Por Daniel R Scott
Al cristiano la existencia le plantea graves problemas y dilemas. El que " no conoce a Dios" vive la vida sin tantas complicaciones teológicas pero el que hizo del cristianismo su estilo de vida no es así. Es decir, el cristiano se crea muchas expectativas con respecto a su porvenir, a como deberían ser las cosas en el futuro Podría decirse que se traza un mapa de su futuro según las pautas espirituales aprendidas y cree que tal mapa es infalible y jamás le dejará perdido en alguna región de la vida. Mejor sería decir que el cristiano, como redimidos por la sangre de Cristo, idealiza hasta el grado más utópico la vida. Y así, llenamos nuestra mente de modelos y esquemas que, aun cuando se inspiran en la Biblia y en nuestros ideales más sagrados y nobles, no dejan de ser en ocasiones cosas prefabricadas e hipotéticas susceptibles de que se cumplan o no.