Felipe Hernández G

Cuando pasó el cometa Halley en 1910…

Corría el mes de mayo de 1910, cuando hizo su aparición en el firmamento aquel enorme cuerpo celeste de forma bien determinada, con una larga cabellera extendida y enorme cola, que fue llamado por el burgo y por algunos científicos, el cometa del fin del mundo.
Por Felipe Hernández G

Nadie está a salvo, el miedo o mejor, los miedos, siempre han existido y existirán. Sólo que las fuentes, las maneras de enfrentarlos y, sobretodo, el sentido que adquieren según los contextos socio culturales que hacen posible su emergencia, cambian. Hoy, en pleno siglo XXI, nos asalta la incertidumbre por la pandemia de coronavirus que azota a la humanidad ¿Qué va a pasar? Lo que haya que pasar, pasará, más nada… hace 110 años la humanidad vivió la amenaza de un eventual fin del mundo por el paso de un cometa, el cometa Halley, un fenómeno celeste que turbó la paz y la tranquilidad de todo el planeta tierra.

Corría el mes de mayo de 1910, cuando hizo su aparición en el firmamento aquel enorme cuerpo celeste de forma bien determinada, con una larga cabellera extendida y enorme cola, que fue llamado por el burgo y por algunos científicos, el cometa del fin del mundo.

Ningún otro cometa como el Halley que surcó la bóveda celeste en 1910 ha causado tanta fascinación, tanto miedo y tanta leyenda. Del paso de aquel fenómeno perturbador se cumplen ahora 110 años. Es considerado uno de los mayores acontecimientos astronómicos del siglo XX, un hito que paralizó el planeta ante el temor al fin de los tiempos y que impulsó a millones de personas, presas del pánico y la depresión, a asomarse al firmamento cada noche para contemplar hipnotizadas aquella larga figura celestial que desbordaba con su encanto la noche estrellada. Algunos no superaron el trance y prefirieron quitarse la vida convencidos de que “el paso de la tierra por la cola del cometa, que contiene cianógeno, envenenaría a la humanidad entera”. Los mensajes tranquilizadores de los científicos y los estudiosos de la astrología no evitaron los suicidios de una minoría y la congoja, el agobio y la resignación de la gran mayoría.

Recién llegado el siglo XX, el encuentro con el Halley se vivió en todo el globo terráqueo durante el mes de mayo de 1910, el momento cumbre del embeleso se vivió entre el 18 y el 19 de mayo, cuando nuestro planeta cruzó la cola del cometa mientras la humanidad contenía el aliento, oraba, hacía rogativas, se confesaba, ofrecía promesas y en los templos se celebraban misas. “En las semanas previas, la prensa fue un hervidero de rumores, artículos de todo tipo y publicidad engañosa que, entre otros productos, ofrecía máscaras para protegerse de los supuestos efectos nocivos del cianógeno, uno de los gases que componen los cometas”. Se apelaba a La Biblia y a la fe, las personas mayores y los devotos fervientes recordaban el viejo adagio bíblico, según el cual, “señales en el cie­lo son presagios de desgracias en la tierra”.

En los periódicos de la época corrieron ríos de tinta, más sin embargo, los hechos le dieron la razón: después del paso por la cola del Halley, la Tierra siguió su curso como si nada y el fin del trance fue celebrado con innumerables veladas nocturnas en todo el mundo y en las ciudades y pueblos la gente se aglomeraba en las calles en pleno jolgorio mientras el Halley aún brillaba en el cielo.

El 19 de mayo, justamente el día cuando la Tierra cruzaba la muy temida cola del cometa, con sorna y socarronería, cuentan los diarios de la época que del “choque del cometa Halley con la Tierra. No una cola se vio ayer a la caída de la tarde, sino dos: la primera era excesivamente larga. La componían millares de personas que acudían a las boticas y perfumerías… para proveerse de agua de azahar… a fin de poder soportar el susto que había de darnos el cometa Halley. La segunda cola era de menores dimensiones, pero no dejaba por eso de llenar la espaciosa y larga calle… las personas que la formaban pedían a voz en grito el Gran Licor Poniol, único capaz de ahuyentar a todos los cometas habidos y por haber", (Vicente Aupí (s/f): Estrellas y Borrascas.

Hoy, a más de un siglo después del mítico paso del Halley en 1910, todos estos sucesos parecen remotos, y realmente lo son. Seguramente, aquella visita del legendario y fantástico cometa fue la última en la que vino cargado de leyendas, y la próxima visita el año 2061, será la primera en la que la humanidad lo reciba sabiendo absolutamente todo de él, ya que durante el paso de 1986 las sondas espaciales Vega y Giotto salieron a su encuentro para estudiar de lleno su naturaleza, lo que permitió, incluso, descifrar los enigmas concernientes a su núcleo, fotografiado gracias a las modernas técnicas de imagen.

Importante señalar, que en 1910 apenas había contaminación lumínica, por lo que la visión del firmamento era excelente incluso en las grandes ciudades del mundo. Con ello, y merced a su gran proximidad, el impacto visual del Halley en plena noche era abrumador.

A modo de colofón puede decirse, que el paso del Halley en mayo de 1910, vino acompañada por un cúmulo de desinformaciones, histeria colectiva y anuncios del fin del mundo. Decenas de miles de personas en todo el planeta esperaron con pavor el pasó del cometa con su cola venenosa, e incluso los más miedosos se suicidaron. Pero tras el paso de la Tierra por la cola del Cometa Halley no llegó el fin del mundo, tan solo “la atmosfera se impregnó de una extraña sensación de escarcha luminosa”.

El Guárico no podía ser la excepción, como parte de aquella Venezuela rural y analfabeta, sus habitantes sufrieron la pavorosa incertidumbre, nos cuenta la señora Azucena Belisario de Vargas (2018), que su padre, Rafael “Mununo” Belisario Álvarez, les contaba, que en casa de sus abuelos hacían promesas y rogativas, y les obligaban a rezar el rosario… además de las personas que se suicidaban, otras se entregaban a la molicie y la holgazanería, “a esperar con resignación la tragedia”, incluso, los más “avispados” aprovecharon el paso del cometa para seducir doncellas… a muchos niños nacidos a posteriori, nueve meses después se les llamaba “los hijos del cometa”…

Como escribió el historiador francés, Jacques Le Goff (1924-2014), “La memoria intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros”

* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com
viernes, agosto 21, 2020

Centenario del natalicio del poeta Aquiles Nazoa

Venezuela recuerda a Aquiles Nazoa



En coincidencia con el Día Nacional de la Poesía, el historiador guariqueño Felipe Hernández recordó al poeta, narrador y humorista Aquiles Nazoa, a cien años de su natalicio.



