Adolfo Rodríguez

Misael Flores, caballero andante del periodismo de calle

Misael Flores ( a la izquiersa) junto al historiador y poeta Jeroh Montilla, en una cafetería en San Juan de Los Morros (Foto JOP).

Escribe y lucha identificado siempre con los más sentidos sentimientos de su patria guariqueña. Representa a sus coterráneos, sin esperar ninguna gratificación y dice lo que ellos aguardan que sus más idóneos lideres expresen, como si Misael fuese ese referee capaz de levantar la mano al mejor pugilista del momento.


por Adolfo Rodríguez Rodríguez


Regocija ver que un periodista, surgido de un apartado rincón de la provincia, entre proverbiales limitaciones, sin más estudios que los de la vieja escuela primaria y los de la vida, a edad avanzada se yergue cual muchacho, lúcido, sin complejos ni delirios de grandeza, pasión adolescente, a expresar con su vigor de siempre y la misma seriedad y convicción, su cristalina noción de las cosas, pregonarlas, sin más amparo que su reciedumbre y meridiana claridad de su prosa. Misael ha transitado todos las esferas del ejercicio periodístico en los últimos cincuenta años , sin que se cohíba con ninguno. Desde la reseña de sucesos hasta el comentario lírico, desde el desafío ante quienes ejercen desmedidamente el poder hasta himno para los paisajes extinguidos, desde el reportaje sobre los más intrincados asuntos hasta la nota social o biográfica.

Nada escapa a su percepción o contundencia, a Dios gracias, haciendo uso desde el lenguaje del graffiti hasta el más moderno de los mecanismos de comunicación digitalizada, donde esté, casi siempre a pie, sirviéndose de buen talante, buen genio y destreza reporteril

Escribe y lucha identificado siempre con los más sentidos sentimientos de su patria guariqueña. Representa a sus conterráneos, sin esperar ninguna gratificación y dice lo que ellos aguardan que sus más idóneos lideres expresen, como si Misael fuese ese referee capaz de levantar la mano al mejor pugilitsta del momento. Caminante de colcha y cobiija, está en condiciones de trasladarse hasta el propio sitio del suceso, logrando con su parsimonia campesina y confianza en los suyos, que le den un aventón porque es hombre sin recursos y su desempeño periodístico no es gobiernero como para contar con viáticos y hummers que facilitan cualquier oficio con la comodidad esperada.

Es una voz acertada, oportuna, alerta, perspicaz y acorde con las más sentidas expectativas del momento. Un brindis, pues, por este hidalgo caballero del periodismo militante. Salud!!!

 

 

lunes, junio 24, 2024

Desarrollo de la Villa de Todos los Santos de Calabozo durante el siglo XVIII

Lucas Guillermo Castillo Lara (1921-2002) fue un escritor e historiador venezolano que dedicó especial atención a la historia regional y local de diversas regiones de Venezuela. Fue autor de más de una veintena de textos historiográficos (entre ellos, Calabozo: el derecho a vivir bajo el sol) Además, Castillo Lara fue una lúcida y poderosa conciencia del siglo XX.  Adolfo Rodríguez comenta el fascinante libro en que plasmo sus impresiones sobre el desarrollo histórico de la ciudad calaboceña.


 

Por Adolfo Rodríguez


INTRODUCCIÓN

Fundada en 1724 para resguardo y custodia de las Misiones de Indios de Nuestra Señora de los Ángeles y de la Santísima Trinidad, en la Mesa de Calabozo, Llanos de Caracas, la Villa de Todos los Santos de Calabozo, su espectacular crecimiento durante el siglo XVIII. Los misioneros capuchinos la erigen con tal jerarquía, dentro de esa amplia región, como enclave civilizatorio de previsibles y necesarias expectativas económicas, sociales, políticas, religiosas, en tan vasta territorialidad.


La configuración de una economía ganadera y agrícola basada en labores intensivas (pequeñas fincas y minifundios) subvendría a la conformación de una estabilidad suficiente como para soportar la etapa primigenia de la ciudad así como las dificultades en un contexto dominado, políticamente, por un stablishment orientado por una concepción extensiva de la ganadería y la gran hacienda con fines mercantiles. 
Lucas Guillermo Castillo Lara, en su obra al respecto, publicada en 1975, elabora un inmejorable estudio para comprender los orígenes y avatares experimentados por dicha ciudad en su período iniciático. Cuatro de los capítulos de dicha obra son significativos al respecto: “El desarrollo promisor del pueblo” (cap VII), “La mayoría de edad de Calabozo” (cap. XIV) , “Título, dignidad y escudo de villa libre y eximida” (cap. XV) y “La Villa consolidada y estable” (cap. XVI). 19 capítulos en gran parte referido a los contratiempos y otras incidencias que se cernieron en torno al proyecto fundacional  o “derecho” mencionado por dicho autor.

