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Revista Fuego Cotidiano

Narrativas desde la memoria insurgente

Ganaderos de Parapara y Ortiz en la campaña fundacional de Calabozo

De Parapara y Ortiz se iniciaba con firmeza la conquista y el poblamiento de los llanos centrales, denominados Llanos de Caracas, cuenta José Obswaldo Pérez, quien describe cómo vecinos de estas localidades se aposentan en la nueva Villa de Calabozo, atraídos por las ofertas de los religiosos capuchinos que ofrecían solares y tierras para fundar casas y hatos.


Con la llegada de los vecinos de Parapara y Ortiz, se fragua un proceso de  movilización de familias ganaderas que contribuyen a la consolidación y definición de la propiedad territorial a principios del siglo dieciocho.

Por José Obswaldo Pérez

UNA TRAMA DE EXPANSIÓN GANADERA


Hacia finales del siglo diecisiete (XVII), con la presencia de dos hermanos don Francisco y don José Nicolás de Vera y Mújica— provenientes de San Sebastián de los Reyes—, quienes figuraban entre los 31 hacendados establecidos en el Paya Abajo y Paya Arriba, en cuyos terrenos se originarían los Partidos de Ortiz y Parapara, con sus respectivas iglesias y territorios, se iniciaba con firmeza la conquista y el poblamiento de los llanos centrales, denominados Llanos de Caracas (Rodríguez Mirabal, 1987; Castillo Lara, 1984). Eran hijos del conquistador, explorador y terrateniente del llano, don Diego de Vera y Mújica y de doña Luisa Landaeta (Botello, 2002; p.34; Viso, 2011). El primero de los hermanos Francisco fue alférez y había sido electo Alcalde de la Santa Hermandad de San Sebastián de los Reyes, en 1683. Una vez elegido en el cargo, Vera y Mújica se estableció por dos años en el Partido de Paya, donde puso horca y cuchillo, símbolo de autoridad y control para asistir a los pobladores del lugar; así como otras comunidades aledañas,  y atender sus necesidades vecinales. Pero, sobre todo, para frenar la violencia indígena que ocurría entre tribus locales. Aunque,  más allá de vigilar, penetrar y dominar los nuevos espacios conquistados había la necesidad de auspiciar una red urbana a partir de este foco demográfico  que servirían de iterinario o cabeza de playa para el proceso de ocupación del sur (Castillo Lara, 1984, p.303; Rodríguez Mirabal, 1987; Rodríguez, 2008, p.23).


Vera y Mújica era criador y progenitor de una familia en la región, casado con Antonia de Jesús. Fue benefactor y fundador de Parapara, junto con su hermano el Capitán José Nicolás [de Vera] Mújica y Landaeta, dueño de hato y esclavos en la jurisdicción (Botello, 2007; p.84). Más tarde, José Nicolás vivió en el Sitio de Ortiz, en un caserío llamado Cañafístula- al norte del pueblo-, viejo vecindario local en la toponimia colonial de esa época. Caso en varias ocasiones en Parapara. El primer matrimonio ocurrió hacia 1720 con doña Josefa Margarita Hurtado. Tuvieron una hija llamada Margarita Josefa Mujica Hurtado que esposó en 1730 con Manuel Fernando Bermúdez de Luna, yerno que lo acompañó en la fundación de Calabozo, junto con otro hermano llamado Juan Nicolás de Vera y Mujica (Castillo Lara, 1996, p.68). Este Juan Nicolás esposó con doña Luisa Candelaria Pérez de Oropeza y Bermudo o Bermúdez (Viso, 2011).


Además, el Capitán Vera y Mujica Landaeta fue el padre de José Nicolás [de Vera] Mújica Loreto, progenitor de los cinco próceres de la Independencia que dieron sus vidas por la libertad de Venezuela. Ellos fueron: José, Andrés Domingo, Juan José Santiago, Antolín y Hermenegildo Mujica Ramos. Todos procreados en el matrimonio con la orticeña doña Leonor de la Cruz Ramos Camacho, hija de Tomás Valeriano Ramos y Camacho y de María Gerónima González y Loreto. En esta unión hubo siete hijos; dos hembras y cinco varones (Alfonzo Vaz,1982; Viso, ídem).


Cuando los hermanos  Vera y Mújica toman el control militar de esta parte del territorio para apoyar la fundación de Villas de Españoles y prestar auxilio a los misioneros, el Paya era un centro de movimiento social producto del “flujo colonizador”, marcado por “corrientes migratorias de signo lucrativas” (Chacín Soto, 1971; pp.35-36). De este lugar se marcha a un proceso de avanzada y de cerco militar-religioso, casi aluvial, debido a la naturaleza expansiva de la ganadería y el establecimiento de los hatos. Es así como el partido Paya sirve como heartland o eje principal de la economía en la Provincia de Caracas o como lo ha denominado el historiador Adolfo Rodríguez: el dorado ganadero de los caraqueños (2008; p.28).