Reconocido escritor, periodista, poeta y humorista venezolano(Caracas, 17-05-1920 // †Autopista Regional del Centro, entre Caracas y Valencia, 25-04-1976). Hermano del también poeta Aníbal Nazoa y padre del humorista y escritor Claudio Nazoa Laprea. 100 años del natalicio del hombre que creyó en los poderes creadores del pueblo, en su obra se expresan los valores de la cultura popular venezolana. El siempre querido y recordado Aquiles Nazoa, el ruiseñor de Catuche, el Poeta del Guarataro que describió con genialidad lo cotidiano y lo sencillo de los venezolanos y de la venezolanidad de nuestra historia y sus tradiciones… Aquiles, el de la eterna vigencia. El de “Humor y Amor” su obra cumbre…

En su memoria, dos de sus poemas:

EL CREDO

Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra;

creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,

que fué crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,

pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,

creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,

creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,

creo en la cualidad aérea del ser humano,

configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose

como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;

creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente

debajo de la almohada de mi niñez;

creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,

yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,

salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,

creo en Rainer María Rilken héroe de la lucha del hombre por la belleza,

que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,

creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,

creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;

creo en un barco esbelto y distantísimo

que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;

su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,

junto a sus cienes un resplandor de estrellas,

creo en el perro de Ulises,

en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,

en el loro de Robinson Crusoe,

creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,

el Beralfiro el caballo de Rolando,

y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,

creo en la amistad como el invento más bello del hombre,

creo en los poderes creadores del pueblo,

creo en la poesía y en fin,

creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama…

 

SERENATA A ROSALÍA

Levántate, Rosalía

a ver la luna de plata

que el arroyuelo retrata

y el lago fotografía.

 

Levántate, vida mía;

¡anda, pues, no sea ingrata!

Levántate con la bata,

o sin ella Rosalía.

 

Ay, levántate mi nena:

sé complaciente, se buena

y ¡levántate, por Dios!

 

¡Levántate, pues trigueña,

que esta cama es muy pequeña

y no cabemos los dos!

 

                

* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com

miércoles, mayo 20, 2020

Entrevista a doña María Tovar, “La guerrillera”.

Por casi 40 años, junto con sus hijos ha conducido los destinos de su Cauchera “El Roble”, en la avenida Las Industrias de Valle de la Pascua, en la salida hacia El Socorro, como dice ella “un poquito más adelantico del hotel San Marco, cerca de donde estuvo un bar que llamaban El Guásimo…”.


FELIPE HERNÁNDEZ G.*



Foto José Antonio Hernández H.

 

Con más de 80 años largos, nació a principio del segundo lustro de los años treinta, a diario la vemos por esas calles de Dios, su atezada figura y menudo tamaño contrasta con su enérgico caminar, siempre apuradita, nunca pasa desapercibida, trajeada con estampadas prendas de vivaces colores y su eterno sombrerito la destacan en cualquier lugar. ¡Ahí va doña María “La Guerrillera” o simplemente “Esa es La Guerrillera”, dicen con respeto y a sotto vocce. Graciosa y jovial, con una eterna sonrisa a flor de labios y la respuesta oportuna y relancina ante cualquier situación, dista mucho del mote que la distingue, porque no concuerda con la mujer respetuosa, noble, afable y dócil que es doña María.

Por casi 40 años, junto con sus hijos ha conducido los destinos de su Cauchera “El Roble”, en la avenida Las Industrias de Valle de la Pascua, en la salida hacia El Socorro, como dice ella “un poquito más adelantico del hotel San Marco, cerca de donde estuvo un bar que llamaban El Guásimo…”. Sus paredes pintadas en dos llamativos tonos de pintura en aceite, en la parte inferior azul oscuro brillante, y en la superior amarillo Caterpillar, ambos muy chillones, para que no pase desapercibida, "y todo el mundo la vea".

Pero esa cauchera es mucho más vieja, la prestación del servicio de reemplazo de válvulas y gusanillos, colocación de parches, servicio de rotación de cauchos, presión de aire de los neumáticos, etc., la estableció su esposo, Esteban Seijas, a principio de los años sesenta cuando se residenciaron en la Princesa del Llano, procedentes de El Socorro. Pero como ella dice, “el mal siempre está al acecho”, y cuenta, que el 28 de agosto de 1982 el establecimiento fue visitado por delincuentes y en el atraco, su propietario, Esteban Seijas fue vilmente asesinado, doña María quedó viuda, y con sus hijos tomó las riendas del modesto negocio. Desde entonces ahí se mantiene, trabajando y atendiendo los clientes que demandan servicio.

Nacida en el pueblo de El Socorro, estado Guárico, a mediado de los años 30 del siglo XX, de la unión matrimonial de José Antonio Tovar y Josefa Cordero de Tovar, campesinos, vivían a la entrada del pueblo, en un descampado que llamaban Colombia (hoy barrio Colombia), sector Barrialote de esa población, dice que su padre era agricultor, labrador, cortador de caña y en las inmediaciones tenía un conuco donde sembraba “de todo”: caña, maíz, topocho, arroz, frijol, caraota, quinchoncho, yuca, auyama, berenjena, ajonjolí…

Creció trabajando, siendo aún una niña, pilaba maíz y arroz, cocinaba, planchaba, tostaba y molía café, cortaba y picaba leña, cargaba agua en burro de las lagunas El Milagro y Mata Verde, a modo de anécdota cuenta que, “para pegar los barriles al sillón del burro, le ponía una horqueta por un lado y lo maneaba para que el animal se mantuviera quieto y no tumbara la carga”… En las noches, en el patio de su casa, alrededor de unas topias encendía una hoguera para que los zorros y rabipelados se alejaran y no se comieran las gallinas. “Yo hacía de todo”.

Aprendió a leer y a escribir en El Socorro, con las misioneras norteamericanas de nombre Perla y Mebor, a quienes recuerda con especial cariño por el afecto que le prodigaban y el interés que ponían en enseñarla; cuenta que las misioneras se residenciaban en las casas de los evangélicos del pueblo.

