CUBA Y PUERTO RICO SON…

El éxito de Marx en el mundo es discutible. En cualquier caso, no importa cual es su posición política con respecto al Capitalismo, o al Socialismo de Estado o Comunismo, no importa. En lo que estamos todos de acuerdo, es en que Marx nos puso en desacuerdo. ..............................................................................................................................................
Eduardo López Sandoval. El título de la presente es un verso que pertenece al poema "A Cuba", de la poeta puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió, lo tomamos prestado para titular una crónica de una clase de postgrado. El éxito de Marx en el mundo es discutible. En cualquier caso, no importa cual es su posición política con respecto al Capitalismo, o al Socialismo de Estado o Comunismo, no importa. En lo que estamos todos de acuerdo, es en que Marx nos puso en desacuerdo. Todos de una u otra manera estamos involucrados en la discusión del camino a seguir, Comunismo o Capitalismo. Para algunos países la discusión es un tanto distante, como para Francia, para los que el camino a seguir denominado Socialismo de Estado, no es más que un interesante proyecto de vida realizable sólo en territorios del tercer o cuarto mundo; o como Estados Unidos o Inglaterra, que no degustan la medicina del Socialismo de Estado; o como la Unión Soviética y China, que la probaron, y concluyeron la posición de la medicina como peor que la enfermedad. Para muy pocos –poquísimos- países en este mundo del amanecer de siglo, el discernir Comunismo o Socialismo como el camino a seguir, resulta ser una discusión cercana. Esto desde la caída del Muro de Berlín, que marcó, de alguna manera, el morir de una expectativa de vida marcada por el Marxismo-Leninismo. De los países que probaron el caramelo del comunismo y no han cambiado de camino, quedan muy pocos, Cuba y Corea del Norte, entre ellos. Y en la fila de espera de los países que se preparan para auto administrarse la medicina hay pocos, a lo mejor Bolivia y Ecuador; Venezuela seguro, y Nicaragua quizás. (He dicho que están el la fila de espera para tomarse la pócima ideológica, no la han ingerido,…por ahora). La discusión sigue: para algunos países con un mar de distancia, como para los italianos y estadounidenses, o los australianos, por ejemplo; para otros sólo hay una línea de división política a la que llaman frontera. Otros, como los cubanos y venezolanos, tenemos la discusión en el centro del estomago.
En cualquier caso la discusión sigue: ¿Cómo no ser, entonces, tema de discusión de un postgrado que se realiza en una de las capitales de Estado del país Venezuela? De allí estas reflexiones. Los argumentos académicos salen a relucir, las armas de las razones y las espadas de las pasiones se esgrimen. No sorprende que una mayoría pírrica sobresalga cuantitativamente en la sana discusión, a favor del Socialismo del siglo XXI. (A estas alturas vale este paréntesis para decir dos cosas: Intencionalmente el Autor ha mal utilizado el término pírrico sin justificación, porque la moda no justifica las ofensas a Cervantes. Y la mayoría pírrica no sorprende porque el postgrado es conformado, en su inmensa mayoría, –no pírrica-, por abogados que son funcionarios de la administración pública). Específicamente el tema de clases son los Servicio Públicos, y más especialmente el tema se centra en cómo son estos servicios en los países con uno u otro régimen, Capitalistas o Socialistas. Los Servicios Públicos por excelencia son agua potable, electricidad, vialidad, seguridad social, basura, aguas servidas, entre muchas otras. Es convenido el entender que estos Servicios Públicos son preponderantemente atendidos por el Estado, cuando el régimen del país es Socialista, y mientras más Socialista se es más competencias adquiere el gobierno, más grande es el Estado. Lo contrario sucede cuando se sigue el camino del régimen Capitalista, hay más presencia de la empresa privada en los Servicios Públicos, es más pequeño el Estado, mientras más Capitalista es ese país. (…).
La discusión continuará. (Correo: eduardolopezsandoval@cantv.net
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Los nombres de África en Ortiz

La historia de los nombre de los lugares está ampliamente impresa en todas las vicisitudes de nuestra historia colonial. Antes de la llegada del colonizador, cada lugar fue designado, según el uso del discurso local y el de los usuarios como una suerte de reliquias toponímicas. A su llegada, una doble actitud había sido adoptada.


POR JOSÉ OBSWALDO PEREZ

CUMBITO. Ese fue el primer sonido que escuche en Ortiz. Luego, Cumbote y Mocundo. Y, en cada palabra, me hacía una pregunta: ¿Qué significan? No es fácil para un historiador y, me imagino más aún, para un comunicador social, descifrar sus significados. La región histórica de Ortiz es muy vasta en territorio y con características geográficas muy definidas. Al adestrase a los sabores de esos lugares, uno tiene que hacer una expedición intelectual con la ayuda de otras ciencias interdisciplinarias. Antropología, lingüística e historia.