DESARROLLO URBANO

Erigida en 1724, diez años más tarde ha “crecido de tal manera, que para una jornada que proyectaba hacer el P. Fray Marcelino de San Vicente, los vecinos aportaron 84 hombres con  sus armas.
“En la delineada plaza que medía 120 varas por cada frente, cuatro botalones marcaban las esquinas y diseminadas en su cuadrado unas cuantas matas de chaparro y la sombra acogedora de algún camoruco o algún caro. Frente a la plaza comenzaba a apostarse las casas”. Agregando que “igual sucedía por las ocho calles que de allí partían, rumbo a los cuatro vientos de la Sabana(…) la iglesia de bahareque y techo de palma”. En cuya construcción participan “todos los vecinos”, quienes la dotan de sus “ornamentos y demás objetos litúrgicos para el culto”. Que concluida fabrican Casas Reales, Cárcel y Carnicería.
En 1735  Don Francisco Casado y su mujer Doña Francisca Oviedo y Castro donan la Casa Cural, reparada años más tarde por el Capitán Adrián Francisco Delgado “cortando las maderas para levantarla”  y reedifica en 1806 el padre Roque Díaz. De bahareque, con cinco piezas, techo de palma.
Apunta Castillo Lara (1975) cómo  “la vida se deslizaba con austera sencillez y los vecinos trataban de construir su propio desarrollo” (p. 138).
En la Semana Santa el vecindario costeaba cuatro procesiones (pp. 133-146)
Y en 1744 una matrícula, según los misioneros, fija la población en 1850 personas. Para Castillo Lara “el progreso” de la villa es indetenible: “crecía y se desarrollaba, estirando calles y paredes hasta la abierta sabana. Iglesia, Casas Reales, Cárcel y Carnicería, Cura, Teniente de Justicia, vecindario numeroso. Tierras Propias. Actividad económica productiva”. De manera tal que en 1752 cuenta con las condiciones necesarias “para adquirir  su mayoría de edad como pueblo” (p. 294). 
De “tarea civilizadora” califica la cumplida por Fray Marcelino de San Vicente y sus seguidores” (p. 294).
Afianzaba. en su “ánimo”, “la idea  de hacer entrega de la Villa a las autoridades civil y eclesiástica a fin de que pasase directamente a su control y administración”. Lo cual se cumple a principios de aquel año” y la Villa es erigida en parroquia”, tomando en consideración sus “términos y linderos” originales (Pp. 295, 298).  
En 1774 el Rey le concede a la Villa Título, dignidad y Escudo de villa eximida”, advirtiendo Castillo Lara que resultado de una siembra que “venía de atrás, de una pequeña semilla que amorosas manos franciscanas  colocaron junto a una sencilla cruz, en la tierra fértil de unos hombres con vocación de hacer y construir”. Gestión formal que data de 1754: fijar “el territorio en que debían ejercer su jurisdicción los jueces de la Villa, cuyas facultades debían ampliarse. La erección de un Cabildo con dos alcaldes Ordinarios, dos de la Hermandad, alférez Real, Alcalde Provincial, Depositario general, fiel ejecutor, Regidores, Procurador General, de Menores, y Escribano Público y de Cabildo”.
“Según la  matrícula levantada ese año, había 174 familias(… ) amen de otra libre que no estaba avecindada . Tenia tres compañías milicianas con más de 300 hombres, oficiales, cajas de guerra, banderas, espontones y partesanas. Las dos Misiones colaterales tenían  sus Iglesias, Curas, Casas Reales, Cabildo, Capitán Alcalde y dos compañías de indios reducidos” . El gobernador Solano  ordenó en 1764 “expedir testimonio de todo lo actuado, para que Calabozo ocurriese a impetrar al Rey, la dicha gracia”  (p. 305.308).
Se demarcaron las tierras de la villa, un plano fue levantado, numero de casas, 18 de tapia y tejas y otras más que se construían al modo de la Capital”, Una nueva Iglesia en construcción  de tres naves, casa Real de bahareque doble, tejada, “madera firme y estable, con tres piezas, una sala con piso enladrillado, otra que servía de cárcel y la tercera que servía de calabozo con cepo, cadenas y grillos. Una carnicería cuya casa estaban fabricando, los corrales ya estaban listos para encerrar los ganados y las pesas repartidas a los vecinos para el abasto de carne todo el año” (p. 321).
Asimismo tres compañías Milicianas de blancos, Una de Pardos y otra de Zambos (p 324).
Elocuente los términos en que se manifiesta la Real Cédula:
“Carlos III, Rey de España, “he resuelto…. Condescender a su instancia, continuándole, o contendiéndole de  nuevo la denominación y privilegios de VILLA EXIMIDA,  Terreno y Jurisdicción propia…. Usando signo de Villa como a tener Picota y Horca. Que para su gobierno político y  Civil, pueda tener y Tenga dos Alcaldes que ejerzan su jurisdicción Ordinaria; seis Oficios de Regidores, los cuatro Censillos y los otros dos con títulos de Alférez Real y Alguacil Mayor, y una escribanía  Pública y Cabildo… etc….etc., en Aranjuez, a los 20 días del mes de abril de 1774.
En 1780 el Obispo, entre otras disposiciones, tomó medidas respecto a cementerio, por cuanto se enterraba los muertos en la propia iglesia (p. 249).
La relación de la cantidad del ramo de propios y arbitrios de la villa y su aplicación, enviados en 1795 por Francisco de Vegas al Gobernador y Capitán General. correspondiente a los años 92, 93 y 94, ofrece ligeramente una idea del desarrollo económico, social y cultural experimentado por la Villa en vísperas del siglo XIX . A saber: pensiones de solares, dos pulperías, pasos o transporte de los ríos, tierras de labor, Carnicería, gastos en prisiones y otros hierros para la Cárcel Real, pagos al portero para el aseo y cuido de la Sala Capitular asignados por el Cabildo, desde su erección; desyerbo de la plaza, fiesta del Corpus Cristi Corpus con vísperas, procesión, misa, músicos, violines y cera, cajero y pífano: fiesta de Todos los Santos, con tercia, procesión, músicos, violines y cera; pensión a su “Magestad” según su Real Cédula de confirmación, costos de la dependencia que en la Junta Superior de Real Hacienda se hace sobre dehesas y ejidos de la villa; fábrica de la Cárcel y Casas Reales, cercarlas todas de tapias y rafas, dar principio a los corredores, con pilares de ladrillo y mezcla, barandas de madera y entablar la mayor parte de dicho corredor; ramo de pesas, multas (Carrasquel, F., 1943, pp . 370-373).

CIVILIZACIÓN

El concepto de desarrollo manejado por Castillo Lara, generalmente, se asocia, identifica o complementa con la noción eurocéntrica de civilización, en cuanto que modo de vida reducido a grandes concentraciones humanas, fácilmente controlables. En tal sentido valora la labor cumplida por los misioneros y “la dificultad de civilizar aquellos indios trashumantes” (p. 143).
En 1750 se traslada la Misión de la Santísima Trinidad de un lugar contiguo a la Villa hacia el sitio de Marchena en virtud de encontrarse “más civilizados los indios” (p. 300).
De 1752 data su erección en Parroquia y Vicaría y a poco su designación como cabecera  de partido y un curato correspondiente al de San Francisco de Tiznados (p. 325).  
En 1764 un Prefecto considera que la dos Misiones de Nuestra Señora de los Ángeles y de la Santísima Trinidad , cuya custodia ejercen los pobladores de la villa, “se encontraban  en estado de pasar al estado secular”, significando que “estaban civilizados“ (p. 145).  Así que “un año antes de la entrega” la población se mantenía estable, ambas con sus iglesias de teja, “muy capaces y decentes y debidamente ornamentadas”, aptos para convertirse en Curatos de Doctrina. En tanto que sus pobladores “con ánimo pacífico y naturaleza dócil” (p. 301).
Los misioneros e incluso alguno de los soldados que los acompañan en su labor reduccionista, se ocupan de la formación religiosa de los indios. En tanto que, para los blancos, pardos y otros asentados en la villa, a los efectos de su ascenso cultural que les permita mayor autonomía regional, el Cabildo se dirige al Obispo Mariano Martí para que les designe un Preceptor y los Estatutos de una Escuela que se encontraba cesante. Se designó a José Julián Llamozas. Y como expresa Castillo Lara, no “simple escuelita”, por cuanto “profundizaba en los estudios humanísticos”. Latinidad que aborda la Gramática  por el Arte de Antonio de Nebrija. poética según los clásicos griegos y latinos y Retórica, de acuerdo con el método, práctica y estilo estilado en Caracas  Aprendizajes que evaluaba el Vicario en compañía de otros sacerdotes (Pp. 346-348).

OTRO DESARROLLO

Castillo Lara, aunque enfoca su historicidad en términos de una muy personal concepción positivista, no descarta aperturas de conquistadores y colonizadores, hacia una comprensión de la otredad americana. Al respecto su apelación a la existencia de una conciencia acerca de la posibilidad de un origen común y subsiguiente tolerancia y convivencia:
Dice  de colonizadores que reconocen haber recibido indígenas capturados en incursiones esclavizadores,  “tocados en sus conciencias”(1984, p. 89). En tanto que juzga “un clima de conciencia” el derivado de cierta definición sobre encomienda (p. 106).
Una predisposición que se pone de manifiesto en varias circunstancias como para inferir una interculturalidad que incide en los procesos históricos a modo de mutua aculturación como hecho forzoso en los procesos de “desarrollo”.
El reconocimiento de otros modos de vida con sus respectivas dinámicas evolutivas o no, étnicas o neoétnicas, forman parte de la formación socio-cultural de los pueblos.
Elocuente es la defensa que Don Tomás Suazo y Arévalo  cumple ante las acusaciones formuladas contra el denominado bandolero Guardahumo. Intuitivo y perspicaz Castillo Lara la califica de “novedosa“ y estima que tal defensor “se toma a pecho su papel”. Deviene explicativo, valorativo, justificativo y legitimador de las diferentes actuaciones de dicho bandido como parte de un modo de vida étnico:
“andaban por los campos como es su profesión natural, y que solo tomaron lo necesario para su sustento y transporte, lo que no es mucho, pues viéndose estos hombres despojados de sus tierras que les dio la naturaleza por los españoles que las habitan, tomen lo necesario para la conservación de su vida, por cuya razón viéndose atropellados y desposeídos de ellas tal vez hacían los homicidios supuestos que se le acusan”
Trasladando, más bien, a los acusadores, tales responsabilidades, ya que si “hubieran tenido anteriormente sus Corregidores, que los hubiesen hecho guardar sus fueros, regalías y privilegios, y no hubiesen protegido el despojo y usurpación de sus terrenos, no se vieran precisados  a sujetar su alimento a la caza de venados, cachicamos, y demás, amelear , y otros ejercicios a que se dedican”.
Concluyendo que el “más racional” debería deducir que sus exabruptos derivan  del hambre, desnudez, persecución.
Que las confesiones de Nicolas Guardahumo no justifica la sentencia  porque su ignorancia o fatuidad, pudo resultar de la conminación o las represiones, “rígida prisión y extrañas cadenas”. Desmerece los raptos de mujeres, atribuyéndolos a  consentimiento por parte de éstas, por preferir el libertinaje y el ocio que “la recolección y sujeción en que vivían”, amén de que Guadahumo les daba 2un amoroso tratamiento”. Culpando a las autoridades de que se hiciese Capitán de bandidos (Castillo Lara, 1975).  
Atisbos que obliga a revisar interacciones entre los indios de las misiones con respecto a los vecinos de la villa, así como con respecto a otras etnicidades y neoetnicidades gestadas en la región. Y la necesidad de categorizar conductas de unos y otros modelos de desarrollo, sea que colidan, sea toleren o intercambien.

