educación en Venezuela.

La Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria comenzó a trabajar por el mejoramiento de la educación en nuestro país, que contaba con un alto índice de analfabetismo, fundando la "Revista Pedagógica", órgano divulgativo del gremio, y en 1934 realizaron un seminario para discutir las deficiencias del sistema educativo en el país. Al gobierno de Gómez no le gustó las acciones del magisterio, razón por la cual el Ministerio de Instrucción Pública ordenó a los maestros separarse de la Sociedad Venezolana Maestros de Instrucción Primaria.

Los docentes siguieron luchando en la clandestinidad por el desarrollo de la educación venezolana, hasta la muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935, cuando se convocó una asamblea nacional de docentes en la que se fundó la Federación Venezolana de Maestros. Durante el gobierno del general Isaías Medina Angarita, la FVM encaminó sus labores hacia la modernización de la educación y las mejoras de las condiciones de los educadores y reconoció la importancia de su labor decretando la celebración del Día del Maestro el 15 de Enero de cada año. Entre 1949 y 1958, durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, disminuye la acción del movimiento magisterial y en 1952 se cambia la fecha de celebración del Día del Maestro, para el 29 de noviembre, fecha del natalicio de Andrés Bello, como un homenaje a quien guiara la educación de El Libertador Simón Bolívar. A partir de 1959, tras la caída de la dictadura perezjimenista, fue retomada la fecha que había sido fijada inicialmente por Medina Angarita en 1942 y en la que actualmente se rinde homenaje a los docentes venezolanos.

En Valle de la Pascua, una de las docentes de ese entonces es la recordada maestra Juana Josefa Vargas, vinculada a honorables familias vallepascuenses, hoy epónima de una de las más importantes instituciones de educación primaria del municipio, la Escuela “Juana Josefa Vargas”, ubicada al oeste de la ciudad en el sector Cristo Rey.

De la maestra Juana Josefa Vargas, en octubre de 1964 escribió en el periódico Región, el escritor Witremundo Pérez Salomón un trabajo especial, que en esta ocasión, a propósito del Día del Maestro publicamos para recordar a esta eximia ciudadana. En su trabajo relata W. Pérez Salomón, que:

“Pocos son los educadores considerados místicos de la pedagogía y la enseñanza cabal, sin esperar retribución alguna; y pocos han sido como Juana Josefa Vargas, los que se pueden considerar abanderados de esa mística magisterial, pues ella dio lo mejor de su vida, o casi toda su vida a la enseñanza, recibiendo como premio una tardía pensión de retiro y los sinsabores y malquerencias por su honestidad y decoro, hasta que la desgracia de una enfermedad fatal la privó de la vida y privó a los vallepascuenses de sus sabias enseñanzas y de sus sabios consejos,

Fue la primera normalista, la primera maestra graduada que dirigió un colegio federal en Valle de la Pascua, el cual todavía existe: la Escuela “Francisco Lazo Martí”, en compañía de las meritorias educadoras, doña América Sosa de Ramírez, Lourdes Camero Ramírez y otras. Fue la ductora de las recordadas educadoras: Antonieta, Graciela y Ana Teresa Zamora, las hermanas Rodríguez, Cristobalina Ortiz y otras tantas damas que siguieron los pasos de la señorita Juana Josefa Vargas, transitando el camino de la enseñanza y la formación de conciencias.

Fue una mujer excesivamente amable y sensible, ajena a todo rencor, apasionada con las amistades y profundamente religiosa y humana. En ella no cabía ninguna expresión que hiciera dudar de su honestidad, honorabilidad y recia personalidad, porque a la par que sensible y humana, tenía el reproche justo y sincero en el momento preciso, con su charla amena y cordial. La singular decisión en sus apreciaciones obligaba a respetar sus opiniones en todas las cosas de la vida social, donde por fuerza y costumbre le tocaba intervenir. Los que la conocieron de cerca y vivieron a su lado invocando su protección y nutriéndose de su sabiduría con sus sanos y sabios consejos, hoy recuerdan con cariño su ejercicio como ejemplar ciudadana, maestra insigne y consejera espiritual moral...

Para perpetuar la memoria y el ejercicio magisterial de Juana Josefa Vargas, en 1960 por disposición del Ministerio de Educación, un Grupo Escolar que funciona en esta población fue distinguido con su nombre: “Juana Josefa Vargas”... grabado en letras eternas, que ni el tiempo, las malquerencias, las mezquindades o el egoísmo podrán borrar jamás”.

La señorita Juana Josefa Vargas fue hermana de la señorita Juana Cecilia Vargas, vivía en la calle Descanso entre las calles Atarraya y González Padrón, frente al cine Royal.

Felicidades a los maestros vallepascuenses, guariqueños y venezolanos en su día...

*Cronista del Municipio Infante / UNESR. / fhernandezg457@gmail.com

miércoles, noviembre 29, 2017

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Pedro Infante: recordando su visita a Valle de la Pascua en el centenario de su nacimiento… (18/11/1917 – 2017).

miércoles, noviembre 29, 2017 Jose Obswaldo Pérez 3 comments
A finales de los años cuarenta y durante la década de los cincuenta del siglo XX, en el Teatro Manapire de Valle de la Pascua y en otros espacios de la ciudad, se presentaron muchos artistas nacionales e internacionales, entre otros: los mexicanos Pedro Infante, Javier Solís, y Los Panchos; la vedette puertorriqueña La Tongolele, y los venezolanos, Ángel Custodio Loyola, Alfredo Sadel, Lila Morillo y Los Torrealberos, Rafael Montaño, siempre acompañados de artistas de la localidad.

FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR/Cronista del municipio Leonardo Infante
felipehernandez457@yahoo.com
El 18 de noviembre de 2017 se cumplieron cien años del nacimiento de gran mito de la música y el cine mexicano y latinoamericano, Pedro Infante, cantante y actor nacido en Guamúchil, Mazatlán (Sinaloa) el 17 de noviembre de 1917, murió el 15 de abril de 1957 a la edad de 39 años, en un misterioso accidente de avión piloteado por él.
La conmemoración de su nacimiento no solo se celebra en México, sino también en Venezuela donde tuvo y aún tiene tantos fans, puesto que la música mejicana durante muchos años, estuvo sembrada en el corazón de los venezolanos. Las canciones de Pedro Infante sonaban en las miles de rockolas diseminadas en los bares y botiquines de los pueblos y carreteras, así como, en las pocas radios que existían en el país en los años cincuenta, al igual que las canciones de Jorge Negrete, Agustín Lara, Miguel Aceves Mejías, Javier Solís, Antonio “Tony” Aguilar, Lola Beltrán, Lucha Villa, y otros tantos.
A finales de los años cuarenta y durante la década de los cincuenta del siglo XX, en el Teatro Manapire de Valle de la Pascua y en otros espacios de la ciudad, se presentaron muchos artistas nacionales e internacionales, entre otros: los mexicanos Pedro Infante, Javier Solís, y Los Panchos; la vedette puertorriqueña La Tongolele, y los venezolanos, Ángel Custodio Loyola, Alfredo Sadel, Lila Morillo y Los Torrealberos, Rafael Montaño, siempre acompañados de artistas de la localidad.
Pedro Infante durante su desempeño como actor y cantante, varias veces estuvo en Venezuela. Caracas, Maracay, San Juan de los Morros, Villa de Cura, Valle de la Pascua, Las Mercedes del Llano y Tucupido estuvieron entre las ciudades donde se presentó, y además de cantar, dio serenatas, interactuó con los lugareños y se divirtió.
En cuanto al tiempo histórico, corrían los meses finales del año 1948, en el país los fuertes rumores del golpe de Estado que se gestaba contra el gobierno del presidente Rómulo Gallegos era un tema de conversación cotidiano en las esferas del mundo político nacional, golpe de Estado que se materializó el 24 de noviembre de 1948, cuando Gallegos es traicionado por su ministro de Guerra, Carlos Delgado Chalbaud. En el Guárico, la visita de Pedro Infante y de tantos otros artistas nacionales e internacionales coincide con la llegada de las compañías petroleras a la entidad, tiempo cuando se iniciaron una serie de cambios en los modos de vida y en el paisaje de los pueblos del oriente del Guárico, primero en El Sombrero y luego en Las Mercedes del Llano, Valle de la Pascua, Tucupido y Roblecito.
De la estancia del artista en Valle de la Pascua, se recuerda que ello ocurrió el 7 de noviembre de 1948, fecha en que fue inaugurado el Teatro Manapire. Vino contratado por el administrador del cine, Armando Ubieda, para que actuara como figura estelar, dada su condición de artista de moda, famoso y con una gran afición en toda Venezuela. En sus presentaciones la receptividad del público era espectacular, sobre todo por la sencillez y humildad que irradiaba a través de sus cálidas interpretaciones. En la memoria colectiva pervive el nombre de Eleazar Higuera, hombre popular, llamado cariñosamente “Loro”, quien acompañó y sirvió de guía al actor y cantante y al trío Janixio en sus actuaciones y aventuras por la ciudad, por Las Mercedes del Llano y Tucupido.
Infante se hospedó con los integrantes del trío durante una semana en la pensión “Coromoto” de doña Carmen Pumar. Aquello era un jolgorio, gran cantidad de aficionados y público en general se concentraba al frente de la posada para verlo y saludarlo. Desde allí, en la camioneta del dueño del cine Royal, José Rafael Álvarez, Eleazar Higuera lo llevó a Tucupido y a Las Mercedes del Llano. Pedro Infante cobraba por cada presentación, Bs. 5.000,00, una verdadera fortuna para ese entonces, que permite inferir la prosperidad que vivían estos pueblos.
Cada noche, al terminar la presentación en el cine, Higuera lo llevaba junto con los integrantes del trío Janixio a recorrer los bares del pueblo. Una noche lo invitaron a dar una serenata, solicitud que aceptó muy gustoso, yéndose con su trío a cantarle a una bella joven vallepascuense de nombre María Álvarez, quien vivía por la calle Retumbo. Tal era el espíritu bohemio y aventurero del artista, que llegó a amanecer en una esquina del centro de La Pascua, cantando y bebiendo con los amigos. En sus paseos por la ciudad se percató del tipo calzado que usaban los vallepascuenses, las típicas alpargatas, indagando donde podía comprar unas, le informaron que en la esquina de El Camarín, en la pulpería de don Silvestre Olivo. Dado su espíritu despreocupado, se quitó los zapatos y se fue caminando en medias hasta la citada bodega. Un par de alpargatas costaba Bs. 3.50. Muchos llegaron a mirarlo caminando por las calles centrales del pueblo, vestido con una franela y calzado con sus alpargatas.
Rememora María Lorena Guevara Armas (2016): “…Pedro Infante estuvo en Valle de la Pascua. Mi mamá y mis tíos contaban cuando vieron al famoso cantante mexicano caminar por la plaza Bolívar y la calle Atarraya. Mi mamá jamás olvidó que lo vio, en la esquina de la Iglesia, ponerse unas alpargatas que le habían regalado…”; y Efrén H. Hernández López (2015) dice: “Mi tío, Arturo López Infante… relata que cuando vino Pedro Infante a Valle de la Pascua, se sentó en las escaleras del cine Manapire y le regaló un cigarrillo a una persona de apellido Pellicer que era contemporáneo con mi tío…”.
En Las Mercedes del Llano, Pedro Infante pidió prestada una bicicleta y se fue a dar una vueltecita por los lados de la plaza Bolívar, acompañado de una multitud de personas que le seguía, dándole vivas y pidiéndole autógrafos.
En Tucupido lo esperaban sus aficionados con ansiedad. Una noche Eleazar Higuera lo llevó junto con el trío Janixio. Ante una multitud que colmaba el cine América, regentado el señor Cherubini, el famoso cantante fue presentado. Un excelente espectáculo, el público aplaudía a rabiar cada vez que finalizaba de interpretar sus famosas canciones rancheras y boleros-rancheros tan de moda en ese momento, entre otras: Amorcito corazón, Cielito lindo, Flor sin retoño, Historia de un amor, La Calandria, Tu solo tú, Angelitos negros, Las mañanitas, Entre copa y copa, Cien años, Carta a Eufemia, Paloma querida, Tu enamorado, Mi cariñito, la genta emocionada aclamaba ¡Otra! ¡Otra! ¡Otra! Y el charro mexicano, emocionado seguía cantando: Aunque me cueste la vida, El mil amores, La cama de piedra, Camino de Guanajuato, y muchas otras… Terminada la presentación, el cantante se fue con la gente del pueblo a dar serenatas. En un establecimiento a donde llegó con su séquito de aficionados, le regalaron un litro de aguardiente claro “El Carmen”, un limón y un poco de sal, tomó un poco de estos ingredientes en el dorso de su mano y echándose un trago exclamó: ¡Esto es mejor que tequila!
En el centenario del ídolo, los vallepascuenses, mercedenses y tucupidenses que disfrutaron sus presentaciones en noviembre de 1948, le recuerdan no solo por poseer una imponente presencia física, sino también por lo que transmitía a través de su voz. Con su carisma y sencillez podía darle el tono adecuado a una canción con sentimientos de "fiesta, enojo, o tristeza", condición que ha trascendido aún después de muerto y que se resume en: “Saber interpretar. No es cantar una canción que se diga de memoria y no digas nada".

