Francisco Manuitt, de la Batalla de Waterloo a la Batalla de Carabobo

Este prócer se incorporó al ejercito patriota en 1819, en tiempos en que el proceso de independencia marcaba vientos favorables a favor del bando republicano, con los resonantes triunfos de la batallas de las Queseras del Medio en territorio apureño, predio perteneciente a la provincia de Barinas. Luego en Pantano de Vargas y Boyacá en tierras neogranadinas. Esto va permitir combatir en este grupo de milicianos llegados a estas tierras americanas, con la motivación ganadora de este ejército insurgente.

FOTO: Samuel Hurtado Camargo | Relieve alusivo a la Batalla de las Queseras del Medio, ubicado en el Parque Glorias Patrias del estado Mérida.

José Manuel Aquino.

Este destacado prócer del periodo de la independencia venezolana vecino de Chaguaramas, desde muy joven se integró a la institución castrense en Francia, al servicio del ejército Imperial dirigido por el General Napoleón Bonaparte, específicamente en el regimiento La Grande Armée conformado para sus fines guerreros en 1804 hasta1815, cuando ocurre la rendición a raíz de la derrota de la batalla de Waterloo. Este militar natural de Córcega solo participa en las últimas campañas cuando los objetivos expansionistas del emperador galo se ven frustrados del lograr conquistar a Inglaterra .Resuelve exilarse junto a otro grupo de soldados de esa nación a territorio americano para seguir su carrera bélica en suelo venezolano a favor de la independencia de Venezuela, con el grado de Teniente en el Escuadrón de Dragones de la Guardia.

El historiador Oldman Botello citado por el cronista municipal Carlos López Garcés (2016), señala que este prócer se incorporó al ejercito patriota en 1819, en tiempos en que el proceso de independencia marcaba vientos favorables a favor del bando republicano, con los resonantes triunfos de la batallas de las Queseras del Medio en territorio apureño, predio perteneciente a la provincia de Barinas. Luego en Pantano de Vargas y Boyacá en tierras neogranadinas. Esto va permitir combatir en este grupo de milicianos llegados a estas tierras americanas, con la motivación ganadora de este ejército insurgente. Su actuación más importante de la cual obtiene reconocimiento por la victoria obtenida por los soldados de Simón Bolívar, al bando realista comandada por el brigadier Miguel de la Torre, en las cercanías de Valencia, el 24 junio de 1821, obteniendo el galardón escudo Vencedor de Carabobo, decretado por el Congreso Constituyente de la Gran Colombia el 23 de Julio de 1821), del cual destaca su meritoria distinción de la tropa ganadora en la reyerta.

Por tal motivo, este destacado soldado llevó en su brazo izquierdo un broquel amarillo, adornado con una hoja de laurel con una inscripción que decía: vencedor de Carabobo año XI, de acuerdo a la disposición expuesta en el decreto señalado con anterioridad, además de habérsele otorgado la orden de los Libertadores (Robles, 2008).No solamente tuvo ese premio, en diciembre de ese mismo año recibiría la designación por su buen desempeño, en la condición de Teniente Ayudante en el Escuadrón de Lanceros del ejército en ese tiempo de la Gran Colombia (Dávila,1926; p.327). Seguidamente este oficial seguirá cumpliendo sus labores inherentes a la reducción y rendición de los partidarios del bando realistas dispersos en distintas partes del Departamento de Venezuela, por eso tendrá la misión de enfrentar a sus contrarios por los la población de Guácara y los Valles de Aragua a comienzos del año 1822.Luego en el mes de abril estará bajo las órdenes del General José Antonio Páez en Patanemo, sorprendiendo a un destacamento realista acantonada en ese poblado.

En agosto de ese mismo lapso, combatirá por las adyacencias de Naguanagua bajo de la conducción del impertérrito General José Antonio Páez, específicamente en el sitio denominado Sabana de la Guardia, derrotando al general Francisco Tomás Morales y obligándolo a este resguardarse en la montañas aledañas del encuentro bélico, para luego hacerlo retirar a la ciudad de Puerto Cabello. En los días 7 y 8 de noviembre del siguiente año estuvo presente en la brillante, operación mediante el cual la milicia patriota realiza la intrépida acción en la toma de Puerto Cabello (Puigmal, 2015; p. 278), brillante operación sorpresa mediante cual el ejército republicano toma el Castillo de San Felipe, logrando la rendición de las tropas enemigas acantonadas en ese lugar, último reducto español en territorio venezolano, en el cual este prócer estuvo presente en dicha ocupación.

