Víctor Reis, panadero por tradición
José Manuel Aquino
El pan es uno de los alimentos más consumidos por los seres humanos desde la antigüedad, demandado desde tiempos antes del nacimiento de Jesucristo. Al sur de Mesopotamia en tiempos milenarios, la historiografía da cuenta de la manera como se empezó a moler el trigo y añadir otros ingredientes, para la elaboración del pan de trigo; seguidamente las siguientes civilizaciones fueron consumiéndolo con regularidad: los egipcios lo incorporaran a su dieta. Igualmente los griegos, y después los romanos, para luego propagarse su consumo por toda Europa y posteriormente ser degustado por los habitantes de los demás continentes; convirtiéndose de esta manera en este comestible de alta demanda mundial en sus diferentes tipos de elaboración.
En Venezuela, este producto alimenticio llega para su consumo, desde la llegada de los españoles durante el periodo de conquista y colonización, hasta convertirse en un producto que no falta en la dieta de los venezolanos; a pesar de que este rubro no se cultiva en estos trópicos, por ser exclusivo de climas templados por su mejor rendimiento, en tal sentido, esta nación es un país importador de este cereal. Pero a lo largo del tiempo se han elaborado panes de distintas maneras con la finalidad de cumplirles a sus demandantes; por tal motivo, los panaderos tienen sus técnicas particulares para producir este alimento. Uno de esos horneros que tienen una manera particular para procesar el pan es Víctor Reis, artesano que confecciona dicho producto con conocimientos que han pasado por varias generaciones de la localidad portuguesa de Fátima, freguesía del Concelho de Orem, lugar muy visitado por estar a ubicado en las cercanías del Santuario de la Virgen de Fátima. Es precisamente en ese lugar donde los abuelos de este destacado trabajador del pan, por varias generaciones han realizando este oficio, no solamente para el consumo familiar, sino también para esta comunidad lusitana a comienzos del siglo XX.
Será Isidro ,hijo del panadero Antonio Dos Reis, que llegó a Venezuela por el año 1953, en la condición de inmigrante, en tiempos del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, quien otorgó permiso para que los expatriados europeos, debido al alto desempleo producto de la crisis económica, al término de la Segunda Guerra Mundial. Por eso, llegaron a esta tierras muchos obreros calificados de ese continente a laborar en los distintos proyectos urbanísticos y de infraestructuras que emprendió dicho mandatario durante su estadía en el poder. Por tal motivo, el ambicioso Isidro Dos Reis, llegó a Calabozo a trabajar en la construcción del Sistema de Riego Rio Guárico, como carpintero, hasta que terminaron sus compromisos. Vio la oportunidad de acometer un nuevo proyecto en esta ciudad en pleno crecimiento por la actividad agropecuaria. Luego de trabajar en un establecimiento comercial, decide fundar la “Panadería 13 de Mayo”, el mes de febrero de 1963, junto a su hermano Julio Da Silva, los compadres Francisco López y Francisco Martins; siempre al lado de su esposa María Oliveira y sus hijos,tomando en cuenta su experiencia, que desde su infancia cuando había trabajado con su padre en la elaboración de del pan artesanal en la ciudad de Fátima.
En dicho establecimiento pudo garantizarles a sus clientes una calidad del producto, mediante la mezcla de los cuatro ingredientes utilizados artesanalmente para la elaboración del pan : harina, agua, sal y levadura con las técnicas de amasado aprendidas con su padre, para luego llevarlas al horno con la finalidad de lograr un producto con intenso olor y sabor que rápidamente ganó la reputación de ser expendedor con el mejor pan en la ciudad cuna del poeta Francisco Lazo Martì; además este artesano fue el pionero en la elaboraraciòn en esos años de todo tipo de pan relleno, como los populares cachitos y la tortas burreras. Toda esa experiencia de este emprendedor fue aprendida por uno de sus siete descendientes en producir un pan de calidad, tomando en cuenta la tradición familiar para su preparación. Su hijo Víctor Reis, después de estudiar y graduarse de Contador Público, decide emprender este tipo de oficio: Con el fruto de sus ahorros ganados en el ejercicio de su profesión junto a su esposa e hijas, compran la Panadería La Florida, ubicada en la carrera con calle 7 con carrera 1, de esta ciudad villatosantina en el año 1997.
Es necesario considerar que este profesional del pan, continúa realizando un producto de calidad con las mismas características de sus predecesores. Sus clientes se aparcan religiosamente al local a esperar el pan crujiente recién salido del horno en horas de la tarde, para luego deleitarse de dicho producto, combinándolos con otras mercancías que venden, como su buen café exprés, Charcutería, jugos y pastelería entre otros víveres. Por tanto, acudir a dicha panadería en horas vespertinas para comprobar el delicioso pan de este excelente artesano del pan.