viernes, octubre 27, 2017

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El maestro don Simón Rodríguez... A 246 años de su nacimiento



Por FELIPE HERNÁNDEZ G.
Cronista Oficial de Municipio Infante/UNESR/ Valle de la Pascua

Nacido en Caracas el 28 de octubre de 1771, el maestro don Simón Rodríguez fue un niño expósito, siendo sus padres adoptivos, don Cayetano Carreño y doña Rosalía Rodríguez, quienes lo acogieron en su seno y le dieron sus apellidos, aunque posteriormente renunció al apellido paterno ―Carreño―, lo formaron en la fragua de los mejores venezolanos de la época; creciendo bajo el cuido y la protección del párroco Juan Rafael Rodríguez, hermano de doña Rosalía, quien no solo veló por la educación en los primeros años de vida del insigne personaje, sino que además fue su guía espiritual y social. Cuando se cumplen 246 años de su nacimiento, vale recordar la reflexión que sobre el insigne maestro escribió el historiador y ensayista, don Mariano Picón Salas (1993): “Don Simón ---hay que confesarlo---- fue un poco excéntrico y de su genialidad emanan siempre destellos de extrañeza y locura...”.
Su nombre de pila era Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez. Como se dijo antes, se educó bajo la tutela del cura José Rafael Rodríguez. La Caracas de ese entonces contaba con una población de 25.000 habitantes aproximadamente y había negros y mulatos por doquier. Simón Rodríguez era blanco. En mayo de 1791 ―cuando ya tenía 21 años― el Cabildo de Caracas le dio un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. En esta escuela tuvo la oportunidad de ser el tutor del futuro libertador, Simón Bolívar. A don Simón siempre le disgustó el racismo y por defender a los pobres le retiraron la escuela que fundó y donde estudiaron los hijos de las mejores familias de la época, junto a pobres que no podían pagar, y a quienes don Simón pagaba de su magro sueldo. Vivía en una casa con su esposa María de los Santos Ronco, su hermano Cayetano con su esposa e hijos, esclavos y demás que llegaban a 19 personas. A don Simón, tampoco nunca le gustaron los españoles. En Venezuela Simón se dio cuenta que los hispanos desdeñaban el agua y el jabón y Caracas, por la suciedad, se la pasaba en una eterna epidemia. Además los españoles eran crueles y libidinosos.
Para los venezolanos, como escribió José de Oviedo y Baños, y más adelante J.L. Salcedo Bastardo, José Gil Fortoul, Augusto Mijares, Reinaldo Rojas y otros, “no había garantías individuales” y al que le encontraban un libro se exponía a la cárcel, a los latigazos en público y hasta a la pena de muerte. El gobernador Francisco de Cañas y Merino tenía por costumbre raptar a los menores de edad y esconder a las niñas robadas con las que se saciaba en la casa de un tal José Montesinos. El obispo Fray Mauro de Tovar les daba cuerazos a las mujeres si le eran infieles al marido. Las desnudaba y las azotaba por las calles de Caracas, después las hacía presas. De noche no podían salir los mestizos, los indios, los mulatos, los pardos. La crueldad la sintió Simón Rodríguez en carne propia cuando ajusticiaron a José María España y lo descuartizaron. Don Simón que participó en esa conspiración (la Conspiración de Gual y España en 1797), huyó de Venezuela, tenía 26 años, después de haber formado a Bolívar. En Kingston–Isla de Jamaica, cambió su nombre por el de Samuel Robinsón. Recorrió a América del norte y toda Europa, menos España, que le traía muy malos recuerdos. En 1853 emprendió su último viaje rumbo a Lima-Perú, al lado de su hijo José, y de Camilo Gómez, un compañero de este. La muerte lo sorprendió el 28 de febrero de 1854, con 84 años de edad, en el caserío de Amapote, a orillas del río Chira. Hacia 1925 sus restos fueron trasladados al Panteón de Perú, y en 1954 al Panteón Nacional de su natal Caracas.
En otro orden de ideas, sobre los vínculos de Simón Rodríguez con el Guárico, vale recordar que su madre putativa (puesto que fue un niño expósito), doña Rosalía Rodríguez, era natural de El Sombrero donde nació, al igual que su hermano, el presbítero Dr. Juan Rafael Rodríguez. Doña Rosalía murió en Santa María de Ipire en 1799 o 1800, en su hato Mahomito.
Su nombre es recordado en nuestro país, porque distintas instituciones educativas, calles, plazas, parques y avenidas llevan con orgullo su nombre... a ello se suma la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), creada a través del Decreto Presidencial Nº 1.582 de fecha 24 de enero de 1974, emitido por el Presidente de la República, Dr. Rafael Caldera “con la finalidad de contribuir con el desarrollo integral de Venezuela...”, decreto publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 30.313 de fecha viernes 25 de enero de 1974, firmado por el Presidente de la República y el Ministro de Educación, doctores Rafael Caldera Rodríguez y Enrique Pérez Olivares, respectivamente. De la UNESR en el Guárico existen tres Núcleos, en las ciudades de San Juan de los Morros, Valle de la Pascua y Zaraza, así como algunas extensiones en otras poblaciones del Guárico, y la Estación Experimental La Iguana en el municipio Santa María de Ipire.
En cada uno de sus núcleos la UNESR forma ciudadanos con espíritu creativo, capaces de participar activa y efectivamente en la construcción de una sociedad libre, democrática, participativa, dinámica y equilibrada, inscrita en las ideas y preceptos de su epónimo, quien como educador, escritor, ensayista y filósofo, amen de tutor y mentor del Libertador Simón Bolívar, y al igual que don Andrés Bello, fue un visionario defensor de la educación pública y de la modernidad.

REFERENCIAS
AQUINO D. Manuel. (1996): Los Rodríguez de Don Simón. San Juan de los Morros: El Nacionalista, martes 09 de abril de 1996. p. 6.
HERNÁNDEZ G. Felipe. (2009): El Maestro Don Simón Rodríguez / Familiares y parientes en el Guárico Colonial. Caracas: UNESR. Dirección de Desarrollo Profesoral.
HERNÁNDEZ G. Felipe. (2009): (2007): El Núcleo Valle de la Pascua de la UNESR. Apuntes históricos. Valle de la Pascua: Talleres A.C. Estampas Llaneras, SRL.
RODRÍGUEZ, Argenis. (1996): Simón Rodríguez en Caracas. San Juan de los Morros: El Nacionalista, martes 02 de abril de 1996. p. 6.


Correo del autor:felipehernandez457@gmail.com

sábado, agosto 19, 2017

La cineasta Margot Benacerraf en el Guárico en 1956

El historiador señala que la artista Margot Benacerraf logró atrapar un tiempo y un espacio vivencial en Santa Rita y Cabruta en Guárico; y en Caicara del Orinoco en Bolívar, tres poblaciones de la Venezuela de 1956. 

FELIPE HERNÁNDEZ G.
UNESR / Cronista del Municipio Infante
fhernandezg457@gmail.com

Venezuela no olvida ni las cualidades innegables de sus hijos, ni su ejemplarizante conducta. Hoy 14 de agosto, la nación recuerda con afecto el natalicio de Margot Benacerraf, ocurrido el año 1926, destacada figura del cine venezolano, tanto por su obra cinematográfica, como por su trabajo como gestora cultural e impulsora del séptimo arte. Su formación fue producto de sus estudios realizados en la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el título en Filosofía y Letras (1947) y su formación sobre cine la obtiene en el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de la ciudad de Paris-Francia. Pionera del cine venezolano y latinoamericano, sus dos películas más conocidas son del género documental, “Reverón” y “Araya”, la primera sobre el pintor de la luz y la segunda, registra el trabajo que día a día realizaban los trabajadores de las salinas de Araya en el Oriente de Venezuela. Por Araya fue premiada en Cannes en 1959. Gran dama del arte, fue fundadora de la Cinemateca Nacional en 1966 y de Funda-visual Latina, institución que se encargó de promover el arte audio-visual en el país, también formó parte de la Junta Directiva del Ateneo de Caracas con el apoyo incondicional del escritor Gabriel García Márquez. En 1995 le fue otorgado el Premio Nacional de Cine y en 1998 el gobierno francés le confirió la Orden al Mérito en primera clase.
Su viaje al estado Guárico: A principios del mes de mayo de 1956 (a entradas de agua), Margot Benacerrat, acompañó en un viaje por los llanos del Guárico al folklorista y musicólogo Luis Felipe Ramón y Rivera y a su esposa, la etnomusicóloga Isabel Aretz. De sus peripecias por estos caminos de Dios, realizando trabajos de campo, investigando, grabando, filmando, tomando fotos y recogiendo datos, se conservan registros de su visita a los pueblos de Santa Rita de Manapire y Cabruta en el estado Guárico y de Caicara de Orinoco en el estado Bolívar. Los testimonios son un reflejo de la vida en los llanos del Guárico a mediados del siglo XX, cuando el país vivía la transición de rural a urbano, en los últimos años de la dictadura del Gral. Marcos Pérez Jiménez.
Refiere la cineasta, que la inspiración para recorrer los llanos del Guárico le nació cuando fue con el Gordo Pérez al pueblo de Ortiz, donde se escribió Casas Muertas;… en el año 1955; deseaba reencontrar el pueblo del cual escribió Miguel Otero Silva. Ese año hizo el guión de Casas Muertas con Miguel Otero… Entonces fue cuando conoció a Isabel Aretz, y le dije: “Isabel necesito recorrer un poco Venezuela…”.

