,

María A. Richier de Scott

´Mamá fue un ejemplo de sacrificio y abnegación en una mala época donde el sacrificio y la abnegación brillan por su ausencia o son considerados una estupidez. Supo sembrar con los más genuinos actos de bondad y devoción un pedazo de su corazón en el mío.


Por Daniel R Scott
El pasado 26 de marzo del año en curso, poco después del mediodía, falleció María Antonieta Richier de Scott, mi madre y madre de muchos, muchísimos hijos más. No se trata tan solo de sus seis hijos: todos los que se acercaron a su órbita de amor experimentaron la grata sensación de ser hijos suyos. Y fueron muchos. Cumpliría el próximo 16 de mayo ochenta años de edad. Pero Dios dispuso otra cosa. La rapidez con la que partió del lado nuestro dejó a la familia conmocionada. En mi caso todo ocurrió de tal manera que simplemente me cuesta entender que lo tal sucedió. O simplemente no actúo como si mamá hubiese fallecido. Por eso no lloré. Tenía un gran dolor en mi corazón, pero no lloré. En el fondo de ese natural dolor, resplandecía la serenidad. Como le escribí a alguien dos días después del deceso: "No sé qué me pasa. Siento que no murió. Quise llorar y no pude porque me parece que no sucedió nada. Siento su ausencia pero la siento como ese tipo de ausencia que le queda a uno en el alma cuando un ser querido que se va de viaje. Una ausencia que no es el producto de algo definitivo e irremediable como lo es la muerte. Es un viaje. Ella no volverá. Pero nosotros algún día estaremos en el cielo donde ella mora actualmente." Lo dijo el salmista reflexionando sobre la muerte de un hijo: "¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí." El Jesucristo en el que ella y yo creemos dijo: " En la casa de mi padre muchas moradas hay. Voy a preparar morada para vosotros." Mamá ya habita una de esas moradas. Allí está, en una casa diseñada para ella, tal cual como ella siempre la soñó y la quiso, y eso debe hacernos felices. ¿Por qué he de estar triste? Es que ya la estoy viendo arreglando con toda calma y solicitud las plantas y la grama de su jardín. Tal cual como ella siempre lo hizo de este lado de la existencia. Ese es su cielo. Esa la morada que Cristo fue a arreglar para ella. El "cielo bíblico" nos es cosa de estar cabalgando beatíficamente nubes etéreas, vestidos de blanco y tocando arpas de oro. El cielo es la transfiguración e inmortalidad de todo aquello que nuestro corazón anhela y ama.

Mamá fue un ejemplo de sacrificio y abnegación en una mala época donde el sacrificio y la abnegación brillan por su ausencia o son considerados una estupidez. Supo sembrar con los más genuinos actos de bondad y devoción un pedazo de su corazón en el mío. Sirva su conducta de ejemplo. Se diga de ella lo que Leo Michelotti dijo de su madre: "Mamá nos entregó su vida, sin guardar nada para sí. Pensó siempre en nosotros, nunca en si misma." Puedo pregonar a los cuatro vientos y al que desee oír que ella fue un tesoro viviente, un ejemplo digno a seguir. Fueron sesenta años dedicadas a la laboriosa formación de hijos, nietos y bisnietos. Y lo que fue mejor: dándonos ese calor humano tan característico y único en ella, calor que se traduce en buenas obras y no en meras palabras. Su legado, ese que pasará de generación en generación y que la habrá de eternizar, jamás se podrá justipreciar. De ella se puede escribir un libro, y no lo digo dominado por algún tipo irracional de sentimiento filial que suele invadirnos cuando fallece un ser querido. Su estilo de vida, lo que hizo y lo que pensó muy bien cuadra dentro de un libro. De hecho, antes de morir me dejó un diario muy bien escrito donde habla de sus vivencias, sensaciones y recuerdos. Ya publicaré algunas notas de ese diario para que el lector juzgue por sí mismo.

En la noche del día de su entierro ocurrió un pequeño milagro: repentinamente floreció su planta preferida, la "Dama de Noche." Se trata de una excéntrica, exótica y bella flor que más bien parece un cruce caprichoso entre un ave y una flor. Sus blanquísimos y largos  pétalos se asemejan al plumaje de un ave nocturna. Se abren al principiar la noche, exhala un perfume exquisito para, finalmente, al despuntar el amanecer, cerrarse para no volverlos a abrir jamás. Me acerqué y la observé entre maravillado e intrigado. Pero... ¡si hacía mucho tiempo que esta flor no se abría a la noche!

En mi tristeza entendí que era mamá despidiéndose de nosotros y diciéndonos que todo está bien, muy bien.
28 Marzo 2011

Teniente Coronel Juan Ángel Bravo (El Sombrero-Guárico, 2/10/1782 – Achaguas-Apure, 23/09/1843)

Este ilustre prócer de la Independencia, Juan Ángel Bravo, se incorporó al Ejército Patriota el 16 de octubre de 1816 como soldado raso en las caballerías de Apure, cuando Páez se encontraba festejando la toma de Achaguas


texto
Descripción de la imagen

Por Dr. FELIPE HERNÁNDEZ G.


