La unidad de propósito: un reclamo de la historia (parte final)
Es común en estos días, y por estas calles, escuchar a figuras de la política, las finanzas, la economía y del mundo empresarial y gremial, coincidir con Maduro, en el insólito hecho, de que la causa fundamental de los males que nos aquejan, se deben a la guerra económica, al bloqueo y a las sanciones internacionales.
Por Jesús Cepeda Villavicencio
Dedico este último artículo de una serie de escritos que hemos denominado la unidad de propósito a; Todas aquellas personalidades del mundo de la política, que con su actuación, no sé, si a plenitud de conciencia, o por evidente ingenuidad, han terminado colaborando con el régimen de Nicolás Maduro, contribuyendo de esta forma, con la esquizofrenia de la fractura en la sociedad venezolana. También a los oportunistas de la historia; esos, a los que el bien común les es indiferente, un día pueden estar con dios, y el otro con el diablo, con tal de satisfacer su codicia.
Es común en estos días, y por estas calles, escuchar a figuras de la política, las finanzas, la economía y del mundo empresarial y gremial, coincidir con Maduro, en el insólito hecho, de que la causa fundamental de los males que nos aquejan, se deben a la guerra económica, al bloqueo y a las sanciones internacionales. Estos escritos han estado dirigidos, a demostrar con cifras y planteamientos concretos, que los efectos de esta tragedia tienen un origen, una causa y una etiología, muy difíciles de rebatir. A tales efectos trataremos de presentar una síntesis de los criterios que hemos venido señalando.
Queremos dejar claro testimonio, que desde nuestra perspectiva, las sanciones internacionales pueden haber contribuido a agravar una crisis ya existente, como hemos afirmado, la cual se encontraba en estado de metástasis para el momento en que comienzan a aplicarse en el plano económico en el año 2017, y que las mismas obedecen a las reiteradas inobservancias a la democracia y los incumplimientos de tratados, acuerdos convenios y arreglos internacionales, bajo los que se configuran y tutelan, las reglas de convivencias geopolíticas en todos sus órdenes. En ningún caso y bajo ninguna pretensión se puede alegar, que estas son el resultado de pedidos internos, o de infames deseos. Simplemente el régimen patalea y cacarea, porque se les reduce el margen de maniobras para seguir saqueando esta lastimada nación, y no debería, alguien que se considere ubicado en la oposición democrática del país, contribuir con ese cínico discurso.
En el cuadro síntesis que se muestra a continuación, se puede observar cómo ha evolucionado la economía venezolana, en todo el periodo de la era chavista madurista y con ello se demuestra claramente, que el rostro de la crisis que hoy exhibe el país, no guarda relación alguna en sus orígenes y causalidades, con las sanciones internacionales, estas conjuntamente con la pandemia del Covid 19, constituyeron más bien, la excusa perfecta para la expiación de culpas de los “sres” del régimen, es decir, encontraron en este binomio el chivo expiatorio ideal, para endilgarle a terceros la responsabilidad de tamaño desastre, comportamiento típico de los totalitarismos, las cleptocracias y los Estados fallidos.
CUADRO SÍNTESIS(1)
AÑOS | PIB(MM$) | IPB(MM$) | RI(MM$) | FIEM(MM$) | DE(MM$) | R(DE-PIB) |
---|---|---|---|---|---|---|
1998 | 91.3 | 9.7 | 15.4 | nota pp | 28.5 | 0.31 |
2000 | 117 | 40.6 | 20.4 | nota pp | 40 | 0.34 |
2005 | 112 | 57.5 | 30.4 | nota pp | 40 | 0.35 |
2010 | 235 | 71 | 30.3 | nota pp | 100 | 0.42 |
2015 | 111 | 37.3 | 16.3 | nota pp | 140 | 1.26 |
2020 | 58.8 | 15.4 | 6.4 | nota pp | 160 | 2.72 |
Fuente: BCV, datosmacro.com, diversos autores y cálculos propios
En 1998 Venezuela contaba con el fondo de inversiones para la estabilización macroeconómica, al cual la constitución de 1999 le otorgó rango constitucional, con la intencionalidad fallida de darle destino a los excedentes generados por altos precios petroleros. Para el año 2002 el FIEM disponía de 7 MM $, que sumado a los ingresos financieros generados, totalizaron un patrimonio de 8 MM $. Entre los años 2003 y 2015, a pesar de los altos ingresos generados por los elevados precios del petróleo, ese fondo no recibió aportes (cero ahorro), pero si retiros y para el 2012, el fondo había prácticamente desaparecido. No solo se gastaron sus recursos, sino que se consumieron las reservas internacionales del país y su deuda externa creció descomunalmente.