En Santa Rita y Cabruta el portafolio se adentra en la cultura llanera a través de composiciones donde se percibe… la espontaneidad y la inspiración de cantores de tonos del velorio de cruz y la pose premeditada. En ese sentido, el escritor Eduardo Planchart Licea, en el libro titulado: Margot Benacerraf, Diario Visual y Entrevistas. Caracas: Fundef. 2006. Informa que “las fotografías evidencian la intención de acercarse al lenguaje corporal, a la indumentaria y al proceso participativo de la grabación musical llevada a cabo por Luis Felipe Ramón y Rivera. Entre gestos, ropas ligeras, espacios y tiempos rituales queda documentada la celebración de la Cruz de Mayo en 1956… los contenidos simbólicos se evidencian en las fotografías que describen la creación y parafernalia del altar de la población de Santa Rita. Destaca la vestidura de la cruz con flores de papel que asocian la cruz a la crucifixión. Se está también ante algunos momentos importantes del ritual, los rezos nocturnos, que enmascaran el ancestral anhelo de vencer la muerte a través de la vigilia, pues el sueño y el dormir son metáforas de la muerte; el vencerlos equivale a recuperar por un instante la inmortalidad propia del tiempo mítico”.
De la travesía por los llanos del Guárico describe el paisaje de Cabruta, población ubicada a orillas del Orinoco, erigida como puerto de embarque y un paso natural para cruzar el río. Señalando, que Cabruta es un pueblo entre llano y agua, espacio de tránsito de botes, lanchas y lanchones. Entre sus fronteras internas deambulan rostros que van y vienen, y mantiene una tradición vinculada a la pesca.

El esfuerzo investigativo del diario vivir de esos pueblos se transformó en un eterno presente para develar los secretos de su gente, presencias emblemáticas del pueblo de Santa Rita de Manapire, como la de Juan Rivero y su misterioso toque de guarura, los tonos de velorio y los cantos de ordeño tocados por músicos llaneros hasta hoy anónimos, entre ellos: Pedro Lara, Juan Leal, Emiliano Aponte, José Esteban Ortiz y Belisario Matos; o el retorno del hacer demiurgico que hace brotar de la arcilla pimpinas, tinajas, vasijas y ollas, de manos de la alfarera Simona Lara, en Caicara del Orinoco, guariqueña nacida en Santa María de Ipire.

Cabría preguntarse qué importancia tiene esta información de hace más de medio siglo, cuando Santa Rita y Cabruta en Guárico aún no eran poblaciones conocidas por sus campamentos de pesca, o Caicara del Orinoco como lugar de encuentro de culturas y de mineros. El valor está relacionado con la restitución del pasado de estas poblaciones, y con la reafirmación de sus raíces culturales y espirituales, puesto que rescata la memoria visual y oral de un tiempo que se había olvidado. Son puntos de vista de hace más de medio siglo, personajes que con sus miradas y acciones abren las ventanas a historias y memorias silenciadas entre llanos, montes y ríos.

A través de estas miradas, la artista Margoth Benacerraf logró atrapar un tiempo y un espacio vivencial en Santa Rita y Cabruta en Guárico; y en Caicara del Orinoco en Bolívar, tres poblaciones de la Venezuela de 1956. Constituye un recorrido realizado por accidentadas carreteras de tierra o por inexistentes caminos en el Guárico de ese entonces, donde cada viaje realizado consumía semanas nada más para llegar al sitio deseado, para fotografiar y tomar testimonios orales que podrían considerarse acercamientos documentales… Refiere la artista: “Fueron viajes largos, todo era camino de tierra y pasábamos días, semanas, recorriéndolos. De este viaje lo que más recuerdo es el paso de Cabruta atravesando el Orinoco en su zona más estrecha”… Refiere que la primera noche durmieron en Cabruta, “si es que dormimos, porque era bastante inclemente la cosa. Y después fuimos a Caicara, atravesamos el Orinoco, que era la parte más estrecha, entramos a Bolívar; era principios de mayo del 56…Dormimos en Cabruta; al amanecer nos fuimos en la camioneta, pero nos paramos en Caicara, siguiendo el itinerario, donde nos encontramos con una alfarera que conversó con Isabel [Aretz]; también con una artesana de Caicara, con sus pelos canosos y sus manos encallecidas por dar forma al barro, en unas fotos está sola, y en otras con Isabel… Esos niños de Caicara son catiritos, catiritos la mayoría, no sé si es por el sol o por los viajeros que pasan y eran cargadores de agua…”.

La diversidad de la información expuesta es una fuente de conocimiento de un tiempo y espacio que van más allá de las escuetas anotaciones de un diario de viajes,… pues ella nos enfrenta a un fragmento de la realidad del paisaje y de la gente de Santa Rita de Manapire y Cabruta de manera directa, puesto que resume lo que era la vida en ese momento en esos pueblos en las cercanías del Orinoco; las lavanderas, los cantores, la pesca y la construcción de las casas, cuatro cosas esenciales… y la bomba de gasolina de Cabruta. Relatos e imágenes que nos adentran y recuperan un fragmento de una Venezuela y del Guárico que logró subsistir al voraz paso del tiempo.

lunes, julio 10, 2017

Los sucesos del 5 julio de 1811 en el Guárico


Por DR. FELIPE HERNÁNDEZ G*

Los pueblos del Guárico fueron de los primeros en apoyar la gesta emancipadora iniciada en Caracas el 19 de abril de 1810, y al igual que otras regiones declaradas en rebeldía, sufrió las consecuencias de la derrota republicana ocurrida en 1812. La población de entonces no se detuvo en su propósito independentista, se congregaron y escogieron los diputados; luego se reunieron el 2 de mayo de 1811, en un congreso de notables. Estos constituyentes enfrentaron valerosamente conceptos y principios sembrados por la corona española para controlar la sociedad colonial. Aquellos hombres dieron legalidad a la Independencia, la cual recogieron en un acta donde estamparon sus firmas y posteriormente, redactaron la primera Constitución de Venezuela, con la cual nace la Primera República.
Un buen número de los firmantes de la Declaratoria del 5 de Julio de 1811 provenían de las distintas regiones y/o provincias que constituían la Capitanía General de Venezuela, muchos de ellos murieron como mártires de la libertad en plena guerra. Otros alcanzaron a vivir lo suficiente para prestar apreciables servicios a la Gran Colombia y luego, a la República, después de 1830. Algunos se extinguieron en la oscuridad y de otros se pierde el rastro vital... sus nombres están escritos al pie de la Declaratoria de Independencia. De ellos, dos procedían de los Llanos del Guárico. El párroco Salvador Delgado, natural de Calabozo y diputado por Nirgua, y el doctor Juan Germán Roscio Nieves, natural de San Francisco de Tiznados y diputado por Calabozo.
El Guárico durante la Guerra de Emancipación nacional pertenecía a la Provincia de Caracas, en ese período en su suelo y en sus llanos se escenificaron permanentes combates. Los primeros pronunciamientos de emancipación se produjeron en las poblaciones de Calabozo y Chaguaramas. A los pocos días de la firma de la Declaración de Independencia en Caracas, el 5 de julio de 1811, el Cabildo de la Villa de Todos los Santos de Calabozo se pronunció apoyándola. El cuerpo edilicio de esa ciudad, con su presidente, Juan Vicente Delgado, que además era justicia mayor, el alcalde Miguel Antonio Mirabal y los regidores: Juan Manuel Bermúdez, José Antonio Hurtado, Pedro Antonio Camacho y el síndico José Revenga dieron cumplimiento a lo resuelto y proclamaron la Independencia, según la orden del Supremo Poder Ejecutivo. El acta de la sesión del Cabildo dice: “Reconocer la Soberanía y Absoluta Independencia que el Orden de la Divina Providencia ha restituido a las Provincias Unidas de Venezuela, libres y exentas para siempre de toda sumisión y dependencia de la Monarquía española…”. Del Guárico salió como diputado por Calabozo Juan Germán Roscio, quien a su vez redacta el Acta de la Independencia.
Francisco Herrera Luque en “la historia verídica, fabulada y verosímil” Boves “El Urogallo” (1975:98-99), relata que: “El 5 de julio de 1811 fue el día fijado en todas las provincias de la Capitanía General de Venezuela para declarar la Independencia. En Calabozo, como en Caracas y en Valencia, hubo fiestas y jaranas a granel. José Tomás Boves, entusiasta como ninguno, tenía preparada una bandera tricolor con una leyenda que decía "Viva la Patria", que colgó a la entrada de su tienda. En la puerta misma de su casa disparaba cohetes y servía aguardiente ayudado por Juan Caribe y el indio Eulogio.
— ¡Que viva la independencia y abajo los chapetones!... —clamaba lleno de júbilo. Arrieros y caporales entraban en su pulpería. A todos alegre, invitaba: — ¿se echa un palito, Ño Domingo? —le decía a un zambo viejo, o —venga pa' acá, mi hermano, para que disfrute de un cocuy que me mandaron de El Tocuyo.
En la Plaza Mayor de Calabozo la banda municipal tocaba desacompasados aires marciales. En lo alto del ayuntamiento una nueva bandera, amarilla, azul y roja, sustituía la amarilla y gualda de España...”.
Otro testimonio importante lo aporta el canónigo José Cortés de Madariaga, en su Diario de un viaje por el Río Negro, Meta y Orinoco, de regresó, el 15 de agosto de 1811 hizo una parada de varios días en Calabozo, dejando constancia del regocijo que halla en este pueblo, donde lo recibieron con palmas y vítores. También se admiró del recibimiento que le hicieron en Guayabal, donde durante su visita “celebraron la declaración de independencia con bailes y fiestas públicas”.
El coronel de ingenieros Pedro Aldao, comandante de la plaza de San Fernando de Apure, para celebrar la firma del Acta de la Independencia, organizó una fiesta campestre, con música, fuegos artificiales y carne asada, en el lugar que llamaban “Playa Caracas” (hoy Puerto Miranda), frente a San Fernando de Apure, río de por medio, en territorio guariqueño. Para perpetuar el patriótico hecho, Aldao hizo sembrar numerosos arbolitos de samán, para que creciesen frondosos como la patria que se estaba creando. Aldao murió heroicamente defendiendo a Calabozo de los ataques de José Tomás Boves, en el Paso de San Marcos, el 8 de Diciembre de 1813. Boves hizo colocar su cabeza frita en aceite en la Plaza Mayor de San Fernando, para escarmiento de los patriotas apureños y de sus habitantes.
En 1812, el realista Eusebio Antoñanzas ordenó a sus tropas incendiar el pueblo de Ortiz y aterrorizar a sus habitantes por su adhesión a la causa patriota. J.O. Pérez (2003), escribe sobre el terrible suceso: Fue una de las etapas más oscuras del pueblo orticeño. Se cometieron las mayores atrocidades a mujeres, niños y hombres por parte del ejército realista. Sus cuarteles se establecieron en la localidad como centros estratégicos para enfrentar la “Sublevación” de los patriotas, liderizados por Simón Bolívar… Este hecho histórico –después de la quema del pueblo- causó entre los habitantes un permanente vaivén de angustias y miedo con la entrada y salida de los ejércitos realistas. No obstante, la población se une a la causa independentista, cuyas adhesiones favorables a Bolívar comienzan a oírse desde el púlpito de la iglesia Santa Rosa de Lima.
En el Oriente del Guárico el patriotismo y la adhesión a la causa independentista de sus habitantes, fue emblemática desde 1810. En Santa María de Ipire, el hacendado Vicente Siso se presentó ante la Junta Suprema “ofreciendo para el servicio de la patria todos sus bienes, persona y la de sus hijos don Felipe y don Luis José, también una compañía de caballería que unida a dos que hay en el pueblo formen un escuadrón, el cual uniformará y armará a sus expensas, proporcionando de cuartel una de las casas grandes que allí posee”. La Junta convino y se constituyó en Milicias de Blancos de Santa María de Ipire con don Vicente Siso como comandante. Apunta A. Rodríguez (1998): “Hasta los indígenas de la región se pronunciaron contra el Rey en Santa María de Ipire, probablemente muchos de los que acompañaban a Pedro Zaraza y a los Monagas en sus luchas”.
Según la tradición oral, también en Chaguaramas se produjo un fervoroso pronunciamiento a favor de la Declaración de Independencia, llegándose a acuñar una medalla de oro con la inscripción siguiente: Chaguaramas. 1811. Libertad. Los pueblos del Guárico no escaparon a la insaciable sed de sangre del asturiano José Tomás Boves, su capellán, el Pbro. José Ambrosio Llamozas expone que “…en los campos de batalla y en los pueblos pacíficos se cometieron por su orden horrores de los que hay pocos ejemplares…”. Como uno de los oficiales de Antoñanzas, Boves se incorporó con este al ejército de Monteverde. Con la guerra de Independencia, José Tomás Boves se transfiguró, llegando a simbolizar al mismo Lucifer, desolando a Venezuela con degollinas efectuadas al son del “piquirico”, famoso joropo de entonces. Al igual que otras regiones de la provincia de Caracas y las demás provincias declaradas en rebeldía, el Guárico sufrió las consecuencias de la derrota republicana ocurrida en 1812.