Se me encendió la cara de orgullo. De vaina no se me reventó el pecho.… Cosas de los hombres. Catorce lanzazos deshilachan la guerrera de Juan Ángel Bravo. Ninguno lo hiere. Se ganó un uniforme de oro. Cosas de los hombres… Jinete y caballo. Caballo y jinete. Cosas de los hombres… Es Carabobo…”. Rafael Marrón González / Correo del Caroní, marzo 2009.


El héroe guariqueño Juan Ángel Bravo, considerado durante mucho tiempo como natural del estado Cojedes, nació en la población de El Sombrero del Cantón Calabozo en los Llanos de la antigua Provincia de Caracas, el 2 de octubre del año 1782. Hijo de José Gabriel Eleuterio Bravo, (indio), y Francisca Amelia García, (zamba libre), ambos feligreses de la Parroquia Inmaculada Concepción de El Sombrero. Según investigación realizada por el extinto Cronista de El Sombrero, Don Manuel Aquino Delgado en el año 1971, con motivo de la conmemoración del 150º aniversario de la Batalla de Carabobo.

La partida de bautismo del héroe está asentada en el folio 114, vuelto, del Libro de Bautizados de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de El Sombrero. La partida o acta de nacimiento, dice:

“Hoy miércoles veinte y tres de octubre de mil setecientos ochenta y dos años. Yo Don Juan Joseph de Soto cura propio de este pueblo de Ntra. Sra. de la Concepción del Sombrero Bautipse solemnemente puse el Sto. Oleo y Crisma y di Bendiciones a JUAN ÁNGEL párvulo pardo libre que nació el día dos de octubre hijo legítimo de Joseph Gabriel Eleuterio Brabo indio y de Franca. Amelia Garzia zamba libre de esta feligresía, fue su madrina María Leocadia Nabas parda de este pueblo a quien yo cura advertí el parentesco contraído i obligaciones, testigo DN Joachin Hernández y DN Joseph Antonio Hernández todos de este pueblo y lo certifico Jun. Joseph de Soto (Libro IV de BAUTIZADOS ARCHIVO PARROQUIAL – FOLIO 114 vuelto. IGLESIA PARROQUIAL DE LA INMACULADA CONCEPCION DE EL SOMBRERO”. Obsérvese que según esta acta el nombre completo del prócer es, Juan Ángel Bravo García.

Este ilustre prócer de la Independencia, Juan Ángel Bravo, se incorporó al Ejército Patriota el 16 de octubre de 1816 como soldado raso en las caballerías de Apure, cuando Páez se encontraba festejando la toma de Achaguas; (Achaguas fue la capital de la provincia de Apure desde 1823, hasta 1858 aproximadamente). Ese mismo año de 1816, bajo las órdenes del General José Antonio Páez, concurre al sitio y ataque de San Fernando de Apure y la acción de Laguna Palital a las órdenes del Capitán Juan Gómez. Su arrojo y valentía le hacen ganar el ascenso a sargento primero, el 1º de enero de 1817.

Se encuentra en Rabanal, cuando el coronel Miguel Guerrero es derrotado por el general Ramón Correa. Triunfó en Mucuritas y San Fernando a las órdenes del Comandante Juan Gómez. El 8 de enero de 1818 es ascendido a Alférez vivo y efectivo de caballería, y al mando del calaboceño teniente-coronel Hermenegildo Mújica concurrió a la sorpresa de Guayabal. También combatió en Biruaca, La Enea y El Negro, y más tarde, bajo el mando del Libertador Simón Bolívar y el General Páez, peleó en Calabozo, La Uriosa y El Sombrero. Acompañó a Páez en la toma de San Fernando de Apure, y al Libertador en la batalla de La Cuesta de Ortiz. Combatió con el General Páez en las acciones de San (…) de 1819. Ese año participa en los encuentros de Mangas Marrereñas, Sacra Familia, La Gamarra y Las Queseras del Medio, donde recibe la Orden de Los Libertadores. El 5 de julio de ese mismo año fue ascendido al grado de Teniente vivo y efectivo de caballería. (…) ¿?. Y como tal concurre a los encuentros de Boca de Payara, Guaca, Caramacate, Trapiche de La Gamarra y más tarde en el pueblo de La Cruz se bate heroicamente.

Siempre bajo el mando de Páez combate en San Carlos de Cojedes; y el 24 de junio de 1821 concurre a Carabobo. Con su actuación y probada valentía en la histórica y gloriosa jornada logra el ascenso a Capitán vivo y efectivo de caballería.

Páez en su Autobiografía dice “que habiendo enviado el general La Torre su caballería y el batallón de la Reina contra la izquierda del Ejército Libertador, destacó en su encuentro al Coronel Miguel Antonio Vásquez, con su Estado Mayor con una compañía de la GUARDIA DE HONOR, mandada por el Capitán JUAN ÁNGEL BRAVO, quienes lograron rechazarlos y continuó batiéndose con la caballería enemiga por su espalda”. Este Oficial Bravo, luchó con tal bravura que se veían después en su uniforme señales de catorce lanzazos que había recibido en el encuentro sin que fuera herido, lo que hizo decir al Libertador que merecía un uniforme de oro.

