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Microbiografía/ Manuel Aquino Delgado

Don Manuel y yo fuimos dos grandes amigos. Mi amistad se remonta cuando fui designado Cronista Municipal de Ortiz, cuya juramentación me tocó recibir en la XIX Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, celebrada en la Asunción, Nueva Esparta, Margarita, en el año 1990. Mi presentación estuvo a cargo de mi amigo y colega Oldman Botello, entonces cronista de la Ciudad de la Villa de Rey de San Luis de Cura.


por José Obswaldo Pérez

LA ÚLTIMA VEZ QUE CONVERSÉ con don Manuel Aquino fue para concertar un proyecto que él había sugerido durante una conversación, de esas que solíamos hacer un domingo de cada mes, cuando lo visitaba aquí en su casa y que yo, tentativamente, había titulado como Pedro Aquino: el Conde arruinado. Un personaje histórico por el cual me había fascinado y que don Manuel consideraba como su antepasado. Era un conde arruinado, endeudado con proveedores de las casas comerciales y por la entrada en vigencia de la Ley de Quita y Espera del general José Antonio Páez.

Pedro Aquino era ganadero, propietario de hatos en Tiznados, Guaitoco, Chirgua y La Soledad. Todos ubicados en la jurisdicción de Ortiz. Durante la Guerra Federal, Pedro Aquino hastiado de deudas se alzó en esos predios de Ortiz, para capitanear las banderas de la revolución. Se vino a El Sombrero, donde hizo desmanes y asaltos como el que le realizó al ganadero Juan Rodríguez Tosta. Luego pasó a Barbacoa, situándose en el sitio Cinforino, donde conformó una guardia de malhechores que, a veces, atacaba a la población de Barbacoa. Pero, las fuerzas militares de esa localidad lo rechazaron mil veces; y, en una oportunidad, le mataron a siete de sus hombres. En El Sombrero entraba cuando quería, causando alarma y temor en la población.

Pedro Aquino era de El Calvario, hijo de Félix Aquino y Petronila Mosqueda. Sus hijos fueron: Félix de la Cruz, Juan Gregorio, Agueda e Isabel Aquino y Ponte Mosquera. Murió en la Misión de Los Ángeles de Calabozo, durante unas elecciones parlamentarias. La noticia recorrió el país, hecho que celebró el periodista Juan Vicente González en el Diario de la Tarde.

Don Manuel y yo fuimos dos grandes amigos. Mi amistad se remonta cuando fui designado Cronista Municipal de Ortiz, cuya juramentación me tocó recibir en la XIX Convención de Cronistas Oficiales de Venezuela, celebrada en la Asunción, Nueva Esparta, Margarita, en el año 1990. Mi presentación estuvo a cargo de mi amigo y colega Oldman Botello, entonces cronista de la Ciudad de la Villa de Rey de San Luis de Cura y, al mismo tiempo de la hoy, Ciudad de Maracay, quien solicitó a la entonces junta directiva de la Asociación de Cronistas de Venezuela (ACV) el beneplácito para que acertarse mi incorporación en representación de un pueblo histórico como nuestra querida localidad de Santa Rosa de Lima de Ortiz. De allí trascienden muchos recuerdos y vivencias de nuestro querido don Manuel Aquino. Y, desde luego, allí nació la amistad de un hombre que dominaba, con su memoria fructífera, la historia de muchos pueblos del Guárico. Datos históricos de documentos que había leído en diferentes repositorios eran de su fácil recordación. Era como una biblioteca viviente consultada por historiadores y cronistas venezolanos.

Esa amistad estaba complementada con su afecto por nuestro querido pueblo orticeño. Y, la razón, es que los antepasados de Don Manuel eran del pueblo de Ortiz. Domínguez era un apellido de la Villa de Todos los Santos de Calabozo, que luego pasó a establecerse en Santa Rosa de Lima de Ortiz, con doña Catalina Domínguez, hija de Doña Ventura Antonia de la Santísima de la Trinidad Domínguez y Márquez[1]. Doña Catalina se casó, pues, en Ortiz con Juan Páez y de la unión matrimonial nacieron: Demetrea, Juana Inés y Froilán Páez Domínguez. Demetrea Páez Domínguez, bisabuela de Don Manuel Aquino, se casó con Manuel Delgado, su bisabuelo, ambos oriundos de Ortiz, quienes más tarde se residenciaron en Barbacoa. Los Páez Delgados serán una de las primeras legiones de colonos orticeños que se asentarán en Barbacoa. De este matrimonio nacerá Rosa Manuela Delgado Páez, quien contrae nupcias con Toribio Aquino Páez[2], y serán los padres de Don Manuel Aquino Delgado.

