Julián Mellado Lineros, sombrereño, paladín de la Independencia

Julián Mellado participa activamente en  La  Campaña  del  Centro, en los primeros días  del mes de febrero, con la acción de la toma de las Flecheras, en Apure, a las órdenes del comandante Julián Infante; con el grado de capitán participará seguidamente en la batalla de Villa de Calabozo, cuando los patriotas logran sorprender y  vencer  al  mariscal Pablo Morillo

Por José Manuel Aquino H

 

 E stamos  celebrando  230 años del nacimiento de este  prócer  de la independencia, nacido  en  Barrancas, predio aledaño a la población de El Sombrero, el 14 de septiembre de 1.790. En tiempos en que dicho poblado, fundado en las primeras dos décadas del siglo XVIII, gozaba de un relativo bienestar para los propietarios de las tierras a las márgenes del río Guárico, tal como lo describe el historiador José Antonio De Armas Chitty y también  el obispo Mariano Martí  en su  visita pastoral a esta localidad durante el mes de febrero de 1.783, cuando daba cuenta de  no solamente del acontecer religioso, sino también en el orden social referente a la convivencia de las distintas castas. Así como también el desarrollo de la actividad económica representada en  producción agrícola, donde se destacaba el cultivo del tabaco entre otros rubros y la cría de ganado, que va a ser de gran utilidad para comprender las aptitudes y comportamiento  personal de este destacado patriota durante  el desarrollo de su  vida.

    Este destacado patriota, hijo de José Julián Mellado y de Ana Josefa Lineros, perteneciente a la condición  social de los  pardos, la cual tenía sus limitaciones de acuerdo al orden estamental, impuesto durante el período colonial; por lo cual, se  forma en un ambiente de trabajo  agropecuario desde temprana  edad en las riberas del río Guárico,  que le permitió  aprender las  faenas de ese ambiente llanero, especialmente en manejar con destreza la conducción de los caballos para los distintos trabajos del quehacer diario, que le van a ser de  gran utilidad cuando se convierta en  soldado de la causa republicana.

Julian Mellado

     Llegamos al año 1.813, en plena guerra de independencia, una vez consumada la pérdida de la Primera República por parte del ejército patriota y los intentos de Simón Bolívar por retomar la lucha por la independencia con la Campaña Admirable, ganando batallas sucesivas  sobre la  fuerza armada realista, dirigida por Domingo Monteverde, obligándolo  a replegarse y reagruparse. Nos  encontramos con el Capitán Francisco Rosete, de origen canario que  va a cumplir  órdenes  de sus superiores por el bando de los partidarios de la Corona de reclutar soldados para su causa, así llega a la población de El Sombrero  a  cumplir con  esa misión. Mellado tenía la firme convicción de permanecer en las filas de los representantes del Rey de España, ingresa a dicha tropa, pero ese  mismo día de presentarse al batallón militar, ocurre un hecho inesperado que va cambiar con sus planes, como miembro de la milicia monárquica.

     El altercado de un oficial de la tropa realista con un anciano, que en ese momento se estaba despidiendo de sus dos  hijos  de dicha milicia. Mellado reaccionó de inmediato a detener la acción del soldado  agarrándole su mano, al momento de  agredir al señor entrado en años y asestarle un fuetazo al agente y salir con los dos jóvenes del sitio de concentración, tal como lo reseña la historiografía de  dicho incidente. Este hecho digno de resaltar el alto grado de sensibilidad  social de este patriota, contra el maltrato físico y demás  vejámenes realizados por los partidarios de la  corona española al pueblo para intimidarlo. Actos como estos y muchos más atroces y sanguinarios motivaron durante ese tiempo al Libertador, Simón Bolívar, a emitir el Decreto de Guerra a Muerte el  15 de junio de 1.813 contra los partidarios de la Corona Española.

    A consecuencia de  esta acción, Julián Mellado  y los dos jóvenes del altercado se incorporan  al ejército patriota, a la orden en primera instancia para ese tiempo del capitán  Julián Infante, oficial   perteneciente a las fuerzas de combate del coronel Pedro Zaraza, donde aprenderá todo  lo relacionado con la organización militar, empezando por obtener el valor de la lealtad al código  castrense, expresado en la fidelidad a sus jefes, y a las leyes establecidas en el estamento marcial; de  igual manera, adquirió el compromiso con sus compañeros del ejército por la causa republicana y esto va a contribuir a  elevar su patriotismo por una causa justa, la independencia de España y el  bienestar social  para los  conciudadanos.