Este Teniente de Dragones continuará realizando sus labores inherentes a sus actividades castrenses en ese lapso de tiempo .Posteriormente una resolución de la Secretaría de Guerra y Marina del Departamento de Venezuela, le ordena llenar la vacante del Alférez Pablo Bárcenas en Achaguas (AGN, 1824). Seguidamente formará parte del Estado Mayor en calidad de adjunto .Fue un colaborador o auxiliar inmediato de sus superiores, en lo que respecta a las distintas actividades de las tropas, reconocimiento del terreno, seguridad de los acontecimientos entre otras obligaciones esenciales estipulados en el estamento marcial .De igual formas solicita en ese mismo periodo su ascenso al grado de Capitán, del cual le sería concedida, porque cuando se convoca la Convención de Ocaña, en marzo 1828 ,es firmante de un remitido por parte del cuerpo de la milicia acantonada en la población de San Rafael Orituco en apoyo a dicho evento . En el comunicado también están a favor de los planeamientos esbozados por el Libertador Simón Bolívar, con respecto a los fines y propósitos de dicho convenio, y en la conducción de los destinos de la nación, en momentos en que existían divergencias con el general Santander por la forma como estaba conduciendo la administración de la Gran Colombia.

La última misión de trascendencia realizada por este patriota antes de la disolución de la Gran Colombia con el grado de Capitán Mayor ,tal como reseña la actuación de este militar presentada por sus hijos al solicitar pensión ante las autoridades competentes, que aparece en el Diccionario Biográfico de los Ilustres Próceres de la Independencia Suramericana a inicios del año 1827 del autor Vicente Dávila(1924) , cuando salió en comisión junto a otros oficiales a combatir a la facción realista insurgente denominada los Güires llamada también ” facciosos de Barlovento,” que circulaban por las montañas del Tamanaco, los valles del :Tuy , Aragua , Orituco y los llanos de Barlovento encabezada por el Coronel español José Arizábalo junto a Juan Celestino Centeno, Inocencio Rodríguez y Manuel Ramírez, causando desmanes e intranquilidad en los pobladores de las localidades. Para el año 1828, luego estar por casi dos décadas al servicio de la Patria, exigiría su baja de la organización castrense, obteniendo el beneficio de goce su sueldo por su desempeño en el estamento militar.

Es necesario estudiar la dimensión global de este soldado de la Patria, tal como lo plantea Cañameras en su bitácora “ Historia en el Tiempo”, de tomar en cuenta todos los aspectos importantes y trayectoria del biografiado integralmente. En tal sentido, el oficial Manuitt se estableció en Chaguaramas con su familia desde 1834, para dedicarse a las actividades agropecuarias después de haber solicitado el retiro del ejército. Fue testigo de las series hechos que dieron origen a la Guerra Federal específicamente en la región de los llanos cuando sus habitantes y especialmente los soldados que lucharon por la independencia, perdieron sus expectativas de bienestar , cuando sus gobernantes condujeron los destinos de la patria a la mayor pobreza y desigualdad social a la mayoría de la población ,en este caso de los vecinos del alto llano de vieron perjudicados por la acción de la oligarquía imperante .

Cabe destacar que en ese tiempo histórico, los constantes disgustos de los moradores de la región de llanera, reflejadas en las distintas rebeliones campesinas en esa década de los años 40 del siglo XIX por la Provincia del Guárico, ente las cuales podemos señalar la insurrección de Pedro Aquino por los lados de Calabozo 1844, la de José Celestino Centeno por los Valles del Orituco el siguiente año, así como en toda la provincia del Guárico y gran parte de la nación, generando el descontento popular en relación a la práctica del financiamiento usurero que llevaron a la ruina a los medianos y ´pequeños productores agropecuarios por parte de los sectores comerciales y latifundistas con el consentimiento del de los distintos gobiernos a través de leyes que favorecieron a estos sectores hegemónicos concentrar las tierras y los demás bienes. Lo que originó la gran rebelión en 1846 campesina encabezada por francisco Rangel y Ezequiel Zamora por localidades del Estado Aragua las cuales fueron aplastadas pero el germen de la insurrección se mantuvo hasta 1859, cuando se inicia la Guerra Federal.