*UNESR/Cronista oficial del municipio Leonardo Infante
fhernandezg457@gmail.com

jueves, mayo 04, 2017

Boulevar de la calle Guasco en Valle de la Pascua

jueves, mayo 04, 2017 Jose Obswaldo Pérez
Por Felipe Hernández G
Un boulevard o bulevar es una calle ancha con un paseo central y árboles y arbustos a ambos lados. La palabra aparece en el argot urbanismo en el siglo XVIII en París, Francia con la idea de circundar determinados lugares. Luego comienza a utilizarse con más frecuencia bajo el Segundo Imperio francés (1852-1870) con el Barón Haussmann que los propuso como una política de ventilación e iluminación urbana. En Valle de la Pascua hay tres boulevares, a saber, el de la plaza Bolívar, construido en el año 1983 en ocasión de conmemorarse el bicentenario del nacimiento de nuestro Libertador; el Guasco y más recientemente, el boulevard “Julián Moncado” ubicado en la calle Providencia, sector La Baranda, construido e inaugurado por el alcalde Pedro Loreto el 10 de septiembre del año 2014.

En cuanto al boulevard “Juan Santiago Guasco” fue diseñado como una calle modelo por el Arq. Luis Guillermo Díaz, está ubicado casi al final de la calle Guasco, este, antigua calle El Sol, es una estructura de adscripción pública, cuyo ente administrador, custodio y responsable es la Alcaldía del municipio Leonardo Infante del estado Guárico. Fue construido durante la gestión del alcalde Edgar Martínez Ferrer (1996-2000), siendo gobernador del estado Guárico, el Dr. Rafael Emilio Silveira. Es un corredor vial que abarca una cuadra de la citada calle Guasco, en el espacio comprendido entre la calle 23 de Enero y la avenida Libertador. Está compuesto de dos aceras espaciosas de concreto y cuadros de piedra picada, ubicadas a lo largo del segmento, con caicos intercalados cada dos metros aproximadamente y una serie de bancos también de concreto, para el descanso y el solaz de los vecinos y transeúntes, colocados a intervalos regulares, al igual que las jardineras ricamente ornamentadas con ficus, acacias, laureles y otras plantas y dos viejas samanes situados al frente de la vivienda de la familia Seijas, que además de embellecer el lugar, le dan verdor, esplendor y frescor a los espacios.

El proyecto inicial de la obra establecía que el boulevard se extendería por cinco cuadras, iniciándose en la calle 23 de Enero y se prolongaría hasta la calle Atarraya, donde se uniría al boulevard de la plaza Bolívar (Enrique González dixit), comunicando la plaza Bolívar, la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, la Alcaldía y la Sociedad Socorro Mutuo con la Laguna del Pueblo, lamentablemente solo se alcanzó a realizar apenas una cuadra de la obra proyectada.

El boulevard nunca fue inaugurado oficialmente, pero desde sus inicios se convirtió en un lugar de encuentro para los habitantes del sector y de otros lugares de la ciudad. Es un lugar estratégico, por su ubicación, aledaña al centro de la ciudad, en la zona se encuentran establecidos algunos comercios, destacando entre otros: GS Alta Peluquería, Óptica 2000 CA, Oficina Contable, una sucursal de la Panadería Nina’s y otros establecimientos comerciales que están en sus inmediaciones, entre ellos, la Clínica La Candelaria, agencias de loterías, comercio de especies, ventas de periódicos y revistas, talleres mecánicos, así como la Escuela “Francisco Lazo Martí” y una cancha techada frente al parque infantil, atravesando la calle, en la esquina noroeste de la Laguna del Pueblo.

Partiendo en línea recta desde ese lugar se llega a la Alcaldía Municipal, la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, la plaza Bolívar y en general al centro de la ciudad. En sus inmediaciones se localizan el Parque Infantil “23 de Enero”, la Laguna del Pueblo y la emblemática ceiba de la calle Guasco... El Parque Infantil “23 de Enero” se construyó durante la gestión como presidenta del Concejo Municipal de la Dra. Haidée Ruiz de Ortega, por iniciativa del señor Miguel Montilla, quien en 1986 recogió firmas entre los vecinos para que se construyera un parque en un terreno vacuo que había en el sector.

Un hecho histórico de mucha importancia se desarrolló en sus inmediaciones el 24 de junio de 1831, cuando el Presidente de la República, general José Antonio Páez y el general José Tadeo Monagas se reunieron bajo unos jabillos ribereños en un lugar cercano a la Laguna del Pueblo, para dirimir las diferencias entre el caudillo oriental y el Presidente Páez, ante las pretensiones de Monagas y otros caudillos en dividir la República y crear la República de Oriente. Fue un encuentro exitoso y feliz, por cuanto ahí fueron canceladas las diferencias entre los dos líderes, lo cual llega hasta la actualidad, puesto que la actual República Bolivariana de Venezuela es la misma que creó el Gral. José Antonio Páez al separarla de la Gran Colombia en octubre de 1831.

Algunas familias que tienen sus viviendas en el boulevard Guasco son las siguientes: Seijas, Correa García, Contreras, Buyón, Montilla, Quiaro, Guerra, Abreu Rengifo, Fernández Ledezma, Silva, González, entre otras.

El boulevard constituye una permanente invitación a los vallepascuenses y visitantes a que vallan y lo disfruten en compañía de familiares y amigos... Mención especial a las siguientes personalidades del sector, quienes gentil y desinteresadamente ofrecieron sus testimonios y vivencias, entre otros, la muy diligente subsecretaria de la Concejo Municipal infantino que puso mucho empeño en la búsqueda de información Abog. e Ing. Azarel Ledezma, Sr. Enrique González, Sra. Doraida Fernández, entre otros vecinos del sector...

Felipe Hernández es Cronista del Municipio Infante, historiador y profesor universitario UNESR.
fhernandezg457@gmail.com

martes, abril 18, 2017

El 19 de Abril de 1810... tan glorioso...

martes, abril 18, 2017 Jose Obswaldo Pérez
El 19 de abril de 1810 se constituyó un nuevo gobierno que buscaba controlar a la provincia y satisfacer demandas de una mayor participación política y libertades económicas, pero en el contexto de una profunda crisis de la monarquía española, de la cual formábamos parte desde hacía 300 años


Por Felipe Hernàndez G
A la creatividad y fervor patriótico de la escritora Blasina de Blanchard le debemos el himno sobre tan importante fecha patria, cuya primera estrofa dice: El 19 de Abril tan glorioso / en la historia de la humanidad / y sus hijos lanzaron el grito: / ¡Libertad, libertad, libertad!... En torno a tan importante efeméride, los historiadores y estudiosos del histórico acontecimiento han creado las más diversas y controversiales interpretaciones de lo que ocurrió ese día. La más conocida y difundida, es aquella que nos enseñaban en las aulas de clase de las escuelas y colegios, según la cual: “El 19 de abril de 1810 se inició el proceso de independencia de Venezuela, razón por la cual cada año lo conmemoramos como una fiesta nacional”.

Más recientemente se han planteado nuevas interpretaciones, las cuales señalan que, si bien es cierto que los hechos que ocurrieron el 19 de abril de 1810 desencadenaron en un proceso que condujo a la declaración de la independencia absoluta de España el 5 de julio de 1811, también es cierto que no se puede asegurar que este haya sido el propósito inicial de los participantes en los acontecimientos de aquel recordado jueves santo.

Quienes así piensan, consideran que lo que se planteó hace más de 200 años, fue una vocación autonomista frente a la crisis que vivió la monarquía española a partir de 1808, producida por el amenazador control de la península por parte de las fuerzas militares francesas al mando de Napoleón Bonaparte, la ilegitimidad del Consejo de Regencia y la desigual representación de las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810, sin que ello representara o tuviese como aspiración romper con los vínculos del rey legítimo de España e Indias, don Fernando VII.
Considérese que el Capitán General de Venezuela desde enero de 1809, Vicente de Emparan y Orbe, fue objeto de un golpe de Estado el 19 de abril de 1810, como culminación de una conspiración que se venía fraguando desde diciembre de ese mismo año.

En esa fecha se realizó un cabido abierto y se le propuso al capitán general de la Provincia de Venezuela que renunciara y él, luego de consultar a los congregados en la Plaza Mayor de Caracas, aceptó al manifestar que tampoco quería el mando. Acordada la renuncia o destitución del capitán general, se procedió a designar una Junta Suprema con el emblemático nombre de Preservadora de los Derechos de Fernando VII. Lo que no aceptaba la oligarquía caraqueña porque era estar subordinada a Napoleón Bonaparte, quien había invadido a España en 1808 y mantenía prisionero al Rey español. En ningún momento durante el cabildo se mencionó la palabra independencia.
Esta interpretación no se refiere únicamente a los hechos ocurridos en Caracas y las principales ciudades de la Capitanía General de Venezuela, sino que permitiría explicar el movimiento juntista y las diferentes manifestaciones de adhesión y lealtad que se expresaron en la mayoría de las provincias americanas entre 1808 y 1810, como respuesta a la disolución de la Junta Suprema Central ---que contemplaba la participación de representantes americanos---- y al establecimiento del Consejo de Regencia. Ideas que mantienen además, una estrecha relación con el discurso pactista que se había plasmado en 1808 y que se retoma nuevamente dos años más tarde, según el cual, en ausencia del Rey, la soberanía regresa a los pueblos, de allí que las juntas americanas se declaran defensoras de los derechos de Fernando VII.

