El telescopio y el primer taller fotográfico de Ortiz




En medio de una retórica y una prosa incendiaria de marcado acento político; enfrascado en luchas intestinas por la toma del poder; en este ambiente que, a su vez, es una realidad social aparece el periódico El Telescopio, el cual fue fundado el 1 de marzo de 1895.


Por José Obswaldo Pérez



Introducción
A finales del siglo XIX, Venezuela celebra apoteósicamente el Centenario del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre (1795-1830), en un reconocimiento tardío a sus cualidades de victorioso estratega militar, magnánimo gobernante y virtuoso ciudadano, quien rindiera su vida, vilmente asesinado, en aras de su ideario republicano (Salvador González, p.210). Con motivo de tal efeméride, el gobierno del presidente Joaquín Crespo organizó unas pomposas fiestas públicas, puntuales en Caracas; pero que se extendieron por todo el país. Estas actividades no sólo se centraron a la promoción de ornatos públicos sino también acciones culturales y políticas. De modo que bajo estas premisas surgió la fundación de un periódico que tuvo como nombre subjetivo El Telescopio, el cual tenía como objetivo promover el desarrollo de los municipios Ortiz y El Sombrero. Su contextualización histórica se ubica en un momento cuando el país y nuestra entidad regional vivía tiempos azarosos, en medio de una retórica y una prosa incendiaria marcada con acento político; y enfrascada en luchas intestinas por la toma del poder.
Fue su editor y administrador Francisco Paredes Rondón[1], durante casi un año. Luego, en su segunda época, en el año de1896 se encargó de su dirección el periodista y poeta Agustín Ruiz, con nuevas condiciones editoriales. Ahora, el periódico salía cada cuatro veces al mes, los días viernes de cada semana. Su suscripción mensual costaba 50 céntimos.
Ruiz fue corresponsal de El Microbio de Villa de Cura en 1895 y, en ese entonces, denunciaba en el periódico que el pueblo de Ortiz se hallaba en mal estado; además, el Concejo Municipal no se reunía y el cementerio se encontraba descuidado y en malas condiciones.
Manuel Aquino anota, en sus artículos periodísticos Históricas de El Sombrero, la comunicación dirigida por el ciudadano don Rosendo Martínez a la Cámara Municipal del Distrito Bruzual, el 11 de enero de 1895,  solicitando ayuda económica para fundar El Telescopio. El ayuntamiento le respondió acordando la cantidad de 16 bolívares mensuales.
En el periódico se destacaban los escritos de Olegario R. Polanco y Ricardo Montilla Barón, entre otros jóvenes escritores locales. En su edición del 1 de marzo de 1895, el editorial se titulaba “Prospecto”. Trae la noticia sobre la presentación teatral de “cinco niñas vírgenes” en un performance que representaba a las cinco naciones libertadas por el Padre de la Patria, con motivo de los actos celebrados en el Centenario de Sucre. Las actoras eran escolares del Colegio Privado de Señoritas que dirigió el Doctor Juan Bautista Franceschini, párroco de Ortiz. Por lo menos, el nombre de cuatro jovencitas podemos distinguir de la copia que poseemos. Ella son: Cristina Paúl (Venezuela), Beatriz Rodríguez (Colombia), Julia Mercedes Reyes (Perú) y Rosalía Ramos (Bolivia).No faltó una que no pudimos visibilizar por lo borroso del papel.
En una edición de septiembre de 1896,  El Telescopio informa la creación de la Sociedad Patriótica Obrera, en San José de Tiznados. Esta sociedad se estableció en la casa de Juan Pedro Bolívar,  el 19 de septiembre de ese año, la cual fue presidida provisionalmente por Rafael M. Rodríguez Arana  y su Junta Directiva se conformó de la siguiente manera: Presidente, Juan Pedro Bolívar; vicepresidente, José R. Herrera; vocales, Ángel Donaire Rivas y Santana Páez; y el secretario y subsecretario fueron: Rafael M. Rodríguez Arana y Juan J. García C. Dicha organización tenía como propósito la reparación del templo.
También, el periódico anuncia sobre los estragos de un famoso ladrón llamado “Mono negro”, quien robaba los hatos cercanos de los Tiznados y había puesto en jaque al jefe civil de la parroquia, Anastasio Padrón. Igualmente, la publicación trae sobre funciones teatrales en Ortiz, los días viernes, sábado y domingo. Entre las obras de escena se anunciaba: “El hombre es débil” (zarzuela) y “Los andaluces”.
En su edición del 21 de mayo de 1897, se halla un artículo editorial titulado “Calumnia no triunfa”, en la que el impreso expresa:
“En la lucha de las ideas, las armas deben ser iguales y los golpes nobles.
“Las ideas honrosas son legítimas de los cerebros dignos. Ellas son refundidas en la prensa y esa prensa ocupe elevados puestos entre las principales potencias políticas de las naciones, no pueden ni violar las concesiones de aquellos, ni aún tampoco reprocharle.
“El origen de una lucha encierra grandes problemas que ocultan el misterio; y el intricado porvenir es el único que con perfectos derechos pueden darles soluciones.
(…)
“Las calumnias lanzadas a la voz de la publicidad sólo hará enardecer más y más nuestros ánimos y puede ponernos al combate.”
En esa misma edición, se encuentran los pronunciamientos políticos de los habitantes de Parapara, con fecha del 27 de abril de 1897, donde se da a conocer una larga lista de vecinos. También, hay una pequeña crónica sobre la construcción de la Iglesia de la Parroquia de Las Mercedes: “La Capilla de Las Mercedes-adelantadísimos están los trabajos de este edificio sagrado. El lunes de la presente semana le fueron colocadas las puertas y diariamente continúan las actividades ejecutadas en las obras…”
El primer taller fotográfico.
Si no hubo otro, debió ser Olegario R. Polanco el primer fotógrafo de Ortiz, al montar el primer taller fotográfico de la localidad, Al menos lo rescata el periodista y educador Ricardo Núñez, en un artículo publicado en El Progreso de Calabozo, a quien describe como “un joven de excelentes prendas y artista de talento”.
El taller fue fundado en 1884 y con apenas un año de labor, el joven Olegario se aplicaba generosamente en la profesión y alcanzó adquirir fama en la región, llegándose a comparar como distinguido discípulo de Navarro y Ponottini, consumados maestros de la fotografía mundial.
Olegario Ramón Polanco fue nativo de San José de Tiznados, hijo natural de Reguilda Polanco. Casó en su pueblo natal  el 25 de mayo de 1883 con la señorita Lestenia Rachadell, hija legitima de Manuel y Elisa de Rachadell. De este matrimonio fueron hijos suyos: Arturo Ramón, nacido en 1888 y fallecido en Ortiz, a los 24 años, en julio de 1912; María de la Cruz, fallecida en Ortiz, a los 22 años, el 23 de diciembre de 1910 y María Reguilda, fallecida a los 18 años, en enero de 1909.
Decía Núñez Gómez que tenía conquistada “una reputación que le enaltece y promete ser, no muy tarde, digno alumno de aquellos inteligentes profesionales…” Por otra parte, el  joven Polanco llegó a ser un inquieto escritor y poeta local. Parte de su obra está plasmada en las páginas de El Telescopio de Ortiz.
Otro estudio fotográfico que hubo, en Ortiz, a finales del siglo XIX, fue el de  Ascensión Molero. Este establecimiento había comenzado a funcionar primero en la Ciudad de Calabozo.




[1] Hijo legítimo de Carmelo Paredes y Felicita Rondón. Fue político,  funcionario público, concejal y maestro de escuela.

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