A los 14 años se enamoró de un “gandolero”, y quedó embarazada, el hombre resultó casado, por lo que la relación se terminó, de él tuvo su primer hijo, Melvin Tovar, quien nació en El Socorro, el 14 de febrero de 1954. Luego se casó con Esteban Seijas, natural del caserío Santo Domingo Requenero, quien trabajaba con el señor Juan Moisés Padra, haciendo el oficio de caletero y peón en su finca “La Guasimita” (carretera nacional El Socorro-Valle de la Pascua), se vienen a vivir a Valle de la Pascua y con mucho esfuerzo construyen una vivienda en la actual Av. Circunvalación de Guamachal, donde todavía vive con algunos de sus hijos; del matrimonio nacen sus hijos: Esteban, Gregorio, Guillermo, Jorge Gustavo y Carlos que es el menor, ya cuenta con 52 años.

Foto José Antonio Hernández H.

Eso era a finales de los años cincuenta, recuerda que Guamachal era un campo, un cujial (muchos árboles de cují) donde además de guamachos, robles y guásimos, abundaban los arbustos de celedonia y algodón de España. En el sector solo tenían viviendas levantadas, Isidora Álvarez, doña María Flores y su hijo Pedro Flores, don Simón Correa y La Quinta de don Manuel Vicente Álvarez, “pero esas quedaban mucho más allá”. No había calles, en época de lluvias “eso eran unos barriales de grea amarilla que imposibilitaban salir”. No contábamos con ningún servicio, “eso fue mucho después, en los sesenta cuando colocaron un tanque donde llegaba el agua, estaba en la calle Guamachal, donde comienza la calle El Peñón, y una pluma debajo de un roble que estaba donde ahora está el parquecito, de ahí la cargábamos en tobos y en carretas hasta nuestros hogares”. Recuerda que el roble lo derribó un rayo un día que cayó un gran aguacero.

 ¿Por qué La Guerrillera? La leyenda y la fantasía unidas al tiempo que vivía Venezuela en los años sesenta del siglo pasado se esconden detrás del apodo, eran años de guerrilla urbana y rural, y, por ende, a todo aquel que recién llegaba a un lugar con un temperamento arisco y avispado le calaba el remoquete, así es doña María, de ahí, que algunos vecinos mayores refieran: “Cuando el Inos puso el tanque para surtir de agua al vecindario, ella llegaba muy temprano, a veces de madrugada, con sus hijos pequeños y muchos envases, hasta que ella no los llenaba todos, no permitía que nadie llenara su envase”, eso generaba permanentes conflictos, discusiones y el adoso del sobrenombre. Ella misma narra el desencuentro con una familia del sector, porque “un hijo [de aquella] le echó tierra en los ojos a uno de sus hijos cuando estaba buscando agua…”.

 En su opinión, el apodo se lo puso una vecina, quien se enamoró de su esposo, y comenzó a molestarla, y amenazarla con hacerle “trabajos de brujería para que la abandonara”, para asustarla “tiraba al techo de mi casa y en el patio, limones cortados en cruz y sustancias, yo la enfrenté y la denuncié en la policía, eso fue un pleito feo… todo por envidia y porque mi esposo era un hombre muy trabajador,… ella se encargó de decirle a todo el mundo que yo era una guerrillera… al final ella se tuvo que mudar…”. Confiesa que no le molesta que la gente le diga así.

Católica practicante, amante de los ritos católicos y de las tradiciones de semana santa, durante muchos años con otros vecinos organizó la quema de Judas en el sector, hacía el monigote, y en un gran roble que estaba al borde de la calle, al lado de su casa lo colocaba, el domingo de resurrección convocaba a las familias, leían el testamento y lo quemaban…

 Con su peculiar sombrerito rojo, amarillo, verde o azul, “siempre los he usado, desde muchacha”, su particular estampa, pintoresca y folclórica, de pronunciados rasgos mestizos, su piel morena oscura la cobija con coloridos collares de semillas y fantasía, vestidos estampados con flores y figuras de vivos colores, zapatos adornados, con abundante colorete y carmín cubre su tez cobriza, “yo me visto y soy así porque me gusta, así era mi mamá”, ¡auténtica! Confiesa que ahora no usa zarcillos, sortijas ni pulseras porque a ella le gustan de oro, pero “cómo siempre ando sola, me las quitaban los malandros”.

 Así es doña María Tovar, “La Guerrillera”, humilde, trabajadora, sencilla, comprometida, altiva y pizpireta. Mujer de pueblo, mujer de fe, dice: “En esta vida yo lo que he hecho es trabajar bastante, y todo se lo encomiendo a Dios para que lo guie, le dé fuerza y se haga realidad”. Quien la quiera conocer, vaya a la cauchera “El Roble”, o en su diario ir y venir desde su casa en la Av. Circunvalación hasta la cauchera en la carretera nacional (Av. Las Industrias), aunque es común mirarla haciendo compras en los establecimientos de Guamachal y por la Av. Libertador de Valle de la Pascua… Un peculiar personaje de mi pueblo.


* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com


miércoles, mayo 06, 2020

Antecedentes de algunas epidemias que han azotado al Guárico

Venezuela y el Guárico siempre ha sido blanco de epidemias y pestes, morbos traídos por los españoles en las bodegas de sus barcos, y que se propagaron en el proceso de colonización y conquista del territorio. El año 1766, una epidemia de viruela atacó agresivamente a los pueblos de  y Ortiz.
(A propósito de la pandemia de coronavirus que hoy padece el mundo…  )


