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Venezuela recuerda a Aquiles Nazoa |
Reconocido escritor, periodista, poeta y humorista venezolano(Caracas, 17-05-1920 // †Autopista Regional del Centro, entre Caracas y Valencia, 25-04-1976). Hermano del también poeta Aníbal Nazoa y padre del humorista y escritor Claudio Nazoa Laprea. 100 años del natalicio del hombre que creyó en los poderes creadores del pueblo, en su obra se expresan los valores de la cultura popular venezolana. El siempre querido y recordado Aquiles Nazoa, el ruiseñor de Catuche, el Poeta del Guarataro que describió con genialidad lo cotidiano y lo sencillo de los venezolanos y de la venezolanidad de nuestra historia y sus tradiciones… Aquiles, el de la eterna vigencia. El de “Humor y Amor” su obra cumbre…
En su memoria, dos de sus poemas:
EL CREDO
Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra;
creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,
que fué crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,
pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,
creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,
creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,
creo en la cualidad aérea del ser humano,
configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose
como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;
creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente
debajo de la almohada de mi niñez;
creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,
yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,
salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,
creo en Rainer María Rilken héroe de la lucha del hombre por la belleza,
que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,
creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,
creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;
creo en un barco esbelto y distantísimo
que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;
su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,
junto a sus cienes un resplandor de estrellas,
creo en el perro de Ulises,
en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,
en el loro de Robinson Crusoe,
creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,
el Beralfiro el caballo de Rolando,
y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,
creo en la amistad como el invento más bello del hombre,
creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y en fin,
creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama…
SERENATA A ROSALÍA
Levántate, Rosalía
a ver la luna de plata
que el arroyuelo retrata
y el lago fotografía.
Levántate, vida mía;
¡anda, pues, no sea ingrata!
Levántate con la bata,
o sin ella Rosalía.
Ay, levántate mi nena:
sé complaciente, se buena
y ¡levántate, por Dios!
¡Levántate, pues trigueña,
que esta cama es muy pequeña
y no cabemos los dos!
* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com
Por casi 40 años, junto con sus hijos ha conducido los destinos de su Cauchera “El Roble”, en la avenida Las Industrias de Valle de la Pascua, en la salida hacia El Socorro, como dice ella “un poquito más adelantico del hotel San Marco, cerca de donde estuvo un bar que llamaban El Guásimo…”.
FELIPE HERNÁNDEZ G.*
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Foto José Antonio Hernández H. |
Con más de 80 años largos, nació a principio del segundo
lustro de los años treinta, a diario la vemos por esas calles de Dios, su
atezada figura y menudo tamaño contrasta con su enérgico caminar, siempre
apuradita, nunca pasa desapercibida, trajeada con estampadas prendas de vivaces
colores y su eterno sombrerito la destacan en cualquier lugar. ¡Ahí va doña
María “La Guerrillera” o simplemente “Esa es La Guerrillera”, dicen con respeto
y a sotto vocce. Graciosa y jovial, con una eterna sonrisa a flor de labios y
la respuesta oportuna y relancina ante cualquier situación, dista mucho del
mote que la distingue, porque no concuerda con la mujer respetuosa, noble,
afable y dócil que es doña María.
Por casi 40 años, junto con sus hijos ha conducido los destinos de su Cauchera “El Roble”, en la avenida Las Industrias de Valle de la Pascua, en la salida hacia El Socorro, como dice ella “un poquito más adelantico del hotel San Marco, cerca de donde estuvo un bar que llamaban El Guásimo…”. Sus paredes pintadas en dos llamativos tonos de pintura en aceite, en la parte inferior azul oscuro brillante, y en la superior amarillo Caterpillar, ambos muy chillones, para que no pase desapercibida, "y todo el mundo la vea".
Pero esa cauchera es mucho más vieja, la prestación del servicio de reemplazo de válvulas y gusanillos, colocación de parches, servicio de rotación de cauchos, presión de aire de los neumáticos, etc., la estableció su esposo, Esteban Seijas, a principio de los años sesenta cuando se residenciaron en la Princesa del Llano, procedentes de El Socorro. Pero como ella dice, “el mal siempre está al acecho”, y cuenta, que el 28 de agosto de 1982 el establecimiento fue visitado por delincuentes y en el atraco, su propietario, Esteban Seijas fue vilmente asesinado, doña María quedó viuda, y con sus hijos tomó las riendas del modesto negocio. Desde entonces ahí se mantiene, trabajando y atendiendo los clientes que demandan servicio.
Nacida en el pueblo de El Socorro, estado Guárico, a mediado de los años 30 del siglo XX, de la unión matrimonial de José Antonio Tovar y Josefa Cordero de Tovar, campesinos, vivían a la entrada del pueblo, en un descampado que llamaban Colombia (hoy barrio Colombia), sector Barrialote de esa población, dice que su padre era agricultor, labrador, cortador de caña y en las inmediaciones tenía un conuco donde sembraba “de todo”: caña, maíz, topocho, arroz, frijol, caraota, quinchoncho, yuca, auyama, berenjena, ajonjolí…
Creció trabajando, siendo aún una niña, pilaba maíz y arroz, cocinaba, planchaba, tostaba y molía café, cortaba y picaba leña, cargaba agua en burro de las lagunas El Milagro y Mata Verde, a modo de anécdota cuenta que, “para pegar los barriles al sillón del burro, le ponía una horqueta por un lado y lo maneaba para que el animal se mantuviera quieto y no tumbara la carga”… En las noches, en el patio de su casa, alrededor de unas topias encendía una hoguera para que los zorros y rabipelados se alejaran y no se comieran las gallinas. “Yo hacía de todo”.