Ante esta situación de crisis, este patriota asume el compromiso de incorporarse al bando de los federalistas con el lema de tierra y hombres libres, por tal motivo retoma las armas en busca de las reivindicaciones sociales por las cuales se unió al proceso de la independencia, aspiración escindida a consecuencia de los gobiernos oligárquicos imperantes después de la disolución de la Gran Colombia. Participa en la contienda de la mano de uno de los principales líderes de la insurrección Federalista, general Juan Sotillo quien desarrolla una intensa actividad bélica en distintas regiones del país, comenzando por el oriente, pasando por la región central hasta llegar del lado occidental en busca de la libertad y la igualdad social .Este dirigente lo asciende al grado de Coronel en pleno conflicto en 1861.

Llegamos al mes de mayo de 1863, cuando concluye esta cruenta guerra civil con el Tratado de Coche, al mismo tiempo encarga en la presidencia del Estado venezolano el general Juan Crisóstomo Falcón, destacado líder ganador en la contienda al lado de Antonio Guzmán Blanco ; mientras que el prócer de la independencia y luchador por los ideales de la Federación Francisco Manuitt, retoma las actividades agropecuarias anteriores al conflicto en la población de Chaguaramas al lado de su esposa Manuela García y sus hijas Soledad y Rosa. Luego ejercería la administración del poder judicial en la citada ciudad sede del Departamento en el año de 1865 (Dávila, 1926).El siguiente año el ejecutivo Nacional le ratificaría su pensión por haber servido a la Patria por esos dos momentos trascendentales de interés social durante el siglo XIX, luego obtendría en 1869, la distinción de ilustre Prócer de la independencia Suramericana con rango de General de Brigada, para luego fallecer el 8 de abril de 1870.Dejando una actuación al servicio no solamente de la libertad e instauración de una república, sino también al servicio de la localidad donde se estableció, sobresaliendo en sus roles de promotor y emprendedor social en esa comunidad llanera . Dejando una descendencia de hombres y mujeres trabajadores, que han sabido llevar el apellido Manuitt en distintos ámbitos de la entidad guariqueña y la Nación a través del tiempo.

*Docente e historiador venezolano

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Papeles de de Guerra y Marina.http:documentsnapoleons.ulagos,cl/wp-content/uploads/2019/.

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DÁVILA VICENTE(1926). Diccionario Biográfico de ilustres Próceres de la independencia Suramericana. Tomo I

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PÁEZ, JOSÉ ANTONIO (1867) Autobiografía del General Páez. Reedición de Petróleos de Venezuela en colaboración con la Academia Nacional de la Historia Caracas:, Venezuela, tomo I.

PUIGMAL PATRICK, (2015).Diccionario de los militares napoleónicos durante la independencia de los Países Bolivarianos. Centro de investigaciones Diego Barros Arana. Volumen XXXIX

ROBLES, AURA (2008), Historia de las Pensiones, Montepío Militar y los Honores de la Independencia de Venezuela:1830-1858).Caracas: Ucab.

VERGARA Y VELASCO, FRANCISCO JAVIER (1960) .1818 Guerra de Independencia. Bogotá: Editorial Nelly.

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¡Bravos llaneros de Carabobo!

En el Campo de Carabobo tuvo lugar la Batalla que decidió la independencia de Venezuela

 

Rebeca Chaya

batalla de carabobo Batalla de Carabobo

El conocimiento de la historia local contribuye en gran medida a la comprensión de la historia nacional e internacional, este conocimiento proporciona argumentos que le dan la importancia a todos estos sucesos. Con el fin de celebrar y reseñar los doscientos años de la “Batalla de Carabobo” (1821 – 2021) con la que se selló el proceso de independencia venezolana, nos daremos un paseo por los momentos más memorables de nuestra historia patria, recordando que para ganar una Guerra se deben librar y enfrentar muchas Batallas.

Desde la llegada de los primeros expedicionarios europeos a nuestras costas venezolanas a fines del siglo XV (1498), el territorio que originalmente ocupaban nuestros aborígenes se vio sometido a la “Conquista, Colonización y Ultraje” por parte de los Reyes Católicos durante largos días. Impusieron sus formas culturales y sus instituciones políticas, creando un sistema de gobierno que garantizaba su dominio en el país y el aprovechamiento de todos los recursos. Sin embargo el aparato burocrático creado por el propio gobierno español marginó a los colonos.