FELIPE HERNÁNDEZ G.*


I.- Los coronavirus son una familia de virus descubiertos en la década de los 60, cuyo origen es todavía desconocido. A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China), desde entonces el goteo de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2, que provoca el COVID-19, ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado. La Organización Mundial de la Salud ha declarado la situación de pandemia. Hay personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social. Hasta ahora, el país más afectado en Europa es Italia. En España, las autoridades sanitarias y las sociedades científicas consideran que el país está preparado para contener la transmisión. Desde España llegó a Venezuela.
II.- Desde la colonia, Venezuela y el Guárico siempre ha sido blanco de epidemias y pestes, morbos traídos por los españoles en las bodegas de sus barcos, y que se propagaron en el proceso de colonización y conquista del territorio. El año 1766, una epidemia de viruela atacó agresivamente a los pueblos de Parapara y Ortiz. Informa Oldman Botello (2017): “Hubo muchos muertos, hasta tal punto que hubo que habilitar un decreto en el área rural parapareña para enterrar a las víctimas. Una de las primeras fue el pardo Alejo Ochoa, integrante de una abundante familia de la zona”. En julio de 1766 se publicó el Decreto. (Decisión tomada por la  autoridad competente en materia de su incumbencia, y que se hace pública en las formas prescritas), donde serían enterradas las víctimas de la epidemia. Probablemente en la vía de El Layero o en la de Guamacho… en un sitio alejado de los dos ríos, porque de ahí provenía el agua del consumo y del riego de las siembras.
Luego, la Venezuela decimonónica, caracterizada por las pésimas condiciones médico-sanitarias que aunadas a los múltiples conflictos bélicos, presenta una alta tasa de mortalidad y un negativo crecimiento vegetativo. Su población diezmada implica una baja densidad demográfica; así tenemos:
En 1804 llega a Puerto Cabello la “expedición de la vacuna”, dirigida por Francisco Javier Balmia y enviada por el rey Carlos IV a las colonias para aplicarla contra la viruela. Se inmunizaron 100.000 pobladores y quedó instituida en Caracas la Junta Central de la Vacuna.
Las poblaciones de Calabozo, Chaguaramas, otros pueblos del Guárico, y de la Provincia de Venezuela en general, con una estructura cualitativamente similar a la de Caracas, también sufrieron el terremoto de 1812, la lucha por la Independencia nacional, las emigraciones en masa de 1812, 1814 y 1816, la epidemia de 1818 y la peste en los llanos que se extendió desde 1832 hasta 1838; fenómenos que en su conjunto diezmaron significativamente la población en general en los llanos del Guárico.
Del año 1846, en la Sección Secretaria de Interior y Justicia del Archivo General de la Nación reposa un informe titulado: “Salubridad. Fiebre de Camaguán Provincia de Caracas” que revela la situación que confronta esa población por una epidemia de fiebre, y aunque no se identifica la enfermedad, señala: “pensamos que puede ser la Malaria”… En 1850 una epidemia del Cólera, azotó severamente a la población de El Sombrero… Y en la crisis económica de 1858, año cuando termina la hegemonía de los Monagas y se crea el ambiente para la Guerra Federal, entre otras razones, privan: La confiscación de bienes a quienes se rebelan contra el gobierno. La confiscación ganadera y el abigeato,  que en los llanos hace que la ganadería disminuya, sumado a una epidemia del cólera, que trae por resultado la dificultad de transportar alimentos de las zonas de producción a las de consumo. El resultado directo es el hambre, ante la escasez de maíz, caraotas y arroz, que constituían el alimento de los estratos pobres.
El año 1867 fue llamado “el año del cólera”, porque se produjo en el país una epidemia de esa enfermedad, la cual diezmó la población de gran parte del territorio nacional. En las poblaciones del Guárico causó tantos estragos que no daba tiempo de sepultar a los muertos, la gente huía a los campos para evitar el contagio. Refiere Juan Suárez (1980), que: “morían familias enteras y las casas quedaban desiertas, sin siquiera una persona que contara el fatal suceso del cólera. Se trataba de un vómito negro que destrozaba el alma de los seres… no había tiempo para sepultar los cadáveres de los que iban cayendo, porque eran muchas las defunciones que cada día se producían”.
En 1873, bajo la presidencia del Gral. Antonio Guzmán Blanco, es designado presidente del Guárico el Gral. Joaquín Crespo Torres, quien ante una supuesta amenaza de una epidemia de fiebre que se cernía sobre Calabozo, dispuso trasladar la capital de aquella ciudad a Ortiz, el decreto fue promulgado el 15 de octubre de 1874, siendo legalizada la capital definitivamente en la Constitución del Estado, el 12 de noviembre de 1874. El 11 de marzo de 1875 Ortiz pasa a ser por primera vez capital del Guárico. Decreto dictado por el gobernador Crespo, pretextando una supuesta peste en Calabozo.
En 1885, los pueblos en Altagracia de Orituco, Chaguaramas, Valle de la Pascua y otros vecindarios del Oriente de la entidad, aunado a la plaga de la langosta que durante tres años arruinó los campos… se declaró una epidemia de fiebre amarilla que hizo estragos en la población… Entre finales del siglo XIX y principios del XX, desaparecieron los pueblos: Santa Bárbara de Ipire, San Juan Bautista, San Rafael de Unare, y otros, por las constantes epidemias de paludismo y otras pestes que los asolaron.
Incluso, cuenta la leyenda de José Zambrano –El ánima del Pica-Pica--, supuesto soldado de la revolución Libertadora, que después de la derrota sufrida en la batalla de La Victoria (del 12-10 al 02-11-1902), cuando venía huyendo hacia estos confines guariqueños, murió de fiebre amarilla debajo de un árbol de pica-pica en las sabanas del hato Monte Oscuro, entre Valle de la Pascua y Chaguaramas. 
III.- Corría el año 1918 cuando en el mes de octubre estalló en La Guaira el brote epidémico conocido como "Gripe Española". De allí se extendió a todo el país, siendo especialmente mortal en Caracas, Maracaibo y Puerto Cabello. En el llano la severidad máxima ocurrió en el estado Apure. Los destinos del país regidos por el Gral. Juan Vicente Gómez (1908-1935), presentaban un cuadro clínico caracterizado por altos índices de miseria, insalubridad y analfabetismo. Un dato clave indica que “había apenas un médico por cada 5.000 habitantes, hoy día, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda como mínimo un médico por cada 333 personas. Condición que sufrían muchos países también en 1918”.
La Venezuela que gobernaba Juan Vicente Gómez, apenas contaba con una población de 2,5 millones de habitantes, de los cuales perdió casi el 1% de la misma al acabar la pandemia entre 1919 y principios de 1920, la tasa de natalidad superaba apenas la de mortalidad, la expectativa de vida era inferior a 45 años (un lastre que se arrastraba desde mediados del siglo XIX), el país era azotado por enfermedades endémicas y brotes de paludismo o malaria, fiebre amarilla, viruela, sífilis, parasitosis, peste bubónica, sarampión, tuberculosis, tifus (tabardillo), hematuria, disentería, bilharzia, difteria, tosferina y hasta lepra.