    Este accionar cotidiano generó en este prócer el deseo de luchar incansablemente por esos ideales. Su primera incursión guerrera fue en la batalla de San Marcos por los predios de la población de Villa de Calabozo, en diciembre de 1.813, donde el ejército republicano es vencido por José Tomás Boves, que comienza a tomar protagonismo a partir de ese encuentro bélico,  mediante asesinatos, saqueos y quema de propiedades por parte su tropa conformada por llaneros de  El Rastro  y luego de distintos lugares por donde pasaba  con su ejército. Esta derrota no amilana a este destacado soldado sombrereño. Sigue a las órdenes  del comandante Infante y luego  del coronel Zaraza  incursionando con valor y coraje por tierras del  oriente  venezolano  en 1.814, donde participa activamente en la Batalla de Urica, obteniendo el grado de alférez. En  ese encuentro bélico las fuerzas republicanas son vencidas por el sanguinario militar  asturiano Boves, que muere en  el  enfrentamiento de un lanzazo que impacta su cuerpo.

    En el año 1.815, después de haberse perdido la Segunda República los partidarios de la independencia se dispersan. Los principales jefes militares estaban  exilados  en las islas del Caribe esperando el mejor momento para continuar sus propósitos liberadores. Mellado, por su parte, sigue a las órdenes en ese momento del coronel Pedro Zaraza. Se refugian por las riberas del Orinoco. En esa zona se enfrentan a la tropa realista en Manapiare, sitio perteneciente al hoy Estado Amazonas, obteniendo una victoria en dicha incursión. Luego  cumpliendo órdenes de su superior acompaña  al comandante  para esa época Julián Infante en las distintas actividades bélicas  por dicho territorio. El siguiente año lucha con arrojo y valentía  al lado de los generales   Gregorio Mac Gregor y Manuel Piar en los combates de Quebrada Honda y los Alacranes respectivamente que le permitieron ganar  el grado de teniente, por su  alto desempeño en  dichos encuentros, luciéndose y destacándose este héroe de la patria por sus habilidades para manejar la lanza contra sus enemigos.

       Una vez consumada la victoria del ejército patriota en la provincia de Guayana, con la batalla de San Félix en el mes de abril de 1.817, el Libertador, Simón Bolívar, se propuso como meta la Campaña del Centro, para  llegar a la ciudad de Caracas. El operativo se dio inicio en los primeros días de septiembre, Julián Mellado estaba  en ese entonces a  las órdenes del general Pedro Zaraza, que se encontraba por los lados de  Villa de Calabozo, con la misión de esperar la entrega de caballos y municiones provenientes de Angostura, hoy Ciudad Bolívar. Pedro Zaraza desobedece la orden del Libertador  de no atacar a sus contrarios, se enfrenta en los primeros días del mes de  diciembre  al  comando  realista, en La Hogaza, dirigido por el brigadier Miguel de La Torre, que le imprime una costosa derrota para los patriotas con la pérdida de soldados y arsenal  de guerra. Obligado  con  este  percance el ejército partidario de la independencia retarda  los planes propuestos de la Campaña del Centro  de  llegar a la ciudad de Caracas, hasta comienzos del nuevo año.

 

    Este destacado patriota de la independencia, Julián Mellado participa activamente en  La  Campaña  del  Centro, en los primeros días  del mes de febrero, con la acción de la toma de las Flecheras, en Apure, a las órdenes del comandante Julián Infante; con el grado de capitán participará seguidamente en la batalla de Villa de Calabozo, cuando los patriotas logran sorprender y  vencer  al  mariscal Pablo Morillo, hasta  hacerlo huir  y presentarle  breve combate  en el sitio de La Uriosa, para luego enfrentarse con el  ejército realista en su  lugar de nacimiento,  El Sombrero, en la  zona del Samán, a orilla del río Guárico; también tomará acción en los encuentros bélicos de la Cuesta en Ortiz y Semen; igualmente estuvo presente en el intento de asesinato del Libertador,  en  el  cuartel general  instalado en el hato  denominado Rincón de los Toros, cerca del poblado de  San José de Tiznados, el 16 de abril de ese mismo 1.818.