El Capitán Bravo, a las órdenes de Páez, concurrió al asedio y toma de Puerto Cabello en 1823. Después de la separación de la Gran Colombia, siguió en el ejército a las órdenes del General Cornelio Muñoz en la campaña de los llanos. La revolución de las Reformas lo hizo volver a servicio activo, pero ya su organismo comenzaba a resentirse.

El 31 de julio de 1839, pobre y enfermo, solicitó al Poder Ejecutivo su Cédula de inválido. Una cruel enfermedad minaba su férreo organismo, los médicos Doctor Bartolomé Liendo y Juan de la Sierra certificaron haberlo examinado el 27 de agosto de 1839 encontrándole padeciendo de elefancía, enfermedad que le impedía todo ejercicio y ocupación corporal.

El 23 de Septiembre de 1843 a la edad de 64 años el bizarro Primer Comandante de Caballería, héroe de Mucuritas, Queseras del Medio, El Sombrero, Ortiz y Carabobo, falleció en el pueblo de Achaguas (estado Apure). En su honor, en el año 1875 fue creado el Departamento Bravo cuya capital era Valle de la Pascua, integrada además por los distritos Espino y Altagracia de Iguana.

REFERENCIAS:

AQUINO D. Manuel. (1996): Rostros de héroes. Teniente Coronel Juan Ángel Bravo. San Juan de los Morros: El Nacionalista, jueves 11 de abril de 1996.

COLMENARES DEL VALLE, Edgar. (2010): Apuntes sobre el Capitán del Ejército Patriota Juan Ángel Bravo. http://www.facebook.com/topic.php?uid=20522307065&topic=4925

MOTA CARPIO, Osman (1982): Síntesis de una vida: Juan Ángel Bravo un olvidado de Carabobo. El Sombrero el 2 de octubre de 1982.

PAEZ, José Antonio. (1987): Autobiografía. Tomo I. Caracas: Academia Nacional de la Historia.

El otro nacimiento de Roscio

Esta partida de nacimiento de nuestro ilustre guariqueño, en nada corresponde a la que se encuentra en los expedientes académicos del entonces estudiante de filosofía y derecho de la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela y que reposan en el Archivo General de esa casa de estudio.




José Obswaldo Pérez
Universidad Rómulo Gallegos

I

DON JOSÉ MARÍA MELÉNDEZ Y PEREIRA quizás tiene que ver con esta historia. En sus días de comandante, en el pueblo de San Francisco de Tiznados, había expedido una copia del acta de nacimiento de su cuñado Juan Germán Roscio, el eminente abogado y prócer guariqueño. El primer canciller de la República, quien dio piso ideológico a las revoluciones independentistas de Hispanoamérica y quien jugó un papel protagónico en la redacción del Acta de Independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811. Fue redactor de La Gazeta de Caracas y del Correo del Orinoco, jefe del ejecutivo durante la Primera República de Venezuela y vicepresidente de la Gran Colombia. Autor de la reconocida obra Triunfo de la libertad sobre el despotismo. 

Era 1889, finales de siglo, cuando ese mismo documento, que parece ser copia fiel, fue entregado por su nieto José María Meléndez-cuando se desempeñaba en el cargo de Jefe Civil del Distrito Ibarra de Ortiz- al general Francisco Esteban Ranjel y, este a su vez, se lo facilitó al historiador Manuel Landaeta Rosales, un coleccionista caraqueño quien se ocupó de recoger multitud de datos sobre variadísimos temas de nuestra historia cultural y política venezolana.

Esta partida de nacimiento de nuestro ilustre guariqueño, en nada corresponde a la que se encuentra en los expedientes académicos del entonces estudiante de filosofía y derecho de la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela y que reposan en el Archivo General de esa casa de estudio. Sin embargo, este documento circuló en el periódico caraqueño El Derecho, número 29 y 81, de 7 de octubre y 9 de diciembre de 1896 y posteriormente en el diario El Tiempo, también de Caracas , el 30 de octubre de 1911.

La noticia sobre la partida de nacimiento de Juan Germán Roscio tuvo cabida e interés en la comunidad intelectual de la época. Una razón fundamental esgrimida aún era la fecha del fallecimiento del patricio venezolano. Razón por la cual el historiador Landaeta Rosales salió al paso para aclarar las faltas que se estaban cometiendo en la opinión pública en general. Para dilucidar los errores escribe un trabajo titulado "Doctor Juan Germán Roscio, la verdadera fecha de su muerte"(1913), donde el investigador analiza el nacimiento y defunción del ilustre jurista guariqueño con unas correspondencias facilitadas por el historiador colombiano General Tulio Samper y Grau en 1910.