En el II Encuentro de Cronistas e Historiadores celebrado en Ortiz, el 23 de Agosto de 1997, Don Manuel nos dejó un interesante documento titulado La Odisea de un hijo de Albión después de la Batalla de La Puerta, en el cual recoge el testimonio del militar británico Richar Vawell -autor del libro de memorias Campañas y Cruceros-, que “después de la segunda batalla de La Puerta, disperso deambuló íngrimo y solo, franqueando montañas abruptas y hondonadas hasta topar con el soldado patriota Vicente Artahona, nativo de Ortiz, quien vivaqueaba por aquellos lugares, pero conocedor de la zona, lograron llegar a Ortiz y de incógnitas fueron recibidos por el Venerable cura párroco, el anciano Don Cayetano Guacardo, que aunque de origen español, simpatizaba con la causa repúblicana”[3].

Dice Don Manuel que, posteriormente, Vicente Artahona “será uno de aquellos lanceros indomables del Escuadrón de Dragones comandado denodadamente por el Coronel Julián Mellado, hasta que muere heroicamente en Carabobo, el 24 de Junio de 1821”[4].

Don Manuel fue hombre respetable. Recuerdo que en las Convenciones de Cronistas, a la que pude asistir, él hacía sentir su presencia y su palabra de desistimiento a los asuntos inherentes a la organización o a las cuestiones propias del evento cuando estos se desviaban de los estatutos o de los procedimientos acordados por el gremio. Eso lo hacía ser un hombre polémico y cuestionador, hasta el extremo de calurosos debates, como expresión activa de quien conformaba la representación del Tribunal Disciplinario Nacional de la ACV.

Don Manuel fue un hombre de iniciativas. Una de ella fue la creación de la Asociación de Cronistas Oficiales Seccional estado Guárico, fundada el 26 de noviembre de 1992, aquí en este pueblo y esta casa. Se conformó una junta presidida por Don Manuel, como Cronista Oficial de El Sombrero. Yo fui designado como Secretario de Organización y Relaciones Pública, como cronista de Ortiz; secretario tesorero, José Antonio Silva, como cronista de Calabozo. Suplentes: Enrique Olivo, cronista de San Juan de los Morros y Josué Jiménez Guillén, cronista de Cabruta. Fue un intento efímero de una organización que buscaba la unificación de todos los cronistas oficiales de nuestra región.

Un año después, el 17 de diciembre de 1994, don Manuel presenta un Informe a la I Asamblea Regional de Cronistas del Estado Guárico, donde reconocía la poca participación de los cronistas guariqueños en la naciente organización gremial. “Por un dejo de no disimulada apatía no hemos dado a nuestra institución, el valor, el sustantivo lugar que ocupamos en el espectro cultural guariqueño como para que se nos respete y se nos otorgue el orden de prelación que nos corresponde como por ejemplo, en otros estados del país[5]

No podemos seguir dispersos- señala en el documento-, muy cierto es, que cada uno de nosotros, como individuo, en el municipio que representamos, estamos dándoles prestigio a la asociación. Pero la Asociación vive de la abstracción y nosotros (los cronistas) aureolados de prestigio como individuos, cuando les decía, que enaltecemos a la asociación vale invocar el viejo refrán de que ‘por la maleta se conoce el pasajero’. Es decir, que si los cronistas somos prestigiosos, la asociación por su razón debe ser grada en superlativo[6]

He aquí, condensado, en el Manuel Aquino, algunas facetas de la cual compartí, y la que hay que buscar en los dispersos artículos de prensa, ensayos, discursos, y entre otros documentos dispersos, la personalidad de un ciudadano bueno y hombre de cultura, que nos legó con su vertical actuación pública y su forma de concebir la historia local una forma transparente de hacer Historia, de cara a un pueblo y a su mejor destino. Mucho habrá de escribirse sobre este admirado cronista guariqueño, quien fue un celoso custodio del patrimonio cultural del municipio Mellado.
NOTAS