En 1917 Ortiz contaba con una población de 4.000 habitantes hasta que llegó la gripe española, el toque final, que arrasó con lo poco que quedaba de la antigua Flor de Los Llanos. Cuenta el poeta Arturo Rodríguez, en un testimonio de aquella época, que “la peste española dio en toda Venezuela, pero que en Ortiz fue terrible porque encontró el terreno abonado: un pueblo palúdico, con hambre y en el último estado de abandono. En ese tiempo la juventud orticeña era leprosa, aun cuando estaba preparada con formación cultural, era enferma y se iba muriendo como mosca”18.
Enfermedades prácticamente mortales por la ausencia de servicios sanitarios en una población mayoritariamente rural, lo que hacía más precaria su existencia, a lo que se unían las frecuentes epidemias que se registraban en las diversas poblaciones y que contribuían a diezmar la población.
La gripe española, “que es una variante y pariente del actual COVID-19”, llegó por La Guaira en barco y el primer caso fue un soldado reportado el 16 de octubre de 1918. Al final del día se reportan 40 los soldados contagiados con la gripe y en dos días el caos llegó a Caracas con reportes de más de 500 casos. “Se llamó así a la pandemia –porque fue a nivel universal-, un virus o gripe fortísima que se llevó en noviembre de 1918 a un hijo y a un hermano del general Gómez”. JV Gómez durante la pandemia hizo pocas apariciones públicas e incluso, evitó ver a su hijo predilecto, Alí Gómez, en lecho de enfermo, como medida de precaución ante la enfermedad.
En Concejo Municipal del Distrito Infante en Sesión Extraordinaria del 08-11-1918… con asistencia de los concejales Rafael Zamora Gil, presidente, Miguel Ignacio Méndez Matos, Eusebio Ubieda López, Pedro Augusto Chacín Amaral, Pedro Manuel Escobar Ramírez, Dr. Ernesto Díaz Vargas y Alejandro Moreno; abierta la sesión… El Presidente expuso que el objeto de la reunión… era dar un acuerdo sobre la muerte del Coronel Alí Gómez ocurrida en Maracay... Puesta en consideración … se acordó por unanimidad: secundar al Ejecutivo del Estado al dictar tres días de duelo en el Estado, en consideración que el Cnel. Gómez era hijo del eximio Jefe de la Causa Rehabilitadora y Servidor Intachable de la Patria; publicar por la imprenta el acuerdo; remitir un ejemplar al ciudadano J.V. Gómez, uno al Presidente del Estado Guárico y otro a la Legislatura... y en sesión del 11-11 se acordó erogar la suma de ochenta bolívares mensuales para combatir la gripe… advirtiendo al Administrador que la erogación es mientras exista la epidemia en estas regiones...
En Chaguaramas, Valeriano Tinedo… murió en 1918 por efectos de la gripe española a la edad de 56 años. Nacido en Tucupido en 1862, era de oficio telegrafista.
Enfermedades como el paludismo y la tuberculosis no serían erradicas sino hasta después de finalizada la dictadura gomecista y esto no sucedería por medio de un proceso de continuas mejoras socioeconómicas, sino por la acción de agentes externos, en este caso la tecnología médica, específicamente DDT (diclorodifeniltricloroetano), aplicado por Malariología. De la hematuria, la hidropesía, los pálpitos y las fiebres o calenturas que afectaban desde siempre al Guárico, comenzaron a ser erradicadas a mediados de la década de los años cuarenta cuando Malariología eliminaba los vectores.
Es indeterminado el total de defunciones en el Guárico. Así como en otras regiones, las personas creyentes se colgaban en el pecho un escapulario o relicario con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús con la frase: “Detente, el corazón de Jesús está conmigo” refiriéndose al mal que los azotaba. Los difuntos eran llevados en hamacas y parihuelas a los cementerios y hasta en los patios y en la sabana íngrima eran enterrados. Invalorable fue la contribución del joven médico marroquí (de Tetuán) Aaron Benchetrit, quien con aceite de tártago pudo salvar muchas vidas en estos contornos, así como en La Guaira y Apure. Del mismo modo, el Dr. Rafael Zamora Arévalo, visitaba los enfermos en su casa y les donaba las medicinas de que disponía… Se cuenta que en Maracaibo, el santo guariqueño, Monseñor Arturo Celestino Álvarez, obispo del Zulia desde 1910 hasta 1920, durante el flagelo de la gripe española, iba de casa en casa repartiendo alimentos, medicinas y nobles palabras a los enfermos.  
A menudo la gente al ver fotos antiguas piensa y hasta desea viajar en el tiempo para vivir esos años, pero no hay nada más inocente y peligroso que ir hasta allá y vivir en esas condiciones sin los avances actuales de la medicina, esa que se desarrolló a partir de la Segunda Guerra Mundial.
Finalmente, hoy día, en pleno siglo XXI, aparece el coronavirus, haciendo desastre en el mundo, en donde los pueblos y ciudades, junto a sus pobladores, nos sentimos aterrados y adormecidos... Pidamos al Corazón de Jesus, detenga ese mal, y que nuestra maltratada Venezuela pueda seguir adelante…
REFERENCIAS
ACOSTA, Víctor. (1989): Reformas Liberales y Acumulación Originaria de Capital en América Latina: Colombia y Venezuela en el Siglo XIX. Caracas. UCV. FACES.
AGN: Sección… Interior y Justicia: “Salubridad. Fiebre de Camaguán, Provincia de Caracas”, año 1846.
CONCEJO MUNICIPAL DEL DISTRITO INFANTE. Valle de la Pascua, Libro de Actas de las Sesiones Extraordinarias del 08-11 y 11-11-1918.
BOTELLO, Oldman. (2017): Papeles en sepia. San Juan de los Morros: Sistema Nacional de Imprentas del Estado Guárico, Fundación Editorial el perro y la rana y Red Nacional de Escritores de Venezuela. pp. 22, 23.
HERNÁNDEZ G. Felipe. (s/f): Historia Política, Económica y Social del Guárico. Inédito.
LÓPEZ GARCÉS, Carlos. (2012): La Conservación del Patrimonio Histórico Municipal y el Cementerio General de Altagracia de OritucoOrtiz: VIII Encuentro de Historiadores e Investigadores. Complejo Cultura Dr. Juan Germán Roscio Nieves, sábado 25 de agosto de 2012.
MENDOZA, Irma Marina. (2007): Una epidemia en Camaguán. Año 1846… Camaguán: II Encuentro de Cronistas e Historiadores. Asociación de Ganaderos del Municipio Camaguán. Septiembre 2007.
PÉREZ A. José Obswaldo. (1996): Salud Pública: Saneamiento Ambiental en Ortiz en tiempos de Gómez. Zaraza: II Jornada de Cronistas del Estado Guárico. Asociación de Productores Agropecuarios del Distrito Zaraza (AGRODIZA). Octubre de 1996.
SUÁREZ Á Juan. (1980): Historia y Valores de Valle de la Pascua. San Juan de los Morros: Editorial Los Llanos. p. 51.
VALERO P. Gustavo A. (2020): A propósito de la epidemia de COVID-19: Un poco de historia… Facebook, 14 de marzo de 2020…
Valle de la Pascua, 17 de marzo de 2020.
Imagen: Hospital Rafael Zamora Arévalo de Valle de la Pascua.
* UNESR // Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com 