El cuadro refleja el comportamiento quinquenal de seis categorías o estamentos fundamentales para analizar, el comportamiento de la economía de un país. Al respecto en esta apretada síntesis, se puede observar cómo, solo entre los año 2010 y el 2020, una década,; el PIB de la nación decrece en un 75 %, los ingresos petroleros cayeron en un 80 %, las reservas internacionales disminuyeron en un 80 % y la relación deuda pib se incrementó en un 650 %. He ahí la verdadera razón del descalabro económico de la nación. Con una relación deuda externa - pib de 2.72, se ha agravado aún más la capacidad del país para honrar los compromisos derivados de su deuda. Y eso no tiene otro calificativo que irresponsabilidad y cleptocracia de las más severas.
¿A dónde fueron a parar los recursos? Por un lado a un exagerado gasto corriente, una macrocefálica política expansiva de gasto público, calificada como social, pero que en el fondo no ha sido otra cosa que una eufemística manera de ocultar el más grosero populismo del que se tenga conocimiento histórico, y por el otro, a la promoción de opacas y oscuras alianzas internacionales, que han tenido repercusiones leoninas. En ese sentido, según las fuentes consultadas; PDVSA hasta el año 2015 había destinado 225 MM $ a “programas sociales” y a una sumatoria de fondos nada eficaces, pero si muy eficientes en el manejo discrecional y corrupto de los mismos. Los enormes volúmenes de ingresos percibidos por concepto de renta petrolera, fueron utilizados para impulsar el acelerado crecimiento del consumo público y privado, y esto generó a su vez, una explosión en la demanda de bienes y servicios, cubierta en buena parte por las importaciones, desmantelando y sepultando con ello, todo el andamiaje productivo nacional, siendo el sistema agroalimentario un palmario ejemplo de lo que se afirma.
Era imposible no entender que una situación de esta naturaleza, no tuviera severas consecuencias en los planos sociales de la nación, como en efecto sucedió, solo en la perversa mente de los jerarcas del régimen, una situación como esta no ocurriría, de hecho para ellos, está negada la existencia de una emergencia humanitaria compleja, esto último es una fábula creada por la oposición, difícil aceptar humana y políticamente este tipo de conductas.
A la EHC, que ha afectado la calidad de vida de los venezolanos en todos sus órdenes, hay que añadir la gravedad de la violación de los Derechos Humanos (derechos consagrados universalmente). El derecho a la vida, a la libertad de expresión y a la libertad política, amén de los otros múltiples derechos, han sido secuestrados por una dictadura de nuevo rostro, esquemas de gobierno que emergen en la era de la post verdad, los acelerados avances en las tecnologías de la información y el control social, así como la promoción de la antipolítica, y la sustitución de las ideas por stickers. Son tan evidentes y de tal magnitud los grados de violación a los DH, que la corte penal internacional (CPI), ha aperturado ya, de hecho y de derecho, una investigación penal a Nicolás Maduro y toda su cadena de mando, y el sistema de justicia norteamericano, ha ofrecido recompensas por su captura.
Todo lo cual nos lleva a reflexionar, sobre el insólito mundo de las conductas humanas, y nos remite salvaguardando distancias, momentos históricos y magnitudes de daños, a la revisión de la obra, La Banalidad del Mal, de la encumbrada figura de una de las más importantes filósofas políticas del S XX; Hannah Arendt. Expone esta extraordinaria pensadora toda una argumentación filosófica, sobre la insensibilidad, la indiferencia y la no culpa de los criminales, allí se puede observar como la intencionalidad asesina y criminal, trata de esconderse detrás de fachadas ideológicas y legales, que en definitiva sólo pueden ser legales para los partidarios de quienes cometen las fechorías, y a quienes les resultan útiles. No olvidemos la máxima de toda dictadura, independientemente de su modalidad, “ella construye su propia oposición, la que le es útil”.
Maduro y su corte, están siendo enjuiciados en la CPI, por más que pretendan banalizar el mal, como lo hacen de manera consuetudinaria en nuestra sufrida Venezuela. Algún día LA JUSTICIA LOS ALCANZARÁ. Nuestra lucha es de conciencia, pero de conciencia ciudadana, por valores y libertades; por la DEMOCRACIA, como espacio para la libertad.
Pie de páginaJesús Cepeda Villavicencio es ingeniero agrónomo, MsSc en Desarrollo Rural, doctor en Ciencia de la Educación, profesor universitario jubilado, ensayista y político.