[1] Según Jesús Loreto Loreto en Linajes Calaboceños (1990)
[2] CELIS LUGO, FELIX (2006). A Don Manuel Aquino. En el primer mes de su muerte. San Juan de los Morros: Diario La Antena
[3] AQUINO DELGADO, MANUEL (1997,23 Agosto). La Odisea de un hijo de Albión después de la Batalla de La Puerta. Ortiz: II Encuentro de Historiadores y Cronistas
[4] Ídem
[5] AQUINO DELGADO, MANUEL (1994, 17 Diciembre). Informe a la I Asamblea Regional de Cronistas del Estado Guárico. El Sombrero.
[6] îdem

EL ABC DE LA LIBERTAD DE PRENSA

Controlar los medios de comunicación ha sido siempre una tentación política. Regímenes represivos sin libertad de prensa llegan a extremos increíbles para silenciar a los periodistas. Los nuevos medios son más difíciles de controlar que los tradicionales, pero también lo es la calidad de lo que publican. El Correo de la Unesco, en su edicción número 4 (2007), nos trae un analisis sobre el tema escrito por Peter Coles, desde Londres, Reino Unido, el cual recogemos ( o copiamos) en nuestro blog, para reflexión de nuestro asiduos nautalectores.
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Según el último sondeo de la empresa Roy Morgan sobre la percepción que los australianos tienen de las distintas profesiones, publicado en abril de 2007, el periodismo es una de las menos apreciadas, con sólo un 12% de entrevistados que piensan que los reporteros tienen normas de ética y honestidad “altas” o “muy altas”. En la encuesta, los periodistas salen peor parados que los diputados (16%) pero quedan por delante de los vendedores de automóviles (4%) y de los agentes inmobiliarios (9%). Con todo, una de las primeras acciones después de un golpe de estado suele ser la toma de control de los medios de comunicación por parte de los nuevos líderes, que piensan que éstos tienen un gran poder de influencia sobre la opinión pública. Según el Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa (INSI), en el último decenio han sido asesinados en todo el mundo más de 1.000 periodistas y profesionales de los medios de comunicación. Algunos de estos crímenes despiertan la atención internacional, como el asesinato, en octubre de 2006, de Anna Politkovskaya, corresponsal especial del diario independiente moscovita Novaya Gazeta y ganadora del premio Mundial UNESCO/Guillermo Cano de Libertad de Prensa en su edición de 2007. Pero decenas de otros periodistas menos célebres corren cada año con el mismo destino. El indio Prahlad Goala, del diario Asomiya Khabar circulaba en moto cerca de su casa, en el este de Assam, cuando fue derribado por un camión y apuñalado hasta la muerte. Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), Goala estaba investigando la presunta relación de los servicios forestales locales y el tráfico de madera. Los periodistas –como todos los demás ciudadanos– están protegidos por el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Sin embargo, esta ley no se cumple. Al contrario, en los regímenes represivos, los periodistas son encarcelados por hablar. (Nota del Editor de este blog: recomendamos el trabajo La libertad de prensa en el mundo 2007. Mapa de Reporteros Sin Fronteras (PDF, 3,46 MB) Más).

La promoción de la libertad de prensa “Una de las tareas de la UNESCO, por medio de su División para la Libertad de Expresión, Democracia y Paz, es asistir a los Estados Miembros que desean adaptar o transformar sus legislaciones en materia de medios informativos en base a principios internacionalmente reconocidos, respetuosos con la libertad de expresión”, dice Sylvie Coudray, especialista del programa en la UNESCO. Además, la UNESCO utiliza el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, “para poner de relieve la importancia de los medios de comunicación independientes en los procesos democráticos”, agrega. Asimismo, cada vez más organizaciones no gubernamentales, entre ellas el CPJ, Reporteros Sin Fronteras (RSF), el Artículo 19, el Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX) y la Federación Internacional de Periodistas (FIP), publican puntualmente alertas regionales sobre los abusos contra la libertad de prensa y presionan a los gobiernos implicados. “Un elemento clave de la promoción de la libertad de expresión y de prensa en el mundo es dar al tema la máxima visibilidad posible”, dice Coudray. Y hay varias sorpresas, como la que demuestra que las democracias occidentales no tienen el monopolio de la libertad de prensa. El Índice Mundial de Libertad de Prensa 2006 de la ONG Reporteros Sin Fronteras, que puntúa a 168 países según toda una serie de criterios, sitúa a Estados Unidos compartiendo el 53º lugar con Botswana, Croacia y Tonga, y por detrás de Costa Rica (29º puesto). Las primeras 15 plazas las ocupan países europeos.