Este sistema estaba en pugna con los intereses de todos los grupos sociales de la colonia, por cuanto significaba la participación de grupos extranjeros en la riqueza del país. Esto dio origen a una contradicción entre la metrópoli y los grupos sociales de la colonia, particularmente con el grupo de terratenientes criollos, que por ser los dueños de la riqueza, aspiraban también a la dirección política. Esta contradicción vino a resolverse con la guerra a fines del siglo XIX. En el marco de las Guerras de Independencias Hispanoamericanas se desarrolló en Venezuela una de las acciones militares más importantes para la consolidación de nuestra independencia de la corona española, como lo fue la Batalla de Carabobo, llevada a cabo el 24 de Junio de 1821 en territorio del Campo de Carabobo. Luego de la Campaña Libertadora de Oriente y de Occidente o C. Admirable (1813) y tras lograr la liberación del territorio oriental del país, la Campaña de Guayana (1816) también fue importante para el éxito de los patriotas.

Llegando así la Campaña del Centro desarrollada entre finales de 1.817 y principios de 1.818 donde Bolívar vivió la gran epopeya sobre la región llanera ganando territorios ocupados por ejército realista para abrirse paso hacia Caracas. En 1.820 ocurrieron en España sucesos políticos que tuvieron repercusión importante en la Guerra de Independencia. Bajo la presión del movimiento liberal, el Rey Fernando VII, convocó las Cortes, prestó juramento a la Constitución de 1.812 y suprimió la Inquisición. Al mismo tiempo el gobierno español envió instrucciones militares a las colonias para entrar en negociación con los republicanos. Este cambio de actitud del gobierno español condujo a la firma de dos tratados suscritos entre los representantes de la República de Colombia y de España. Estos tratados fueron: El Tratado de Armisticio y de Regularización de la Guerra, firmados en Trujillo los días 25 y 26 de Noviembre de 1.820.

El Armisticio quedó interrumpido antes del plazo señalado y la Guerra se reanudó a partir del 28 de Abril de 1.821. Al reanudarse las hostilidades el Libertador inició la Campaña que culmino en la Batalla de Carabobo el 24 de Junio de 1.821. En el Campo de Carabobo tuvo lugar la Batalla que decidió la independencia de Venezuela. El ejército patriota con 6.500 soldados a la cabeza, bajo la dirección del Libertador Simón Bolívar, con el General Santiago Mariño como Jefe del Estado Mayor y los Generales José Antonio Páez, Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza como Jefes de División, contra el ejército español bajo el mando del General La Torre con 4.300 soldados, este era el panorama. Al morir Boves en Úrica sus soldados quedan al mando del General Páez, esto fortaleció la División comandada por el General Páez. Según el parte oficial de la Batalla de Carabobo fechado el 25 de Junio de 1.821 la bravía actuación de Páez con sus cimarrones y llaneros le valió no solo la más gloriosa victoria de Colombia, sino también la obtención del Grado de General en Jefe, siendo además el único General ascendido en el Campo de Batalla en la historia nuestra. Bravo llaneros, bravo hombres del sol, el Sol de Carabobo.

Poema a la Batalla de Carabobo 24 de Junio de 1.821

I

Hacen ya 200 años

El Campo de Carabobo

Vio nacer la Independencia del Pueblo Gran Colombiano.

Ese pueblo soberano que lucho a sangre y sudor

Para romper las cadenas del yugo y de la opresión

II

Bolívar, Páez, Cedeño, Plaza,

Los héroes que comandaron

El ejército patriota, para enfrentar a La Torre

Y a su ejército real,

Por el Paso de la Pica Cruzo Páez aquellas tierras bajo el inclemente sol Diciendo: “Yo mismo soy”

III

La furia de los llaneros y cimarrones bravíos Bajo el sol de Carabobo puso en fuga a los realistas

Quedando consolidada La histórica independencia

Tan soñada por Bolívar

* Docente y asesora comunicacional. También se desempeña como Cronista Comunal de la Ciudad de Calabozo.

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Francisco Rodríguez en el recuerdo

Francisco Rodríguez con su Historia del teatro en el Estado Guárico se ha convertido en ese cronista necesario que hurgó , a través de nuestra geografía, entre papeles, , fotos amarillas, recortes de periódicos, pero ,por sobre todo entre los recuerdos de la gente, para al final decirnos que hemos hecho cosas buenas en teatro

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

frank

Foto. | Francisco Rodríguez en una actividad cultural en la Casona Universitaria..

