La estrategia de Trump frente a la Venezuela de Maduro

por Rogelio Núñez

El Donald Trump acelerado y unilateral con respecto a México, presenta otra cara en referencia a Venezuela. Con el régimen de Nicolás Maduro se está tomando tiempo para afrontar el problema geopolítico y humanitario que representa a la vez que busca apoyos regionales para articular una estrategia unificada.

El muro era una promesa de campaña y Venezuela es un complejo problema internacional. Con México, Trump aspira a que el electorado compruebe que es un político diferente que cumple lo que dice y lo hace a la mayor brevedad.

De Venezuela le pueden llegar dolores y quebraderos de cabeza. El país no solo vive en plena crisis institucional sino que la profundización de su actual crisis puede desembocar en una crisis humanitaria y energética, siendo como es uno de los principales productores de crudo del mundo.

Dos estrategias diferentes: celeridad con México

Trump ha apretado el acelerador con respecto a México y mantiene la cautela con respecto a Venezuela. Fundamentalmente porque México es un caso de política interna y Venezuela un problema de alcance regional americano.

No en vano, durante sus discursos, los seguidores del presidente gritan “¡Construye el muro, construye el muro!”. En tan solo tres meses de la Casa Blanca han salido numerosas propuestas referentes al muro. Por citar solo algunos ejemplos:

En enero tomó posesión de la presidencia y pocos días después Trump firmó una orden ejecutiva para autorizar la construcción del muro fronterizo con México. “Planeamos un gran día para mañana en temas seguridad nacional. Entre otras cosas, ¡vamos a construir el muro!”, escribió entonces en su Twitter.

En febrero, Donald Trump explicaba que el muro que ha prometido construir en la frontera con México “está siendo diseñado ahora mismo”, y detalló que será “grande” y “de mucha ayuda” para garantizar la seguridad del país.

Y en marzo, se inició la apertura de la licitación para el diseño de la estructura que se emplazará en la frontera entre Estados Unidos y México que será “físicamente imponente”, con alturas que oscilarán entre 5,5 y los 9 metros.

Por último, en el borrador presupuestario enviado al Congreso, Trump ha solicitado 4.100 millones de dólares para esa obra. El proyecto de presupuesto del presidente asigna 2.600 millones de dólares para la “planificación, diseño y construcción” del controvertido muro en la frontera con México, informó el jueves la Casa Blanca.

Además provee fondos de 314 millones de dólares para contratación y entrenamiento de 500 agentes fronterizos y 1.000 agentes migratorios. Ese personal tendrá la tarea de reforzar la “integridad del sistema migratorio”, así como también “identificar y remover aquellos que ya están en Estados Unidos y han ingresado ilegalmente”.

En lo referente al Departamento de Seguridad Interna (DHS), el proyecto de presupuesto también asigna recursos adicionales por 1.500 millones de dólares con relación al presupuesto de 2017, para ampliar la capacidad de “detención, transporte y remoción de inmigrantes ilegales”.

Cautela con Venezuela


La situación venezolana está en la mente de Trump desde que era candidato desde la campaña de 2016 y en las semanas previas a la toma de posesión.

En la campaña fue ambiguo: “(Los empresarios venezolanos) han sido terriblemente dañados por los socialistas en Venezuela y el próximo presidente de Estados Unidos debe mostrarse solidario con toda la gente en el hemisferio (América Latina) que está oprimida. Estaremos con los oprimidos y hay muchos oprimidos en Venezuela”.

Durante la reunión que mantuvo con cuatro personalidades latinoamericanas, a menos de una semana para tomar posesión, el tema venezolano ocupó un lugar privilegiado.

Allí estuvieron Julio Ligorría, exembajador de Guatemala en Washington (2013-2015) y consultor internacional; el experto en asuntos hispanos, Freddy Balsera y dos miembros del gabinete de Comunicación de Trump: Carlos Giménez, asesor de Trump en Florida, y David Duckenfield, que fue subsecretario de Estado adjunto durante la era Obama.