A la par del transcurso de este movimiento social operan las misiones capuchinas  pertenecientes a las llamadas por magnificencia Misión de los Llanos de Caracas, con el fin de evangelizar a los indios y someterlos por la fuerza a pueblos. Pero, temiendo el fracaso—y en vista de que los indígenas huían y mantenía una actitud altanera y amenazante —, los religiosos diseñan un plan para minimizar la fuga de los naturales  y su pacificación. De modo que algunos ganaderos  y vecinos del sitio Santa Catalina de Sena de Parapara y otros de Santa Rosa de Lima de Ortiz — atraídos por la campaña publicitaria de los religiosos capuchinos—tendrán una decisiva contribución en el proceso fundacional de Calabozo.  Hombres, junto a sus familiares—sujetos históricos o agentes de un nuevo cambio social—,  proveerán armas y bastimentos y participaran como escoltas en numerosas entradas y, en muchos casos, se trasladarán con parientes y ganados a la nueva Villa de Resguardo en consonancia con sus expectativas e intereses personales.


LA CAMPAÑA DE LOS CAPUCHINOS


El historiador Lucas Guillermo Castillo Lara, en su libro Villa de Todos los Santos de Calabozo. El derecho de existir bajo el sol (1996) explica los pormenores de la campaña publicitaria que impulsaron los religiosos Fray Salvador de Cádiz, Fray Bartolomé de San Miguel y Fray Marcelino de San Vicente, para atraer nuevos pobladores al incipiente pueblo. Esta cruzada de los religiosos la podemos resumir a consideración en tres puntos: 1) la urgencia de fundar un pueblo de españoles en Calabozo, cerca de las Misiones  Nuestra Señora de los Ángeles y  La Santísima Trinidad como apoyo de resguardo a los indios y centro urbano estratégico, entre las márgenes del río Orinoco y el pie de la Cordillera de la Costa; 2) convencer a las autoridades civiles y eclesiásticas de las razones lógicas y de conciencia de este proyecto fundacional, ya que de lo contrario,  pondrían entredicho la responsabilidad de las autoridades la pérdida de las poblaciones misioneras  y 3) prometer un nuevo porvenir a los nuevos colonos a través de un procedimiento ordenado y jurídico para la repartición de tierras y solares a cordel y cuerda.


Este proceso de fundación de la Villa de Calabozo ocurre entre 1723 y 1734, donde podemos constatar algunas familias idóneas, “de mejor índole y calidad”, provenientes de varias partes del país y de poblaciones cercanas como de Parapara y Ortiz, que se entusiasmaron en establecerse en este lugar como vecinos del nuevo poblado. Así los testimonian algunos documentos primarios como una matrícula de población de 1740, donde se  señala a Silvestre Loreto de Silva y Velásquez, hijo de Luis Loreto de Silva y Pérez, fundador del pueblo de Ortiz y benefactor de su iglesia (Loreto, 1990). Había nacido en La Victoria, en los Valles de Aragua,  en 1706.  Casado alrededor de 1728, en la misma ciudad,  con Juliana Josefa Ortega Gómez, quien falleció el 30 de junio de 1765. Silvestre fue alférez y uno de los vecinos defensores que solicitó la composición de las tierras de Ortiz, en 1714.


Dice el historiador calaboceño Jesús Loreto (1990; p.89) que Silvestre fue un hombre adinerado y de reconocida solvencia social. En la declaración testifical de 1740, Juan Silvestre señalaba lo siguiente: “El declarante fue de los que el reverendo padre Fray Marcelino solicitó permitiéndole más conveniencias que la que el dicho declarante tenía, por cuio motivo se mudó el año 1728 próximo pasado del sitio de Prebo, jurisdicción de la Villa de San Luis a esta nueva fundación de Calabozo”. Más adelante indica Loreto que por razón de los litigios que surgieron en Calabozo, se mudó en el año 35 a San Sebastián de los Reyes (Castillo Lara, 1984, p.71-72). Sin embargo, refiere Loreto que Silvestre se estableció luego en El Sombrero, donde fundo el Hato Carrizalito o Carrizal y fallece en 1760. En el Acta de Entierro se puede leer textualmente: "Oi lunes 11 de diciembre de 1760, yo Don Jaime Francisco Galindo Cura propietario de este pueblo de la Concepción del Sombrero di sepultura Eclesiástica con entierro mayor en el último tramo a Silvestre Loreto casado con Juliana Ortega recibió todos los sacramentos hizo por ante mí Memoria testamentaria. De todo certificó. (Fdo.) Jaime Francisco Galindo" (Loreto Ugarte, 2023;p.26).


De Ortiz, también, fue su pariente el Capitán Francisco Miguel de Silva y Loreto, hijo de Gaspar de Silva y Sarmiento y de Antonia Loreto de Silva Velázquez, casado con Luisa María Álvarez. Miguel Francisco fallece el 12 de junio de 1753, mientras su esposa sobrevive hasta el 27 de octubre de 1760(Loreto Ugarte, 2023, p. 221). Un hijo de la pareja, Francisco Antonio de Silva y Álvarez, nacido en Ortiz, contrae matrimonio con María Antonia Mujica y Loreto, hija de Nicolás Vera y Mujica y Landaeta.