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Murió Frank Rodríguez, nuestro apreciado amigo de andanzas culturales. Con Frank recorrimos el Guárico, presentando libros, conformando compañías teatrales e inaugurando ferias . Tuvimos el honor de publicar varios de sus libros. Su excelente novela Tierra de sombras la analizamos profundamente antes de su publicación. Su Historia del teatro guariqueño es la única obra que aborda minuciosamente el mundo de las tablas en nuestra región; y para rendir tributo a la memoria de este gran cultor genuinamente llanero y nuestro, publicamos algunos párrafos del prólogo que hice en el 2005. Esa vez Frank me entregó un manuscrito y dijo:
-He escrito algo sobre el teatro en Guárico.
Yo, después de leer el texto, le dije:
-Esto no es algo sobre el teatro regional , esto es La Historia del Teatro en el Guárico.

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PRÓLOGO PARA EL LIBRO DE FRANCISCO RODRÍGUEZ: HISTORIA DEL TEATRO EN EL ESTADO
No cabe duda de que este libro tiene un gran valor: es la primera vez que se recopila todo lo referente a las tablas, los actores y las obras escenificadas en nuestra entidad llanera. No cabe duda de que Historia del teatro en el Estado Guárico es la primera obra en su género y marcará la pauta en las investigaciones futuras sobre nuestro arte.
Repito lo que he afirmado en anteriores oportunidades: Francisco Rodríguez ha desempeñado una labor fructífera al frente de diferentes instituciones culturales de Guárico. Es creador de ateneos, grupos teatrales y fundaciones dedicadas al trabajo intelectual y espiritual .Sus novelas cortas Tierra de sombras y La libertad no llegó han recibido una crítica muy favorable de los lectores. Me consta.


En nuestro querido terruño, al observar el panorama cultural, a veces nos invade un sentimiento ambiguo entre el vacío y la plenitud, la tristeza y la alegría. Sensaciones dictadas por la convicción de que nada está hecho y hace falta mucho por hacer. Es el pesimismo, pesimismo que da paso al entusiasmo que acompaña al trabajo creativo. No obstante, un borrón y cuenta nueva nos sobreviene cuando nos encontramos con trabajos como los de Rodríguez por cuanto llegamos a una conclusión , la correcta: si bien falta camino por recorrer, en nuestros pueblos se ha hecho bastante. Sólo necesitamos cronistas que indaguen, investiguen y recuperen los hombres y hechos notables de las fauces del olvido .Esa memoria nos da fuerza moral para seguir adelante.


Francisco Rodríguez con su Historia del teatro en el Estado Guárico se ha convertido en ese cronista necesario que hurgó , a través de nuestra geografía, entre papeles, , fotos amarillas, recortes de periódicos, pero ,por sobre todo entre los recuerdos de la gente, para al final decirnos que hemos hecho cosas buenas en teatro .

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Descansa en paz, estimado amigo. Vivirás para siempre en nuestras mentes y corazones a través de tu poesía, tus cuentos, tus novelas y tus obras de teatro.


Médico e historiador

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El bordón

Hay pulcritud en cuanto mis padres hacen y los subvenimos en sus emergencias. Y todos, incluyendo las hermanas de crianza y hasta las parejas de los que estamos casándonos,, adoptamos a Fran como un hijo.

 

Adolfo Rodríguez

frank

Frank en´la escuela. | Foto que,religiosamente, conservaba mi hermana Idilia y recuperó su hija Idilia Josefina.

SCuando la emigración  desde Las Mercedes del Llano, Fran iba en el vientre de mi madre. El décimo cuarto de sus embarazos quizá. Y aunque sufre achaques, entre otros, pre-eclampsia, nada la arredra. Menos ese viaje con ocho meses de preñez en viejos automóviles bajo el duro invierno del llano.

Que estudiemos es su anhelo y va por esa ciudad prometida donde podríamos hacerlo. La ampara de nuevo su hermano Francisco, quien nos aloja en una casa suya o prestada, en la calle Santa Isabel de San Juan. Y días después, a sus 42 años de edad,  doña Clara alumbra su décimo hijo y el séptimo varón. En sus quehaceres mi padre y los mayores en la capital, queda en mis manos la jefatura del hogar y anoto el júbilo que nos embarga. Hay pulcritud en cuanto mis padres hacen y los subvenimos en sus emergencias.  Y todos, incluyendo las hermanas de crianza y hasta las parejas de los que estamos casándonos,, adoptamos a Fran como un hijo. Desde los que tienen diez hasta los que cifran la veintena. Una obligación que cesa cuando el mismo Fran toma las riendas de su vida,  se posiciona como hermano y hasta de guerrero hace por su país y  la familia.
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Escritor e historiador

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Frank Rodríguez / El camarada adeco

Cada vez que nos encontrábamos nos decíamos “camarada” luego venía la sonrisa y después el abrazo. A él no le ofendía esta palabra y a mí no me molestaba ni su crítica ni su válida opinión. Ambos siempre nos burlábamos de los corruptos blancos y rojos, los que se quieren llevar todo lo que consiguen.