José de las Llamozas y Martín Tovar y Ponte quedaron al frente de dicha junta, la cual tomó dos decisiones relevantes: 1) Elección del Congreso Nacional, hecho consumado en marzo de 1811. Una vez electo designó el triunvirato de Cristóbal Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón y fue el que sesionó el 5 de julio, cuando sí se declaró la Independencia de Venezuela; 2) Se creó la Sociedad Patriótica con el fin de fomentar la industria y la agricultura; sin embargo, se convirtió en un escenario de candentes deliberaciones políticas, habida cuenta de que era liderada por Francisco de Miranda y contaba con la enérgica participación del fogoso joven Simón Bolívar.

El 19 de abril de 1810 se constituyó un nuevo gobierno que buscaba controlar a la provincia y satisfacer demandas de una mayor participación política y libertades económicas, pero en el contexto de una profunda crisis de la monarquía española, de la cual formábamos parte desde hacía 300 años, sin que ello, al menos en ese momento, tuviese como propósito inmediato la declaración de la independencia absoluta de España, acontecimiento que ocurrió unos meses después: el 5 de julio de 1811.

UNESR-Cronista del Municipio Infante – Valle de la Pascua
felipehernandez457@yahoo.com

sábado, abril 08, 2017

La Semana Santa en Valle de la Pascua

sábado, abril 08, 2017 Jose Obswaldo Pérez

Felipe Hernández G.
UNESR-Cronista del Municipio Infante – Valle de la Pascua
felipehernandez457@yahoo.com

La Semana Santa es para quienes profesamos la fe católica, un tiempo en el cual se impone reflexionar, conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Un período de intensa actividad litúrgica en las diversas confesiones cristianas. Se inicia el Domingo de Ramos y finaliza con el Domingo de Resurrección. Una tradición que si bien no se ha perdido, hoy por hoy ha dejado de ser lo primordial, dándole paso al disfrute de unas vacaciones comunes.

Como es tiempo para la oración y la reflexión, con todo lo que está aconteciendo en el país, debemos pedir por nuestra Venezuela tan golpeada y abandonada, en ningún caso y pese a todo, no debemos perder la esperanza en el porvenir, de que saldremos adelante, con fe, trabajo y constancia. En ese sentido, los guariqueños debemos dar gracias a Dios y pedirle por un Guárico próspero, seguro, para que en nuestro terruño consigamos las oportunidades para seguir adelante, así como poder tener la mejor Venezuela.

En Valle de la Pascua, como ciudad mariana que es, la Semana Santa siempre ha sido motivo de regocijo popular, expresado en devoción, respeto, religiosidad y alegría espiritual. Son días consagrados a la fe cristiana, en ese orden, algunos testimonios dejados por don Lorenzo Rubín Zamora (Valle de la Pascua, 07/11/1898 – †Caracas, 28/08/1987) en su obra“Tres etapas de Valle de la Pascua” (1978), refieren los actos religiosos que se desarrollaban en la ciudad durante esos días en la primera mitad del siglo XX, en ese sentido señala:

Los pasos, que eran las procesiones de las imágenes de los santos que se llevaban en perfecto orden y veneración. El Domingo de Ramos era destinado a la adoración de Jesús en el Huerto, una imagen que pertenecía a don Obdulio Pedrique, que era arreglada muy hermosamente por su esposa, doña Úrsula de Pedrique y demás familiares, antes de conducirla muy temprano a la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria y sacarla en procesión por la tarde, regresándola a su casa ya entrada la noche, después de cumplida la ceremonia ritual.

El Lunes Santo correspondía a la procesión de Jesús en la Columna, una impresionante imagen propiedad de don Jesús María Istúriz, que luego de arreglada también era llevada a la Iglesia, para cumplir la misma ceremonia que la imagen anterior... El Martes Santo, se hacía la precesión de la Humildad y Paciencia, santo que pertenecía a doña Juana Contreras de Simoza, quien vivía en la calle Cujialito... “la imagen conmovía por su triste aspecto, cubierto de sangre por las tantas heridas y golpes que representaba, y la tristeza infinita que demostraba...”. El Miércoles Santo le correspondía al Sagrado Nazareno, propiedad de doña María Bastidas y sus familiares, la hermosa imagen se exhibía por las calles de la ciudad, mostrando sus padecer y dejando un ambiente de misticismo. Ese día, muchas personas vestían hábitos morados e iban descalzas y con aspecto compungido. El Jueves Santo, después del Te Deum al que asistían las familias principales de la ciudad, el sacerdote colocaba las llaves de sagrario al jefe civil o al presidente del Concejo Municipal, tal como se estilaba. Luego era sacada la procesión del Santo Cristo, una hermosa escultura española que pertenecía a la Iglesia y que reposaba a la izquierda del altar mayor. Los arreglos estaban a cargo de la familia Escobar... El Viernes Santo era el último paso, que correspondía al Santo Sepulcro, propiedad de doña Reyes de Pedrique, era conducido a la Iglesia para en la noche salir en procesión hacia El Calvario, los fieles llevaban una vela encendida en un farolito de papel. El Calvario era una hermosa edificación construida por el padre Juan Santiago Guasco... dicha edificación se encontraba al norte de la Iglesia, en el sitio de Marbalito...

En las referidas procesiones también era llevada la imagen de La Dolorosa, descrita como una imagen tipo farol con la cara y las manos artísticamente construidas por un escultor en tiempos de la colonia. La imagen pertenecía a los herederos de doña Eugenia Arévalo de Zamora, quienes la conservaban en su residencia y se ocupaban de arreglarla con costosos y vistosos trajes traídos de España. Tal era el fervor religioso de los vallepascuenses, que a las tres de la mañana del Domingo de Resurrección, ya la Iglesia estaba llena de fieles que iban a presenciar los oficios religiosos que clausuraban los días de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Para la Semana Santa de 2017, la Diócesis de Valle de la Pascua, conjuntamente con la Parroquia Catedral Nuestra Señora de la Candelaria y las demás iglesias y capillas de la ciudad, han preparado una extensa programación que se inicia el jueves 06 de abril, con la Celebración Penitencial en la Catedral, para continuar el sábado 08: Viacrucis Arciprestal Juvenil desde la Catedral hasta la iglesia La Milagrosa. Domingo 09: Misa y bendición de ramos... Lunes 10: Confesiones, Misa y Precesión con Jesús atado a la columna... Martes 11: Misa Crismal, presidida por el obispo, Mons. Ramón José Aponte Fernández en concelebración con el Presbiterio Diocesano... confesiones y procesión con Jesús de la Humildad y Paciencia... Miércoles 12: Misa y procesión en honor a Jesús de Nazareno... Jueves 13: Celebración de la Última Cena del Señor, confesiones, lavatorio de pies, procesión al monumento y adoración al Santísimo Sacramento... Viernes 14: Día de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor –día de ayuno y abstinencia---, confesiones y procesión con la imagen del santo Sepulcro... Sábado 15: Confesiones, traslado de la imagen de la Virgen Dolorosa, regreso de la imagen del Santo Sepulcro a la Catedral, bendición del agua y celebración de la Vigilia Pascual... Domingo 16 de abril de 2017: Misa de Resurrección... Propicia la ocasión para reflexionar y compartir en familia.



jueves, marzo 30, 2017

José Manuel Celis... Cronista popular

jueves, marzo 30, 2017 Jose Obswaldo Pérez

Por Felipe Hernández G.
UNESR-Cronista de Valle del Municipio Infante – Valle de la Pascua
felipehernandez457@yahoo.com

El profesor José Manuel Celis Pereira nació en Valle de la Pascua el 24 de marzo de 1944; el mismo terruño desde donde el 08 de marzo del 2011 partió a otras dimensiones, cuando contaba con 67 años de edad. Estuvo casado con la maestra Caridad Rojas, con quien procreó a sus hijos, José Manuel, Manuel Alejandro, Maira y otros.

El profesor José Manuel Celis fue hijo de Esther Antonio Celis y Yolanda Pereira. Hermano de las maestras Alicia, Yajaira, Omaira Celis Pereira, entre otros. Sus primeros estudios los realizó en su ciudad natal en el Grupo Escolar “Rafael González Udis”, luego la secundaria la cursó en el Liceo “José Gil Fortoul”. Su vocación la encausó hacia la docencia, lo que le llevó a desempeñarse como profesor “de historia, que aprendió en la escuela de la vida y en las numerosas lecturas que realizó” (E. Malaspina dixit) y de otras materias, en los pueblos de El Sombrero (Liceo “Alberto Isaac Padra”), en Valle de la Pascua (Colegio “Juan Germán Roscio”) y en Las Mercedes del Llano (Liceo “Pedro Itriago Chacín”).

En el Colegio “Juan Germán Roscio”, institución fundada y dirigida por el siempre caritativo, afable y gratamente recordado padre Rafael Chacín Soto, supo ganarse el aprecio y la confianza no sólo del citado Padre Chacín, sino además de los profesores Alnardo Salazar Olivieri, Aníbal Matute, Eney y Rafael “Lito” Silveira, Samuel Mejías, Iván Ferrer, Guillermo Aragort, entre otros meritorios educadores que también laboraron en ese histórico colegio.

Miembro de la Sociedad Socorro Mutuo, fue cronista popular y escribía en los diarios locales, El Nacionalista, Jornada y otros periódicos. El único libro que escribió fue el poemario:Hojas al viento, en el que relata la existencia y todas sus circunstancias posibles, alegres y tristes, a través del prisma del recuerdo y la nostalgia. Por otro lado, define acertadamente la poesía como la mejor forma de expresión para quien ama la vida y todas las cosas que la rodean, y remata: “La poesía es el lenguaje del alma, sobre todo de un alma romántica y soñadora como la mía”.
Siempre apoyó fervorosamente las iniciativas culturales y folclóricas que se emprendieron en el municipio Leonardo Infante y en otros pueblos del oriente del Guárico, se recuerda su consecuente estímulo al Festival Nacional “Panoja de Oro”, al Festival Nacional Folclórico Infantil “Cantaclaro”, entre otros eventos culturales.

En ocasión de su fallecimiento, el doctor Edgardo Malaspina, quien fue su alumno en Las Mercedes del Llano, escribió lo siguiente: “... gran amigo de Las Mercedes, fue docente por largo tiempo en nuestro pueblo, hizo muchos amigos y participó activamente en los festivales de música criolla. Su infaltable presencia en nuestros eventos culturales para apoyarnos con su experiencia y capacidad organizativa, nos hizo considerarlo, sencillamente, como un mercedense más”.

Celis afirmaba que el nombre de su poemario significaba que el viento los llevaría a otros derroteros. Unos versos de su poema “Cuando caiga la tarde”, bien pudieran servirle de epitafio:

Yo me quiero morir cuando caiga la tarde
en la quietud dormida de una tarde serena,
al arrullo del canto del pájaro en su nido,
a la sombra de un árbol de ramas florecidas
donde a mi oído apenas llegue el rumor del viento,
trayéndome el sonido de olas en la playa
o el lejano rumor de lluvia en los tejados
o el ruido cantarino de la brisa que peina
esa grama encendida de mi llano infinito.

Para la posteridad quedan sus escritos dispersos en distintos periódicos o en manos de particulares... Los que le conocimos, le recordamos en sus sitios predilectos, junto con el maestro Juvenal Bolívar en la esquina de la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria, frente a la plaza Bolívar, o en la puerta de la Sociedad Socorro Mutuo junto al también recordado sastre, don Gustavo “Gustavito” González...