Otro de los avanzados fue el Capitán Juan Borges Méndez, Regidor en San Carlos de Austria, casado con María Martínez de Castro, había emigrado a Parapara— y algunos de sus miembros al sitio de Ortiz—. Desde aquí pasó a Calabozo, con su yerno el Capitán Juan [González] de Araña y Orta, simplemente, conocido como Juan Araña [o Arana]. Era natural de Turmero, bautizado el 8 de julio de 1697, hijo del Capitán José Antonio González de Araña y de doña Teresa de Orta Palenzuela y Fajardo. Este, posiblemente,  había esposado en la Iglesia Parroquial de Santa Catalina de Sena de Parapara, hacia 1720,  con doña Juana Casilda Borges y Martínez (Botello, 2011; p.71).  Fueron propietarios de  hatos en el Tiznados (ídem). En la ciudad villatodasantina llegó a ser regidor y estuvo involucrado en pleitos de tierras, siendo después un enérgico opositor de la fundación de la ciudad.


De Parapara era Antonio Miguel Moreno, español,  casado con Teresa Requena. En 1733 declaraba que era natural de los Reinos de España y estaba establecido en esta jurisdicción desde hacía algún tiempo con su mujer, hijos y con hacienda en el lugar que llamaban El Rincón y Paso de los Píritus. Del matrimonio Moreno Requena procederá la estirpe de los Moreno del oriente del Guárico (Viso, 2024).  De igual manera  lo fue el Capitán Juan Eugenio Díaz de Gamarra, ganadero, también considerado fundador del pueblo de Parapara y benefactor de su Iglesia, fue uno de los vecinos de esta localidad que se residencia en Calabozo en 1733. Era blanco, mientras su esposa María Canela era de color quebrado o mestiza. Una hija, María Díaz de Gamarra, casó con Pedro de Fiedra, avecindado en la Villa de Todos los Santos de Calabozo; pero, también, lo fue en los Tiznados y Parapara, en esta última localidad ejerció como Cura Capellán desde 1715 hasta 1733.  Fue hermano de Gerónimo de Fiedra, también residente en Calabozo. El 28 de marzo de 1751 fue enterrado en la Iglesia de Parapara. Testó a su albacea, su esposa María de Gamarra y a su cuñado Lucas Gamarra. De esta parentela fue Cándida Díaz de Gamarra, quien aparece entre los vecinos del nuevo pueblo como pardos y gente de color quebrado, casada con el Teniente de Capitán José Tiburcio García (Castillo Lara, 1996; p.85), quien fue también Alcalde de Segunda Elección.


Asimismo, vendrá Pedro de Aquino Aponte, natural de Caracas, hijo legítimo de Tomás de Aquino y Ponte y doña María Jacinta de Rivas y Silva. Fue ganadero del Partido Santa Catalina de Sena de Parapara; hombre adinerado y profundamente católico.  Tuvo extensas posesiones, no solo en el Valle de Caracas, sino en toda la zona central, incluidos los llanos del Guárico. En 1723 era uno de los productores agrícolas que se querellaban contra el presbítero Domingo Palacio, propietario en la Posesión Güesipo, entre Parapara y Ortiz, en la jurisdicción de San Sebastián de los Reyes de la Provincia de Caracas, donde sacaba pesas de ganado sin necesidad de realizar las tradicionales vaquerías junto a otros criadores de la zona (Rodríguez, 2008; p.34).  Además, Aquino y Ponte fue el fundador  del hato El Calvario, el cual a sus expensas surgirá el pueblo  San Pedro de El Calvario; y fue mecenas y protector de la Villa de Todos los Santos de Calabozo. Un pariente suyo, un tal Pedro Aquino fue enterrado en la Iglesia Parroquial de Parapara, el 2 de octubre de 1740 (Arch. Calabozo, Parroquia de Parapara, Libro de Defunciones, 1740). No sabemos si se trata del hacendado Pedro Juan de Aquino Ponte y Jaspe de Montenegro.


Martín Juan Joseph Sánchez [Borrego y Mujica] era propietario de un hato en la Posesión de La Platilla, en el Partido de Parapara, se trasladó con su esposa Mariana Bolívar Pérez de Ávila (hija de Ignacio Bolívar y Pérez de Valenzuela y María Antonia Paula Pérez de Ávila),  junto con sus esclavos y ganados a la nueva Villa de Calabozo. Allí compro tierras, entre ellas el sitio denominado “Mata de Torrealba”, a don Pedro Aquino y Ponte, donde fabricó casas y corrales. Un hijo de esta pareja, Gregorio Ignacio Sánchez Borrego y Bolívar, contrajo matrimonio  en San Luis del Rey de Villa de Cura, con María Prudencia Rodríguez Bejarano, hija del Capitán Diego [José Martín] Rodríguez Velásquez y de doña María Anna o Mariana Bejarano Velásquez (Castillo Lara, 1996 p.234; Viso, 2011).