De allí la génesis del origen de la nueva partida de nacimiento del doctor Juan Germán Roscio, la cual el historiógrafo Landaeta Rosales publicó en medios de comunicación venezolanos y que dio paso a la primera biografía de nuestro insigne independentista. Por ella se comprueba que el prócer vio la luz primera en San Francisco de Tiznados y aclara que su fallecimiento ocurrió el 10 de marzo de 1821, según un documento del ministerio de Interior y Justicia de Colombia de la misma fecha. La causa de su fallecimiento fue "una fiebre pútrida" .

En aquel estudio biográfico, Landaeta Rosales revisa textos plagiados de imprecisiones como el de José Domingo Díaz, quien en su libro Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas, afirmaba que Roscio había nacido en Montalbán; también el de Felipe Larrazábal, en su Vida de Bolívar, quien asienta que Roscio murió el 13 de marzo de 1821, desliz que igualmente ratifica Ramón Azpurúa, quien en su obra Biografías de hombres notables de Hispanoamérica - publicada en cuatro tomos-, figura como nacido en Caracas, en 1769; y entre otros más, que por seguir el error de Azpurúa han asentado estos deslices históricos.

La trascripción de la partida es la siguiente:

“En veinte y ocho de diciembre de mil setecientos sesenta y tres años, yo, el infrascrito, Cura R. de la Parroquia del SS Francisco de Tiznados y sus anexos, bauticé solemnemente, puse óleo y crisma, y di bendiciones según el RR a Juan Germán, párvulo, que nació el 15 de dicho mes, hijo legítimo de José Roscio y de doña Paula María de Nieves, blancos que viven en este pueblo; fueron sus padrinos don Agustín Espinosa de los Monteros y doña Luisa de Arana, a quienes advertí su obligación y espiritual parentesco; fueron testigos don Alonso de la Riva y Juan José Carrera, vecinos todos de esta feligresía .

«Presbítero Diego Báez «Es copia exacta — José María Meléndez . «Ortiz, noviembre 28 de 1896.»

II

DOÑA MERCEDES DE CORRO, de San Francisco de Tiznados, conservaba un recorte del artículo que reprodujo el diario El Universal de Caracas, en fecha de siete mayo de 1909, sobre la partida de bautismo de Juan Germán Roscio. El mismo que - con esquela de puño y letra- el escritor guariqueño Tito Sierra Santamaría copiará para su obra Sitios Históricos del estado Guárico (1975). "Cuestión discutible" dirá el escritor e historiador Adolfo Rodríguez en su ensayo Juan Germán Roscio, el máximo constituyentita de Venezuela (2006), quien sustenta que la mayoría de los biógrafos Roscio coinciden en señalar que su nacimiento ocurrió el 27 de mayo de 1763 .

En base a aquella nueva partida de bautismo, el doctor Juan Germán Roscio habría nacido en La Guamita de Paradero (lugar que corresponde hoy a la parroquia de San Lorenzo de Tiznados), perteneciente para la época a San Francisco de Tiznados, el 15 de diciembre de 1763. La fe de nacimiento la suscribe el presbítero Diego Báez de Simancas, quien fue párroco de la mencionada feligresía y propietario del Hato Mapurite o San Diego (sitio hoy ubicado en lo que ahora se llama el caserío Matafraile, vía Calabozo).

Roscio fue bautizado el 28 de diciembre de 1763, en la vieja Iglesia de San Francisco de Asís de Tiznados. Fueron sus padrinos: don Agustín de Espinosa de los Monteros y doña Luisa María de Arana (o Araña) y
los testigos fueron don Alonso de la Riva y Juan José Carrera. Todos propietarios de hatos. Agustín, dueño de Santa Bárbara y La Soledad; doña Luisa María, quizás familiar de Don Juan Feliciano de Arana, dueño de La Ceiba; Don Alonso, de Chirgua y Carrera, entre los dueños de Corozal. Todos estos personajes, en el momento de la guerra de la Independencia, estaban a favor de la causa del Rey y eran activistas contra causa de los patriotas.

Nada se sabe sobre la vida infantil del ilustre guariqueño. El historiador José Antonio Armas Chitty confesó que le habría gustado escribir sobre la niñez de Juan Germán Roscio. ¿Cómo se habría imaginado la infancia del pequeño prócer en la aldeana parroquia de San Francisco de Tiznados, rica en ganadería y extensiones de hatos? También la historiadora Irma Mendoza tenía entre sus proyectos escribir sobre esta parte de la vida del héroe independentista, especialmente con novedosos documentos y relatos suministrados por familiares de segunda esposa, doña Dolores Cuevas Afanador, que aún existen y viven en Ciudad Bolívar.

A penas los historiadores citan que los primeros años del joven Roscio transcurrieron en San Francisco de Tiznados, en donde su padre un oficial retirado de origen milanés, quien poseía un hato de ganado y su madre la mestiza Paula María Nieves, quienes le inculcaron amar la tierra venezolana conviviendo estrechamente con ella, en los hatos ganaderos de su familia. Se supone que aprendió allí las primeras letras, juntos a otros hermanos como Juan Crisóstomo, José Félix, Félix Matías y Paula María Roscio Nieves .