La historia de los nombre de los lugares está ampliamente impresa en todas las vicisitudes de nuestra historia colonial. Antes de la llegada del colonizador, cada lugar fue designado, según el uso del discurso local y el de los usuarios como una suerte de reliquias toponímicas. A su llegada, una doble actitud había sido adoptada. Ciertos lugares mantuvieron los nombres endógenos, no sin algunas torsiones antropoculturales de la cosmovisión autóctona; mientras otras recibieron los harapos de la dominación española y portuguesa. Por ello que la toponimia en Ortiz es, como en otros sectores de nuestra cultura, mestiza.


Ensayo sobre lo complejo y lo pedagógico

La educación es como una receta de cocina. Es como el alimento que debe prepararse cada día. Es necesario cuidar con esmero los ingredientes, atender sigilosamente su guiso y estar alertas durante la degustación. Para hacerlo bien, hay que mantener conciencia clara de que las recetas son apenas una guía de trabajo, que no resuelven nada en la situación concreta ni para siempre, que la experiencia sólo nos sirve para iluminar mejor el inevitable empezar de nuevo, porque el ser humano no es materia inerte ni moldeable.



Cultivarse es una aventura peligrosa
Edgar Morin

Por JOSÉ OBSWALDO PÉREZ

Desde los años sesenta se comenzó a utilizar, en particular en los Estados Unidos y en Europa, el discurso de lo complejo con una acepción tan amplia que condujo a incluir en esta denominación casi todo lo que se consideraba llamativo y de actualidad. En realidad, aparte de aceptar que lo complejo es lo conjuntamente entrelazado, no parece fácil llegar a un consenso final al respecto. Lo único acerca de lo cual existe certeza es que lo complejo apunta más a una comprensión que a una disciplina, teoría o nueva religión. Lo anterior, nos permite avanzar que existen pensadores complejos más no especialistas en lo complejo, es decir existen personas que formadas en una disciplina se proponen una comprensión compleja.


Uno de estos pensadores es Edgar Morín[1], quien construye su teoría apoyándose especialmente en la sistémica, la cibernética de segundo orden y la teoría de la comunicación. Este recorrido intelectual le permitió constituir y proponer un modo de pensamiento que integra la incertidumbre y concibe la organización; reúne, contextualiza y globaliza, reconociendo lo singular y lo concreto; preconiza reunir, sin dejar de distinguir. Este modo de pensamiento es, en esencia, el pensamiento complejo, producto de un método de complejización del conocimiento que pasa por una reforma del pensamiento. Lo realmente complejo es la realidad, pero el pensamiento puede ser complejo en la medida en que se cure de simplificar lo real.


Su perspectiva de complejidad puede llamarse paradigmática en varios sentidos: se articula a partir de los nuevos paradigmas de las ciencias, reordena el conocimiento y se aplica a todo tipo de realidad. Su matiz no sólo sirve para entender la complejidad de la naturaleza, sino que especialmente, a diferencia de otras perspectivas, se concentra en la complejidad humana y social, realidad en la que se encuentra el mayor grado de complejidad. Aunque, por sus grandes alcances, esta perspectiva ha sido comúnmente mal entendida.


El pensamiento es el arte de navegar entre confusión y abstracción, el arte de distinguir sin aislar, es decir, hacer que se comunique lo que está distinguido. La distinción requiere la conexión, que requiere a su vez la distinción, entre otros aspectos. No están jerarquizadas la una a la otra. En este sentido los procedimientos de la simplificación forman parte del pensamiento complejo, tanto como éste segrega los antídotos contra la simplificación. Lo importante es saber permanentemente, acordarse de que simplificamos por razones prácticas, heurísticas y no para extraer la quintaesencia de la realidad (Morin 1984: 305).


El pensamiento de Edgar Morín hace parte de un modo de pensar el mundo que (por oposición al modo de pensar que busca lo simple, lo elemental, la unidad y la totalidad) se ha venido designando con el término pensamiento complejo. Ahora bien: este modo de pensar se inscribe en la vieja y las nuevas culturas científicas, pero no es un ingreso pasivo, acrítico. Por el contrario, es un pensar sumamente activo y crítico. Crítico, en el sentido de repensar las cosas de la ciencia desde perspectiva meta que va construyendo con el propio método que construye su modo propio de desenvolverse. Activo, porque su pensamiento no sólo toma y critica, sino que además transforma los conceptos científicos que toma en consideración. Igualmente es activo porque toma y usa los diversos ámbitos de la ciencia como yacimientos para fabricar conceptos y principios con el propósito de insertarlos en la arquitectura de sus propios métodos, los mismos que pone al servicio de una poderosa voluntad de articulación. El modo de pensar de Edgar Morín es más que activo, es intencionadamente sensible, un gran afecto, un enorme sentido de las alianzas subterráneas y secretas entre los diferentes saberes lo orienta en las tierras de nadie y en las tierras de todos.