miércoles, abril 08, 2020

Desvelado busto del Obispo M. Marti en Valle de la Pascua

Admirable labor, si tomamos en cuenta la Venezuela de ese entonces, con intransitables caminos y a lomo de mulas, inspeccionaba personalmente las iglesias parroquiales, capillas, oratorios y conventos, en las ciudades, villas, pueblos, lugares, doctrinas, misiones, sitios, haciendas y hatos de Tierra Firme…




FELIPE HERNÁNDEZ G.*

Quizá por desconocimiento y falta de sentido de pertenencia del patrimonio histórico de la ciudad, manos inescrupulosas habían sustraído el busto del obispo de Venezuela, monseñor Mariano Martí, que desde los años noventa reposaba en la redoma de entrada a Valle de la Pascua. Gracias a la acción de los cuerpos de seguridad del Estado, la icónica escultura fue recuperada y vuelta a colocar en el sitio de donde nunca ha debido quitarse, puesto que Martí es el creador del curato de Nuestra Señora de la Candelaria, advocación mariana y patrona de la ciudad.

I.- Mariano Martí, Obispo andariego, benefactor de los pueblos coloniales de la Provincia de Venezuela, quien visitó cada uno de los asentamientos urbanos que conformaban la Diócesis de Caracas entre el 8 de diciembre de 1772 y el 30 de marzo de 1784... En 1769 fue presentado y nombrado obispo de Caracas, tomando posesión en agosto de 1770. Su acción pastoral en Venezuela fue notable, en ella se destaca la visita que hizo a toda la Diócesis por espacio de 12 años, tres meses y veinte y dos días, entre 1772 y 1784, salvo algunos intervalos en los que regresó a Caracas.

Admirable labor, si tomamos en cuenta la Venezuela de ese entonces, con intransitables caminos y a lomo de mulas, inspeccionaba personalmente las iglesias parroquiales, capillas, oratorios y conventos, en las ciudades, villas, pueblos, lugares, doctrinas, misiones, sitios, haciendas y hatos de Tierra Firme… La larga visita del Obispo fue registrada en innumerables folios. Muy meticuloso y prolijo, en su recorrido por la Venezuela pecaminosa de la segunda mitad del siglo XVIII, va describiendo el paisaje, los topónimos, los lugares y sitios por donde pasa, la historia, la estación del año, las clases sociales, así como el tipo de construcción, el estado y la dotación de las iglesias, capillas, oratorios y altares.
II.- Nacido en el pueblo de Bráfim, Arzobispado de Tarragona, España, el 24 de diciembre de 1721; es designado por el Rey Carlos III, como Obispo de Puerto Rico, visitó entre los años 1764-1766 las islas del Caribe y las provincias de Guayana y Cumaná, sobre las cuales ejercía jurisdicción eclesiástica. Posteriormente es nombrado obispo de Venezuela, y visitó cada uno de los pueblos que conformaban la Diócesis de Caracas entre el 8 de diciembre de 1772 y el 30 de marzo de 1784...

El calor y el inclemente sol llanero no fue óbice para que en tres ocasiones recorriera las tierras del actual estado Guárico, cruzándolas de parte a parte de los puntos cardinales y haciendo registro minucioso de su economía, sociedad, historia, caminos, geografía y costumbres, hasta el punto que bien merece el calificativo de primer cronista e historiador de los llanos centrales venezolanos. Antes de establecerse en Venezuela, hacia la década de los años sesenta del siglo XVIII, visita Cabruta.

Ejerciendo en esta parte del territorio, cumple visita pastoral desde finales de 1779 hasta entradas de aguas del año 1783. De su venida al sitio de Valle de la Pascua, en su pormenorizado informe pastoral contenido en el libro de su autoría titulado "Relación de la Visita General que en la Diócesis de Caracas y Venezuela hizo el ilustrísimo señor don Mariano Martí, del Consejo de Su Majestad", señala:

“Día 9 de febrero de 1783, salimos del pueblo de Tucupido, a las tres y cuarto de la tarde, y llegamos a las nueve y cuarto al sitio nombrado el Valle de la Pascua, en la casa o hato de don Juan González Padrón, ocho leguas largas. En el camino no deja de haber algunas quebradas, que ahora están secas, y también hay algunas montañuelas o arboledas, que hacen algo penoso el camino. El día 10 de febrero de 1783, salimos de dicho Valle de la Pascua, o hato a las tres y media de la tarde, y llegamos a las ocho y tres cuartos de la noche a este pueblo de Chaguaramas, distante ocho leguas largas. El camino, llano y bueno. En el Valle de la Pascua, en el dicho hato o casa de González Padrón, en uno de sus aposentos, hay una Capilla con su altar, en donde no se ha celebrado Missa desde que murió el señor Madroñero [el obispo Diego A. Diez Madroñero, murió en Valencia en 1769], y servía para desde allí ministrar el Santíssimo Viático a los que viven inmediatos. Antes de llegar a este pueblo [Chaguaramas], como a unas tres leguas, poco más o menos, pasamos el sitio llamado La Tigrera, hato o casa de don Vicente Rodríguez Camejo, y en el corredor abajo hay una Capilla y altar en donde no se dice Missa desde que murió el señor Madroñero, y tal vez servirá para ministrar el Santíssimo Viático a los enfermos inmediatos. La capilla del Valle de la Pascua está cubierta de palma, pero la de La Tigrera está cubierta de teja como toda la casa. La del Valle de la Pascua es bajo la invocación de San Felipe Neri, y la de La Tigrera es bajo la invocación de San Antonio de Padua, pero el sitio de La Tigrera es o lo llaman de Santa Ana”.