El Prof. Celis fue un docente dinámico, de verbo fácil y siempre presto a establecer el mejor contacto con el alumnado. El 09 de marzo de 2016, el Prof. Samuel Mejías escribió lo siguiente: “Recordado amigo, el tiempo ha transcurrido rápidamente desde tú partida, siempre recordamos tus ocurrencias y verdades, ya que fuiste una persona directa, eso demuestra que dejaste huellas que el inexorable tiempo no podrá borrar”.


jueves, marzo 23, 2017

La abolición de la esclavitud en Venezuela, a 163 años del 24 de marzo de 1854

jueves, marzo 23, 2017 Jose Obswaldo Pérez

Entre los antecedentes de la abolición de la esclavitud en nuestro país se puede señalar, que el 9 de julio de 1816 el Libertador Simón Bolívar publicó un decreto en Ocumare de la Costa ofreciendo la libertad de los esclavos que abrazaran las armas de la República.






Por Felipe Hernández G.
Unesr-cronista de Valle del municipio Infante – Valle de la Pascua
felipehernandez457@yahoo.com



La esclavitud definida internacionalmente como la situación en que se halla el individuo sobre el cual se ejercen los atributos del derecho de propiedad, se aplica a una gran variedad de formas históricas diferentes, que van desde el cautiverio primitivo hasta la trata de negros de épocas más recientes.

Durante la colonia, la corona española prohibió la esclavitud de los indios, en cambio, permitió la introducción de negros esclavos, cuya venta monopolizaron los portugueses durante el siglo XVI. El tráfico de esclavos se inició en Venezuela a principios del siglo XVII, con cuatro mil negros africanos. Dos alemanes de la compañía de los Welsares lo hicieron con Carlos V y Felipe II permitió también nuevas ventas. El año 1692 Martín Guzmán compró a Carlos II el monopolio de la venta de negros en Venezuela por espacio de cincuenta años.

Entre los antecedentes de la abolición de la esclavitud en nuestro país se puede señalar, que el 9 de julio de 1816 el Libertador Simón Bolívar publicó un decreto en Ocumare de la Costa ofreciendo la libertad de los esclavos que abrazaran las armas de la República. El decreto decía así: “Considerando que la justicia, la política y la patria reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza, he venido a decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados. Considerando que la República necesita de los servicios de todos sus hijos, tenemos que imponer a los nuevos ciudadanos las condiciones siguientes: “Artículo primero: Todo hombre robusto desde la edad de catorce años, se presentará en la parroquia de su Distrito a alistarse en las banderas de Venezuela, veinticuatro horas después de publicado el presente decreto”... “Artículo cuarto: los parientes de los militares empleados en el ejército libertador gozarán de los derechos de ciudadanos y de la libertad absoluta que les concede este decreto de la República de Venezuela”.
La disposición surtió sus efectos en las regiones cacaoteras de Río Caribe, Carúpano y Cariaco, de numerosa población esclava.

Bolívar llegó a Ocumare de la Costa inmediatamente después de su expedición de Los Cayos (1816) que le permitió iniciar el tercer período de la República y terminar para siempre con el dominio español. Para esta expedición el Libertador contó con la ayuda del general Alejandro Petión, Presidente de Haití y del almirante Luis Brión. El año 1816 fue de gran porvenir para los patriotas pues regresaron al país numerosos oficiales que se había refugiado en las Antillas. Se fortaleció la unidad patriótica, se integraron las guerrillas diseminadas y aisladas después del fracaso republicano de 1814 y se ganaron batallas que pusieron en manos de los patriotas todo el Oriente y la región de Guayana. En su mensaje al Congreso de Angostura, Bolívar volverá a insistir sobre la libertad absoluta de los esclavos.

A lo antes expuesto, le siguió la aprobación el 19 de julio de 1821 de la Ley de Manumisión de los Esclavos, presentando en el Congreso de Cúcuta por su presidente, el doctor José Félix Restrepo luego de haber sido discutido en varias sesiones. La citada ley que fue promulgada en la edición 116 del “Correo del Orinoco” del 13 de octubre de 1821, consideraba libres los hijos de las esclavas que nacieran desde el día de la publicación de la ley en las capitales de provincia. Establecía la obligación para los dueños de esclavas, de educar, vestir y alimentar a los hijos de éstas, pero los hijos, en recompensa debían indemnizar a los amos de sus madres los gastos de su crianza con obras y servicios hasta la edad de 18 años. Preveía la ley que si antes de cumplir esa edad, quisieran los padres, los parientes y otros extraños sacar al niño o joven de esclava del poder del amo de su madre, pagarían lo concerniente. Prohibía la venta de esclavos fuera de su jurisdicción así como la introducción de esclavos al país de la manera que fuese.

Se estableció un fondo para la manumisión consistente en el gravamen de un 3 por ciento al quinto de los bienes de los que morían dejando descendientes legítimos de un 3 por ciento del total de los bienes de aquellos que morían dejando herederos colaterales y un 10 por ciento del total de los bienes de los que morían dejando herederos extraños. Estos fondos los colectaba una junta llamada de manumisión compuesta del primer juez del lugar, el cura, dos vecinos y un tesorero nombrado por el gobernador del cantón. Cada año y durante los días 25, 26 y 27 de diciembre la dicha junta le daba libertad a los esclavos que podía de acuerdo con sus fondos.

Después de 1830, dentro de los movimientos políticos que surgieron en la República soberana, hubo quienes alzaban con miras electorales la bandera abolicionista de la esclavitud. Así los adversarios de la dinastía de los Monagas animaban la subversión contra el gobierno, prometiendo a los esclavos su libertad. Pero José Gregorio Monagas, presidente de Venezuela durante el período 1851-1855, arrebató a los oligarcas esta bandera y decretó la abolición de la esclavitud en todo el territorio nacional.

Fue precisamente el 24 de marzo de 1854, que el estadista barquisimetano Simón Planas llevó a feliz término el decreto de José Gregorio Monagas que disponía la libertad de los esclavos. Al efecto, se destinó la cantidad de tres millones de pesos para pagar una indemnización a los amos de todos los esclavos. 40.000 de ellos entraron entonces a figurar como nuevos ciudadanos libres de la República. La manumisión fue el acto de mayor trascendencia del régimen de José Gregorio Monagas. De ese acontecimiento histórico, este 2017 se cumplen 163 años...


miércoles, marzo 15, 2017

Doña Josefa Arzola de Camero… “La chinga Arzola”… caritativa dama de la sociedad Vallepascuense y guariqueña.

miércoles, marzo 15, 2017 Jose Obswaldo Pérez

Doña Josefa Arzola González de Camero: 
La Chinga Arzola o La Doña
FELIPE HERNÁNDEZ G.

DOÑA JOSEFA ARZOLA DE CAMERO, mejor conocida como La Chinga Arzola y La Doña, nació en Valle de la Pascua el 19 de marzo de 1936, ciudad donde también murió el 09 de abril de 2001, cuando apenas tenía 65 años… descendiente de los del Hoyo y Arzola, fue la hija menor del matrimonio de don Ángel Rafael Arzola y doña Josefa Antonia González, siendo además hermana de Josefina, casada con Nino Riera, Juanita, casada con Filiberto Armas Salazar, Carmen Cecilia de García, casada con Miguel García, América, casada con Pedro Guzmán, y Rafael Ángel Arzola González, casado con Elsa Salazar de Arzola.
Doña Josefa Arzola de Camero (La Chinga Arzola) fue casada con el señor Facundo Camero Velásquez, exitoso productor agropecuario, dirigente del Partido Social Cristiano Copei, secretario de la cámara del Concejo Municipal del distrito Infante en los años cincuenta, escritor, conferencista y gobernador del estado Guárico entre los años 1979 y 1980, durante la gestión como Presidente de la República del Dr. Luis Herrera Campins. Fue doña Chinga, una dama caritativa, amante del progreso, comprometida con la gente humilde y con las causas nobles y justas. Devota cristiana y católica practicante.
De la unión de doña Chinga con don Facundo Camero, nacieron sus hijos: Rita Mercedes Camero Arzola, casada con el médico veterinario y profesor del IUT de los Llanos, Eleazar Garnica; Ángel Guillermo, casado con la maestra Marlene Moreno de Camero; Eufracia Cecilia, casada con el productor agropecuario, Gregorio Campagna Rubín, y Ana Beatriz, casada con el comerciante y productor agropecuario, Guillermo Párraga Laya. Entre sus propiedades se contaban el hato El Caribe, en jurisdicción del caserío Apamate, y de otro hato en el sitio de La Peña.
Junto con don Facundo, fueron compadres del Dr. Luis Herrera Campins, de quien gozaron del aprecio y cariño, siempre que su apretada agenda se lo permitía, el Presidente Herrera Campins los visitaba y se hospedaba en su casa, también gozaron del aprecio de connotados políticos nacionales, entre otros del exgobernador del estado Guárico, José Antonio Malavé Risso.
Mujer de principios, comprometida y solidaria, luchadora incansable contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, son recordadas sus acciones y su arrojo para ayudar a los perseguidos políticos... muchas veces expuso su seguridad y la de su familia para esconderlos y protegerlos. Recuerda su hija Eufracia Cecilia, que en una oportunidad tenía escondido en su casa de la calle Las Flores al perseguido de la dictadura, Teodomiro Loreto, enterada que la Seguridad Nacional venía a allanar su vivienda, en una acción desesperada, mientras los gendarmes tocaban la puerta, ella lo maquillaba y disfrazaba de mujer, logrando sacarlo a través de un solar vecino hacia otro escondite... en otra ocasión, al mismo Teodomiro Loreto, lo escondió en una nevera y lo envió en una camioneta para que lo escondieran en una finca en jurisdicción de Espino.
En cuanto a su vida pública, doña Chinga a la muerte de la maestra Clara Matos Arzola, asumió la dirección del semi-internado que ésta abnegada docente había fundado en el caserío Sanjonote de la Montaña; Escuela Rural donde estudiaban semi-internos los niños y niñas de escasos recursos económicos de la comunidad, de caseríos vecinos y de Valle de la Pascua. Debido a que los recursos asignados por el Estado a través del Ministerio de Educación siempre eran insuficientes, doña Chinga para mantener la Escuela, solicitaba al comercio y a instituciones públicas y privadas, suministros de comida y útiles para los estudiantes y para adquirir otros faltantes de la institución.
Como Primera Dama del Estado Guárico, por su bondad y don de gente, logró conquistar el aprecio de muchas personas en su natal Valle de la Pascua y demás poblaciones de la entidad. Tanto era el aprecio, que en San Juan de los Morros, un barrio que ayudó a formar y consolidar, brindándole apoyo a sus habitantes, en gratitud en el año 1990 lo bautizaron con su nombre: Barrio “La Chinga”.
Amiga de los amigos, mucha gente la recuerda en las poblaciones guariqueñas. Fue copeyana toda su vida, gozó de la leal y sincera amistad del Presidente Luis Herrera Campins, del gobernador José Antonio Malavé Risso y de otros dirigentes nacionales, regionales y locales de esa organización política, que la llevaron a ocupar cargos en el partido Copei y a ser candidata a la Alcaldía del Municipio Leonardo Infante el año 1990. Su residencia en Valle de la Pascua, en la calle Retumbo, entre las calles El Roble y Cinco de Julio. Quinta “Madrecita”.
A continuación se transcribe una nota periodística escrita el 27 de enero de 1997, fecha en que el Expresidente de República, Dr. Luis Herrera Campins, se encontraba en Valle de la Pascua, visitando a sus compadres, el exgobernador del estado Guárico, don Facundo Camero Velásquez y a su esposa, la Chinga Arzola, la nota dice:
Asistí junto con mi esposa, doña Josefa Arzola de Camero, a un acto solemne en la Plaza Bolívar de Chaguaramas, acompañado del Presidente y Senador Vitalicio, Dr. Luis Herrera Campins. Un acto florido, alegre, concurrido y a la vez sencillo, donde se conmemoraban los 176 años de la muerte del Libertador y un año más de la existencia de la población. El Orador de Orden fue el joven oficial del Ejército, General de Brigada Miguel Díaz Fraile, nativo de ese municipio y vinculado a honorables hogares vallepascuenses… Hubo condecoraciones a distintas personalidades, con la Orden Manuel Cedeño, el “Bravo de los Bravos”. Pero una de las facetas que más embelleció, fue la publicación del libro que bautizamos con el Alcalde Carlos Jiménez, titulado “Notas Ancestrales de un pueblo: Chaguaramas”, escrito por el cronista Rafael Castillo García...
El nombre de La Chinga Arzola se mantiene vivo en el recuerdo de los vallepascuenses, de quienes fueron sus siempre amigas incondicionales, entre ellas: Maritza de Michelangelli, Isolina Arzola, Yolanda Camero, Juliana Gamarra, Kiralba Graterol, Sonia Charaima, etc.