Un nuevo paradigma


La educación es como una receta de cocina. Es como el alimento que debe prepararse cada día. Es necesario cuidar con esmero los ingredientes, atender sigilosamente su guiso y estar alertas durante la degustación. Para hacerlo bien, hay que mantener conciencia clara de que las recetas son apenas una guía de trabajo, que no resuelven nada en la situación concreta ni para siempre, que la experiencia sólo nos sirve para iluminar mejor el inevitable empezar de nuevo, porque el ser humano no es materia inerte ni moldeable.


Pero, con todo lo móvil, no domesticable y siempre cambiante del proceso de enseñanza y aprendizaje, es posible hacer reflexiones que nos sirvan de referencia en el momento de resolver problemas, ofrecer pautas o trazar políticas para la educación en un país. Al respecto el Dr. Juan Mari Lois (2006) señala que: "El proceso educativo es correlacionar la ideología con las necesidades y expectativas de los ciudadanos y a partir de esta correspondencia, trazar las finalidades esenciales que deben atravesar. Permear todo el sistema educativo."


Por otra parte, Gabriel Ugas Fermín (2000) señala que los nuevos campos del conocimiento constituyen una imagen del mundo distinta al proyecto educativo que nos legó la Modernidad en el cual, la Escuela se auto justificaba: “todo niño tiene que ir a la Escuela” es una consigna compartida por las masas populares y los grupos hegemónicos. La Educación se convierte en un “gran proyecto”, en un metarrelato, equiparable a la Libertad y la Igualdad que se alcanzarían en algún momento de la Historia dada su relación lineal con otros bienes, por ejemplo: “por la educación se alcanza el desarrollo”.


El estudiante es un actor social forzado a recibir un contenido que lo constituye en sujeto pedagógico mediante una práctica: la escolaridad, ella es una problemática que se le plantea a los individuos mismos, es la construcción de “la experiencia de uno mismo” como estudiante, delimitado temporalmente (el horario escolar) en una institución (la escuela) que lo permea socialmente para un desempeño laboral (el profesional). Esta metamorfosis le va conformando nuevas subjetividades para su desarrollo e integración vital– cognoscitiva en la que haciéndose va “haciendo ser” su individuación.


La ética pedagógica, según el Dr. Juan Mari Lois en su libro Ética Pedagógica, es la que se encarga de estudiar las particularidades de la conciencia moral, de la actividad moral y de las relaciones morales que surgen en el proceso docente – educativo, debe formular y fundamentar las exigencias morales que plantea la sociedad al maestro, debe investigar y fundamentar el contenido y la acción de los principios y normas morales en el trabajo docente – educativo concreto.


La complejidad de lo educativo rebasa ampliamente cualquier visión disciplinaria; no es sólo psicología o sociología, economía, lingüística, etc. lo que nos puede acercar a la construcción del conocimiento de lo educativo, sino la posibilidad de ver lo esencial de las relaciones en juego y el tipo y nivel de conocimientos que involucra.


La posibilidad de pensar y conocer lo educativo como totalidad, el reintroducir al sujeto que conoce, la posibilidad de pensar varias relaciones y niveles, el saber que la posibilidad de pensar más relaciones de lo educativo es lo que nos posibilitará ir construyendo una ciencia de la educación. Creo que estos y otros elementos de este paradigma son importantes para el futuro.

NOTAS

[1] Edgar Morín nació en 1921 en Francia, en el seno de una familia judía originaria de Livorno (Italia). Durante la segunda guerra mundial participó en la Resistencia francesa y cambió sus apellidos de familia: Nahum Beressi, por el de Morin.

BIBLIOGRAFIA


LOIS, MARI JUAN (2006). Filosofía y Educación. Hacia un nuevo horizonte educativo mediante un cambio de paradigma. Bolivia: Editorial Los Amigos del Libro.
____________________ (1989). Ética pedagógica / Juan Mari Lois, Maricela González Pérez. _ La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1989.

MORIN, EDGAR (1990). Introducción al Pensamiento Complejo. España: Gedisa Editorial.
_________________(1999). La Cabeza Bien Puesta: Repensar la reforma, reformar el pensamiento. Argentina: Ediciones Nueva Visión.
UGAS FERMÍN, GABRIEL (2000, Febrero).El fin de la escuela como metarrelato. ¿Discutir la pedagogía como ciencia es hoy un falso problema? En: Educere, Año 2, Nº 8.