 

Orlando Medina Bencomo / El Tubazo Digital

frank

Imagen estilográfica | José Francisco Rodríguez

Siempre he pensado que la amistad es una especie en extinción y que debemos salvarla por encima de todo. Con Frank Rodríguez conversamos mucho sobre este tema. José Francisco Rodríguez era su nombre, pero lo llamaban Frank. Él, un militante de eso que llaman derecha. Yo, militante de eso que llaman izquierda. Él, un admirador de Carlos Andrés Pérez y Romulista. Yo, un cuestionador implacable de sus ídolos. Pero entre Frank el adeco y yo el izquierdoso, había más coincidencias que diferencias. Nos unía el gusto por la conversa, lectura, teatro, historia y el humor. Ambos sarcásticos a la hora de encontrarnos. Frank Rodríguez era un ser que manejaba muy bien el humor y el sarcasmo. No necesitaba ni gritar ni insultar. El tipo ideal para tomar café y charlar.

Cada vez que nos encontrábamos nos decíamos “camarada” luego venía la sonrisa y después el abrazo. A él no le ofendía esta palabra y a mí no me molestaba ni su crítica ni su válida opinión. Ambos siempre nos burlábamos de los corruptos blancos y rojos, los que se quieren llevar todo lo que consiguen. En una ocasión, me tocaba cubrir una rueda de prensa en la casa de Acción Democrática en la capital guariqueña. Cuando iba entrando me encontré con Frank. Para molestarlo procedí a persignarme y religiosamente miré hacia arriba y dije: Señor cuídame, que estos adecos no me hagan nada y que no se me pierda nada de lo que cargo. Frank soltó una carcajada y siguió caminando conmigo. Como aun faltaba mucho para iniciar la rueda de prensa, procedió a contarme una anécdota que nunca olvidaré y que siempre la sacábamos a relucir en las conversas.

Narró mi hermano Frank Rodríguez que en una ocasión tenía reunión en el partido blanco. La hora fijada coincidía con la salida de su hijo de la escuela primaria. Frank, como buen padre, que siempre lo fue, pasó buscando a su hijo por la escuela y decidió llevárselo al partido. Estando en medio de la reunión, su hijo se asomó a buscarlo, pues esta se alargaba. Frank miró a su hijo y notó que no cargaba el bolso con sus pertenencias, entonces le preguntó: ¿y el bolso dónde lo dejaste? Su hijo le dijo que lo había dejado afuera, donde estaba esperándolo. A lo que Frank, en medio de sus ocurrencias y con ese mágico sentido del humor que lo caracterizaba, le soltó esta: “Pero bueno hijo, como lo vas a dejar afuera, es que tú no te das cuenta en el sitio donde estamos, vaya buscarlo antes de que se pierda”.

Ese era Frank Rodríguez, con el pasar de los años, como todos nosotros, su madurez, tolerancia y experiencia fue aumentando. Frank fue uno de los ejemplos más claro de cómo podemos llevarnos los seres humanos a pesar de nuestras diferencias políticas. Siempre admiré su pasión y su lealtad hacia su partido y su ideología. Nunca quiso convencerme de nada. Solo quería un amigo y lo tuvo en mí. En estos últimos años me hice amigo de uno de sus hijos. Francisco Rodríguez Sotomayor, un carajito brillante, con un corazón lleno de nobleza. Un estudiante unergista, amante de la música, poesía e historias. Un superman venezolano. Tal cual, un orgullo para su padre. Una vez le dije: tu papá es muy buena gente, lo único malo es que es adeco, y Francisco el muchacho, dejo fluir la sonrisa, igual como lo hacía su padre.

Frank quería lo que todos queremos, un mejor país. Una mejor ciudad. Su partida inesperada nos dolió en el alma. Lo recordaremos como él lo hubiese querido: con alegría y optimismo.

Periodista y activista social