*Cronista del Municipio Infante / UNESR.
felipehernandez457@yahoo.com

miércoles, enero 11, 2017

A 157 años de la muerte de Ezequiel Zamora, el general del Pueblo Soberano (10 de enero de 1860-2017).

Ezequiel Zamora, General del Pueblo Soberano, (Cúa, estado Miranda, 1º/02/1817—San Carlos, estado Cojedes, 10/01/1860), estratega militar y primer líder de los movimientos sociales en el siglo XIX venezolano, fue uno de los principales protagonistas de la Guerra Federal (1859-1863) que propugnaba una extensa reforma agraria a favor de los campesinos. Su asesinato se produjo el 10 de enero de 1860, a consecuencia de un disparo traicionero que se le hizo desde el campanario de la iglesia, cuando se encontraba en la plaza mayor de la ciudad de San Carlos de Austria, asediando a los restos derrotados del ejército conservador. Refiere el historiador J.M. Siso Martínez, que: “Durante las acciones preliminares para la toma de la plaza... recibe un balazo en la cabeza que le causó la muerte. La causa queda en el misterio. Algunos dicen que la bala salió de su propio campo, obedeciendo órdenes de Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco”.

Jefe indiscutible del Ejército Federal, Zamora hizo de la guerra entre los conservadores y liberales un amplio movimiento popular liberador, que levantaba las banderas de la liquidación de la oligarquía y la entrega de la tierra a los campesinos. Los historiadores, entre otros, Federico Brito Figueroa y Adolfo Rodríguez, le han atribuido cualidades propias de héroe popular: valentía, constancia indomable y horror a la oligarquía. Dedicado originalmente al comercio de víveres, su relación con el pueblo le hizo comprender el descontento social ante la crisis económica que asolaba al país desde la guerra de la independencia y, acogiendo las propuestas de Antonio Leocadio Guzmán, se une a él, convirtiéndose en el Jefe regional de los liberales.

El 7 de septiembre de 1846, Zamora se alza en Guambra, proclamando las consignas “Tierra y hombres libres” y “Respeto al campesino y desaparición de los godos”, lo que le haría ganar la devoción popular y el nombre de “General del Pueblo Soberano”. Bajo la dirección de Ezequiel Zamora, la campaña del Ejército Federal condujo a sucesivas derrotas de los godos en 1859. El 10 de diciembre de ese mismo año, en la batalla de Santa Inés (estado Barinas), quedaron diezmados los conservadores, y se abrió el camino hacia Caracas y la victoria definitiva. Después de Santa Inés, Zamora se dirigió hacia el centro del país a través de Barinas y Portuguesa, pero antes de aproximarse a Caracas resolvió desalojar a los restos conservadores de la ciudad de San Carlos.

Durante las acciones para la toma de la plaza, mientras dirigía una operación de aproximación a las trincheras enemigas, recibió un balazo en la cabeza disparado por un francotirador colocado en el campanario de la iglesia. Se afirma, que el asesinato de Zamora fue producto de una conjura fraguada por la oligarquía conservadora, que se valió de una traición dentro de las filas liberales.

Su inesperado deceso cambió el rumbo favorable que llevaba la guerra para los federalistas y produjo la pérdida de quien para muchos fue uno de los más importante líderes populares del siglo XIX venezolano. Sus restos fueron trasladados a Caracas y colocados en la iglesia de la Santísima Trinidad, actual Panteón Nacional, el 13 de septiembre de 1872.

“No habrá pobres ni ricos, no habrá esclavos ni amos, no habrá poderosos ni desdeñados; a partir de ahora, todos seremos hermanos y nos trataremos de igual a igual, como hermanos”, fue la proclama más emblemática que, poco antes de ser asesinado, dejó por escrito el general Zamora. Tras la muerte de Zamora, el liderazgo federalista recayó principalmente en Juan Crisóstomo Falcón y Juan Antonio Sotillo.

*UNESR/Cronista del Municipio Leonardo Infante
felipehernandez457@yahoo.com

miércoles, octubre 19, 2016

Fusilamiento de Manuel Piar

miércoles, octubre 19, 2016 Jose Obswaldo Pérez 1 comment
Felipe Hernández G

El patriota venezolano Manuel Carlos Piar nació en Willemstad, Curazao el 28 de abril de 1774. El año 1811 se unió a Miranda y continuó la lucha tras la capitulación de éste en 1812. En 1814 destituyó a Simón Bolívar y se convirtió en jefe del Ejército Libertador hasta que fue derrotado por Boves en Cumaná. Su ambición por el poder lo enfrentó a Bolívar, quien lo hizo fusilar el 16 de Octubre de 1817, en la Plaza de Angostura (hoy Ciudad Bolívar), luego que un Consejo de Guerra presidido por el almirante Luis Brión lo sentenció a la pena máxima por el delito de lesa patria, conspiración y deserción. Tenía apenas 43 años.

Jalones importantes de su trayectoria militar a favor de la independencia son las batallas libradas en El Morro de Valencia, Pantanero, Güiria, Maturín, Los Magueyes, Los Corocillos, Cumanacoa, Barcelona, Carúpano, El Juncal, Valle de la Pascua (25 de abril de 1814), Paso del Caura, Puga y finalmente la Batalla de San Félix.

Piar con la Guayana en sus manos y tan solo por vencer a las sitiadas Angostura y Guayana La Vieja, entregó a Bolívar el mando de sus tropas para que continuase la campaña, pero Bolívar lo relegó y la urdimbre de la intriga envolvió al vencedor de Chirica, viéndose obligado a separarse del Ejército. No obstante, ya separado, los rumores sobre la inconformidad de Piar y sus presuntos manejos conspirativos llegaron por vía de José Francisco Bermúdez a los oídos del Libertador, quien envió a Manuel Cedeño por su captura en Aragua de Maturín. Más tarde el General Carlos Soublette recibió orden de instruir el proceso “por los crímenes de insubordinados a la autoridad suprema, de conspirar contra el orden y tranquilidad pública, de sedicioso y últimamente de desertor”.
El 14 de octubre de 1817 se iniciaron las diligencias y una vez dictado el auto de proceder, Bolívar nombró el Consejo de Guerra presidido por el almirante Luis Brión... Como fiscal actuó Carlos Soublette y defensor el teniente coronel Fernando Galindo. El 15 de octubre el Consejo lo condenó por unanimidad a ser pasado por las armas y Bolívar confirmó la sentencia sin degradación. Llevado al patíbulo, Piar oyó con desprecio la sentencia. Por dos veces se arrebató con violencia el pañuelo con el que quisieron taparle los ojos y finalmente cuando el pelotón recibió la orden de disparar se abrió la esclavina y gritó: ¡Viva la Patria! Como intentando ahogar con aquella exclamación el ruido implacable de la descarga. El cadáver de Piar fue sepultado en el cementerio El Cardonal de Angostura. Jamás se supo de sus restos.

El 17 de octubre de 1817, Simón Bolívar, jefe supremo de la República de Venezuela, dirige una proclama a los soldados del Ejército Libertador explicando el proceso y ejecución de la sentencia de muerte contra el General, Manuel Piar. “¡Soldados! Ayer ha sido un día de dolor para mi corazón. El General Piar fue ejecutado por sus crímenes de lesa patria, conspiración y deserción. Un tribunal justo y legal ha pronunciado la sentencia contra aquel desgraciado ciudadano, que embriagado con los favores de la fortuna, y por saciar su ambición pretendió sepultar la patria entre sus ruinas. El general Piar a la verdad, había hecho servicios importantes a la República y aunque el curso de su conducta había sido siempre el de un faccioso, sus servicios fueron pródigamente recompensados por el Gobierno de Venezuela...”.

En 1828, en Bucaramanga, Bolívar volvió a justificar el fusilamiento expresando: “La muerte de Piar fue una necesidad política. Fue un golpe de estado que aterró a los rebeldes y aseguró mi autoridad. Nunca ha habido una muerte más útil, más política”, Eso dijo Bolívar.

*Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante
felipehernandez457@yahoo.com

domingo, abril 12, 2015

La muerte del Gral Joaquín Crespo en la Mata Carmelera

domingo, abril 12, 2015 Jose Obswaldo Pérez 2 comments
Con la muerte de Crespo en 1898 se cierra un apasionante capítulo de la Historia de Venezuela, caracterizado por lo violento de la vida política nacional, termina la hegemonía del Liberalismo Amarillo y desaparecen del escenario todos los partidos venezolanos del siglo XIX, los cuales van a resurgir con fuerza, 38 años después de la muerte de Juan Vicente Gómez el 17 de diciembre de 1935. De los partidos del siglo XIX, solo el Partido Nacionalista (Par-Nac) en el Guárico intentó renacer, pero no pudo.

Foto del Presidente Joaquín Crespo
 (Autor desconocido)
Nacido en San Francisco de Cara, estado Aragua,  el 22 de agosto de 1841,  el Gral. Joaquín Sinforiano de Jesús Crespo Torres, murió en el sitio de La Mata Carmelera, estado Cojedes, el 16 de abril de 1898. Fue un militar y político venezolano, Presidente de la República en dos oportunidades: 1884-1886, y 1892-1898. Miembro destacadísimo y resaltante del Liberalismo Amarillo, fue el más fiel aliado y seguidor del Ilustre Americano, Gral. Antonio Guzmán Blanco, quien impulsó el vertiginoso ascenso de su extraordinaria carrera política, llegando a consagrarse como su sucesor político y siendo la segunda persona que ocupó la presidencia de la República por más tiempo, durante dicho período, sólo superado por el propio Guzmán Blanco.