III

¿QUIÉN FUE JOSÉ MARÍA MELÉNDEZ Y PEREIRA? Presumimos que era nativo de Villa de Cura, de linaje español y que se había establecido en San Francisco de Tiznados a finales del siglo XVIII, con parientes dedicados a la ganadería.

Allí, en aquel pueblito agropecuario, Meléndez y Pereira contrae matrimonio con doña Paula María Roscio Nieves, hermana del doctor Juan Germán Roscio. Esta pareja trae al mundo a Hemenelgido Meléndez Roscio, quien en 1874 ocupó el cargo de secretario de la jefatura civil de San Francisco de Tiznados , que a juicio del periodista e historiador Oldman Botello, tenía buena caligrafía.

Más tarde, Hemenelgido Meléndez casó con su prima Belén Meléndez y que, a su vez, son padres del comerciante orticeño José María Meléndez Meléndez.

Este José María, que lleva los nombres de su abuelo, contrajo nupcias en febrero de 1903 con la joven Socorro Berroterán Ramos, hija del comerciante don Esteban Berroterán y Socorro Ramos . Entre los firmante de la acta del matrimonio civil se haya como testigo a la señorita Beatriz Rodríguez, que posteriormente ocupara el cargo de maestra y será el personaje literario de la señorita Berenice en la novela Casas Muertas.

Los Meléndez y Pereira (o Meléndez Pereira) son de Villa de Cura, parientes del general Ezequiel Zamora. Vinculados con los Pereira de aquella ciudad, con extensiones de su segundo apellido en Parapara y San Francisco de Tiznados, donde se habían establecido como criadores de ganados. Parientes, también, eran del general José de los Santos Pereira, padre del periodista y escritor Ismael Pereira Álvarez, quien residió en Ortiz y ejerció la docencia. Personaje de quien escribí en mi tesis grado para optar el título de licenciado en comunicación social en la Universidad Central de Venezuela.

Una hermana del comandante José María, Ángela Meléndez Pereira (su otro hermano fue Domingo Antonio) casó con el villacurano don José Aranguren y son los padres de María Salomé Aranguren Meléndez, quien contrajo matrimonio con don Juan Paúl, caraqueño establecido en Villa de Cura. Una hija de esta pareja, se casará con el músico e intelectual Tomás Federico Rodríguez, oriundo de Cagua y establecido en Ortiz, mediado de los años 70 del siglo XIX.

IV
Cuando celebramos el bicentenario de nuestra gesta de la Independencia Americana, Juan Germán Roscio no es solamente una figura política, ciudadana y civilista en la historia de Venezuela. Es, también, la fiel expresión de nuestro mestizaje y cosmovisión étnica de nuestras raíces de nacionalidad. Su condición de "pardo", lo llevó superar diversos sinsabores a causa de los prejuicios de clase que existían en aquella época.

Juan Germán Roscio pertenece, también, a ese estadio de civilización natural que Alejandro de Humbold bautizó, en el pueblo de Ortiz, como una nueva neotenia denominada “llaneros” en el año de 1800. De esta Venezuela, con sus orígenes hundidos en los encantos legendarios, con su trayectoria plena de acciones heroicas y con su constelación de hombres de lucha y pensamiento, Roscio ocupa un lugar prominente en nuestra historia local, regional y nacional.


Bibliografía Consultada


ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA (1913). Boletín de historia y antigüedades. Colombia: Imprenta Nacional. Bogotá,
BOTELLO, OLDMAN (1998).Los Tiznados: orígenes de San Francisco y San José de Tiznados. Caracas: Imprenta del Congreso Nacional
CONCEJO MUNICIPAL DE ROSCIO (1903). Actas de Matrimonio.
DE ARMAS CHITTY, JOSÉ ANTONIO (1993).La independencia de Venezuela. Caracas,
DE GERULEWICZ, MARISA VANNINI (1966). Italia y los italianos en la historia y en la cultura de Venezuela, Caracas
DÍAZ SÁNCHEZ, RAMÓN (1989) La historia y sus historias. Caracas:
LANDAETA ROSALES, MANUEL (1911). Doctor Juan Germán Roscio. Caracas: El Tiempo de Caracas, número 353S.
RODRÍGUEZ, ADOLFO (2005). La llamada del fuego: vida, pasión y mito de Ezequiel Zamora. Caracas,
RODRÍGUEZ, ADOLFO (2006). Juan Germán Roscio. El máximo constituyentita de Venezuela,
,

Una cayena roja en la tumba de Lina Ron

Su error fatal fue decir que ella obedecía a dos líderes, Chávez y Diosdado. Lina no tenía por  qué conocer la patología mental de los tiranos

"Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a empezar siempre".
André Gide.


Lina Ron, fallecida dirigente popular del chavismo
por Rafael Poledo
Lina era de los Ron del valle del Uñare. Una familia de los llanos orientales que ha dado a la república personalidades de peso, políticamente diversas, pues Ron los hubo y los hay adecos, perezjimenistas, copeyanos, urredistas y chavistas cual Lina. Se distinguieron y distinguen por su energía y su temperamento emotivo, aunque Lina merece atención especial, porque en su caso hubo un factor de resentimiento que no debería mirarse con la superficialidad que nuestra clase media pasa sobre los temas importantes.