Desde el día 9 de febrero que sale de Tucupido hasta el día 14 de marzo de 1783, cuando abandona Chaguaramas con rumbo hacia el pueblo de Lezama en el Orituco, transcurren un mes y dos días, era pleno verano, al igual que en los demás pueblos y lugares de la Provincia de Venezuela que visitó, observó y corrigió los métodos empleados en la enseñanza de la doctrina cristiana, tanto en poblados criollos como en misiones y pueblos de adoctrinamiento. Fue riguroso y severo en la corrección de las distintas clases sociales: indios, pardos, negros y blancos. Aunque se dice que fue benigno en sus enmiendas, no vaciló en apelar al “brazo secular”, es decir, a la fuerza pública, y hasta a la cárcel, para someter a los incorregibles.
Las autoridades de Chaguaramas responsables de cumplir las instrucciones dadas por el obispo Martí, en su visita, eran: cura Joseph Antonio Cabrera, teniente justicia mayor, don Nicolás Arzola y juez de llanos, don Nicolás Gutiérrez. De la visita del obispo Martí, la decisión más importante, fue la creación de la nueva Parroquia o Curato del Valle de la Pascua:

He concedido licencia para que con motivo de ministrar el Viático a los enfermos de una legua, se celebre Missa en los Oratorios del Valle de la Pascua y de La Tigrera…, y también para el mismo fin del Viático en los Oratorios de Belén y de Santa Juana, que todos son de esta Parroquia… Conviene que en el dicho Valle de la Pascua se erija una nueva Parroquia, y para esto tiene don Ilario [su escribiente o secretario] tomada la razón y noticias convenientes.

El Obispo Martí murió en Caracas el 20 de febrero de 1792. A los 71 años.

III.- Como señal de gratitud con el ilustre prelado, el día jueves 05 de marzo de 2020 fue restituida por las autoridades del ejecutivo y legislativas del municipio, el busto del obispo Martí. Con asistencia de numeroso público fue izada la bandera del municipio, se entonaron las notas del himno nacional y de la ciudad, luego intervinieron la alcaldesa, Ing. Nidia Zulema Loreto, el diputado Eduardo Puerta, y quien escribe esta nota, cronista de la ciudad, quien dijo las palabras sobre la vida, obra y presencia en Valle de la Pascua hace más de 230 años del obispo… Vale señalar, que además de las autoridades nombradas, también hicieron acto de presencia, la presidenta del Concejo Municipal, Lic. Mary Gabriela Rengifo, los concejales Juan Ortuño y Yelitza Correa, la diputada Sori Ramos, el Padre Julio, el director general de la Alcaldía, Ing. César Gómez y las directoras de hacienda y Recursos Humanos, el secretario de la Cámara Jairo Echenique, la subsecretaria, Liduska Rodríguez, la Lic. Jhonnalis González, autoridades militares y policiales, entre otras personalidades… Hechas las intervenciones, se procedió a bendecir el lugar por el Padre Julio, la alcaldesa anunció que mediante un decreto el lugar donde está colocada la escultura en el sector La Redoma, final de la Av. Rómulo Gallegos - oeste, frente a Makro y el hotel Colón, pasará a llamarse “PASEO CANTACLARO”, luego se develó la imagen escultórica: Un busto dorado que representa al obispo Mariano Martí. En la representación, el busto está vestido con traje de misionero, corte de cabello característico y su vista se dirige hacia el este. Descansa sobre una columna con una base de unos tres metros de altura aproximadamente pintada de marrón, y a su alrededor está orlado por cuatro columnas metálicas revestidas de concreto pintadas de blanco y rematadas con materos en la parte superior.

Eterna es la gratitud de los vallepascuenses con el obispo Martí, quien como ya se dijo, el 11 de marzo de 1783 visitó el sitio de Valle de la Pascua e inició el proceso que decretó la creación del Curato que separaría a este sitio del dé Chaguaramas, con el que dos años más tarde, el 10 de marzo de 1785, alcanzó la autonomía religiosa el nuevo Curato de Nuestra Señora de la Candelaria del Valle de la Pascua.

Un acto de reconocimiento histórico y de reafirmación del gentilicio vallepascuense… Enhorabuena.

* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com

martes, marzo 10, 2020

52 años de las Ferias de Valle de la Pascua

HABEMUS FERIA... en homenaje a la Santa Patrona, Nuestra Señora de la Candelaria del Valle de la Pascua.


Logo de la Feria de la Candelaria diseñado por el Dr. Luis Fernando Melo en 1969
Farmaceuta, Profesor, escritor, cronista, cantante y caricaturista vallepascuense).

Por Felipe Hernández G


El 02 de febrero es la fecha que en el calendario católico se conmemora a Nuestra Señora de la Candelaria, es por ello que la Feria de la Candelaria de Valle de la Pascua, en honor a la santa patrona se celebra en fechas cercanas a este día.


Su antecedente más remoto data del año 1939, cuando se realizó la primera feria en honor a la Virgen de la Candelaria, en aquella oportunidad, las ferias se iniciaron a finales del mes de diciembre de ese año y se extendieron hasta los primeros días del mes de enero de 1940. La feria se realizó por iniciativa de un grupo de emprendedores vallepascuenses y el Concejo Municipal, que planificaron realizar unas fiestas como las de otras ciudades, las cuales a la par de las tradicionales actividades religiosas, tenía como objetivo, ofrecer al pueblo un ambiente festivo, y a la vez, aprovechar la oportunidad para mostrar los productos, especialmente agrícolas, de la región a los emprendedores, comerciantes y turistas que visitaran la ciudad, y de ese modo proyectar la economía local. En consonancia con lo expuesto, se hicieron exposiciones ganaderas, coleaderas, carreras de caballo, riñas de gallos y bailes típicos, actividades que hasta la actualidad se siguen haciendo, y a las que se han agregado entre otras, el desfile inaugural, las corridas de toros, el reencuentro, el ciclismo, el ornato y la premiación de calles, etc.

La actividad fue inaugurada por el presidente de la República, Gral. Eleazar López Contreras (1936-1941); el presidente del Estado Guárico, Dr. Rafael Zamora Arévalo, el presidente del Concejo Municipal, Sr. Juan Manuel Barrios; el presidente de la Feria, Dr. Rafael Zamora Pérez, y la reina, Srta. Luisa Margoth Hernández Núñez.