Aprendió a leer y a escribir en El Socorro, con las misioneras norteamericanas de nombre Perla y Mebor, a quienes recuerda con especial cariño por el afecto que le prodigaban y el interés que ponían en enseñarla; cuenta que las misioneras se residenciaban en las casas de los evangélicos del pueblo.
A los 14 años se enamoró de un “gandolero”, y quedó embarazada, el hombre resultó casado, por lo que la relación se terminó, de él tuvo su primer hijo, Melvin Tovar, quien nació en El Socorro, el 14 de febrero de 1954. Luego se casó con Esteban Seijas, natural del caserío Santo Domingo Requenero, quien trabajaba con el señor Juan Moisés Padra, haciendo el oficio de caletero y peón en su finca “La Guasimita” (carretera nacional El Socorro-Valle de la Pascua), se vienen a vivir a Valle de la Pascua y con mucho esfuerzo construyen una vivienda en la actual Av. Circunvalación de Guamachal, donde todavía vive con algunos de sus hijos; del matrimonio nacen sus hijos: Esteban, Gregorio, Guillermo, Jorge Gustavo y Carlos que es el menor, ya cuenta con 52 años.
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Foto José Antonio Hernández H. |
Eso era a finales de los años cincuenta, recuerda que Guamachal era un campo, un cujial (muchos árboles de cují) donde además de guamachos, robles y guásimos, abundaban los arbustos de celedonia y algodón de España. En el sector solo tenían viviendas levantadas, Isidora Álvarez, doña María Flores y su hijo Pedro Flores, don Simón Correa y La Quinta de don Manuel Vicente Álvarez, “pero esas quedaban mucho más allá”. No había calles, en época de lluvias “eso eran unos barriales de grea amarilla que imposibilitaban salir”. No contábamos con ningún servicio, “eso fue mucho después, en los sesenta cuando colocaron un tanque donde llegaba el agua, estaba en la calle Guamachal, donde comienza la calle El Peñón, y una pluma debajo de un roble que estaba donde ahora está el parquecito, de ahí la cargábamos en tobos y en carretas hasta nuestros hogares”. Recuerda que el roble lo derribó un rayo un día que cayó un gran aguacero.
Católica practicante, amante de los ritos católicos y de las tradiciones de semana santa, durante muchos años con otros vecinos organizó la quema de Judas en el sector, hacía el monigote, y en un gran roble que estaba al borde de la calle, al lado de su casa lo colocaba, el domingo de resurrección convocaba a las familias, leían el testamento y lo quemaban…
* UNESR // Cronista del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com
Admirable labor, si tomamos en cuenta la Venezuela de ese entonces, con intransitables caminos y a lomo de mulas, inspeccionaba personalmente las iglesias parroquiales, capillas, oratorios y conventos, en las ciudades, villas, pueblos, lugares, doctrinas, misiones, sitios, haciendas y hatos de Tierra Firme…
HABEMUS FERIA... en homenaje a la Santa Patrona, Nuestra Señora de la Candelaria del Valle de la Pascua.
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Logo de la Feria de la Candelaria diseñado por el Dr. Luis Fernando Melo en 1969 Farmaceuta, Profesor, escritor, cronista, cantante y caricaturista vallepascuense). |
Por Felipe Hernández G
El 02 de febrero es la fecha que en el calendario católico se conmemora a Nuestra Señora de la Candelaria, es por ello que la Feria de la Candelaria de Valle de la Pascua, en honor a la santa patrona se celebra en fechas cercanas a este día.
Su antecedente más remoto data del año 1939, cuando se realizó la primera feria en honor a la Virgen de la Candelaria, en aquella oportunidad, las ferias se iniciaron a finales del mes de diciembre de ese año y se extendieron hasta los primeros días del mes de enero de 1940. La feria se realizó por iniciativa de un grupo de emprendedores vallepascuenses y el Concejo Municipal, que planificaron realizar unas fiestas como las de otras ciudades, las cuales a la par de las tradicionales actividades religiosas, tenía como objetivo, ofrecer al pueblo un ambiente festivo, y a la vez, aprovechar la oportunidad para mostrar los productos, especialmente agrícolas, de la región a los emprendedores, comerciantes y turistas que visitaran la ciudad, y de ese modo proyectar la economía local. En consonancia con lo expuesto, se hicieron exposiciones ganaderas, coleaderas, carreras de caballo, riñas de gallos y bailes típicos, actividades que hasta la actualidad se siguen haciendo, y a las que se han agregado entre otras, el desfile inaugural, las corridas de toros, el reencuentro, el ciclismo, el ornato y la premiación de calles, etc.
La actividad fue inaugurada por el presidente de la República, Gral. Eleazar López Contreras (1936-1941); el presidente del Estado Guárico, Dr. Rafael Zamora Arévalo, el presidente del Concejo Municipal, Sr. Juan Manuel Barrios; el presidente de la Feria, Dr. Rafael Zamora Pérez, y la reina, Srta. Luisa Margoth Hernández Núñez.
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Imagen de la Virgen de la Candelaria del Valle de la Pascua |
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