Entre otros llegados a Calabozo está el Capitán José Gómez de Acevedo procedente del Pueblo de Ortiz, donde el 14 de julio de 1736, vendía al Capitán Francisco Alfonso del Carpio, “una posesión de tierras” en el sitio de La Cañada, jurisdicción de San Sebastián de los Reyes, donde tenía tres sitio de hatos “y la acción y derecho que en ellos poseo…” Según el documento de venta, esta propiedad lindaba por el oriente con la juntas de Guarumen y Guesipo, por el poniente con la Quebrada de Báquira;  y por el norte  con la Galera de Ortiz.


Señala Gómez de Acevedo que estos terrenos los había adquirido mediante compra a doña Antonia Palencia, vecina de Caracas. La protocolización fue hecha ante don Juan de Mansaneda, Corregidor y Justicia Mayor del Pueblo de Turmero y sus anexos, el 27 de agosto de 1726. En el citado documento, el comprador expone los pormenores de la venta en los siguientes términos: “(...) me vendió dicha posesión de tierra con  un ganado, yeguas y caballos en cantidad de dos mil pesos para que los reconociese a censo y tributo a favor al Convento y religiosas de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora de esta ciudad…”


Al respecto,  el Capitán Francisco Alfonso del Carpio indica, más tarde,  que compró cada uno de estos tres sitios de hatos a un precio de 720 pesos de ocho reales cada uno. Ese año de 1736,  un hijo del Capitán Alfonso del Carpio, el doctor don Diego Nicolás [Alfonzo] del Carpio, Clérigo Presbítero domiciliario del Obispado de Caracas, solicitaba data y composición de los tres  referidos sitios de hatos.


En un testimonio de su yerno, el Capitán don Juan de Acosta Espinoza de los Monteros— quien había casado con Rosa María Acevedo y Reyes; y quien, también, fue Teniente Justicia Mayor por seis años y medio de la ciudad—, relata: "que el Capitán Don Joseph Gómez de Acevedo suegro del deducente le contó muchas veces que en esta ciudad de San Sebastián, Villa de San Luis de Cura, Valles de Aragua, Pueblo de Parapara y otros, habían andado los Padres Fray Salvador de Cádiz, Fray Marcelino de San Vicente y Fray Bartolomé de San Miguel, publicando unos despachos y convocando vecinos para fundar una Villa en la Mesa de Calabozo, a las riberas del río Guárico, ofreciendo a los que vinieron poblar, solar en el pueblo para sus casa, tierras de labor en los montes del río y sitios de pasto para cría de animales y que el dicho suegro aunque tenía hato de ganado en el sitio de La Cañada, se pasó con su familia por la comodidad de la mesa a avecindarse en esta Villa y le dieron en repartimiento el sitio del Morichal (...)"(Castillo Lara, 1996; p.55).


Por otra parte, el Capitán Gómez de Acevedo participó activamente en los prolegómenos del litis con el Capitán Domínguez de Rojas al adquirir sus derechos en la cuestionada posesión de San Diego a una de las hijastras del segundo Marqués del Valle y señor principal de Caracas, Miguel de Berroterán. El 23 de julio de 1738 el Capitán Gómez de Acevedo vende su parte (la mitad de San Diego), a los hermanos José Antonio y Francisco Verois Obel-Mejía, por 8.000 pesos. Igualmente, en la transacción entraban en la venta 830cabezas de ganado y 5 esclavos. Y, así mismo, compró, en Calabozo, el Hato Torrealba y fundó los hatos de Sabana Larga, en 1732 y Las Cocuizas, al otro lado del Río Orituco.


Por último, también, debió venir de Ortiz, don Eugenio Mejías, casado con María de los Santos Rodríguez, y otros miembros de su familia; pero, después regresaron debido a los conflictos sucedidos entre los terratenientes y los curas capuchinos, relacionados con la propiedad de la tierra ocupada por lo que sería la Villa de Todos los Santos de Calabozo.


LAZOS INTERMUNICIPALES


Con la llegada de los vecinos de Parapara y Ortiz, se fragua un proceso de  movilización de familias ganaderas que contribuyen a la consolidación y definición de la propiedad territorial a principios del siglo dieciocho. Dos razones se arguyen de la importancia de la fundación de Calabozo: el ser un punto de comunicación estratégica, especie de encrucijada, entre ríos y caminos que conducían al sur y el desarrollo de un dinámico mercado comercial ganadero. Así lo comparte el historiador Marcos Aurelio Vila, en los siguientes términos:


“Dos realidades incidieron para que Calabozo se estableciera a principios del siglo XVIII: las cercanas sabanas cruzadas por los ríos Guárico, Orituco y Tiznados y el ocupar un lugar en la mitad de la vía de forzado recorrido, entre los llanos de Apure—donde cundían los hatos y los nuevos centros poblados— y el mercado adquisitivo de la franja centro-norte de la actual Venezuela” (Vila, 1978; p.49).