   Una vez fracasada la Campaña del Centro, con el intento  de llegar a la ciudad de Caracas con su ejército, el Libertador, Simón Bolívar, regresa a Guayana. Julián Mellado queda a partir del mes de julio a las órdenes del general José Antonio Páez, en  los llanos apureños. Esa estada por esa región va a ser productiva para este héroe,  porque compartirá con   la tropa patriota todas las estrategias y tácticas puestas en práctica por Páez, para dominar a sus enemigos en las batallas de El Yagual, Mata de Miel y Mucuritas, entre otros encuentros destacados. El sombrereño Julián Mellado aportará su experiencia como soldado usando su lanza en los distintos encuentros bélicos, donde sus superiores reconocieron  su gran empeño en el campo de batalla que le permitió ganarse el ascenso de capitán.

    Llegamos al mes de abril del año 1.819, el general Páez acantonado en la región apureña con el fin de contener la arremetida del ejército realista comandado por el general Pablo Morillo, que intenta aplastar al ejército patriota con su poderoso ejército. En tal sentido, organiza  un ejército  de lanceros a caballo con el fin de atacar a sus contrarios, en ese grupo estará Julián Mellado, junto a los destacados guariqueños, Juan José Rondón y Hermenegildo Mujica y más de un centenar de soldados, que tendrán destacada actuación en el sitio de las Queseras del Medio.

     Después de realizar incursiones de despiste y desgaste el ejército patriota comandado por el general Páez, decide el día 2 de abril de 1.819 entrar en combate una vez adiestrados sus lanceros a caballo; Mellado y los demás soldados tratan de iniciar un ataque, para luego  huir en grupos; después devolverse rápidamente, al grito de vuelvan caras sorprender al ejército enemigo, causándole cuantiosas pérdidas humanas y la huida despavorida del resto de la tropa realista que temían morir de esas armas afiladas; esta operación fue recompensada por el Libertador, Simón Bolívar, al oficial a cargo de la operación y a los 152 soldados al conferirles  la orden de los Libertadores, por tanto este sombrereño se ganó tan distinguida condecoración, según el boletín oficial del Estado Mayor del ejército  que sale publicado en el diario Correo del Orinoco,  el día 4 de abril de ese mismo año y  es  reseñado por Páez en su Autobiografía (1.867 p.186 ).

    Esta acción bélica desplegada por estas milicias, mayormente llaneros, fue considerada  por el Libertador, Simón Bolívar, para sus próximos  objetivos independentistas. Un gran número de estos lanceros fue tomado en cuenta en la conformación de su ejército, para la Campaña de liberación de la Nueva Granada. Julián Mellado y los demás soldados partieron  para tan arriesgada misión; a comienzos del periodo lluvioso, el 27 de mayo de ese mismo 1.819 parten de Mantecal, rumbo a Guasdualito y luego pasan  el río Arauca, para entrar en territorio neogranadino en condiciones difíciles, soportando las      inundaciones  en  las praderas del Casanare; luego toman la decisión estratégica para enfrentar al enemigo de atravesar el páramo de Pisba, en la región andina, pero esta milicia no estaba preparada para transitar tan difíciles condiciones embarazosas por el frío y el ascenso del terreno.

    Luego de haber ascendido las alturas del páramo, el ejército se repone de las inclemencias del viaje, presenta batalla en el sitio de Pantano de Vargas, en  los predios del Municipio de Paipa, el día 25 de julio de 1.819, logra una gran victoria el ejército patriota, en los últimos momentos  del combate, donde el  capitán Julián Mellado tuvo destacada participación al estar entre  los 14 jinetes lanceros que inician la remontada dirigida por el coronel Juan José Rondón, para definir la contienda a favor del ejército patriota y  la retirada apresurada de la milicia defensora de la causa realista.

    Este importante triunfo patriota en este encuentro bélico fue de gran significación, porque el ejército libertador descolocó las intenciones de la milicia defensora de la corona española de contener el avance de los patriotas, que después alcanzaría el triunfo definitivo  de la independencia neogranadina,  días más tarde en la batalla de Boyacá. Debido a su importancia histórica, en  el  sitio de la  confrontación en la ciudad de Paipa, la  república de Colombia construyó el monumento más grade de esa nación, para rendirle honor a los héroes de  tan importante gesta; es un monolito dedicado a Juan José Rondón que comandó la irrupción y a los  14 lanceros que le acompañaron, por tanto, entre estos jinetes está el nombre del capitán Julián Mellado, para honra de los sombrereños, por su destacado valor y coraje por alcanzar la emancipación en esas tierras suramericanas.