La rápida transformación de los medios Mientras tanto, los medios informativos están experimentando cambios vertiginosos, lo que ofrece nuevas oportunidades de esquivar la censura. En primer lugar, la mayoría de los periódicos de países desarrollados cuentan con versiones en línea, y, además, muchas de las nuevas fuentes de información en Internet, como Yahoo!, no tienen siquiera versión en papel. No obstante, sobre todo, el nacimiento de las bitácoras o ‘blogs’ ofrece a cualquiera la posibilidad de producir información, creando una nueva generación de “periodistas ciudadanos”. En marzo de 2007, Technorati, un motor de búsqueda de bitácoras, contaba ya 70 millones de ellas, y se estima que cada medio segundo nace una nueva. El fenómeno de los blogs y del periodista ciudadano plantea también desafíos nuevos. Los regímenes represivos utilizan herramientas cada vez más sofisticadas para rastrear los blogs con contenidos que consideran inconvenientes, llegando incluso a forzar a los proveedores de servicios de Internet a identificar a los autores de estas páginas para arrestarlos. Por otra parte, habría que analizar también la fiabilidad y la imparcialidad de la información que publican estos ‘blogs’. Timothy Balding, Director General de la Asociación Mundial de Periódicos, lo expresó muy bien en la inauguración de la conferencia “Nuevos medios informativos: la dimensión de la libertad de prensa”, que se celebró en febrero de 2007 en la Sede parisiense de la UNESCO: “Este fenómeno responsabilizará aún más a los periodistas profesionales, que tendrán que aumentar cada vez más sus exigencias en materia de verificación de datos, de honestidad y de objetividad”. Esta nueva afición del público a no ser únicamente lector, sino también autor de noticias, ha tenido repercusiones en los medios de información tradicionales. Así, en sus versiones electrónicas proponen al público enviar comentarios por correo electrónico o mensaje telefónico, o fotos y vídeos desde sus teléfonos móviles. Para Rosenthal Calmon Alves, de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos), esto no supone una amenaza, pues, como declaró en la citada conferencia de la UNESCO, “da al periodismo una oportunidad de sobrevivir haciéndose más inclusivo y estando más a la escucha de las comunidades a las que sirve”. Con todo, a veces no hacen falta nuevas tecnologías para vencer la censura. Los medios tradicionales, y en particular la radio, a veces obtienen valiosos resultados. SW Radio Africa emite en onda corta para Zimbabwe desde las afueras de Londres (Reino Unido). “En Zimbabwe prácticamente nadie tiene conexión a Internet de banda ancha”, dice Gerry Jackson, director de la emisora, “y las conexiones son lentísimas”. Radio Africa usa también los mensajes a móviles, donde el desafío consiste en dar noticias en menos de 30 palabras, e Internet. “De lo que se trata es de hacer todo lo posible para burlar la censura. Y quien quiere, puede”.

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San Juan de los Morros: Un sitio santificado por el río

El sitio San Juan es un topónimo antiguo y data, según los documentos, desde 1594. Aparece en relación con las primeras expediciones de reconocimiento o de “entradas” de conquistadoras de Santiago de León de Caracas, organizadas en los siglos XVI y XVII, en búsqueda de oro, específicamente en las llamadas Minas de San Juan.


por JOSÉ OBSWALDO PÉREZ


EL NOMBRE DEL SITIO SAN JUAN, con que se conoce hoy a la ciudad de San Juan de los Morros, en el estado Guárico, se le debe al río, su principal afluente; y el nombre de este tributario corresponde a un hagliotopónimo hispánico, cuya motivación es devocional. Agua y río, religión y fe, son una consultación de los mitos de los hombres desde los tiempos de la colonización de los llanos. La iglesia católica dejó, a través de los conquistadores, el simbolismo de bautismo, el fuego y el agua, los ritos del solsticio y la fertilidad en la denominación de los lugares. Por eso la santificación natural del espacio geográfico por el dominio espiritual del lugar forma parte de los Hombres. De este modo, este topónimo nos remite al “universo ibérico”, a la nomenclatura de los santos y santas como fuente de inspiración perenne de las localidades (Goicu, 2002: 304; Dick, 2000:227).

