El San Pedro de Güigüe

La Parranda de San Pedro llega a Güigüe –estado Carabobo- por intermedio de don Antero Ortiz nacido en Guarenas el 3 de enero de 1923. A los 11 años comienza su devoción por San Pedro incorporándose a la parranda del maestro Antonio Núñez –fallecido el 5 de febrero de 1987- en la hacienda Maturín de Guarenas. Allí duró 25 años. 

Por Arturo Alvarez D' Armas*
La Parranda de San Pedro es una expresión de la cultura popular tradicional de las poblaciones de Guarenas y Guatire en el estado Miranda, la misma es celebrada todos los 29 de junio. Se inspira dicha festividad en una leyenda según la cual a una negra esclavizada llamada María Ignacia, se le enferma su hija Rosa Ignacia. Desesperada la madre, solicita mediante rezos la intervención divina de San Pedro para devolverle la salud a la niña. San Pedro –afirma la tradición oral- salva a Rosa Ignacia y en agradecimiento la madre prometió al santo cantar y bailar en su homenaje en compañía de varios esclavos. Así ocurre hasta que María muere y su esposo se viste de mujer para no perder la tradición. Algunos elementos de la parranda son:
María Ignacia, representada siempre por un hombre vestido de mujer, usa una falda ancha y larga, tela de colores al igual que la cota. Su cabeza es adornada con un sombrero de cogollo del cual penden trozos de telas multicolores y lleva además un par de moños de mecate. Ella y los demás componentes de la parranda usan alpargatas. El abdomen va abultado simulando un embarazo. Los Tucusitos, son un par de niños que acompañan a María Ignacia. Visten trajes y gorra bicolor –amarillo y rojo-. Los Sampedreños, representan a los esclavos, visten de levita y pumpá. El traje se complementa con pañuelos rojos o amarillos anudados al cuello. En algunos momentos del baile se ponen unas cotizas de cuero de ganado para producir un armónico sonido. Todos los parranderos se untan betún o negro humo en el rostro. Rosa Ignacia, es una muñeca de color negro elaborada de trapo y es cargada en los brazos por María Ignacia. Abanderado, es un sampedreño que va al inicio de la parranda con una bandera roja. Los instrumentos musicales son cuatro y maracas, los primeros pueden ser 4 o 5 y los maraqueros entre 8 y 10 una por cada hombre y se toca con la mano derecha. La Parranda de San Pedro llega a Güigüe –estado Carabobo- por intermedio de don Antero Ortiz nacido en Guarenas el 3 de enero de 1923. A los 11 años comienza su devoción por San Pedro incorporándose a la parranda del maestro Antonio Núñez –fallecido el 5 de febrero de 1987- en la hacienda Maturín de Guarenas. Allí duró 25 años. El señor Ortiz nos dice que el San Pedro es un santo fuerte y por sobre lo que sea cada 29 de junio saco a mi San Pedro. Aspira a que esta festividad religiosa se arraigue en Güigüe por cuanto el pueblo necesita actos culturales, así como tienen gusto por el beisbol y el boxeo también necesitan los aguinaldos de diciembre los tambores de San Juan y la Parranda de San Pedro. A pesar de que don Antero se instala a vivir en Güigüe en 1979, la parranda sale por primera vez el 30 de junio de 1985. La misma está integrada por 10 personas entre las cuales tenemos a: José Gregorio Bravo, Juan Piña, Juan Antonio Paredes, Carlos Román, José Luis Loyo, Luis Alberto Bravo, José Antonio Pacheco y Antero Ortiz. Ellos no incorporan a María Ignacia, ninguno de sus integrantes desea vestirse de mujer. Usan un cuatro y varias maracas, alpargatas y un par de cotizas. Los sampedreños se ponen un chaleco negro y pañuelo rojo o amarillo. Al igual que en el valle de Pacairigua se ponen pumpá y se untan betún en la cara. La parranda sale de la residencia de Antero Ortiz, recorren las principales calles de esa bella población carabobeña hasta llegar a la iglesia “El Salvador del Mundo”, donde es guardada su imagen.
Algunos de los cantos entonados en honor al apóstol son los siguientes:
El San Pedro de Guarenas se ha mudado para Güigüe y después que se mudó se va a volver a mudar se va pa´que Salvador y que salvador del mundo. En la casa donde estamos tenemos que hacerlo bien uno porque baila bueno otro porque baila malo. En la iglesia El Salvador es que tú vas descansar que tu tienes tu nicho que lo acaban de arreglar. Baila sabrosito y bueno Y te meneas de verdad repícame esos cueros que yo los quiero escuchar parece que están muy fríos que no los oigo sonar. Se revientan las cotizas que yo las vuelvo a empatar en esta vuelta y la otra ya tú sabes lo demás. Pégale pégale pégale Juan. Arara ara aralá arara ara aralá Yá. ------------ *Investigador de las Culturas Afroamericanas, promotor cultural, fotógrafo, poeta y editor.
Artículo próximo Artículo previo