Sin embargo, el proceso de fundación de Calabozo se da en medio de un conflicto entre latifundista y moradores (Rodríguez, p.34), fenómeno socio-político que consolidará una aristocracia municipal que, en muchos casos, estará definida por vinculaciones de diversas índoles, en la que se actuaba como colectivo, mediante relaciones afectivas y simbólicas. Por ello, los lazos de parentesco se hallan presente en el proceso de conquista y colonización que llevaron a cabo los hacendados ganaderos de Parapara y Ortiz, en la naciente Villa de Calabozo. Sin embargo, este entramado filial se agudizará con el desarrollo de contradicciones, entre los amos del suelo y los misioneros.


Fuentes consultadas


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BOTELLO, OLDMAN (2011). San Pedro de El Calvario. Centro de Venezuela. San Juan de los Morros: Fundación Editorial El Perro y La Rana.
CARRASQUEL, FERNANDO (1943). Historia de algunos pueblos del Guárico. Caracas: Imprenta Nacional.
CASTILLO LARA, LUCAS GUILLERMO (1982).Villa de Todos Los Santos de Calabozo. Calabozo: Ediciones Fundación Carlos Del Pozo.
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CHACÍN SOTO, RAFAEL (1973).Guárico Provincia. Escalada de Plenitud. Estado Guárico
CHACIN SOTO, Rafael (1971). Orígenes de Valle de la Pascua. Caracas: Servicios Venezolanos de Publicidad.
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LORETO UGARTE, CARLOS MIGUEL (2023). Los Loreto en el Guárico, ayer, hoy y siempre. Valencia: Edición del autor.
RODRÍGUEZ ADOLFO (2008). Mural de los Pueblos Guariqueños. San Juan de los Morros: Editorial Guárico.
RODRÍGUEZ MIRABAL, ADELINA (1987) La formación del Latifundio Ganadero en los llanos de Apure: 1750-1800. Caracas: Biblioteca de la Academia de la Historia.

RUIZ, UBALDO (Agosto 20, 2011).Tres héroes orticeños enraizados en Calabozo. Ortiz: VII Encuentro de Historiadores, Cronistas e Investigadores

SISO, CARLOS (1953).La formación del pueblo venezolano. Estudios Sociológicos. Tomo I. Madrid: Editorial García
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VILA, MARCOS AURELIO (1978). Antecedentes Coloniales de Centros Poblados de Venezuela. Caracas: UCV.
VISO GONZALEZ, Luis Eduardo (2011). Algunas Familias de La Villa de Todos Los Santos de Calabozo. En línea: www.geneanet.com

Yovani Ramírez: Un artista plástico integral

Yovani Ramírez siempre le ha interesado por estudiar los hechos históricos, por tal motivo realiza con las restauraciones de imágenes en bronce de personajes de la independencia venezolana

En la región guariqueña hay que destacar la genialidad, creatividad y estilo de Yobani Ramírez, oriundo la ciudad de Calabozo. Desde su infancia tuvo inclinaciones hacia las artes visuales, empezando con la realización de dibujos que eran expuestas en cartelera del Grupo Escolar Pedro Itriago Chacín. Luego su interés por las artes plásticas se acrecentó cuando a la edad de 16 años, realizó varios talleres de pintura a finales de la década de los años 60 en la Casa de la Cultura Francisco Lazo Martí.


José Aquino

Las  artes  plásticas   expresan  pensamientos ,ideas  y sentimientos; mediante la utilización de  distintos materiales ya sean moldeables o manipulables con la finalidad  de expresar una opinión de una  forma o escena.Los artistas de este género realizan obras de dibujos ,pinturas ,esculturas, grabados y cerámicas, en las cuales apreciamos  sus valores   estéticos: la belleza, el equilibrio ,la armonía y la tragedia   entre otras cualidades. También apreciamos la aplicación de distintos principios o teorías en sus diseños combinadas con los elementos compositivos entre las cuales podemos señalar: Líneas, color, luz, textura, figura y  demás componentes, con el fin de  presentar estos trabajos  a  los espectadores. Al  transcurrir del tiempo la humanidad ha conocido grades genios del arte  por su talento y creatividad  como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Paul Gauguin, Claudio Monet, El Greco, Pablo Picasso .En Venezuela encontramos Arturo Michelena, Cristóbal Rojas, Armando Reverón, Jesús Soto, Carlos Cruz Diez entre otros más destacados.

En la región guariqueña hay que destacar la genialidad, creatividad y estilo  de  Yobani Ramírez,  oriundo  la ciudad de Calabozo. Desde su infancia  tuvo inclinaciones hacia las artes visuales, empezando con la realización de dibujos que eran expuestas en cartelera del Grupo Escolar Pedro Itriago Chacín .Luego su interés por las artes plásticas se acrecentó cuando a la edad de 16 años , realizó varios talleres de pintura a  finales de la década de los años 60 en la Casa de la Cultura Francisco Lazo Martí .Lo que  motivó   al graduarse de bachiller  se trasladara  a la ciudad de Caracas a cursar estudios en la Escuela  de Artes Plásticas Cristóbal Rojas  institución de gran prestigio a nivel nacional e internacional, que tiene como principal objetivo dotar de herramientas y competencias a los cursantes para a entrar en el campo de la plástica de una manera integral .A pesar de no concluir su carrera ,pudo adquirir  conocimientos  que  le fueron   provechosos para su formación artística, una vez retomara sus estudios de las artes plásticas  en la ciudad  de Valencia.

