Acerca de la cuestión agroalimentaria venezolana (tres)
Desde estos orígenes y con múltiples matices, se han tratado de definir las políticas y la institucionalidad para la atención del sector agroalimentario, pero con un elevado sesgo hacia la sectorización, desvirtuando con ello, interconexiones, que si no se entienden, jamás se podrá tener ni asertividad, ni eficiencia en dicha concepción sectorial, es por esta razón, que se necesita la visión holística para la atención integral de las políticas, desde la producción de alimentos hasta su definitivo consumo.
Por Jesús Cepeda Villavicencio
En las entregas anteriores, hemos insistido en la necesidad de consensuar y concientizar, sobre tres aspectos claves para poder ordenar el complicado y complejo sistema agroalimentario venezolano (SAV): 1) los tres objetivos concretos sobre los que debemos actuar: a) garantizar a toda la población una adecuada ingesta alimentaria, en términos de calidad y cantidad, para que esta a su vez, pueda tener una vida activa, productiva y saludable, aquí nos estamos refiriendo al derecho de tener seguridad alimentaria, b) que ese derecho sea suplido mayoritariamente con producción nacional, aquí nos estamos refiriendo a la necesidad de incrementar nuestra soberanía alimentaria y c) la necesidad de exportar para generar divisas, eso puede ser posible en aquellos rubros en los que el país tiene ventajas comparativas, aquí nos estamos refiriendo a la necesidad de reducir la descomunal brecha negativa en la balanza comercial agrícola. 2) Tener perfectamente claro, los conceptos de seguridad y soberanía alimentaria, ya que estos son distintos, pero necesariamente complementarios en el caso venezolano. Han sido largos y tensos los debates que sobre estos dos conceptos se han suscitado a nivel mundial. Y 3) El esfuerzo que hemos venido haciendo, ante la urgente necesidad del PLAN NACIONAL AGROALIMENTARIO DE LARGO PLAZO( mayúsculas ex profeso).
En el artículo de esta semana, trataremos lo concerniente al concepto del SAV, y el porqué de la visión de sistema y no la vetusta concepción de sectorialización, también haremos referencia a la amplia gama de actores y actividades que concurren en él, para de esta manera poder percibir la magnitud e importancia que este reviste, para la vida y socialización de la nación.
Desde la perspectiva del debate académico, acerca de los procesos evolutivos del concepto de sistemas agroalimentarios, podemos afirmar, que en nuestro caso, la mayor influencia se debe a dos escuelas; la de Harvard en los Estados Unidos, con Ray Goldberg y John Deivis como sus máximos exponentes (1957). Estos autores se constituyeron en los principales precursores de la aplicación de la teoría de la organización industrial a la cadena agroalimentaria a través de un enfoque, que convinieron en llamar análisis del sub sector, cuyo origen parte del proceso denominado “ Agribusiness Commodity System”, entendiéndose por este término, a todos los participantes involucrados en la produccion, transformación y comercialización de un producto agrícola en particular. Por otro lado desde un punto de vista parecido al de ellos, Louis Malassis (1973), a quien se considera el más conspicuo representante del “Instituto Agronomico Mediterraneo de Montpellier” (Francia), consideraba el agribusiness de Goldberg, como un sistema compuesto por cuatro grandes sub sectores, 1) el subsector de las empresas que abastecen a la agricultura de los servicios y medios de producción, 2) el subsector agropecuario propiamente dicho, 3) el subsector de las empresas de transformación y 4) el subsector de la distribución.
Desde estos orígenes y con múltiples matices, se han tratado de definir las políticas y la institucionalidad para la atención del sector agroalimentario, pero con un elevado sesgo hacia la sectorización, desvirtuando con ello, interconexiones, que si no se entienden, jamas se podra tener ni asertividad, ni eficiencia en dicha concepción sectorial, es por esta razón, que se necesita la visión holística para la atención integral de las políticas, desde la producción de alimentos hasta su definitivo consumo. En el país son numerosos los trabajos que al respecto han adelantado nuestras facultades de agronomía y los diferentes centros de investigación, dentro de los que destacan; el Dr Miguel Padron desde la Academia de Ingeniería y Hábitat, y el Dr Alejandro Gutierrez, desde la ilustre Universidad de los Andes, y por supuesto, nuestra casa matriz, el Post Grado de Desarrollo Rural, de nuestra no menos ilustre Alma Mater, la Universidad Central de Venezuela, así como la Facultad de Agronomía de la Universidad de Zulia. En fin, es desde nuestras universidades desde donde se ha tratado de academizar la política agroalimentaria venezolana, pero lamentablemente, sin la efectividad que siempre hemos querido y deseado, a quienes la vida por distintas razones nos empujó hacia el ejercicio de la política.