De allí que término San Juan es aplicado a otros accidentes como en el nombre de las Minas de San Juan, o los llamados Morros de San Juan, o también en la denominación de Serranías Grandes de San Juan ( como así se le ubica en documentos historiográficos de 1660) que, antiguamente, los indígenas llamaban paurario[1]. A ese hecho, común en la toponomástica, lo denominamos translación toponímica, siempre cuando ocurre el desplazamiento del designativo de un accidente por otro.

El sitio San Juan es un topónimo antiguo y data, según los documentos, desde 1594. Aparece en relación con las primeras expediciones de reconocimiento o de “entradas” de conquistadoras de Santiago de León de Caracas, organizadas en los siglos XVI y XVII, en búsqueda de oro, específicamente en las llamadas Minas de San Juan. En esos primeros años los conquistadores habían intensificado el interés por la explotación de las minas, así como la persecución de indígenas, presuntamente caribes, y su esclavización a través de las encomiendas (Rodríguez, 1981: 42 – 46). No obstante, el Gobernador Sancho de Alquiza organizó racionalmente la explotación de las minas de oro de los ríos San Juan, La Platilla, San Gregorio y Tiznados, eje del poblamiento de los Llanos de Paya. Con dichas Ordenanzas quedaba establecida la explotación de minas de oro en la Provincia de Venezuela, explotación que contó con la mano de obra indígena y negra, cuya participación en la economía fue verdaderamente importante (Troconis de Veracoechea, 1992: 58).

La conquista a “tierra adentro” o hacia los llanos siguió dos direcciones: el camino viejo hacia el Sur, por los Valle del Tuy medio y bajo, entre montañas espalderas, y más allá hacia los confines del llano inmenso y despoblado. La otra hacia el Este, a las provincias de Píritu y Cumanagoto, en los limite con la Gobernación de la Nueva Andalucía.

Históricamente, el sitio San Juan, hoy San Juan de los Morros, no surge por una simple casualidad (como habían sugerido en el pasado algunos historiadores románticos). Estudios recientes realizados por los doctores Irma Mendoza y Adolfo Rodríguez, así como por los estudiantes del Postgrado de Historia de Venezuela de la Universidad Rómulo Gallegos, han abierto debates y nuevas interpretaciones en torno al origen de esta localidad. Ya es sabido que, desde los inicios del siglo XVII, cuando los españoles emprendieron las primeras entradas expedicionarias por el camino de los llanos, en la búsqueda de castigos contra los indios Caribe y las apetencias por la riqueza de oro, se estableció evidentemente la importancia creciente de las incursiones militares y cristianas en el poblamiento interior llanero, principalmente en los intentos de expansionismo territorial lideralizados por el Capitán Garci González de Silva (Castillo Lara, 1984: 17-19).

De hecho, el sitio San Juan es producto del efecto colonizador, mediante merced solicitada por los conquistadores, Garci González de Silva y Mateo Díaz de Alfaro al Gobernador de la Provincia de Venezuela, Don Diego de Osorio, con fecha 20 de mayo de 1594. Dichos terrenos comprendían desde lindero de la ribera derecha del río Bocachica hasta el sitio denominado El Jobo, que para la fecha fueron otorgados por las autoridades españolas como una recompensa –o dádiva- a las dos hidalgas figuras por sus labores en favor de la conquista de la Provincia de Venezuela.

Podemos decir que el topónimo San Juan constituye la primera etapa en la toma de posesión de la tierra (Acosta Saignes, 1955, Tomo I: 10-13), lo cual envuelve alguna referencia con dos puntos nucleares de la conquista: la propiedad del territorio por el dominio de los caminos terrestres y lacustres, mediante la emigraciones espontáneas y la colonización hispánica; y, la conquista espiritual de las localidades, mediante las encomiendas y misiones religiosas. Los primeros permitirán el reconocimiento de ese espacio, que le permitirá dominar las “arterias básicas” de la comunicación oriente-occidente y viceversa; y, los segundos, garantizarán la continuidad de la presencia de las emigraciones para la implantación de nuevas fundaciones, misiones, hatos, credos y otras cosmovisiones (Rodríguez, 1991:105).