La Casa Páez, Valencia. Una obra de restauración realizada por el artista calaboceño Yovani Ramírez

Instalado  en la ciudad del Cabriales a mediados de la década de los años 70. Al tener más tiempo para realizar  estudios en las artes plásticas,  cursó con éxito  la carrera de Arte Puro, adquiriendo  las competencias  para ser un excelente artista plástico, al contar no solo con su vocación artística ,sino estar bien formado  con excelentes  maestros entre los cuales  podemos nombrar  Braulio Salazar y Eulalio Toledo Tovar.En la realización de sus obras se observa un buen manejo del análisis de las formas, el dibujo analítico y el reconocimiento expresivo de la línea, junto a los conceptos, recursos y técnicas de la pintura; como artista  profesional  encuentra el espacio ,no solo para su dominio ,sino también  de su libre expresión. De igual manera, adquiere en los trabajos de escultura las aptitudes para manejar y la resolución de los aspectos tridimensionales del arte, no sólo en lo volumétrico de las formas, sino también en su despliegue y su relación espacial. Al terminar la carrera de Arte, se graduó de Diseñador Gráfico en la misma institución, sobresaliendo  en sus tareas asignadas en esta profesión  un buen dominio del dibujo y la pintura  para la realización de figuras en movimiento para combinarlas con los  colores   con la finalidad de   llevarlas al plano digital. Destacando también en sus obras el buen manejo del lenguaje visual y claro dominio de las ilustraciones a través de los distintos ambientes.

El interés por todo lo relacionado con las artes es objeto de estudio para Yobani  Ramírez , por tal motivo realizó  cursos de  fotografía , cine y  manejo de títeres y marionetas en la Escuela de Teatro Ramón Zapata de la capital del Estado Carabobo a finales de la década de los años 70.Tambien   estudió  la carrera de  de publicidad  .De esta manera  logra  convertirse en un    artista que domina distintas habilidades con el fin de presentarlas no solamente en sus obras a través de su creatividad  ,sino también  cumplir una  labor pedagógica en la trasmisión de conocimientos a las nuevas generaciones ,que se han visto beneficiado con su didáctica específicamente en la instituciones donde se formó y trabajó como docente ,en este caso la Escuela de Artes Arturo Michelena  impartiendo las cátedras de dibujo ,pintura y diseño gráfico o en el Centro de Estudios Modernos  de la misma localidad Carabobeña.

Se ha desempeñado como dibujante y diseñador de empaques en distintas empresas  de la ciudad de Valencia, la Dirección de  Cultura del Estado Carabobo  y  actualmente realiza esta actividad   en la Universidad Rómulo Gallegos en Calabozo .Del mismo modo combina esta labor con la   fotografía especializada en los distintos ambientes: judicial, social y deportivo para     portales informativos en redes sociales  y  otros medios de  la ciudad de Calabozo, realizados  con gran maestría en presentar y documentar  las imágenes con la finalidad de  mostrar los acontecimientos en los reportajes.

En sus primeros años de actividad artística realizó cuadros de corte figurativo, utilizando imágenes reconocibles, llenas de formas, colores, tamaños, texturas para contar, y expresar sus ideas emociones, preocupaciones,  fantasías. Encontrando en ellos la en diversidad de temas como el  paisaje llanero; retrato de personajes  del periodo de  la independencia; bodegones representada en animales, flores y otros objetos; caricaturas de distintos géneros para luego transitar al arte abstracto. La preferencia por el movimiento aparente o irreal es su fuente de estudio para luego plasmarla en sus obras .El Arte Óptico es la tendencia artística con la cual ha trabajado en los últimos años, para ello ha estudiado todo  los fundamentos teóricos y prácticos  de los  máximos  exponentes el  húngaro Víctor Vasarely y el venezolanos  Carlos Cruz Diez y el argentino Julio Le Park.

Ramírez en los trabajos de este estilo, se observa el uso de formas simples, de líneas y círculos concéntricos, en las que predominan generalmente el blanco y negro y la contraposición de colores complementarios con el fin de crear una sensación de movimiento, gracias a los efectos ópticos  ,estableciendo un dinamismo en las superficies planas, que en ojo del espectador se transforma en espacios tridimensionales llenos de agitación ,movimiento y oscilación .Utilizando también la pintura en acrílico ,con el fin de obtener bases definidas y limpias en la búsqueda de efectos visuales  únicos ,tal como se pueden observar   a continuación.