CONCLUSIONES

  1.  Cabe considerar como decisiva la decisión de los indígenas respecto al sitio elegido para asentarse definitivamente.
  2. La muy bien calculada estrategia de los misioneros en cuanto la prédica a los fines de la fundación de la villa y el modelo de establecimientos económico sociales de que se sirven para garantizar la necesaria estabilidad del poblado.
  3. Los atisbos acerca de dinámicas psicosociales que pudieran incidir tanto en retrasos como en lo que se refiere a desarrollos irreversibles en la formación sociocultural de las comunidades.

BIBLIOGRAFIA

CARRASQUEL, FernandoHistoria colonial de algunos pueblo del Guárico, Caracas: Imprenta Nacional, 1943.

CASTILLO LARA, L. G. Calabozo: el derecho a vivir bajo el sol. Caracas: Italgráfica Editores, 1975.

CASTILLO LARA, Lucas Guillermo (LGCL). San Sebastián de los Reyes. Caracas, 1984, 2 v.
RODRÍGUEZ, Adolfo. Geohistoria Guariqueña, Facebook, internet. (obra inédita).

jueves, noviembre 30, 2023

El bordón

Hay pulcritud en cuanto mis padres hacen y los subvenimos en sus emergencias. Y todos, incluyendo las hermanas de crianza y hasta las parejas de los que estamos casándonos,, adoptamos a Fran como un hijo.

 

Adolfo Rodríguez

frank

Frank en´la escuela. | Foto que,religiosamente, conservaba mi hermana Idilia y recuperó su hija Idilia Josefina.

SCuando la emigración  desde Las Mercedes del Llano, Fran iba en el vientre de mi madre. El décimo cuarto de sus embarazos quizá. Y aunque sufre achaques, entre otros, pre-eclampsia, nada la arredra. Menos ese viaje con ocho meses de preñez en viejos automóviles bajo el duro invierno del llano.

Que estudiemos es su anhelo y va por esa ciudad prometida donde podríamos hacerlo. La ampara de nuevo su hermano Francisco, quien nos aloja en una casa suya o prestada, en la calle Santa Isabel de San Juan. Y días después, a sus 42 años de edad,  doña Clara alumbra su décimo hijo y el séptimo varón. En sus quehaceres mi padre y los mayores en la capital, queda en mis manos la jefatura del hogar y anoto el júbilo que nos embarga. Hay pulcritud en cuanto mis padres hacen y los subvenimos en sus emergencias.  Y todos, incluyendo las hermanas de crianza y hasta las parejas de los que estamos casándonos,, adoptamos a Fran como un hijo. Desde los que tienen diez hasta los que cifran la veintena. Una obligación que cesa cuando el mismo Fran toma las riendas de su vida,  se posiciona como hermano y hasta de guerrero hace por su país y  la familia.
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Escritor e historiador

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jueves, agosto 05, 2021

La navidad venezolana de Alejandro de Humboldt

Uno de los dos meses de su estadía en Caracas. Días, como siempre, de intensa labor investigativa. El 14 de diciembre escribe a Jerome Lalande informándole sobre sus actividades desde su llegada a Cumaná: 
Haciebda Balandín

ILUSTRACIÓN: WEB INTERNET | Óleo La Hacienda Blandin . Uno de los sitios donde degustaría los clásicos condumios venezolanos de la época. .

Adolfo Rodríguez

S ólo un diciembre pasa Humboldt en Venezuela. El de 1799. Uno de los dos meses de su estadía en Caracas. Días, como siempre, de intensa labor investigativa. El 14 de diciembre escribe a Jerome Lalande informándole sobre sus actividades desde su llegada a Cumaná: “”No permanezco inactivo tan cerca del ecuador”.

Sus amigos caraqueños, que tan solícitamente lo reciben y atienden, le asignan residencia en el lugar más elevado de la ciudad. Al parecer territorio del sitio de La Pastora, que menciona a menudo y atraviesa, llegando de La Guaira, por el camino de los Españoles. Cerca un templo y más distante la Iglesia de la Santísima Trinidad, cuyas campanas oirá desde las madrugadas en aquellos días de conmoraciones religiosas. Habrá establecido ya sus provechosos nexos con la clerecía local, que mucha utiidadl le presta en su largo y difícil recorrido hasta Río Negro. Y, seguramente, con ellos y otros ilustres acompañantes, marcharán después de los servicios, hasta las haciendas de café de los Ibarra, Blandin o Gallegos hacia el Este. La última en Chacao, por donde ascenderá a la Silla d Caracas, en enero. Allí aprecia el “valle fértil en cacao, algodón y café, a cuatrocientos toesas de altura, 11 grados de noche y no más de 17 a 18 en el día. El hilo de agua del río Guaire reflejando “una luz argentada”. Como lo advierte desde aquella cima así como “la faja estrecha de tierra cultivada” contrastando “agradablemente con el aspecto salvaje de las montañas circundantes”.

NOTA: Para elaborar esta nota hice consultas a mis eximios amigos caraqueños Luis Loreto y Arturo Álvarez D´Armas. .

jueves, diciembre 24, 2020

El Llano Magnificado y disminuido

Adolfo Rodríguez 

 

ILUSTRACIÓN: Al sur de las Mercedes del Llano (Foto de ARR).

La ardua empresa de comprender a Venezuela debe mucho a los positivistas. Sobre todo a Laureano Vallenilla Lanz (10-11-1870 * 16-11-1936). Se esmera en despejar a fondo aquella maraña de desolaciones que deja el siglo XIX y saca sus conejos del sombrerito del determinismo. Aunque se esfuerza en demarcarse de etiquetas: “La historia, como la vida, es muy compleja. No la historia inspirada en el complejo simplista que sólo ve en nuestra gran revolución la guerra contra España y la creación de nuestra nacionalidad, sino la que profundiza en las entrañas de aquella espantosa lucha social, estudia la psicología de nuestras masas populares y analiza todo el conjunto de deseos vagos, de anhelos imprecisos, de impulsos igualitarios, de confusas reivindicaciones económicas, que constituyen toda la trama de la evolución social y política de Venezuela” (Vallenilla L, 1991, p. 75).