Hablo de la clase media porque ella es la base de toda sociedad funcional. Los ricos no. Esos están ocupados rindiendo sus reales y no tienen tiempo para la patria. Los pobres tampoco. Esos no pueden pensar sino en qué van a comer hoy y para conseguirlo son capaces de venderle el alma al Diablo. La clase media, en cambio, es la cantera modesta y fecunda de donde salen los intelectuales, los políticos, los profesionales, los sacerdotes, los artistas, los técnicos, los factores reales de toda sociedad. Una sociedad funcional tiene una ancha clase media. Estábamos ampliando ese segmento cuando el impacto dinerario de los años setenta destruyó la moral pública y personal de los venezolanos y ahí se perdió la república. Chávez, siguiendo el plan de Fidel Castro, ha ido destruyendo esa clase media. Quiere sólo un proletariado envilecido por el hambre, que por un plato de comida le entregue su voluntad y su vida.

Lina Ron venía de esa clase media con formación moral y cívica, que en provincia es donde mejor se da. Su familia era copeyana -como la de Chávez- y ella misma era activista socialcristiana. En la vida de Lina pasó algo que le cambió el rumbo. Su temperamento exaltado y generoso le hizo creer en la utopía revolucionaria promovida por un sociópata capaz de decirle a cada uno la mentira que podía conmoverlo y creer él mismo esa mentira. A esa mentira se inmoló Lina Ron.

El final de su vida fue desgraciado para esa idealista de la violencia. El líder a quien había idealizado, el que la usó para amedrentar a sus adversarios y después lloró lágrimas de cocodrilo sobre su tumba, ordenó apresarla para luego hacerle la merced de la libertad condicional, pero manteniéndola con la cabulla corta. Es el destino de esos combatientes abnegados el que una vez usados se les elimine, en algunos casos físicamente. Lina se había dejado arrastrar por su personaje, el de brazo armado y lengua sucia de su líder. En esa dinámica, se le fue de las manos al comandante. Pero su error fatal fue decir que ella obedecía a dos líderes, Chávez y Diosdado. Lina no tenía por qué conocer la patología mental de los tiranos. No había hecho esos estudios ni tenía esa experiencia. Su ingenua declaración abonó los chismes sobre el peligroso crecimiento de Diosdado que la inteligencia cubana destilaba en las orejas de Chávez. Se ordenó destruirlo. Para eso era necesario amarrar a Lina, la única líder popular venezolana capaz de reunir una poblada no más con sonar el cacho.


Por cierto que a Lina jamás le hablé ni por teléfono. Su columna la trajo Francisco Orta, nuestro chavista, Jefe de Redacción de "El Nuevo País", otro que en estos días se murió de tristeza. Ella me escribió algunas cartas, como aquella donde me pedía permiso para contestar ataques de la columnista Patricia Poleo, quien en la vida privada es una de mis dos hijas. Le dije que en mis periódicos quien sea atacado tiene para su defensa derecho a espacio y ubicación mejores que las del ataque. Por elemental decencia. Si no hay chavistas escribiendo es porque esa gente no abunda en razones que pueda exponer ni se puede exponer a una discusión sobre razones. Lina sí escribió con razones, aunque fueran de esas que la razón no entiende.

La clase media arriba mencionada debería meditar sobre la rebeldía de Lina Ron, arquetipo de un segmento determinante en la sociedad venezolana. Salirse del lugar común y el comentario ligero de quienes sólo quieren pasarlo bien. Hacerlo hasta en el nivel académico, para ayudar a pensar a los estudiantes atosigados de doctrinas darwinistas. Lina Ron fue un fenómeno sociológico alimentado en la torpeza de las clases dirigentes. Un vocero de quienes hablan a gritos porque de otra manera no los oyen. La Acción Democrática de Betancourt les escuchaba y los interpretaba. Después vino la Acción Democrática de las dirigentes femeninas que parecían muestrarios de marcas, de los dirigentes juveniles que viajaban con viático y querida, de los traficantes que arrullaban a los dirigentes con la turbina de sus jets -¿sabía usted que en el partido del pueblo había un jet set? Un partido excluyente y fatuo, esnobista y ridículo -valga la redundancia-, ausente de la realidad social, insensible para oír crecer la hierba, cuyos dirigentes se dejaron arrastrar por sus mujeres codiciosas a su vez manejadas por los traficantes que a los políticos les hicieron la fama de ladrones, se enriquecieron -ellos sí- a su sombra y los abandonaron apenas sintieron el olor de la fritanga.

A Lina Ron la adversé con firmeza, pero nunca la encontré despreciable ni repugnante, como sí me lo fueron las dirigentes femeninas adecas y copeyanas que traficaron a sus partidos, y cuando Chávez soltó el primer eructo se borraron del panorama.