Para nosotros y los propósitos conexos que hemos venido exponiendo, el SAV, está conformado por un amplio conjunto de actores, protagonistas, actividades y procesos que van desde la producción agrícola, transformación agroindustrial, comercialización de insumos y bienes agroalimentarios, que deben interrelacionarse de manera coherente, si queremos cumplir los objetivos que previamente nos proponemos, cuando definimos las políticas y propuestas agroalimentarias. Entender que podemos transversalizar el SAV, utilizando metafóricamente el relieve de nuestros cursos de agua, en actividades propias del concepto aguas arriba y aguas abajo, desde un punto fijo espacio temporal que denominaremos unidad de producción, se captará la dimensión que dicho sistema abarca en nuestro país, pero que no guarda relación con la impronta que actualmente dibuja su rostro, y que se expresa en términos muy marginales para la economía nacional, lo que se visualiza como una contradicción, cuando lo analizamos en la interconexión de todas las aristas que configuran sus siete subsistemas, como podremos apreciar a continuación:
- El Agrocomercio (aguas arriba); aquí se ubica toda una infraestructura y movilización de grandes, medianos y pequeños productores de insumos, equipos, materiales, maquinarias, que se producen y distribuyen, para que la agricultura sea posible. Hoy como consecuencia de la globalización económica y política, podemos observar grandes cadenas distributivas que compiten por la ubicación de sus tecnologías.
- La infraestructura de apoyo a la producción (aguas arriba y aguas abajo). Aquí ubicamos todo lo relacionado a una infraestructura de servicios y apoyo fundamental para que la actividad agropecuaria ocurra en el ex antes, el durante y el ex post. Nos estamos refiriendo a los servicios viales, comunicacionales, de electrificación y sistemas de riego, y todo lo que ello conlleva en materia de inversiones y generación de empleos.
- El medio natural y el contexto socioeconómico e institucional, donde se asienta y circunscribe la vida de quien se dedica a la tarea de producir alimentos (aguas arriba y aguas abajo). La ruralidad no puede ser sinónimo de atraso, subcultura o marginalidad. El ser humano que se dedica y vive de la actividad agropecuaria, también debe ser sujeto de los servicios y derechos de la urbanidad, todo lo cual, también se expresa en una amplia y variada red de servicios auxiliares a la producción, y a los niveles de calidad de vida de los productores; aspectos recreativos, de salud, educativos, culturales, deportivos, así como todas las medianas y pequeñas empresas dedicadas a la prestación de servicio inherentes a la actividad agropecuaria, como talleres mecánicos especializados, metalmecanicos, etc
- La Institucionalidad Política (aguas arriba y aguas abajo). Desde donde emanan todas las directrices, planes, programas, apoyos a las ciencias y tecnologías, fomento a la extensión agrícola y a la seguridad, tanto jurídica, como personal, así como todo lo relacionado con las políticas comerciales internas e internacionales. Este subsistema es el que prácticamente regula todo el SAV. Por eso la importancia de la democracia y de una institucionalidad que salvaguarde justicia, derechos, libertades y valores, en absoluta concordancia con los modernos enfoques de una economía rural sustentable.
- La Unidad de Producción; asiento básico de la actividad agropecuaria. Ubicación temporal y espacial. Sujeto Fundamental de la esperada efectividad productiva, y de la necesaria competitividad, para soñar con la exportación, generación de divisas y con la sana oferta alimentaria nacional. Y por supuesto, ella debe ser rentable económicamente, para que los productores permanezcan en la actividad. Aquí ubicamos a los grandes, medianos, pequeños productores, y la agricultura familiar y campesina.
- La Agroindustria (aguas abajo). Este subsistema configura todo un epicentro para el desarrollo regional, la generación de empleos y la agregación de valor. También constituye un eje clave en la sustitución de importaciones y en la lucha contra la reprimarización que agobia y acogota al país, con la irresponsable, primitiva e inhumana explotación irracional minera, que ha impulsado el cinismo de este oprobioso régimen. Desde este punto se desarrolla una intensa red de servicios de transporte y comercio, a pequeña, mediana y gran escala, que dinamiza con mucho empuje las economías regionales y locales.
- El Consumo (aguas abajo). Este subsistema integra todo el conglomerado de personas que se expresan como los destinatarios, de toda esta compleja red de procesos y participantes. Es a ellos a los que hay que garantizarles su seguridad alimentaria, y es un deber inaplazable nuestro, que eso se haga mayoritariamente con el eslogan de MADE IN VENEZUELA (mayúsculas exprofeso).
Finalmente, expuesta la visión, y definidos conceptualmente, los objetivos, la seguridad, la soberanía, el complejo mundo de actores y procesos del SAV, conviene en consecuencia, comenzar en próximas entregas, con el análisis de la situación nutricional de los venezolanos, los perfiles deseados y como consideramos deberían articularse las acciones para el ordenamiento del SAV.
Jesús Cepeda Villavicencio es ingeniero agrónomo, MsSc en Desarrollo Rural, doctor en Ciencia de la Educación, profesor universitario jubilado, ensayista y político.