Joaquín Crespo, se convirtió en el más poderoso caudillo de Venezuela tras el retiro político y posterior muerte de Guzmán Blanco, el 28 de julio de 1899, pasando a ejercer la presidencia durante un período de seis años, durante los cuales buscó emular el brillo del gobierno Guzmancista, pero se vio confrontado con una realidad diferente, problemas económicos, descomposición social y la decadencia del Liberalismo Amarillo, que se vio finalmente consumada durante el período presidencial de su sucesor, Gral. Ignacio Andrade, el cual él impulsó, y se estima colocó a través de un fraude electoral. Crespo, fallecería defendiendo a Ignacio Andrade en la Revolución de Queipa,comandada por José Manuel Hernández, quien fuese el candidato de oposición por el Partido Liberal Nacionalista contra Andrade y presunto vencedor real de las elecciones.


Muy vinculado a la provincia del Guárico, especialmente a los pueblos de Parapara y Ortiz, Joaquín Crespo inició su carrera militar siendo muy joven, en 1858, al alistarse en las filas del ejército federal, bajo las órdenes del coronel Jesús de Jesús González (El Agachado), Donato Rodríguez y luego Zoilo Medrano, pasando después a servir directamente a los generales Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco durante las fases finales de la Guerra Federal, siendo con el último de estos, con el que pasó a tener una muy estrecha amistad, convirtiéndose en la mano derecha y hombre más leal del gran caudillo.

El 18 de septiembre de 1864, Crespo se casó en Parapara con Jacinta Parejo. Bajo el gobierno de la Federación del mariscal Juan Crisóstomo Falcón, fue diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Guárico (1864), y diputado principal al Congreso Nacional también por el Guárico (1865-1868). Al término de su gestión como diputado toma las armas en contra de la Revolución Azul (1868-1870) destacándose como uno de los principales seguidores del presidente Antonio Guzmán Blanco, quien el 4 de diciembre de 1871 lo asciende al grado de general en jefe de los Ejércitos de Venezuela. En septiembre de 1876 Crespo forma parte del equipo ministerial del presidente, Gral. Francisco Linares Alcántara; luego de que Linares Alcántara falleciera, se unió al movimiento de la Revolución Reivindicadora encabezado por el Gral. Gregorio Cedeño, que repuso a Guzmán Blanco en el poder en 1879, para el período presidencial del Quinquenio (1879-1884). En el Quinquenio guzmancista, Crespo fue Jefe Civil y Militar de Maracay (1880) y presidente del Estado Guzmán Blanco (1882).

El 20 de febrero de 1892, desde su hato El Totumo, en jurisdicción de San Francisco de Tiznados, el Gral. Crespo lanza un manifiesto de protesta, ante las pretensiones del presidente Raimundo Andueza Palacio de modificar la Constitución y perpetuarse en el poder. El 11 de marzo de 1892 se inicia la insurrección armada de la Revolución Legalistapara derrocar a Andueza Palacio. La revolución rápidamente se propagó por todo el país, y en octubre de 1892, encabezada por Crespo (héroe del deber cumplido) entra triunfante a Caracas y toma el poder.

Con la anuencia y ayuda de Crespo, el 1° de febrero de 1897 fue elegido Presidente de la República el Gral. Ignacio Andrade en “elecciones libres” contra la figura del Gral. José Manuel Hernández "El Mocho", quien no reconoció el triunfo de Andrade y se alzó en armas con el movimiento denominado el “Grito de Queipa”: El Mocho Hernández abandonó Caracas y se internó en los llanos de Cojedes. Crespo, como protector del gobierno, salió a someterlo y el 16 de abril de 1898 cayó muerto por un certero disparo efectuado desde el campo de los insurrectos, cegándole la vida al hercúleo personaje quien iba montado sobre un caballo alazán peruano de gran alzada, con capa blanca, botas de charol, sombrero de Panamá, en el sitio conocido como La Mata Carmelera. El cadáver de Crespo fue sacado soterradamente hacia Caracas; y enterrado en el mausoleo familiar en el Cementerio General del Sur, en Caracas, donde reposan sus restos desde el 24 de abril de 1898.

Con la muerte de Crespo en 1898 se cierra un apasionante capítulo de la Historia de Venezuela, caracterizado por lo violento de la vida política nacional, termina la hegemonía del Liberalismo Amarillo y desaparecen del escenario todos los partidos venezolanos del siglo XIX, los cuales van a resurgir con fuerza, 38 años después de la muerte de Juan Vicente Gómez el 17 de diciembre de 1935. De los partidos del siglo XIX, solo el Partido Nacionalista (Par-Nac) en el Guárico intentó renacer, pero no pudo.

Al igual que muchos políticos y militares de la época, Crespo era masón, Grado 33. Muy popular entre sus soldados, quienes lo llamaban "Taita" o padre, al igual que en su época llamaron a José Antonio Páez y a José Tomás Boves. Algunos años después de su muerte, su tumba en el Cementerio General del Sur fue profanada, sustrayéndole algunas condecoraciones de su uniforme y su espada. El Gral. Crespo era abstemio, a tal punto que nunca consumió bebidas alcohólicas.


UNESR / Cronista Oficial del Municipio Infante
felipehernandez457@yahoo.com

sábado, noviembre 08, 2014

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Periodismo y cultura en Valle de la Pascua


FELIPE HERNÁNDEZ G.
Escribiendo una crónica sobre personajes y personalidades del Guárico, concluimos que esta entidad ha sido pródiga y liberal en hombres con vocación y aptitudes sobresalientes para el quehacer cultural y periodístico. En el caso de Valle de la Pascua, en su devenir es fácil encontrar honorables ciudadanos que consagraron ingenio, talento y esfuerzo intelectual al cultivo de las letras y a la exaltación de los más elevados principios y valores del espíritu. Solamente en el siglo XX, especial mención de honor merecen los nombres del Dr. Miguel Lorenzo Ron Pedrique, Gerónimo y Pedro Manuel Escobar Ramírez, el Dr. Alberto Aranguren Hidalgo, Luis Adolfo Melo Infante, Juan Rafael Martínez, el poeta José Rafael Hernández, el Br. Oscar Cobeña, el maestro Vicente Sánchez Chacín, Luisa Julieta Hernández, Parminio González Arzola, don Lorenzo Rubín Zamora, José María Álvarez Jaramillo, don Julio C. Pérez, Rafael Pellicer Viana, Juan Suárez Ávila, Prof. Guillermo Loreto Mata, entre muchos más.

Algunos de ellos pertenecieron a la Sociedad Unión y Progreso (1908), así como al Centro Bolívar (1923), organizaciones desde donde sus miembros desplegaron en el tiempo, una labor social y cultural de significativos alcances. Lamentablemente estas organizaciones, cada una en su momento, vieron truncadas sus actividades por desacertadas decisiones contrarias al quehacer cultural de los representantes del régimen gomecista en la zona.

En cuanto al periodismo local, son muchos los medios informativos que proliferaron, entre ellos perviven los nombres de “Eco Regional”, vocero de plausible labor orientadora, fundado y dirigido por el educador José María Álvarez Jaramillo; “Letras de Molde”, “La Pluma”, “La Pampa”, “El Candil” “Eco Libre” y “El Coloso”, hechuras del farmaceuta y poeta Alberto Aranguren Hidalgo. “El Turista”, “Don Quijote”, “Juan Sabroso” y “Scientia Et Labor”, periódicos fundados y editados por el poeta y farmaceuta Eladio Díaz Vargas y por el Dr. Miguel Lorenzo Ron Pedrique. “La Idea” y “Santos Luzardo”, creaciones del progresista empresario Luis Adolfo Melo; e “Ícaro”, fruto del tesonero maestro Rafael Pellicer Viana.
En la década de los sesenta, salieron a la luz pública en Valle de la Pascua, los importantes quincenarios “El Guariqueño”, editado y dirigido por el experimentado periodista, don Misael Flores, el cual reapareció en una segunda etapa. “La Hoja”, redactada por Dibén Gómez Laya; “Palestra Popular”, dirigido por don Pedro Díaz y Juan de J. Montenegro, que contaba con la colaboración del recordado periodista chaguaramero, Arturo Celestino Nadales; y “Región”, vocero dirigido por don Lorenzo Rubín Zamora, con el apoyo del profesor José Sánchez Torrealba --jefe de redacción-, César Díaz Zamora, Witremundo Pérez Salomón, y doña Mercedes Méndez Rubín de Zamora –autora de las notas sociales---. El quincenario Región cumplió una misión periodística, social y cultural importante y fecunda, y contó con la colaboración de destacados escritores de su época, entre ellos: monseñor Rafael Chacín Soto, Rafael López Castro, el Pbro. Francisco Hurtado, el poeta Ernesto Luis Rodríguez, el historiador José Antonio De Armas Chitty, Adolfo Salvi, y el Prof. Pedro Díaz Seijas.

También de la década de los sesenta, es el quincenario “Expresión” editado y dirigido por don Misael Flores. En él dieron apoyo como redactores, el periodista Pedro Antonio Gómez y el Prof. José Sánchez Torrealba.

En 1998 circuló el periódico “El Vallepascuense”, dirigido y editado por Enrique Bolívar, y como colaboradores: Prof. José Sánchez Torrealba, Dr. Luis Fernando Melo, Dr. José Antonio Ron Troconis, Dr. Carlos Eduardo Clavo, Liliana Prado de Bolívar, entre otros.

En 1992, el tesonero periodista Misael Flores vuelve con “El Reportero”, que reaparece en 2008 como periódico mensual de historia regional y local, editado por el periodista Misael Flores y Misael Esteban Flores, con el apoyo de Amalia Hitcher, Elpidio Barrades, Felipe Hernández, Jesús “Chucho” López, Jesús “Chucho Villarroel, Manuel Soto Arbeláez, Ligia López, Franklin Santaella Isaac, Lito Silveira, entre otros.

Es importante señalar, que en los interines, cuando en Valle de la Pascua no ha existido un órgano de prensa local, destacados columnistas y articulistas publicaron sus producciones en los periódicos regionales editados en San Juan de los Morros: “El Nacionalista”, “La Prensa del Llano” y “La Antena”.

En la actualidad, Valle de la Pascua cuenta con el diario JORNADA, el cual salió a la luz el 15 de diciembre de 2000, editado por José María Arias, vicepresidente: José Descarrega Nin, y como director Manuel Arias. Desde su fundación, los directores principales de Jornada, han sido: Rosa Ninoska Jansen, Rodolfo Oropeza, Andrés M. Rodríguez, Frank Reyes Solís, Kerys Granados, y en la actualidad, la diligente licenciada Betania Armenante. El staff de comunicadores lo han integrado, Freddy Arveláez (deportes), Joseíto Guerra, Frank Reyes, Franklin Rodríguez, Kerys Granados, Luis Salas, Ángel David Gómez (Taquitos de hoy), Carlos Sotillo, el equipo de Prensa de la Alcaldía de Infante, y otros; además de los colaboradores: Felipe Hernández G., Manuel Soto Arbeláez, Luis Pérez Guevara, Manuel Camero, etc.

El próximo 15 de diciembre Jornada cumple sus primeros catorce años de circulación continua, circunstancia digna de elogio, que induce a pensar muy positivamente del quehacer periodístico en Valle de la Pascua, puesto que desde el diario Jornada se irradian destellos de luz sobre todo el Guárico, y ello, amén de informar la cotidianidad y promover la cultura, significa avance para todos.

*Cronista del Municipio Leonardo Infante 
felipehernandez457@yahoo.com