Sus meritorios esfuerzos representan, por lo tanto, sondas husmeando en ese temerario compromiso de descomponer y reconstruir lo inasible. Sus vislumbres repuntan finalizando el siglo XIX y resuenan aún en el destartalado XXI. Ratificado, discutido, rechazado, poco evadido, procede situarlo en su tiempo, ciertas tradiciones, insistencias; degustarlo a partir de los derroteros por donde insólitos traspiés ha dado el país. Lectura que me permito desde ese llano y esos llaneros que alborotan en su obra.

Una suerte de causalidades vincula fuertemente alrededor de ese par mítico: la asociación caballo y llanura con lo que denomina bandolerismo. Y la de éste con el caudillismo y el gendarme necesario. Cadena de negatividades que culmina en una presunción, no siempre ejercida gloriosamente.

En conferencia dictada en el Círculo de Bellas Artes de Caracas, el 1 de agosto de 1914, con afirma, sin ambages, la idea de Venezuela como estructura supranacional ya cumplida: ”Hablemos de sociedad, pueblo, Nación, Estado (…) cual fuere muestra formación étnica, Venezuela constituye una entidad Social, psicológica y política perfectamente definida aun comparándola con las otras naciones Hispano-América. Existe el tipo venezolano como existe una sociedad, un Estado, una Nación venezolana. Y me atrevo a afirmar que el sentimiento de nacionalidad y de Patria, la “solidaridad orgánica”, se hallan entre nosotros tan fuertemente arraigados y tan sólidamente establecidos como en cualquiera de las viejas nacionalidades que son la resultante de un proceso secular, a pesar de nuestro mosaico étnico y de nuestra corta edad”.

Conviene en que todos los venezolanos “tenemos algo de llanero”. A cuyo efecto un presunto individualismo y subsecuente caudillismo nacional dimanantes “del modo de vida gestado en el medio físico llanero”. Temeridad que esgrime ya en 1919: “en Venezuela, aun los que nacemos en las cordilleras y las costas tenemos algo de llaneros (1930, p. 344). La circunstancia histórica derivándola de un factor: “el caudillismo nacido de las patas de los caballos empujó violentamente la evolución igualitaria e impuso al país el sistema efectivo de Gobierno por encima y casi siempre en contra de las constituciones importadas” (p. 349).

Desprendiendo, también, distintivos nacionales, más o menos de índole permanente: “en aquellas hordas semi-bárbaras existían los gérmenes poderosos que habrían de determinar los rasgos inconfundibles del Carácter Nacional” (p. 353). “en los países de llanura, como el nuestro, donde la gran parte de la población se había conformado en la vida pastoral y nómada, con todos sus caracteres de individualismo y de barbarie, la revolución asumió fases tan sangrientas, su ferocidad llegó a tal extremo, que las relaciones de aquellos días pavorosos parecen páginas arrancadas a los historiadores que más dramáticamente han descrito la invasión de los bárbaros germanos” (1956 (1921): 84-85).

Cierto “individualismo bárbaro característico de los pueblos pastores” patentizado en “aquel estado de anarquía espontánea”, extensivo a toda Hispanoamérica, “con manifestaciones más bárbaras y sangrientas, más individualistas e igualitarias en aquellos donde prevalece la llanura y la vida pastoral se había desarrollado con todos sus caracteres disgregativos, constituyendo grupos o clases nómades, antagónicos, sin sujeción posible a ningún régimen regular de gobierno, uniéndose ocasionalmente bajo la autoridad temporal de un caudillo, “para llevar a todas partes, a su paso, el terror y la devastación ” (Ib., pp 85-87)

Pormenores, cuyo origen remonta a una de las modalidades en que se forma el llanero de la Orinoquia colombo-venezolana: el caballo y la llanura. Configuración o “constitución geográfica” que le endosa “consecuencias necesarias y fatales”, de acuerdo con teorizaciones euro céntricas que lo asisten:

“Donde existen llanuras y caballos existen bandoleros, asienta Hellward y Schweiger, refiriéndose a lo que aún hace pocos años sucedía con los nómadas de la Mesopotamia respectos a las autoridades turcas, pone a las claras la situación de los llaneros venezolanos en la época colonial y da la clave de los sucesos posteriores...” (1952): 111). Apoyado en Sarmiento, para quien “Es un axioma de sociología americana, el postulado de que en Hispanoamérica el Caudillismo surgió de las patas de los caballos”. Induciéndolo a establecer que “Los pueblos pacíficos y sedentarios no producen caudillos militares” (IBID, pp. 161, 218).

“acción fisio-psicologíca impuesta por el medio...” (1953 (1930) : 171). El papel jugado por los llaneros en el proceso de la independencia, le permite inferir peso decisivo “en el desarrollo histórico de Venezuela” por esas potencias instintivas”. Insistiendo que “en aquellas hordas semi-bárbaras existían los gérmenes poderosos que iban a determinar los rasgos inconfundibles del Carácter Nacional...” (IBID: 188). Y remachando que “el individualismo surgido de las ruinas de la sociedad colonial impuso un elemento de gobierno”, que denomina “el patrocinio militar, la supremacía del más fuerte, del más sagaz, del más vigoroso, del más valiente”, vínculo que “sin destruir la libertad individual ni la igualdad característica de los pueblos pastores… estableció sin embargo una subordinación jerárquica de donde surgió también, como en la Edad Media europea, nuestro feudalismo caudillesco…” (1958 – (1921) : 88).

Presupuesto que amplía en 1929 para legitimar, a partir de principios doctrinarios aportados por Taine, el imperio de gendarmes electivos o hereditarios “de ojo avizor, de mano dura, que por las vías de hecho inspira el temor y que por temor mantiene la paz” (1952 (1929) : 119).

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA CONSULTADA 

VALLENILLA LANZ, Laureano Cesarismo Democrático. Caracas, Tipografía Garrido, 1952. VALLENILLA LANZ, Laureano Crítica de sinceridad y exactitud. Caracas Ediciones Garrido, 1956 VALLENILLA LANZ, Laurean Disgregación e integración. Caracas Tipografía Garrido, 1953. 

ILUSTRACIÓN: Al sur de las Mercedes del Llano (Foto de ARR).

jueves, noviembre 19, 2020

La Familia de Daniel Mendoza entre archivos y consejas (Sesquicentenario de su muerte)

 Debió conocer esta ciudad, teniendo 14 años de edad, en 1837, cabalgando hacia Caracas a emprender estudios universitarios. Malestares reumáticos y otras afecciones lo regresan, a menudo, antes de graduarse. Abrigo la conjetura de que su madre visitaba familiares en Ortiz cuando le sobreviene el parto y allí lo presenta. Residía en El Rastro o Calabozo.

 

Adolfo Rodríguez 



I. Introducción 

P or Ortiz y Parapara andan los orígenes de uno de los más famosos escritores venezolanos del siglo XIX: Daniel Mendoza, connotado costumbrista y precursor de esta tendencia literaria en Hispanoamérica.  Nativo de Ortiz o Calabozo (13 de mayo de 1823), fallecido en Calabozo el 4 de septiembre de 1870. He aquí el sucinto relato acerca de ascendientes suyos en esa región,  descendientes familiares esparcidos por Guárico y Apure.