    El ejército patriota verá cumplida la Campaña por tierras neogranadinas, cuando el día 7 de agosto intercepta a las milicias defensoras de la causa realista y las derrotan, en el puente de Boyacá que cruza el rio Teatino muy cerca de la ciudad de Tunja, hoy capital del Departamento que  lleva el nombre de la acometida gloriosa que pone fin al mandato del virrey Juan de Sámano. Julián Mellado por pertenecer al grupo de lanceros a caballo,  entró en combate cuando al coronel Juan José Rondón, se le ordenó confrontar al enemigo entrando por el centro de la refriega, dando punto final al choque con la rendición y el desmantelamiento del ejército realista, según el parte oficial del boletín  número 4, emanado por la institución castrense el día 8 de agosto de 1.819, citados por  Franceschi y Domínguez (p.183). Como consecuencia de esta gesta, el Libertador ordenó conferirle tanto  a este soldado, Juan José Rondón y a los demás miembros de la tropa  pertenecientes a los batallones y escuadrones actuantes la orden Batalla de Boyacá, la máxima  distinción por tan importante victoria.

    Una vez terminada la exitosa  Campaña de Nueva Granada, Julián Mellado Lineros está a las órdenes del general Bartolomé Salom, con quien estará combatiendo por los  lados  de San Antonio del Táchira a  finales de diciembre de 1.819. En ese lapso de tiempo, se le reconoce por su sacrificio y abnegación en el campo de batalla por la independencia, al ser ascendido al grado de Teniente Coronel. Sigue luchando con más ahínco por la causa republicana y lo conseguimos luchando por la región andina en la batalla de Carache, a pocos días antes de firmarse el Armisticio y acuerdo de regularización  de la Guerra, en la ciudad de Santa Ana de Trujillo, los días 25 y 26 de noviembre de 1.820 , por el Libertador Simón Bolívar representando a la Gran Colombia y el General Pablo Morillo de parte del Reino de España.

      Estos acuerdos de Armisticio firmados en Santa Ana de Trujillo se mantienen hasta finales de enero de 1.821, cuando el ejército patriota ocupa Maracaibo, para declararla entidad provincial anexada al gobierno de la Gran Colombia, lo que motivó el desacuerdo con el ejército realista, a pesar de las intensas  negociaciones, convienen el reinicio de las hostilidades el 28 de abril de ese año; el transcurso de ese tiempo fue aprovechado por los independentistas para no solamente reagrupar su tropa, sino fortalecer un gran ejército  a través de la recluta de milicianos para  la causa republicana, con el fin de darle el golpe definitivo a los defensores de la Corona española.

    Este tiempo lo aprovecha el Libertador en concentrar su ejército por los lados de Tinaquillo, con más de 6.500 soldados agrupados en tres divisiones enfrenta el 24 de junio de 1.821 al ejército  realista comandado por el Mariscal de Campo, Miguel de  La Torre  que se encontraba en la inmediaciones de la llanura de Carabobo; aquí el héroe Julián  Mellado  estará bajo el mando del general caraqueño Ambrosio Plaza, que comandaba varios  batallones a su mando, incluyendo el regimiento especial de lanceros, creado con el nombre de Escuadrón de  Dragones, donde estaba adscrito el sombrereño; en tenaz lucha la victoria se estaba decidiendo para los independentistas, obligando a sus contrarios a  retirarse. En ese momento Mellado  recibe la orden  de perseguir junto a los demás lanceros a los soldados del batallón Expedicionario 1 de Valencey, que  intentaba  huir por disposición del Teniente Coronel Andrés Riesco, para cubrir la retirada del general La Torre, y al tratar  de darles alcance fueron alcanzados y heridos de muerte por  el fuego enemigo gran cantidad de soldados, incluyendo a los jefes de las divisiones, generales Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza, así como también queda tendido  en las  inmediaciones de la quebrada de Barrera, el cuerpo del héroe sombrereño; sus restos fueron enterrados en Tocuyito el día siguiente del encuentro bélico que selló definitivamente la independencia de Venezuela; su nombre aparece en el monumento más grande de la República de Colombia, también en el Arco de Carabobo,  el monolito más grande de la República Bolivariana de Venezuela.  

    En la magna historia está bien significado el calificativo que la historiografía le ha dado a Julián Mellado, paladín de la independencia, porque su desempeño como militar fue excelente. En el campo de batalla demostró su capacidad para afrontar con éxito, todas y cada una de las misiones al servicio de la patria, de las cuales podemos destacar, en primer término, el honor en el cumplimiento de sus deberes no solamente en el renglón castrense, sino también en ocuparse por los problemas del prójimo; un ejemplo de ello es  el episodio  en el día de  incorporación  a las filas españolas  en 1.813, deteniendo la acción de un  oficial realista que intenta vejar a un anciano en un acto público, dando  muestra de rectitud y respeto al desvalido, mediante  tal acto de insurgencia.

