Nicolás Gamarra: El burlador de Parapara

Oriundo del pueblo de Santa Catalina de Siena de Parapara, Gamarra parecía tener un talento especial para la seducción y las conquistas sentimentales, aunque con una peculiar inclinación a dejar corazones desilusionados a su paso.


Por José Obswaldo Pérez

En la Venezuela de finales del siglo XVIII, donde la moral y los valores religiosos dictaba el ritmo de la vida y los compromisos matrimoniales eran asuntos de honor y honra, surge la figura de Nicolás Gamarra, un hombre cuyo nombre recorrió varias localidades no por hazañas heroicas, sino por su habilidad para enredarse en amores controvertidos.

Entre julio y agosto de 1799, en un expediente, de lo que pasaron a la Diócesis de Mérida, Gamarra es acusado por incumplimiento de palabra de matrimonio, dónde se configura una trama que ilustra las complejidades de los impedimentos matrimoniales en la Venezuela provincial y cómo la moral pública, el derecho eclesiástico y las costumbres comunitarias influyeron en la regulación de los esponsales. El archivo, del cual se desprende este *análisis sincrónico*, se lo debemos al genealogista e historiador calaboceño don Luis Eduardo Viso, quien nos ha facilitado el documento con los datos claves de este asunto.

Oriundo del pueblo de Santa Catalina de Siena de Parapara, Gamarra parecía tener un talento especial para la seducción y las conquistas sentimentales, aunque con una peculiar inclinación a dejar corazones desilusionados a su paso. Desde Calabozo hasta Ortiz, pasando por el Sitio de El Rastro, su historial de promesas vacías y burlas amorosas generó no sólo chismes, sino también denuncias ante la autoridad eclesiástica.

Pero fue en la Villa de San Jaime (hoy La Unión, estado Barinas) donde su nombre adquirió mayor notoriedad. Tras haber contraído matrimonio con Gabriela Aponte, con el consentimiento de su padre, el expediente tomó un giro inesperado cuando confesó haber tenido relaciones carnales con la hermana de su prometida, lo cual generó un impedimento de afinidad de primer grado, según el derecho canónico. Por tal motivo, el padre José Antonio Rendón y Barazarte - ante un dilema que no podían resolver sin la intervención del Vicario General- recomendó que se solicitara la dispensa al Obispo Fray Antonio de Espinoza. A esto se sumaron más voces en su contra, testigos que señalaron que Gamarra había prometido casarse con varias mujeres y, en algunos casos, simplemente desapareció dejando tras de sí sólo incertidumbre y bochorno.

Las desafortunadas muchachas engañadas que se citan en la referida documentación son las hermanas Manuela y Dominga Rodríguez, en Calabozo; en Ortiz se burló de María Seniega y de María Belén y en El Rastro, también hizo lo mismo con Zerafina Mota. Todas ellas provenientes de diversa extracción social.

Así, la historia de Nicolás Gamarra no es sólo la de un hombre envuelto en escándalos amorosos - un tema poco estudiado con profundidad en los estudios históricos-, sino un reflejo de la Venezuela provincial donde el matrimonio era un contrato social, vigilado de cerca por la comunidad y los altos mandos eclesiásticos. Quizás en otra época habría sido sólo un joven inquieto con un corazón dividido, pero en la rigurosa estructura social del siglo XVIII, cada engaño tenía consecuencias legales, y cada esponsal roto, un registro en los archivos de dispensas matrimoniales.

Al final, su expediente pasó por la escrupulosa revisión del Vicario Francisco Javier Irastorza y del Vicario Hipólito Elías González, mostrando que en tiempos donde el honor lo era todo, los seductores o burladores no escapaban fácilmente de la mirada inquisitiva de la Iglesia. Así quedó registrada su historia, en documentos firmados y rubricados, una crónica de amores turbulentos en la Venezuela del siglo dieciocho. Sin dudas, un caso interesante desde una perspectiva historiográfica y sociocultural, ya que ilustra complejidades del matrimonio, la moral pública y la autoridad eclesiástica.

Fuente consultada

Archivo del Arzobispado de Mérida (1799). “Nicolás Gamarra y Gabriela Aponte solicitan dispensa por encontrarse con impedimentos de parentesco de primer grado de afinidad” En: *Dispensas e impedimento matrimoniales*. Sección 26, caja 14. Documento 26-327, 2 fols.


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