 

II. Su paso por Ortiz

 

Debió conocer esta ciudad, teniendo 14 años de edad, en 1837, cabalgando hacia Caracas a emprender estudios universitarios. Malestares reumáticos y otras afecciones lo regresan, a menudo, antes de graduarse. Abrigo la conjetura de que su madre visitaba familiares en Ortiz cuando le sobreviene el parto y allí lo presenta. Residía en El Rastro o Calabozo. Aquí se forma Daniel y tendrá siempre como su ciudad natal. Pasa de nuevo por Ortiz, en 1841, 1842 y en 1849 licenciado ya en ciencias políticas. Aunque también en 1853 y 1855, en cuestiones ganadera. Y en 1858 para representar al Guárico ante la Convención de Valencia. Y quizá en 1860 en que su prima Josefa María Hurtado[1], le confiere poder para vender una casa en Ortiz, probablemente la misma que Santiago García Requena[2], antepasado de ambos, inventariaba en 1826 como suya. Una fe de bautismo asegura que allí nace el 13 de mayo de 1823:

 

En el expediente de Bachiller en Filosofía existente en el archivo de la Universidad Central de Venezuela, el nombre que aparece es el de Pedro Mendoza, y el lugar de nacimiento Calabozo. Pero al tramitar la beca para colegial pensionista del Seminario Tridentino, su nombre resulta Pedro Damián Mendoza, y  la partida de bautizo expedida el 24 de octubre de 1825 por el pbro. José Francisco Quintana, cura coadjutor de este pueblo de Santa Rosa de Lima de Ortiz. Certifica "en debida forma, que en uno de los libros parroquiales de los que se bautizan en esta Santa Iglesia al folio 85 se encuentra uno cuyo tenor es el siguiente: en esta parroquia de S. R. de Lima de Ortiz: en 27 días del mes de mayo de 1823, el Pbro. José Ignacio Polanco con mi licencia bautizé solemnemente y puse óleo y crisma, y dio bendiciones según el Ritual Romano a Pedro Damián de la Santísima Trinidad que nació el trece de los corrientes, hijo del señor José del Sacramento Mendoza y de la señora Ana Antonia García, yo mismo he sido el padrino de que certifico". La expide el padre Pedro P. Payares en SR de Lima el 24-10-1835

 

Aunque su tío Andrés Avelino García quien tramita la beca y los testigos Pedro Juan Mujica[3], Juan Ignacio Rodríguez y Fermín Rodríguez, lo reconocen ya como Daniel[4]

 

III. Ascendientes más lejanos

 

Procedía de esos mundos:

 

Uno de los tatarabuelos paternos era de Santa Catalina de Siena de Parapara: Don Pedro Hurtado, padre de Antonia María, bisabuela, así como de Domingo, Juan Francisco, Feliciano, Francisco, Juana, María y Ambrosia; dueño de derechos en Gálvez, a uno y otro lado del río Orituco, donde es propietario también el caraqueño Don Joseph Rodríguez de Mendoza, yerno de Don Pedro y bisabuelo de Daniel[5]. Según Jesús Loreto (1990) habría cc Emiliana Marcela (era Antonia) Hurtado de Parapara y son los padres de Juan Romualdo Mendoza H, don Juancho y Ana Antonia cc en 1769 con José Sebastián Requena, de Parapara, h. l  Juan Manuel y Juana María Torrealba. Otra cc con un vecino de apellido Baliente (quizá los padres de Petronila, cuyos hijos atendió don Juancho).

 

Dos de sus bisabuelos maternos también son de Parapara:

 

Modesto García y Juana Requena, padres de JSGR[6], a quien llamarían, en la Independencia, "Santiaguito Plata" porque y que dio a Boves en plata el equivalente a su peso para que le concediera la libertad[7] .

 

 

IV. Bisabuelos paternos que también son maternos

 

Isidro Ramos y Luisa García, ambos del Pao de San Juan Bautista, eran padres de Juan José Ramos, a cuyos herederos compra Juancho un solar en El Rastro.

 

En los orígenes de Ortiz andan Tomás y Joaquín Ramos, días en que N Muxica cc Leonor en Ortiz. 

 

Juan Romualdo Mendoza Hurtado, Don Juancho, hereda en Gálvez o Galviz y contrae nupcias en la Iglesia Parroquial de Calabozo con María Leonor Ramos García, donde casa también su hermana Ana Antonia Mendoza Hurtado con J. S. Requena y otra hermana con un vecino de apellido Baliente[8].

 

Cuando se casa, Juan Romualdo aporta 250 reses así: 100 vacas mansas de vientre y el demás de toda clase, un atajo de burros arreglados con 25 yeguas, su burro echor y un pollino; dos atajos castizos, uno de 25 yeguas y otro de 20 cada uno con su parote; 50 caballos mansos de servicio y un sable engastado en plata. Mientras su mujer aporta 110 vacas de todo ganado manso, un atajo de 20 yeguas con su padrote y diez caballos mansos, su ajuar de misa y ropa necesaria.

 

Por poco don Juancho da muerte al T. de J. interino de Calabozo sr. Carlos del Pozo, por andar éste sacando "de los campos los vagos y demás sujetos que carecen de bienes de qué mantenerse" y mandó "salir de G. un sambo nombrado carmen que no tenía mas bienes que dos o tres animales, "por lo que a las 9 de la noche, se presento sable en mano y sombrero calado, y tuvo el T. que sufrirlo por no tener mas armas que una pluma en la mano ni "mas compañía que la de la luz de una vela"[9] (**).

 

Don Juancho se asentó en el sitio de El Rastro[10] y dono las tejas para la iglesia y en una esquina de la plaza tuvo "casa buena de bahareque y pala" que incendiaron "las tropas de Boves, por lo cual hizo otra con tres cuartos de habitación, cinco puertas, cocina, despensa, cuarto de peones con su cerca y platanar en el sitio de El Banco, del mismo pueblo; mensuró don C. del Pozo por despacho de la Junta de Almoneda. Doña Leonor fallece en 1815 y don Juan cuando Daniel tiene cinco años, en 1828.

 

La destrucción total de su caudal fue la obra de "La Revolución y las bicisitudes", que apenas lo dejaron con quince reses, pues las demás se le malmurieron y se perdieron por andarlas escondiéndolas y cambiándolas de lugar; de las 100 formadas de las 15 vacas paridas que quedaron,  hay como 30 de vientre;  26 yeguas de 21 atajos castizos que había; 8 o 10 caballos, 14 mulas de arriá y 3 sillas, 3 esclavas mujeres útiles morenas (Sesilia como de 30 y pico, Lorenza domo de 30 y Antolina como de 27) , otra morena Jacinta como de 50 y enferma  y un varón viejo y enfermo (Pedro José Sosa, tres prófugos  (Cipriano Polanco casado con Sesilia, comprado a Domingo Bolcán; Apolinario profugo desde 1821 en Guayana, compardo al ser Florencio Arias de Coro e Isidro Arráez, sambo natural del Tocuyo, comprado al Sr, José del Rosario Asuaje), un sable engastado en plata, una legua de tierra, parte de dos que a 1.000 pesos compramos en la Isla de Apurito yo y el finado mi compadre y cuñado SG , al sr Tadeo Cortes en el sitio denominado La Palomera, por Guayabal, y otro en el sitio llamado Laguna de Begonia, en la posesión de Matiyure. Al otro lado de Apure, comprados a Fernando Blanco y su hijo Pablo José B. de San Carlos; derechos en la Isla de Achaguas comprados a Casiano Blanco, confirmados por Don Carlos IV en el s. XVIII;  derechos en el Polvero comprados en 100 pesos a Nicolás Hurtado, heredado de sus padres; un derecho en el sitio de Gálvez a uno y otro lado de Orituco heredado de José Mendoza;  otra casa de bajareque y palma con 3 cuartos de habitación, 5 puertas, cocina , despensa, cuarto de peones con su cerca y un corto platanar en el sitio de El Banco, que denunció en el siglo pasado y ganó despacho de la Junta de Almoneda concedido al subdelegado Don Carlos del Pozo para su mensura. Enviada al Tribunal vino la guerra y paralizó todo;  106 pesos entregados a Gabriel Valderrama, tejero, para la fallido fábrica de la iglesia parroquial del Rastro; 200 pesos José Manuel Jaspe, muerto en Apure;  y un mesón de caoba con un filete embutido por la orilla, que se salvó del incendio de la casa en El Rastro y que conserva Sacramento, un solar en El Rastro cercado de paredes comprado a los herederos de Juan Jps Ramos haciendo esquina en la plaza donde fabrique una casa buena de bahareque y palma incendiada por loa tropas de Boves, ahora nueva casa y mande a fabricar 3 cuartos con 4 puertas de tablas[11] (***)

 

Crio a sus tres sobrinos: Feliciano, Nicolás y Ramón Ramos, hijos de su sobrina Petronila Valiente.