     Como segundo aspecto, resaltamos la lealtad por los ideales republicanos desde el mismo momento que asumió esta causa, al incorporarse al bando patriota bajo las órdenes de Julián Infante, expresados en los principios de igualdad y libertad para actuar en los asuntos que le competan a todos los ciudadanos y no para un estamento social en particular. Por último, destacamos su patriotismo representado en cada vez que ascendía de rango tanto de capitán o de teniente coronel, sentía más amor y compromiso por servir a la patria y  dispuesto para afrontar con  éxito, cualquier acción o sacrificar su vida por los intereses del país; expresadas significativamente en las operaciones realizadas en las batallas de Las Queseras del Medio, Pantano de Vargas y Boyacá, demostrando de esta manera el alto sentido de abnegación por los logros  del  colectivo nacional.

    Debemos destacar también su gran muestra de  arrojo en el manejo de la lanza, en los distintos combates en los cuales se enfrentó a sus oponentes. Por esta habilidad  siempre fue tomado  en cuenta para realizar estas intrépidas  acciones, llegando a comandar antes del momento de su deceso, en las sabanas de Carabobo una compañía  especial  denominada Escuadrón  de Dragones; por estas acciones gallardas Julián Mellado se ha ganado un lugar en la historiografía por ser un valeroso soldado que luchó por los ideales de libertad e igualdad social para los ciudadanos de la patria.

    Cabe destacar que estos atributos expuestos de su personalidad, se deben también por su condición de haber nacido y vivido en los espacios de la región llanera, en las  que tuvo que  afrontar en  difíciles condiciones  realizar  actividades productivas de la zona, lo que le permitieron  ser un excelente jinete a caballo y transitar por los diferentes lugares de la geografía colombovenezolana al lado de tantos soldados de estas pampas, entre los cuales podemos destacar al coronel Juan José Rondón, a su coterráneo teniente coronel Juan Ángel Bravo y otros valientes que realizaron un aporte heroico a la causa independentista, en busca de esos esperados estándares  de  bienestar general a través de mejores condiciones de la gente.

    Estas líneas tienen misión no solo para recordar la epopeya, sino también para destacar la voluntad  del teniente coronel  Julián Mellado, por ser un  hombre útil a su región y a la gente en cualquier actividad que se le presentó, con el fin de obtener el máximo bienestar posible para sus conciudadanos, tal como afirmara el Libertador, en el discurso de  instalación del Congreso de Angostura, el  15 de febrero de 1.819; estuvo en el sentir de Julián Mellado su tenacidad y empeño en conseguir el bienestar social, económico y cultural de su patria independiente y soberana y este debe ser el legado a seguir por nosotros sus paisanos.     

          

  

 

 

 

 

Referencias bibliográficas

 

Aquino, José.( 2.019) Bicentenario de la Batalla de las Queseras del Medio, 2 de abril de 1.819, Fuegocotidianoblogspot.com.2019/03.

De Armas Chitty (1.982) Historia del Estado Guárico. Ediciones de la Presidencia de la República.

Bencomo Barrios, Héctor (2.004) Héroes de Carabobo. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas.

 Da Silva, Miguel (2.018) Próceres de Carabobo.www. Carabobo en sus Personajes. Período de La independencia.  Calanéo.com.books.   

Estévez  G., Edgard  (2.007) Batallas de Venezuela 1810-1824. Editorial C. S. A. Caracas.

Franceschi, Napoleón  y Domínguez, Freddy (2.020) Antología Documental para el estudio de la Historia de  Venezuela 1.776-2.000. Universidad Metropolitana. Caracas, Venezuela.

Ministerio del Poder  Popular para la Cultura (2.018) Correo del Orinoco 1818-1821. Fundación del Centro Nacional de Historia: Caracas.

Páez, José Antonio (1.867) Autobiografía del General Páez. Reedición de Petróleos de Venezuela  en colaboración con la Academia Nacional de la Historia  Caracas, Venezuela, tomo I.

Vergara y Velasco, Francisco Javier (1.960). 1.818 Guerra de Independencia. Bogotá: Editorial Nelly.

Tal vez te interesen estas entradas