Con todo respeto dejo en la tumba de Lina Ron una cayena roja de las que amorosamente cultivo en mi pequeño jardín de expatriado. ©

Fuente: Revista Zeta (Venezuela) 11 de Marzo de 2011


,

Arisela Medina, mujer e historiadora en Vicerrectorado

María Arisela Medina, nueva Vicerrectora
Académica de la UNERG
Por José Obswaldo Pérez
María Arisela Medina se convirtió en la primera mujer en ocupar el puesto de Vicerrectora Académica de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG). Un hecho, sin duda plausible, que enarbola la luchas de las mujeres por ocupar espacios en el ámbito académico y de gobierno en nuestro propio campus universitario.

Esta calaboceña, docente, mujer sensible, egresada de la Universidad de los Andes (Mérida), como licenciada en Historia cuenta con dos doctorados, uno sobre Ciencias de la Educación, otorgado por la UNERG y otro en Educación, mención Currículo,  conferido por la Universidad de Panamá y un postdoctorado en el Epistemología de la Ciencia, otorgado por la Universidad Pedagógica Libertador, Upel.

Además, es paleógrafa, con cursos de mejoramiento en el Archivo General de la Nación. Fue, hasta hace poco, Directora de Cultura  de la UNERG y está ligada a los estudios de investigación popular de los llanos venezolanos, donde ha desarrollado trabajos en tópicos como la música y el folklor.

En el área  docente, es profesora de metodología histórica y  Fuentes de Estudios para la  Historia en el Programa de Historia, del área de Humanidades, Letras y Artes,  así como se ha desempeñado en las unidades curriculares  de Historia de la Cultura Venezolana en el Programa de Educación Integral del área de Educación de dicha casa de estudio.

Medina tiene el reto de promover, desde el despacho académico, las reformas tendientes a la construcción de una nueva arquitectura curricular enmarcada en los planes de desarrollo del Gobierno nacional- especialmente el Plan Simón Bolívar 2007- 2013; en mejorar la calidad académica docente y estudiantil y colocar a la Universidad Rómulo Gallegos en la palestra publica: como hacedora de realidades y sueños.

Tendrá, además,  un papel protagónico, en estrecha colaboración con el rector Ramón Galindo; primordialmente, en impulsar las políticas internas de la universidad, en los valores de corresponsabilidad, socialismo, inclusión, participación y  liderazgo constructivo, que son componentes fundamentales de la Universidad Rómulo Gallegos, en el marco de una nueva redefinición de la educación universitaria.

Entre otros aspectos, la doctora Arisela Medina  gozará la oportunidad de llevar a cabo la continuidad de una serie de planes y proyectos de la gestión del exrector Luis Enrique Gallardo, enmarcados en fortalecer las labores de  investigación y extensión; por supuesto, con la coordinación, supervisión, control y evaluación de  los profesores, alumnos,  empleados y obreros para  dignificar  la excelencia académica de nuestra Alma Mater .


,

Libia y Venezuela: petróleo y personalismo

La revolución verde terminó en una guerra civil. Foto EFE
Si uno de esos test de elección múltiple con que los medios de comunicación ponen a prueba la paciencia de sus lectores preguntase qué país petrolero está presidido por un ex militar famoso por su retórica revolucionaria que ha utilizado el dinero proveniente del crudo para construir un régimen personalista, aquellos dispuestos a demostrar sus conocimientos se enfrentarían a un dilema: ­ ¿Libia o... Venezuela? En principio, la tentación de comparar los dos países podría verse como un ejercicio fútil basado en datos superficiales. Pero con Libia saliendo de cuatro décadas de "Revolución Verde" por la vía de la guerra civil, parece legitimo preguntarse si las similitudes van más allá de lo anecdótico y el desenlace de los hasta ahora 12 años de "Socialismo del Siglo XXI" puede ser igualmente caótico.

Las similitudes no se pueden exagerar; pero vale la pena mirar con algún detalle ciertos parecidos. Para empezar, está la cuestión de cómo los regímenes de Trípoli y Caracas ha construido sus respectivas bases de poder. En el caso libio, Khadafi buscó apoyo entre los miembros de su familia para luego comprar el respaldo de las tribus que le son cercanas. Ciertamente, la familia juega un papel clave también para Chávez. Basta con recordar el protagonismo adquirido por los "hermanísimos" del presidente venezolano. Pero además, el régimen bolivariano ha construido su propio de movimiento de apoyo con un grado de adhesión al líder y rechazo a cualquier disidencia que podría merecer el calificativo de "tribu". Para ello, Chávez ha recurrido a identificar las fracturas que dividen a los venezolanos y agrandarlas hasta crear un abismo político entre sus partidarios y una oposición a la que deslegitima calificándola como esbirros al servicio de poderes extranjeros. En otras palabras, Chávez y Khadafi han construido su poder sobre la base de "sectarizar" la política creando diferencias irreconciliables al interior de sus sociedades.