 

Desea dejar libres a Pedro José Sosa y Jacinta, por su edad como por la constancia con que nos han servido (****)[12]

 

“Las competentes escrituras se me perdieron con motivo de la guerra”

 

Los otros abuelos JSGR y ARG refirieron también incendios y vicisitudes, propiedades arruinadas y los ocho hijos:

 

José Santiago García Requena casa en Calabozo con su prima Antonia Ramos García y son los padres de José Antonio, José Ramón, María Leonor,  Rita (esposa del Cnel JFH, hijo de Casimira H y Petronila Polanco de Ortiz[13] (*****), Concepción, Ana Antonia, Abelino, Carmen y Francisco. Este último se fue a la guerra y nunca más se supo de él

 

Rita Sierra García, esposa del lic. José Ramón Núñez, hija de Críspulo S. y Natalia G., quizá eran de esta misma parentela.

 

José Antonio cc Evangelista Hurtado (hija de Manuel José y Silveria Hurtado), padres quizá de Antonia, cc Juan Belisario García, padres del cronista F. Manuel Belisario.

 

José Ramón cc Josefa González (hija de Esteban González y María de Jesús Mujica) y luego con Eleana García, edificador de la Iglesia del Carmen de Calabozo y de casi todas las casas del casco histórico. Abuelo de los Ascanio García y los Ascanio Rodríguez de Calabozo.

 

Concepción cc Luis Rodríguez (hijo de LR y Josefa Díaz Padrón)

 

(Testamento de JSGR el 23-06.1826, RS de Cal, menciona entre sus bienes  Mata Oscura, queseras blanqueras en Achaguas; isla Apurito, Las Palomeros; Las Coturas (¿Cotúas?), entre Laguna Mendocera y matas de Aguaverde; y casa en Ortiz y en El rastro.

 

 

V. Los Hijos de Juan R Mendoza H. con M. Leonor

 

Micaela cc Pedro Moreno de Ortiz, fallecidos en 1868 y 1869, respectivamente. Padres de Pedro, Leonor, Miguel, Genaro, Dámaso, Rita, Francisco José, Juan Teodoro, Angel María y Juan Manuel. Partidor Daniel Mendoza. No he determinado el parentesco con Evarista Moreno Vilera, hija de Antonio Moreno Sierra y nieta del prócer Roso Vilera, cc Fernando Rodríguez Vargas, de donde desciende Nicanor Rodríguez, padre del profesor Fernando Rodríguez Mirabal.

 

Morenos residentes en Ortiz en 1874: Santiago A., Vicente, R. Adolfo y José M. En 1861 vive Rita (madre de Evaristo, Adolfo y Ana Julia, hijas impúberes en 1861), viuda de Antonio moreno, hermano de José María y Juana, hijos de Juan José Moreno y Dolores Sierra.

 

Obsérvese que Pedro María Ramos, nieto del bisabuelo de Daniel Mendoza, vende  en 1860 a Fernando Antonio Rodríguez Moreno una casa de alto en Ortiz, de 4 varas de frente y 13 de largo, que había sido de Juan José Ramos, padre de Pedro María.

 

-María Leonor Mendoza casada el 16.6. 1816 con Evaristo Montenegro de Calabozo o San Luis de Cura y  son los padres de  Isidra, Trinidad, Samuel, Manuel, Juan Vicente y Juan Evaristo. Este último padre de Primitivo Montenegro [14], padre a su vez de Josefa Peña, esposa de Mauricio Martínez, bisabuelos del historiador Oldman Botello.

 

A dicho matrimonio aportó don Juan 20 novillos,  10 toros, 20 potrancas, 10 potros con su hierra de marca que es éste-

 

-Ana María Mendoza cc Zeferino  Espinoza de los Monteros de Calabozo. Solo “adornados de las ropas y prendas necesarias a su porte y herencia, llevando además camas para dormir, sus ajuares de misa y algunas otras muy pequeñas cosas necesarias a su servicio y cada una un cubierto de plata Ana Maria y Micaela)

 

-Francisco José, emancipado del padre en 1818. Y mientras Juan Andrés y Teodoro se mantenían con él les dio una mula de silla a cada uno en recompensa.

 

-Juan Andrés cc en 1833 en El Baúl con Juana Martínez Montes.

 

-Sacramento[15], casado en El Rastro el 6.11.1816 con su prima Ana Antonia García Ramos, siendo testigos José Evaristo Montenegro, Micaela Mendoza y Vicente Quintana.

El cura José Miguel Fernández Feo expide la constancia el 12-10-1835.

 

Le fue entregado 20 novillos, 10 toros, 5 potros, ni pudo igualarlo porque la guerra no dio lugar a ello

 

VI. Los hijos de Sacramento y Ana Antonia

 

Sacramento Mendoza y Ana Antonia García casan el 6 de noviembre de 1816 en El Rastro

 

-Sacramento, que murió de ocho días de nacido

 

-Isabel. Célibe, nacida en 1818

 

-Ana Antonia cc el General Pedro Advíncula Unceín, nacida en 1823

 

-Rafaela cc Antonio Eduardo, licenciado que gobernó en Guárico, nacida en 1832

 

-Leonor (+ en 1863) cc Fortunato Vautrai[16], francés, padres del escritor costumbrista F. Vautrai Mendoza, de Próspero  y del sacerdote Augusto V. M.

 

-Daniel cc Trinidad González Delgado [17] y son los padres de

 

Daniel Severo, nacido en 1862.

 

Eduardo, nacido en 1865. Nombre éste que aparece por primera vez en la familia, probablemente en honor al cuñado Antonio Eduardo, quien fue gobernador del Guárico.      

 

VII. Los Mendoza en Ortiz

 

Un hermano de Sacramento Mendoza: Juan Andrés, cc la bauleña Juana Martínez Montes, con quien se residencia en el sitio de Morrocoyes en Ortiz y son los padres de Sacramento, Francisco José, Rosa María, Félix María, Juan Félix, Santiago, Rita y Andrés.

 

Juan Andrés compra, el 1840 en El Sombrero, la esclava Lucía, que en 1842 vende a su compadre y cuñado Pedro Moreno, residente en Ortiz.

 

 

VIII. Descendientes en Apure

 

De acuerdo con lo informado por González Gamarra (1970) fueron tres los hijos  de Juan Andrés Mendoza y Juana Martínez Montes  establecidos en Arichuna durante el último tercio del siglo XIX: Félix María, Juan Félix y Andrés (*)[18]. El primero de éstos casa con Rosarito Plaz Tovar y son los  padres de Mercedes, María Amparo, María de Jesús, Félix y Carlos Mendoza Plaz, este último conocido con el seudónimo de Pluma Brava y quien fue contendor de Andrés Eloy Blanco en 1920 en un famoso contrapunteo. En 1938 dirige El Vocero de las Verdades. Andrés no habría tenido descendencia (p. 47).