A lo largo del tiempo, este destacado artista  ha realizado exposiciones con el fin de que el público  contemple  la calidad de sus obras, de las cuales podemos señalar  las realizadas  en la Ciudad de Valencia, con motivo  XXXIII aniversario del Salón de Artes Visuales Arturo Michelena  del año 1975;   la  del III Salón de Artes Plásticas de la Escuela de Educación de la Universidad de Carabobo en 1976;Además ha expuesto en el Ateneo de Valencia ,la Escuela de Artes Plásticas  Arturo Michelena y  Salón de Artes Plásticas de Guácara durante  el año 1989.De igual manera ha presentado obras   en la   Casa de la Cultura Francisco Lazo Martí de Calabozo año 2009, con  trabajos  del Arte Óptico. Asimismo  ha  expuesto   muestras  fotográficas en la misma localidad,  de las cuales sobresale la que lleva por nombre “Plaza, Identidad  y subjetividad”, en el Museo de la Ciudad de Calabozo en el año 2016.

El trabajo realizado por este artista ha sido galardonado en distintos momentos: Mérito al Estimulo por ser el mejor estudiante de Arte Puro de la Escuela Arturo Michelena año 1975, por su obra” Intercepción visual  número 10,”; igualmente en ese mismo lapso obtuvo el primer lugar  en el III Salón Artes Plásticas  de la Escuela de Educación de la Universidad de Carabobo , y  la distinción  Braulio Salazar en el año 1989  que otorga el esa institución cultural carabobeña  .Además de recibir  numerosas certificaciones por su fructífera labor no solamente  en las artes pláticas, sino también  en el campo del diseño grafico  y   fotográfico .Toda esa trayectoria de este genial, artista es necesario difundirla con la finalidad de que la sociedad global conozca el significativo trabajo referente al  arte óptico comparable con los grandes maestros de este estilo.

Otra  actividad  importante  realizada con esmero por  Ramírez , es  el de restaurador  y conservación  de  obras de artes, con el fin  de  detener  el deterioro  o devolver el estado original de las pinturas y esculturas, aplicando  técnicas para alargar  la vida  a estos trabajos artísticos y bienes culturales. En sus estadía  por la Escuela de Artes Arturo Michelena, contó con las orientaciones del maestro Eulalio Toledo Tovar, con quien aprendió   las técnicas  restaurativas, hasta el punto de seleccionarlo por este destacado  artista  para rehabilitar los murales que están en el Museo de Historia Casa Páez, en el año de 1976,.donde vivió el general José Antoni Páez ,después de la Batalla de Carabobo en 1821.Lugar donde convergen el arte, la historia y la cultura, encentrándose también   piezas de armas , utilizadas  durante la guerra de independencia, allí  no solo aprendió a devolver el resplandor de los colores , además de   la satisfacción  personal de haber colaborado  en rehabilitar  dichas pinturas, mediante  el buen    desempolvando, limpieza a través del desengrasado y la reducción del barniz; luego enmasillar  para luego retocar la capa pictórica.

Ramírez siempre le ha interesado  por estudiar  los hechos históricos, por tal motivo realiza  con las restauraciones de   imágenes en bronce de personajes de la independencia venezolana. Por tal motivo, no dudó  en reparar la estatua pedestre    del general José Antonio Páez, en la ciudad de Calabozo, cuando fue llamado por las autoridades municipales para realizarle los arreglos respectivos, después que la efigie sufriera  un percance, al  derrumbarse del pedestal a consecuencia de la caída de un  árbol en la plaza donde estaba expuesta. En este trabajo previa evaluación, diagnóstico  y limpieza, para luego  realizar  el retoque y reintegración cromática, mediante la   rehabilitación de la piel del cuerpo escultórico  como  consecuencia de las condiciones  ambientales, le dio   un esplendor natural. Luego  realizó la restauración  de las lozas de mármol  que sufrieron daño en el pedestal, mediante el  restablecimiento de parte de la rotulación. Demostrando dominio del trabajo restaurativo  a tan importante obra de arte, del primer presidente del periodo Republicano .Todas estas consideraciones son necesarias para catalogar a Yobani Ramírez  como un artistita plástico integral por su dominio  en las diferentes facetas de las artes pláticas.

José Aquino es docente e historiador. Fue Decano del Área de Humanidades y Letras de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG), Venezuela.

Asalto al poder en los Estados Unidos: trayectoria histórica

EEUU

IMAGE | Insurgentes escapando de tropas federales en Springfield (1787) de C. Kendrick, publicada en Edward Sylvester, The People’s History of the World, v. vi. (imagen de dominio público)..


Existen los que consideran que llamar insurrección a lo que pasó es una exageración. Para estas personas, lo que hubo fue una manifestación pacífica con ciertos desaciertos gracias al mal manejo realizado por los efectivos de seguridad del Capitolio. A su vez, otros justifican mencionando, y aun creyendo, que las elecciones le fueron robadas a Trump.