Imagen de la Virgen de la Candelaria
del Valle de la Pascua
En sus inicios las ferias se realizaban en la plaza Bolívar y en las calles de la ciudad; desde 1969, cuando se realizó la primera feria moderna, después de la de 1939, a la que asistió el presidente de la República, Gral. Eleazar López Contreras, y la de 1948, organizada por la Asociación de Criadores (hoy Apadi) a la que asistió el presidente Rómulo Gallegos, las ferias se realizan en el Parque de Exposiciones “Gral. Emilio Arévalo Cedeño”, nombre dado en homenaje al célebre vallepascuense que se enfrentó a la dictadura del Gral. Juan Vicente Gómez (1908-1927), parque inaugurado por el presidente Rafael Caldera (1969-1974) en su primer gobierno cuando atendió la invitación que le formulara el Concejo Municipal y el presidente de la Feria, Sr. Manuel Oropeza Fraile.

De las experiencias narradas han transcurrido más de 50 años ininterrumpidos —todo un hito histórico—, lo que ha determinado, que apenas iniciar el nuevo año, los vallepascuenses esperan con devoción y entusiasmo la feria… A quienes se preguntan ¿Qué es la Feria de la Candelaria?

La Feria es una vitrina donde se expone preferencialmente lo mejor de nuestra ganadería, porque expresa el carácter agropecuario de la región. A lo que se unen las manifestaciones culturales, deportivas, gastronómicas y artesanales que identifican el gentilicio vallepascuense, guariqueño y llanero. Es una fiesta popular que se celebra en Valle de la Pascua cada año, entre finales del mes de enero y principios de febrero en el Parque Ferial “Gral. Emilio Arévalo Cedeño”, espacio que fue construido y acondicionado para tal fin; en él se realizan actividades recreativas, tiendas y puestos de venta, además de exhibirse semovientes, productos agrícolas, industriales y comerciales para su promoción y venta.

Desde sus inicios, la Feria siempre ha tenido voces a favor y en contra, respetables todas, pero no se puede olvidar que el evento, dados los resultados y la constancia de quienes a través del tiempo la han apoyado, es hoy una tradición, un patrimonio social, económico y cultural de Valle de la Pascua, del municipio Infante, del estado Guárico y de Venezuela, toda una referencia que se realiza anualmente con un propósito común, la promoción cultural y la estimulación comercial; siempre dando preeminencia a la vocación agropecuaria de la zona. La misma tiene como finalidad generar beneficios para la localidad anfitriona, las personas u organizaciones patrocinadoras, y los participantes hospitalarios, a cambio de un tiempo grato que incluye diversión y entretenimiento.

La conmemoración de los 52 años de vida de nuestra querida Feria de la Candelaria, este 2020 constituye un momento oportuno para dejar testimonio de cuanto han hecho tantos hombres y mujeres que dejaron en su realización su impronta y su huella. Todos merecen un especial respeto y reconocimiento, especialmente los directivos, los colaboradores, las instituciones públicas, privadas y religiosas, los coleadores, los artistas, la Fundación “Festival Panojo de Oro”, las escuelas, liceos y universidades, los docentes, quienes con su hacer han escrito páginas de gloria en el desfile, el reencuentro, la peregrinación de la Virgen y otros eventos feriales a lo largo de todos estos años.

En esta ocasión, desde que la alcaldesa del municipio Infante, Ing. Nidia Zulema Loreto, anunció la realización de la LII Feria de la Candelaria 2020, la designación de la Lic. Chiquinquirá Quintero como presidente de la Feria 2020, y el apoyo irrestricto de la Alcaldía, así como del Concejo Municipal, encabezado por su presidenta, Lic. Mary Gabriela Rengifo y demás concejales y la del gobernador del Estado, Lic. José Vásquez; un diligente y experimentado equipo se abocó a organizar la programación y las actividades a realizar para el feliz éxito de los eventos.

Entre las actividades programadas para la LII edición ferial 2020, a grosso modo se cuentan: El viernes 31 de enero, 8:00 pm. Elección y coronación de la Reina de la Feria (Instalaciones de Ciudad Traky). Sábado 1º de febrero: Serenata a la Virgen en el atrio de la Catedral. Domingo 02 de febrero: Misa de Acción de Gracias en la Catedral (11.00 am). Miércoles 05 de febrero, Sesión Solemne de Feria en la plaza Bolívar... Jueves 06 de febrero: Desfile Inaugural de Feria (Av. Rómulo Gallegos, 9:00 am). Festival Infantil y Juvenil de Música Venezolana “Panojerito de Oro” (3:00 pm) Plaza Kuo. Jueves 06 y viernes 07 de febrero: Festival de Música Venezolana “Panoja de Oro” (7:00 pm) Plaza Kuo. Sábado 08 de febrero: Gran Corrida de Toros, Plaza de Toros “Enrico Finelli” (3:00 pm); y Gran Amanecer Llanero, Parque de Ferias (a partir de las 8:00 pm). Reencuentro de Feria 2020, en el Parque Laguna del Pueblo. A los eventos citados se suman las caravanas, el juzgamiento de ganado (en los espacios de exposición ganadera), el coleo (Manga de Coleo “Campeones Guariqueños); riñas de gallo, entre otras.

Son 52 años de vida institucional de la Feria, una ocasión por demás especial para felicitarnos y alegrarnos por la solidez y vigencia que ha mantenido a lo largo de más de cinco décadas, las cuales no han estado exentas de temporadas turbulentas, riesgos de desaparición y dificultades, las cuales han sido siempre superadas gracias a lo único que sostiene todo lo que perdura, ya sea entre personas o entre instituciones y su público: el respeto, el compromiso, el respaldo, la lealtad, la confianza y el amor por lo nuestro. Principios que vienen desde la hora fundacional en 1969, cuando con ardor y entusiasmo se gestaron los sueños, las esperanzas y las aventuras de un grupo de progresistas vallepascuenses que concibieron la Asociación Civil Feria de la Candelaria, hace más de medio siglo. Bien vale recordar la locución latina: labor omnia vincit – el trabajo todo lo puede…

Valle de la Pascua, miércoles 31 de enero de 2020.

* UNESR/Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com
sábado, febrero 01, 2020
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