 

Según información recabada en Registro de Ortiz, los hijos de Juan Andrés eran Sacramento, Juan Félix y Andrés, Francisco José, Félix María, Rosa María y Rita residentes en Morrocoyes en 1876, época en que en Ortiz reside también un Santiago García.

 

Hermógenes Mendoza, entrevistado por mi en San Juan de los Morros en mayo de 2000, refiere que su bisabuelo Félix María Mendoza, orticeño y con propiedades en Tiznados, emigró al sur del Guárico por una desavenencia con las autoridades de Ortiz, que pudo ocasionarla la pugnacidad política, en virtud de la filiación conservadora (paecista) de los Mendoza[19].  Le atribuye los siguientes descendientes a Félix:

 

Francisca Mendoza, la mayor,  casada con musiú Abraham: padres de Luis, Mileni,  José Muci Abraham Mendoza, quien fuera Contralor General de la República; el pintor Asís Muci Mendoza, los científicos Fidias y Rafael.

 

Luis Felipe Mendoza, quien estudió teneduría de libros, fue el padre de Arquimedes Araujo, famoso ebanista, radicado en San Juan de los Morros desde 1941, hijo de Mercedes Araujo

 

Felipe Antonio, ebanista, armero y buen herrero,  establecido en Guayabal y casado con una  Hernández (hija de Fermín Hernández), padres de Hermógenes.

 

Miguel y Dominga Flores.

 

Narciso Mendoza, llamado Maestro Sopla, muy conocido en La Rubiera.

 

Rosa Mendoza, casada con un francés (Dr. Collins).

 

Eduardo Mendoza, padre de José y Teodosia Acevedo.

 

Araujo aseguraba su parentesco con Eduardo Mendoza, padre de los Acevedo (José, famoso arpista guariqueño y, Teodosia, célebre, entre otros hechos, por ser la madre del poeta Angel Eduardo Acevedo). El nombre Eduardo en la familia Mendoza data del que en 1865 tiene el escritor costumbrista Daniel Mendoza con Trinidad González Delgado.

 

Según José Acevedo (enero de 1998), su padre Eduardo Mendoza procedía de Arichuna, comerciaba con pieles de caimán y después con plumas de garza que vende a un musiú de apellido Panza, quizá por Paso e Guariquito, llamado también El Algodonal.  La madre de Eduardo se llamaba Juliana (¿esposa o hija de Juan Félix?), mujer blanca de pelo largo,  madre también de Antonio, Pulido, José Andrés y Leocadia. Un hijo de ésta, llamado José, residía en Cabruta.

 

José Acevedo rememora el arpa vieja que le regala en 1932 Juan Pantoja, con la cual aprende a los 13 años y toca en un baile en Garcita y lo brindan con una bebida llamada  Rosa María, su mamá se entera, le quiebra el arpa a manazos de pilón, Don Eduardo lo encuentra en el basurero recogiendo las cuerdas y las clavijas y es entonces que le construye otra "y muy buena".

 

Véase que Hermógenes Mendoza es uno de los más famosos constructores de arpa de Venezuela, ya que las del sello Banco Largo son de su creación. Aún las fabrica.

 

IX. Apéndice

 

Otros parientes de Daniel Mendoza

 

1) En Ortiz:

 

-María Josefa y María Rita, hijas legítimas de Silvestre Ramos y María Hurtado, residenciadas en Ortiz en 1759.

 

-Pedro María Ramos, hijo de Juan José Ramos, quien a su vez es hijo de Isidro Ramos, bisabuelo de D, Mendoza, vende en 1859

 

-En 1862 Josefa María Hurtado, esposa de Salomé Hernández, viuda, vecina de Calabozo y residenciada en Ortiz, confiere poder al licenciado DM, era descendiente del Tcnel José Felix Hurtado Polanco, hermano del Cnel JFH.

 

2) En Cazorla

 

-Andrés María Mendoza cc Juana Felicia Díaz y padres del profesor Ricardo Mendoza, José Dolores, Heraclio, Nicolás Andrés, María Felicia y Panchita. 

 

3) En Apure

 

María Amparo Mendoza Plaz casa con Antolín Arana y son los padres de Antolín Segundo Arana Mendoza, notable educador arichunense y del ganadero  Félix Antolin Arana Mendoza, Chiquito Arana, autor del libro "La desesperación de un llanero" (1988), del cual he podido consultar un ejemplar mimeografiado gentilmente facilitado por el historiador Argenis Méndez Echenique.

 

Hermógenes Mendoza menciona entre los Mendoza establecidos en Arichuna: José Ramón Mendoza, Rosa (?), la madre de Chiquito Arana.

 

En Cunaviche: Francisco Valeriano Mendoza, gran cantador, hombre de mundo.

 

Véase además la obra "Arichunenses Notables" , del profesor Elisur Emilio Lares Bolívar. San Fernando de Apure, 1984.

 

4) En Guayabal

 

La posesión de Pirital, propiedad de Daniel Mendoza, estaba situada en jurisdicción del antiguo Distrito de Guayabal, Departamento Crespo, y contaba con la casa, corrales, sementeras y tapiz o malecón de dicho hato, y el derecho opción a ganado orejanos desmadradas, al haber ocasión de ejercerlos. 47 millones, 411 mil ciento cincuenta y 7 varas cuadradas.  Lo vendió la viuda  por 2.400 venezolanos. En 1866 Enriqueta Cousin de García y Carmen García de Delgado solicitan amparo en la posesión de El Frío, contra Pedro Advíncula Unceín y el licenciado Daniel Mendoza, dueños de Pirital.

 

Reside o residía en Guayabal, a fines del siglo XX,   Juan Tomás Mendoza, vendedor de leche.

 

5) En Parapara

 

Félix Manuel Belisario era hijo de Juan Belisario García, hijo éste de Antonia García, probablemente la Ana Antonia hija de José Antonio García y Evangelista Hurtado

 



[1] Un tío de Josefa María Hurtado, el prócer José Francisco Hurtado, casa con (cc) Rita García Requena, abuela colateral de Daniel Mendoza.

[2] Los Mujica Ramos (José Antonio, Antolín, Hermenegildo) eran parientes de la madre de Daniel Mendoza (Ana Antonia García Ramos), progenie de la cual debía proceder este PJM, presidente de la municipalidad calaboceña en 1839.

 

[3] Los Mujica Ramos (José Antonio, Antolín, Hermenegildo) eran parientes de la madre de Daniel Mendoza (Ana Antonia García Ramos), progenie de la cual debía proceder este PJM, presidente de la municipalidad calaboceña en 1839.

[4] Expediente 28, Libro 42, Grado de Bachiller en Filosofía de 1840, Archivo de la Universidad Central de Venezuela.

[5] Testamento de Juan Mendoza y Ana Antonia García, Registro Subalterno de Calabozo.

[6] Modesto García y  Juana Requena eran residentes del sitio de Totumito en Parapara. Casan en 1758 y son padres de José Santiago y de Rita. Esta última nacida en 1758. Una abuela colateral de DM (Ana Antonia Mendoza Hurtado) cc el parapareño José Sebastián Requena, hijo de Juan Manuel Requena y Juana María Torrealba.

[7] LORETO LORETO, Blas. "Daniel Mendoza: datos para su biografía", en Alborada, pie de luz para medio siglo. Caracas: ediciones Paraguachoa S. A., 1950.

 

[8] En su testamento J. R. Mendoza asegura que los hijos de Petronila Baliente quedaron a su cuidado.

[9] CARRASQUEL, Fernando. Historia Colonial de Algunos Pueblos del Guárico. Caracas: Imprenta Nacional, 1941.