Muchas ciudades, pueblos y lugares en Venezuela llevan nombres españoles, generalmente porque sus conquistadores o fundadores querían conservar el recuerdo de sus patrias. Otra forma de denominación consistía en poner nombres de santos a lugares, por ser descubiertos en días en que el calendario católico atribuía a determinado santo, santa o devoción (lo que en toponimia llamamos hagliotopónimos) (Mier: citado por Gerbi, 1978, 340-341).

De este modo, el río San Juan será un denominador de la realidad local y, a su vez, imprimirá su marca geográfica. El río, como accidente geográfico, es un hidrotopónimo de naturaleza física (por cuanto se trata del curso de las aguas), mientras que el nombre de San Juan es un hagliotóponimo, de naturaleza antropocultural, referido a las creencias o efemérides religiosas, o bien, al culto de los santos. Así lo expresa el conquistador poblador Garci González de Silva:


“… el río que llamamos San Juan, hasta Real Viejo que yo dicho Capitán poblé cuando descubrí las dichas minas de San Juan"

Otros de los aspectos destacado en el sitio San Juan es que su fundación tiene como fin la de cortar la ruta de entrada de los indios Caribes venidos desde el Orinoco, en frecuentes expediciones guerreras, hacia las regiones centrales del país. Como se desprende de los documentos del Conquistador Garci González, la conquista de tierra adentro dio paso a la fundación de hatos, mediado del siglo XVII. A partir de estos establecimientos ganaderos se formaron espontáneamente pueblos llaneros como San Juan de los Morros.

Un dato interesante que aporta la historiadora Irma Marina Mendoza (2004) son los bienes que poseía el Marques Don Francisco de Mijares y Solórzano en 1668, en el sitio los Morros de San Juan, lo cual hace presumir que el poblamiento del lugar se había realizado mucho antes. Dice la investigadora que la consulta de las fuentes primarias dispersas en los diferentes repositorios documentales del país, pueden abrir muchas hipótesis sobre la fundación de esta u otras localidades.

BIBLIOGRAFÍA



ACOSTA SAIGNES, Miguel (1955). Elementos indígenas y africanos en la formación de la cultura venezolana. En ACOSTA SAIGNES, Miguel y otros, I, 9-40 pp. Estudios de etnología antigua de Venezuela, 2a. ed., UCV, Caracas, Imprenta Universitaria, 1961, xxiv 247 pp. Vida de los esclavos negros en Venezuela. Prólogo de Roger Bastide, Caracas, Hespérides, distribución, ediciones, 1967.
CASTILLO LARA, LUCAS G (1984): San Sebastián de los Reyes. La ciudad Trashumante. Tomo I. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.
DICK, MARIA VICENTINA DE PAULA DO AMARAL (2000). A investigação lingüística na onomástica brasileira. Frankfurt am Main
GERBI, ANTONELLO(1978). La naturaleza de las Indias nuevas. De Cristóbal Colón a Gonzalo Fernández de Oviedo. Trad. de Antonio Alatorre. México, FCE, Gráfica Panamericana.
GOICU, SIMONA (2002): Le culte des saints dans la toponymie romane. En: EMILI CASANOVA I VICENÇ M. ROSSELLÓ. Congrés Internacional de Toponímia i Onomàstica Catalanes.
MENDOZA, IRMA MARINA (2004: 31 Octubre): Una singular fuente histórica. Inventario de Bienes de Don Francisco Mijares Solórzano en el año 1669. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, p.4
RODRIGUEZ, ADOLFO (1992) “Definición de la Neoétnia Llanera Colombo-Venezolana como utopía realizada” en: Romero Moreno, María Eugenia (1992): Café, Caballo y Hamaca. Visión Histórica del Llano. Coedición: Quito, Ecuador, Talleres Abya-Yala y Orinoquia Siglo XXI, Santafé de Bogotá, Colombia.
TROCONIS de VERACOECHEA, ERMITA (1982). “Contribución al estudio de la formación de algunos pueblos de Venezuela”. Buenos Aires: Separata VI Congreso Internacional de Historia de América.

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[1] AGI. Santo Domingo 207. Archivo Academia Nacional de la Historia. Traslados. Volumen No. 109-V-II, p 367