Por PABLO L CRESPO VARGAS

El asalto al Capitolio federal estadounidense el 6 de enero de 2020 puede ser visto como un intento de golpe de estado o insurrección realizado por un grupo de individuos y organizaciones que consideraban que el presidente Donald Trump debía quedarse en el poder. Las teorías de cómo se realizaron los eventos de ese día son varias. Existen los que consideran que llamar insurrección a lo que pasó es una exageración. Para estas personas, lo que hubo fue una manifestación pacífica con ciertos desaciertos gracias al mal manejo realizado por los efectivos de seguridad del Capitolio. A su vez, otros justifican mencionando, y aun creyendo, que las elecciones le fueron robadas a Trump.

Independientemente su creencia sobre lo que ocurrió el 6 de enero de 2020 en Washington D.C., no se puede negar que fue un acontecimiento donde se utilizó la violencia para lograr los objetivos que deseaba cada bando. Esto contracta con el mito de que la gobernanza estadounidense se rige por un orden establecido basado en leyes que son justas e imparciales, que imposibilitan actos de violencia dentro de sus instituciones. Claro, el golpe de estado no se completó, tampoco el presidente Trump pudo mantener su posición como primer mandatario de la República de los Estados Unidos.

Ahora bien, ¿tenemos evidencia de otros atentados o intentos de desestabilización política dentro de los Estados Unidos en su historia? o ¿estos acontecimientos solo ocurren en los llamados países del tercer mundo? La realidad es que al hacer una búsqueda dentro de la historia estadounidense podemos encontrar una serie de revueltas o intentonas de golpes de estado y remoción de gobiernos por uso de la fuerza en esferas federales, estatales y municipales. Pasaremos a nombrar algunos de ellos, y quizás, más adelante los reseñemos con mayor profundidad.

Cronológicamente hablando, una de las supuestas primeras conspiraciones para tomar el gobierno fue la que se dio en Newburgh (New York) entre oficiales del Ejército Continental —fuerza armada de las colonias británicas en Norteamérica en su guerra de independencia— en marzo de 1783, dado a la falta de paga a los militares. Sobre este evento hay un debate histórico en cuanto a cuáles fueron las expectativas y si en realidad hubo una intención más allá de la protesta. No se puede negar el desencanto que muchos militares tuvieron por el hecho de que el Congreso no desembolsó el dinero a tiempo para saldar su deuda y la importancia de la intervención de George Washington, general en jefe de las fuerzas, para evitar una rebelión. Años luego, entre agosto del 1786 a febrero de 1787 se da la Rebelión de Shays, nuevamente, el detonante fueron los problemas económicos y sociales que se estaban dando en la recién formada nación. En el siglo XX, específicamente entre 1933 a 1934, y surgido de la testificación realizada por el general Smedley Butler(Infantería de Marina) se conoció de una supuesta conspiración entre dueños de grandes empresas para derrocar al presidente Franklin D. Roosevelt e instalar un gobierno fascista en los Estados Unidos.

En las esferas estatales también ocurrieron levantamientos y enfrentamientos que en términos de pérdidas humanas y económicas fueron mayores que las mencionadas en los párrafos anteriores. En Rhode Island, entre 1841 a 1842, Thomas Wilson Dorr, no solamente trató de tomar el gobierno, sino que creó un sistema de gobernanza paralelo que tuvo que ser enfrentado por el gobierno estatal, sin la ayuda del gobierno federal. Entre abril y mayo de 1874, en Arkansas, se dio una guerra civil entre el gobernador republicano (Elisha Baxter) y un pretendiente a la gobernación del mismo partido (Joseph Brooks). Las intenciones de este segundo fueron frustradas, aunque la cantidad de víctimas mortales sobrepasó las 200 personas. Ese mismo año, en septiembre, un grupo de supremacistas blancos conocidos como la Liga Blanca tomó la ciudad de New Orleans (Luisiana), por lo cual tropas del gobierno federal tuvieron que intervenir y recapturar la ciudad. En 1931, nuevamente en Luisiana hubo una disputa por la gobernación que terminó con la movilización de la Guardia Nacional del estado. Tan reciente como el 2020, un grupo de extrema derecha, conocido como The Wolverine Watchmen, planificó el secuestro de la gobernadora, Gretchen Whitmer, y el derrocamiento del gobierno estatal de Michigan; sin embargo, la conspiración fue descubierta por el Negociado Federal de Investigaciones (FBI en sus siglas en inglés).

A los actos ya comentados, debemos incluir los intentos de derrocamiento que se produjeron en gobiernos municipales. Entre 1886 a 1887, dos facciones del Partido Demócrata lucharon por el control del gobierno del condado de Fort Bend, en Texas. En 1898, la ciudad de Wilmington en Carolina del Norte fue escenario de una lucha de poder entre supremacistas blancos y una coalición de negros y blancos que se llamó Partido Fusionista. En ambos ejemplos, las facciones supremacistas, que no gobernaban, terminaron derrocando a los gobiernos integracionistas, sin que el estado o el gobierno federal interviniese. Al igual que los ejemplos ya presentados hay otros que podremos discutir luego.

PABLO L CRESPO VARGAS es historiador puertorriqueño. Es estudioso de la Historia de los Estados Unidos de Norteamerica.El presente artículo fue publicado originalmente en El Posta Antillano