Además, se pueden identificar otras dos similitudes clave. El desmoronamiento del régimen libio demuestra que la riqueza petrolera no es suficiente para mantener en pie un Estado. Una cosa es tener petróleo y otra muy distinta es que éste pueda ser exportado y sus riquezas irrigadas para sostener una economía funcional. Los efectos de años de sanciones por su apoyo al terrorismo debilitaron la infraestructura petrolera libia. Pero es que, además, una combinación de corrupción e incompetencia hizo realidad lo que parecía imposible: pobreza en una población de apenas 6,5 millones de habitantes asentada sobre unas reservas 46.400 millones de barriles de petróleo. Las similitudes con el caso venezolano son claras. Hoy la Venezuela de Chávez sólo mantiene unas exportaciones de 2,25 millones de barriles por día cuyos beneficios de evaporan cada vez más rápido entre las grietas creada por la cleptocracia y el desgobierno.

La otra similitud es igualmente relevante. Libia y Venezuela son dos sistemas personales donde la ley ha sido reemplazada por la voluntad de los respetivos caudillos. En este sentido, Khadafi lo ha tenido mucho más fácil puesto que Libia no ha disfrutado en su historia de un minuto de algo semejante a un Estado de derecho. Por el contrario, Chávez ha tenido que realizar un enorme esfuerzo para someter a una de las democracias más antiguas de América Latina. Un proyecto autocrático que todavía no ha completado con éxito. En cualquier caso, por caminos diferentes, el personalismo y el autoritarismo de ambos regímenes conducen a un punto de llegada similar: no hay transición pacífica posible en sistemas que reemplazan las instituciones por la voluntad de un líder único y el uso sistemático de la corrupción para comprar lealtades. En estos casos, el colapso del régimen equivale al desmoronamiento del Estado.

De momento, los ingredientes para un estallido de violencia están presentes en el país caribeño. Venezuela ha desarrollado un sistema de milicias que sólo responde a la voluntad del Presidente y compite con las Fuerzas Militares. Este deseo de proporcionar entrenamiento militar a los sectores de la población considerados leales al régimen ha hecho más sencillo el acceso a armas para los delincuentes y narcotraficantes que hoy las usan para cometer delitos; pero mañana podrían emplearlas contra el Gobierno. Entretanto, la desinstitucionalización se ha extendido a todos los niveles de la vida nacional. Los presupuestos públicos se manejan como la caja menor de los líderes de la revolución y el grado de fidelidad de los ciudadanos al régimen determina si tienen acceso a los servicios sociales o son excluidos de los mismos.

Ciertamente no se deben extremar los parecidos entre los casos de Libia y Venezuela. El régimen de Khadafi ha sido infinitamente más represivo que el chavista. Además, la larga tradición republicana del país caribeño y la solidez de su sociedad civil han frenado el asalto del régimen bolivariano sobre las libertades civiles y hecho posible la supervivencia de una oposición democrática activa. Sin embargo, no cabe duda que estos reductos de libertad estarán cada vez más amenazados a medida que la radicalización se presente como la única salida disponible para un gobierno cada vez más ineficiente, aislado y débil.

Por otra parte, una serie de factores prometen complicar una posible crisis política del régimen chavista. El narcotráfico está carcomiendo los cimientos del Estado venezolano, en especial sus fuerzas de seguridad y su aparato de justicia. De hecho, buena parte del negocio de la droga se encuentra en manos de sectores corruptos de las fuerzas armadas cuyas lealtades están más con el negocio que les enriquece que con el Estado al que sirven. Todo este proceso de descomposición institucional tiene lugar en un escenario geográfico de gran complejidad estratégica. A diferencia de Libia, la población venezolana se encuentra dispersa sobre el territorio al tiempo que selvas y montañas crean barreras al control del Estado. En caso de un estallido de violencia, las autoridades tendrán sustanciales problemas para afirmar su dominio sobre el conjunto del país.

Entonces, ¿está condenado el chavismo a seguir a la revolución de Khadafi en su descenso al caos?­ No necesariamente. Una multitud de factores pueden empujar el proceso venezolano en una dirección distinta. Pero también es cierto que la principal lección que dejan los acontecimientos de Libia es la sencilla regla de que nada es para siempre en política. Khadafi se convirtió en parte de un paisaje estratégico que algunos dieron por eterno. Pero el caso libio -como antes Europa del Este o los Balcanes- demuestra los límites de los Estados para resistir el desgobierno y las sociedades para soportar la represión. Algo así puede pasar con Venezuela. Muchos han terminado aceptando el autoritarismo, la corrupción y los coqueteos con el terrorismo del presidente Chávez como un mal menor con el que toca convivir en la medida en que confrontarlo supone un ejercicio político costoso. Sin embargo, esta opción por el pragmatismo siempre supone ocultar bajo la alfombra dosis de autoritarismo y miseria que terminan por estallar de forma violenta. Pactar con el tirano de al lado sólo es una solución momentánea que siempre conlleva un precio político y estratégico muy caro en el futuro.


Fuente: Infolatam




Román Ortiz es Master en Administración y Dirección de Empresas, Director de la firma de asesoría en seguridad y defensa Decisive Point y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes. Desarrolla un proyecto sobre Violencia política en América Latina