[10] Ana Antonia García, yerna de don Juancho, madre de Daniel, era nativa de El Rastro, de donde quizá eran también los otros García Ramos, entre los cuales: Rita, casada luego con otro rastreño, el prócer Coronel José Francisco Hurtado, hijo de Casimiro Hurtado y Petrona Polanco, padre del futuro General y licenciado Francisco Elías Hurtado García, el único Gobernador del Guárico muerto en acción de armas oponiéndose a la Revolución de Abril en 1870.

 

[11]En 1828 Sacramento Mendoza, Alcalde Principal Municipal informa que Juan José Paredes el encargado que tengo del cuido de mi casa de campo en el sitio del Banco, de que el Sr Juan Francisco Acosta vecino de Mantecal en la Provincia de Apure, se introdujo en ella el día trece a mano armada acaudillando una partida de 3 o 4 hombres de su séquito con el objeto de allanarla por suponer que en ella se ocultaba no sé qué hombre a quien él profesa rivalidad: lo cierto es que no lo encontró y desengañado de esto convirtió su ira feroz en la violencia más desconocida o rara dirigiéndose a la Aguada en busca de mi criada Jasinta una morena que allí tengo en el mismo ejercicio, y sin consideración alguna la toma con aquellos sallones, la ata con una soga, descarga sobre su avanzado cuerpo algunos planazos y consuma su obra dando un castigo de azotes a cuerpo limpio y puesta a la publica vergüenza de sus espectadores, saciando en tan ridícula escena la violencia de su genio... (Informe médico de Juan Antonio Castellanos) (RRPP del EG, SJM, Expedientes Penales).  

[12]El capitán Domingo Polanco testó en 1844.

 

[14]Primitivo Montenegro Fuentes cc con su prima Manuel Requena Fuentes, de los Fuentes que fueron dueños del Tucutunemo y de los Requena de Parapara. Son los padres de Clemencia y Margarita Montenegro Requena. Esta última bisabuela de Andreina y Adriana Adames Arteaga de Villa de Cura.

Mauricio Martínez hijo natural de Primitivo Montenegro, es el bisabuelo de Oldman Botello.  Casó con Josefa Peña.  Rafael Montenegro, residente en San Luis de Cura, presunto hermano de Feliciano Montenegro y Colón y presunto padre de Manuel y Carmelo.

Evaristo Montenegro fallecido en 1832, hijo de Vicente Montenegro y de Leonor Ramos cc el 16-6-1816 con Leonor Mendoza y son los padres de Ana Isidra, Trinidad, Samuel, Manuel, Juan Vicente y Juan Evaristo.  

[15] (**) Sacramento Mendoza, en febrero de 1828, era alcalde principal municipal de Calabozo y su cantón. En marzo alcalde principal. En agosto de 1821 da fianza carcelaria por parte de Maria del Rosario Ledezma, quien hirió a Faustino Flores en la puerta de la pulpería pública de Martin Cortés. Su padre lo instruye en 1829 para que el coronel Juan Antonio Mirabal aprese al mulato Apolinario, prófugos desde 1821.  Compra Pirital en 1830: hato lindando por el naciente desde la Cruz de las quebraditas al médano del Merecure y al taparo con tierras que fueron de Don Carlos Plaza; por el Norte y Poniente el Río Guárico y por el Sur, con terrenos de los herederos de Don Eugenio Blanco. Deja derechos de tierras de potrero en la Isla Apurito. Vendió en 1844 posesión “Bartolomé” en la jurisdicción de Chaguaramas, heredada de don JRG. Pirital, situado en jurisd del dtto Guayabal del Depto Crespo, con la casa, corrales, cementeras y tapiz o malecón de dicho hato, y el derecho acción a ganados orejanos desmadrados, al haber ocasión de ejercerlos, cual venta la ha hecho por 2.400 venezolanos.

Son 47 millones 411 mil 157 varas cuadradas. 

Murió en 1832 y dejó  las siguientes propiedades:

-22 reses y 10 bestias, destruido todo por la guerra de este país.

-En 1827 ella heredó el criado Pio, etc.

-tres cuartos de legua en Santa María

-Proción en Isla Apurito (Guayabal)

-Compra derechos a Antonio Camacho en Pirital.

-200 reses donadas por padrinos a sus hijos.

-una casa que él construyó.

Partidor: Luis Rodríguez

Albaceas: Ana Antonia García, Evaristo Montenegro y P. García.

Testigos: J. A. Silva, Esteba Delgado y el sr Juez Letrado Ldo. J. S. Rodríguez. 

[16] F. Vautrai vecino de El Rastro en 1832.

[17]Doña Trinidad habría muerto de cien años, en el siglo XX. Don José Rafael Viso Rodríguez habría conseguido para ella una pensión.

[18] Desde mediados del siglo XVIII los Mendoza y los García, eran propietarios en Apure: Juan Romualdo Mendoza en su testamento declara haber comprado dos leguas de tierra en la posesión de Matiyure, en el sitio nombrado La Laguna de Begonia al otro lado del Apure, a Fernando Blanco y su hijo Pablo José Blanco de San Carlos. Y declara, asimismo, derechos en la Isla de Achaguas, adquiridos ante Casiano Blanco, quien recibe confirmación de los mismos por parte del Rey Don Carlos IV. Sacramento dejo a su descendencia derechos de tierra de potrero en la Isla Apurito, probablemente la posesión denominada "La Palomera". 

La Gaceta de Venezuela 1157 del 24.9.54, trae "Denuncio de tierras baldías emitido por el Gobierno Superior de la Provincia, Achaguas, mayo 2 de 1854: Elías Hurtado, apoderado de José Ramón García, denuncia y propone la compra de una porción  de terrenos baldíos, propia para la cría, sito en la parroquia de Arichuna, cantón San Fernando, con los linderos siguientes: por el Naciente el Orinoco, por el Poniente una posesión de los herederos del comandante Francisco Carrasquel, por el  Norte el Apure, y por el Sr una posesión de los herederos de Sacramento Mendoza. Probablemente el potrero Santa María de la jurisdicción de Arichuna, antiguo departamento del Bajo Apure y La Palmira (Arichuna), que Ana Antonia García heredó de sus padres. 

[19] Arana Mendoza (1988) atribuye el traslado de los Mendoza hacia Apure a "cuestiones de política entre los liberales y los Azules",  época en la que las propiedades mendoceras en Ortiz habrían sido invadidas. Agrega que su abuelo casado ya con Rosarito Plaz en unión de cuñados y hermanos huyeron al Apure, "con el ganado y sus propiedades en arreo de burro y bestias donde conducía la familia, tomó el rumbo guiado por el Río Guárico, de estación en estación...hasta Guayabal de Apure, mi abuelo tuvo que detenerse en Pirital, punto apropiado para el escondite”. Relato que coincide con el trasmitido oralmente al autor de estas páginas por Hermógenes Mendoza. Refiere HM que el prefecto de Ortiz obligaba a Félix Mendoza a recoger con el caballo, a rastras, los burros muertos. Se hartó, compró un revolver fino por nueve pesos (32 bolívares) y mató al prefecto, al comandante y unos policías. Y huyó rumbo a Mata Gorda, pegado del río Rabanal, habitado por los Román (Feliciano y José Anastasio) que cazaban los tigres enlazaos, y se instaló en La Fundación, cerca de Guayabal.

En los años sesenta del siglo XIX se estableció el escritor Daniel Mendoza en San Fernando, también por razones políticas. Por otra parte, Pirital era propiedad de los Mendoza (Véase mi libro sobre Daniel Mendoza, aún inédito). 

 

 

sábado, septiembre 12, 2020
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