Trump en esta primera reunión con latinoamericanos “estaba muy interesado en saber nuestra opinión de lo que está pasando, de lo que va a pasar y lo que falta por pasar” en el país sudamericano, comentó Freddy Balsera.

Especialmente, Trump hizo “énfasis en averiguar sobre la condición” del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y el líder opositor Leopoldo López, dos de los presos políticos más conocidos de Venezuela.

“Me llamó la atención lo directo que fue en preguntar específicamente nuestra opinión sobre cómo está la situación en el suelo en este momento allá y averiguar sobre Ledezma y López”, explicó Balsera.

Ya como presiente, en febrero, cuando se reunió con el mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski, Trump confesó que “tenemos un problema con Venezuela, que lo está haciendo muy mal”.

En esta mes de marzo, el presidente de Estados Unidos ha mostrado su consternación sobre la situación en Venezuela, durante una charla que mantuvo con su homóloga chilena, Michelle Bachelet. “El presidente Trump expresó su preocupación por la situación en Venezuela y los líderes coincidieron en la importancia de avanzar los principios democráticos en todo el Hemisferio Occidental”, informó en un comunicado la Casa Blanca.

Trump, que en febrero se reunió con Lilian Tintori y pidió la liberación de su esposo, Leopodo López-, parece más inclinado a que sean los países de la región y foros como la OEA los que lideren la ofensiva contra la deriva autoritaria del chavismo. En esa línea se inscribe la decisión del Senado estadounidense de instar al régimen de Nicolás Maduro a liberar “inmediatamente a los prisioneros políticos“.

El organismo legislativo llamó además al gobierno venezolano a que acepte la ayuda humanitaria para paliar la escasez de alimentos y medicamentos que enfrenta dicha nación.


En una Resolución de tres páginas, la cámara alta del Congreso estadounidense expresó su apoyo a “esfuerzos significativos” en favor de un diálogo en respeto por los mecanismos constitucionales con el fin de que se “resuelva la crisis política, económica, social y humanitaria”.

Los senadores también manifestaron su apoyo a la decisión del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de invocar la carta democrática interamericana para evaluar la situación actual en el país suramericano.

Del mismo modo, solicitan con urgencia a Donald Trump que respalde los esfuerzos de la OEA a favor de soluciones constitucionales y democráticas.

Esto supone una legitimación de los esfuerzos que está desplegando el secretario general de la Organización de los Estados Americanos quien ha anunciado que iniciará consultas con gobiernos de la región en busca de apoyo para activar la Carta Democrática Interamericana, con miras a suspender a Venezuela del Sistema Interamericano.

“Vamos a mantener reuniones durante esta semana con el presidente del Consejo Permanente, con los coordinadores (de grupos) regionales para hablar del tema y sobre los pasos futuros”, dijo Almagro a periodistas.

Almagro solicita al gobierno la liberación de todos los presos políticos en Venezuela, resolver la crisis humanitaria, garantizar la seguridad de los ciudadanos ante los altos índices de criminalidad que padece esa nación sudamericana y restablecer el equilibrio de poderes.

Propuso además la suspensión de Venezuela de la OEA si el gobierno del presidente Nicolás Maduro no convoca a elecciones en un mes, tras las negativas de las autoridades electorales a celebrar el referendo revocatorio. Almagro no ha dudado en denunciar al gobierno de Maduro como una dictadura, y dijo que “de una dictadura se sale con elecciones”.

El régimen chavista considera que detrás de la OEA se encuentra EEUU y el gobierno Trump. Muy significativas en ese sentido son las palabras de Diosdado Cabello quien califica de ‘cachorro arrastrado’ al secretario general de la OEA porque, a su juicio, no respeta la democracia venezolana.

“Eres un cachorrito del imperialismo (a Almagro) y crees que vas a venir a darnos órdenes a los hijos de (fallecido Hugo) Chávez. No señor Almagro”, declaró el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello.


Fuente: Infolatam
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